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Amor fulminante
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Tiempo de lectura: 4 minutos

¡¡Hola!! Soy nueva en este tipo de escrituras, espero que lo disfruten.  En esta ocasión, vamos a llamar a los personajes con estas letras:  Él: "C", Ella: "D". Confesiones de la vida real, aquí vamos…

Después de tantas decepciones amorosas, llega un momento en el que decides poner en stand by el amor y los encuentros. Fue en ese momento en el que apareció sin previo aviso, "C". "D" tenía 21 años recién cumplidos, de hecho, en eso andaba… celebración de cumpleaños con sus amigas; "C" con bastante más experiencia, en ese momento contaba con 38 años de edad. Se conocieron en un bar, por casualidades de la vida, "C" compartía con un amigo de "D", y pues, generosamente su amigo los presentó. La mirada que se dieron al momento de saludarse, los hizo sentir una electricidad que recorrió sus cuerpos, ninguno de los dos entendía que era lo que les pasaba al mirarse. Durante la noche de celebración "D" y "C" se olvidaron del mundo, solo eran ellos dos en un bar, conversando de todo y de nada… bebiendo unas copas, compartiendo risas coquetas y miradas calientes. Los dos sabían que existía una atracción.

Decidieron irse del lugar, ya era tarde para una chica de 21 años y amablemente "C" le ofreció a "D" ir a dejarla a su casa. El camino se les hizo corto entre conversas y risas dentro del auto, al llegar al destino "C" pregunta a "D" vagamente, si es necesario que se baje del auto, de sentía rico estar a su lado y "D" tampoco quería dejarlo. Un par de segundos mirándose fijamente, bastaron para sentir las insaciables ganas de besarse.

Concretaron sus deseos, comenzaron a besarse dentro del auto, besos apasionados y candentes, si no tomaban la decisión de salir de ahí, todos sabemos lo que pasaría después jaja. "C" interrumpe el beso pidiendo disculpas por ser tan atrevido, "D" no entendía porque ese hombre que le hacía sentir cosquillas en el cuerpo, se había detenido, "D" tenía ganas de más, quería tenerlo a toda costa, deseaba sentirlo dentro suyo y que este hombre la devorará como él quisiera… sí, un poco sumisa nuestra amiga "D".

Para ese momento, las respiraciones de ambos estaban agitadas, "D" se dio cuenta de que su beso había evitado a "C", el bulto en su pantalón no lo podía negar… sin pensarlo dos veces, "D" desliza suavemente sus manos por los muslos de "C" llegando hasta ese bulto duro y caliente… acariciaba con deseos el bulto de "C" haciéndolo sentir cada vez más excitado. "C" cierra sus ojos para sentir más placer, en momentos, miraba fijamente a "D" como intentando expresar sus deseos con ella, pero de un momento a otro "C" tomó el control, ya no quería ser el único sintiendo ese placer tan exquisito que le estaba regalando esta chica de 21 años.

A sus 38 años, pensaba en como jamás había sentido lo que "D" le hacía sentir, increíble para un hombre con tanta experiencia. Ella no se opuso a las manos suaves y candentes de "C", que tocaban cada rincón de su cuerpo por encima de su ropa, era una danza de caricias que iban y venían… solo disfrutaba sentir como loa dedos de "C" acariciaba su rostro, cuello, pechos, cintura, caderas, llegando a sus muslos, devolviendo sus manos cada vez que sus dedos rozaban ligeramente parte de su vagina.

Las respiraciones ya eran cada vez más y más calurosas, agitadas, ahogando los gemidos que querían dejar salir. "C" ya no aguantaba más, quería probar el cuerpo húmedo de esta chica, desabrocho la blusa de "D" dejando a su vista los pechos pequeños y redondos se podía apreciar la piel tersa y color canela de "D". Un suspiro salió de la chica, empañando un poco los vidrios del auto y él, pudiendo oler su aliento de deseo. Admirar a esta joven entregada a él, lo hacía querer que el tiempo se congelará para ellos dos. "C" siguió en su incursión al cuerpo de "D" y desabrocho el tierno sostén color blanco con encaje de "D", ya se podía imaginar como eran esas bragas… se lanzó hacia los pezones de "D" oliendo y lamiendo esos pequeños pero intensos pezones, endurecidos por la excitación, él sabía lo que ella quería, pero no se lo daría tan fácil.

Se le arrancabas pequeños gemidos a "D" mientras él lamia sus pechos y pelones, acariciándole con delicadeza… una mano de "C" estaba en sus pechos y la otra bajaba lentamente hacia su ser, por debajo de esa faldita tubo, pudo sentir lo húmedo de su coño y procedió besarla en la boca, oliendo su humedad. Se miraron fijamente y ambos sabían lo que les esperaba. Se fueron a los asientos de atrás, "C" sentado y "D" agachada queriendo comerse ese pene que tanto deseaba tener dentro de ella. Lo comenzó a lamer con suavidad, dando pequeños apretones con sus labios desde el glande hacia abajo, hasta donde su garganta pudiera aguantar, movimientos de arriba-abajo y sus manos acariciando el falo y testículos, "C" no podía creer el placer de ese sexo oral tan delicioso, quería correrse, pero parecía que ella intuía las ganas de acabar de ese hombre, entonces bajaba la intensidad y sucia a besar su boca, dejando que sus pechos tocaran ese pene caliente y duro, al subir hacia su aguada boca.

Ahora era el turno de "C" también quería entregarle placer desmedido a esta mujer, que parecía ser muy sumisa, pero a la vez empoderada. Ella sabía lo que hacía y él no podía ser menos con toda su experiencia. Como pudo, sentó a "D" encima de él, sin penetrarla aún, le beso la boca, bajo por su cuello y llegó nuevamente a mamar esos pechos tersos, "D" lanzó un gemido suave y eso le dio fuerzas a "C" para entrar en su húmedo como, lentito, mirando las expresiones que lanzaba la chica piel canela cada vez que su miembro se hundía en ella. Cuando "D" lo sintió totalmente dentro de ella, lo miró y sonrió traviesamente, mordiéndose los labios… tenía lo que estaba deseando desde aquel primer beso apasionado. Comenzó a moverse suavemente en círculos, y luego de arriba abajo, y luego de adelante hacia atrás… "C" no podía creer que esos movimientos vinieran de una inexperta, él no paraba de acariciar y besar las partes del cuerpo de "D" que le quedaban al alcance. Cada vez "D" se movía con más intensidad, se miraban fijamente, como hablándose con la mirada, diciéndose que con cada movimiento de ella y cada empuje de él están llegando al clímax, se miran y se unen en un beso sin aliento, llegando los al orgasmo tan anhelado, acabando él dentro de ella, mirándose y riendo por lo delicioso y placentero que fue este viaje.

Sus respiraciones intentaban volver a su normalidad, se abrazan y besan para agradecer el maravilloso sexo que acababan de tener. Sabían que esto era solo el inicio de su relación…

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