Buenos días a todos, mi nombre es Mariana tengo actualmente 39, soy del occidente de México, felizmente casada y con una maravillosa hija Ángeles de 17 años, soy contadora desde hace 10 años en una multinacional, si bien no es el trabajo más apasionante del mundo me permite vivir cómodamente, estoy casada con Cesar (mi novio de toda vida) lo conocí a los 17 y llevamos 20 años juntos él es directivo en la misma empresa, lo cual nos reporta por un lado un tren de vida muy alto y por otro lado sus innumerables viajes me proporcionan la independencia que siempre he querido.
En el aspecto físico soy una chica normal mido 1.70, algo rellenita, pero con unas curvas increíbles gasto una talla 36D de sujetador mi marido y mis amigas me dicen que, aunque me sobran algunos kilos soy un verdadero mujerón.
En el aspecto sexual soy una persona muy tradicional si bien los primeros años de noviazgo, fueron ardientes y variados, con el paso del tiempo solo practicábamos sexo dos veces al mes durante en sesiones muy rápidas y siempre en la postura del misionero.
Les quiero a relatar un suceso que cambió por completo mi vida y la de mi pareja, hace cinco años compramos un departamento en una exclusiva zona de Cancún, en la reunión de vecinos del año pasado medio por obligación y medio porque soy una de las pocas personas de la comunidad que se interesó, me eligieron presidenta, en la última reunión tediosa como siempre me encomendaron que visitara al dueño de los tres locales que tiene el condominio, en un principio pusieron un restaurante chino y un pequeño supermercado pero el año pasado los compro un ruso y madre mía había puesto un sex-shop y un bar que abría normalmente desde las 22:00 y permanecía abierto toda la noche, es mas en este bar se rumoreaba que se consumían drogas.
Como mi marido iba a pasar cuatro días en la CDMEX cerrando el mes de julio antes de iniciar las vacaciones y mi hija aún no terminaba su ciclo escolar, la deje en casa de mi madre y me fui unos días al apartamento, para descansar e intentar hablar con el propietario del lugar.
Llegue el lunes por la mañana y cerca de las 10 baje al bar con la esperanza de que estuviera abierto, solo me encontré a la limpiadora, le dije que si podía informarle al dueño que saliera que era la presidenta colonos y que tenía que hablar con él, a los pocos minutos salió el dueño junto a otra persona se presentó como Sergei, el otro señor, con pinta de galán de telenovela, ni se presentó, me dio su tarjeta y me dijo que se iba a cerrar unos negocios pero que si quería que volviera a las 22 y que hablaríamos, yo no tenía otra opción.
Me fui pase todo el día en la playa y a las 20:30 me vestí con un vestido veraniego que me llegaba por las rodillas y arriba iba atado al cuello con los hombros al descubierto me puse una especie de mantilla pues nunca salía con los hombros al descubierto y baje a cenar, pedí una ensalada pues estaba a dieta no había comido prácticamente nada, me apetecía tomar una copa de vino pero el maître me dijo que solo servían botellas, pedí una botella y serían como las 21:45 cuando me había tomado más de media botella, yo lo más que solía tomar era un copa ya que el resto se lo suele tomar mi marido, cuando pagué y me levante estaba un poco mareada pero me arme de valor y fui al bar, cuando entre me presente al portero, un señor ruso de metro noventa un poco gordo pero impecablemente vestido, como Mariana la presidenta de colonos, le dije que quería hablar con Sergei, el por un aparato de comunicación hablo en ruso y no antes de darme un repaso visual completo me dijo que pasara que me sentara en la barra que ahora vendría Sergei.
Me senté, el pub era especialmente oscuro y al fondo se veía una zona reservada, y una pequeña puerta por la que se accedía a lo que entendí como el sex shop.
Nada más sentarme en un taburete de la barra se acercó una camarera, ella sonriéndome me dijo que Sergei tardaría algo más pero que tenía barra libre, yo no estaba acostumbrada a este tipo de situaciones, pero no quería desagradar, le pedí que me trajera algún combinado, ella me dio la carta y pedí algo que se llamaba Deep Blue, parecía un combinado suave, leí que tenía mucha azúcar y ron, me lo trajeron me pareció algo fuerte pero aun así lo bebí, sin saber cómo permanecí en la barra como 50 minutos iba por el tercer combinado cuando en la pista empezó una especie de espectáculo de baile, Dios era un espectáculo porno y el actor era el acompáñate de Sergei por la mañana.
Por Dios, siendo yo una mujer trabajadora, madre familia y la esposa más mojigata del mundo estaba sola en un pub de dudosa reputación medio borracha y viendo porno en directo, desde luego mi posición en la barra me daba tranquilidad, veía la puerta y solo la camarera me veía, el espectáculo era muy fuerte dos chicos y una rubia espectacular follaban salvajemente, joder no sé como pero me estaba mojando, estaba casi empapada, el espectáculo iba más a más, yo ni me imaginaba que se pudiera hacer todo lo que hacían nunca había visto porno, es más en un momento dado se estaban follando los dos chicos a las vez coño por el culo y coño, lo había escuchado pero entendía que era una leyenda sexual, justo antes de empezar el sexo anal pude ver claramente como la chica olía un tarrito pequeño al olerlo se le vio como poseída los chicos habilidosamente le daban a oler el frasquito cada medio minuto y la cara de vicio de la chica era un poema.
El espectáculo terminó y noté una mano fuerte en mi hombro, volteé y vi que era Sergei que en un muy correcto español me pregunto:
– Veo que has disfrutado el espectáculo no?
Yo me puse como un tomate sin darme cuenta y en la intimidad de mi rinconcito en la barra tenía una mano metida en mis bragas, yo no sabía qué hacer, el solo sonrió y me dijo:
– No te preocupes voy a estar con mi socio en el reservado, si quieres entramos y hablamos de la problemática de la comunidad.
Madre mía no sabía qué hacer, por un momento decidí irme pero los vecinos me preguntarían que había pasado y a qué acuerdo habíamos llegado, me arme de valor al levantarme me di cuenta de que los combinados habían hecho su efecto, pero me dije: “Mariana entra y demuestra que nadie se puede reír de ti”, entre en el reservado, estaban los 3 actores del espectáculo anterior en una mesa al fondo, vi claramente como estaban esnifando el tarro nuevamente y unos polvos blancos, enseguida se levantó Sergei y me dijo que me sentara, en la mesa había dos tarros más, me dijo que si quería beber algo más, lo correcto hubiera sido pedir un jugo o agua mineral, pero quería parecer fuerte, pedí un cuarto combinado al probarlo parecía aún más rico que los anteriores.
– Antes que nada, quiero agradecerle el que me haya recibido, empecé a hablar lo más coherente que podía y a trasmitirle los problemas de la comunidad, el motivo por el cual solicite esta reunión con usted es porque en la comunidad nos preocupa la mala fama que podría generar sus negocios dentro de nuestra urbanización y como representante de y presidenta de colonos le quiero…
– Espere un momento Mariana, me interrumpió Sergei, mis negocios son están perfectamente reglamentados, aquí están los documentos que los avalan
Me sentí un poco ofendida por la interrupción, pero algo había en su personalidad que no reaccione al respecto y agache la mirada, al estar ya medio borracha no me di cuenta de que se me había levantado la falda hasta los muslos.
Me levanté un poco para acomodarla y vi que a la chica le empezaba a realizar una tremenda mamada a uno de los actores mientras el otro se masturbaba.
Mi mirada iba de la cara de Sergei a la escena que se producía a su espalda, ya no estaba tan cohibida, parecía que los combinados me estaban desinhibiendo.
Tome los documentos y los empecé leer, quería despejar mi mente, volví a hablar y le plantee nuevamente todas las quejas de la comunidad y él siempre con una sonrisa en los labios, dejándome hablar, sin volver a interrumpirme, ni me dijo nada desagradable, parecía más bien que mis argumentos le parecían razonables
De pronto a la espalda de Sergei pude ver como la chica que no dejaba de oler el frasquito se desnudó del todo.
Yo por mi parte de forma automática deje caer mi mantilla de los hombros hasta el suelo, estaba empezando a sentir mucho calor, la chica se había tumbado en el sofá boca arriba y volvió a chupar la verga de su compañero, mientras el que se estaba masturbando dejo de hacerlo para abrirla de piernas y le metía un dedo en la vagina, el chico saco el dedo mojado y lo paso por los polvos blancos que previamente había esparcido por la mesita y se lo volvió a meter, era tan excitante que nuevamente estaba mojada.
– Mariana!!!, era Sergei que estaba llamando mi atención, se ve que me había quedado tan absorta en lo que estaba viendo que dejé de hablar, cuando lo miré y volví en mí, tosí y di un sorbo de mi combinado, Sergei sonrió
Como había perdido el hilo de la conversación miré nuestra mesa sin saber muy bien como continuar, en ella junto con nuestros combinados y un paquete de cigarros, estaban los tarritos que había visto oler a la chica y polvo blanco, los mire con curiosidad, en principio, aunque no estoy muy puesta en drogas pensé que era coca, pero cuando vi que se la metía a la chica en la vagina, pensé que sería algún otro producto del sex-shop, de los tarritos no tenía ni idea.
Sergei al ver mi cara de curiosidad, cogió uno de ellos y me dijo:
– Es Popper
Yo no había escuchado en mi vida ese nombre
– ¿Popper?, pregunte.
– Si, cuando lo hueles aumenta el placer sexual
Solté una carcajada nerviosa, pensé en mi marido y pensé en que no estaría mal aumentar nuestro placer sexual, como mencione, hace mucho tiempo que en mi relación lo hacíamos poco y demasiado rápido, yo casi no me enteraba, definitivamente necesitaba aumentar mi placer sexual.
Pero claro estos eran mis pensamientos y de ningún modo se los iba a trasmitir al ruso, ni le dije que, no me vendría mal un tarrito de esos o más de dos.
Pero como si estuviera leyéndome el pensamiento, Sergei abrió el tarrito y me dijo:
– Huélelo, te gustará
Yo que soy muy recatada normalmente habría dicho que no, pero claro la curiosidad mato al gato y llevaba unos cuantos tragos encima y con la excitación que llevaba por el show frente a nosotros, lo hice.
Al olerlo, note un olor dulzor, parecido a la acetona de las uñas, totalmente inofensivo y lo hice de nuevo, una sensación de calor ardiente empezó a recorrerme el cuerpo, me sentía muy bien, me apoye en el respaldo de la silla, me levante la melena con los brazos, eleve mis pechos y suspire, definitivamente el Popper te hacía sentir muy bien, alargue mi mano hacia mi bebida, di un sorbo y volví apoyar la espalda, en estas maniobras de echarme hacía adelante y hacía atrás, y al hacerlo sin ningún tipo de cuidado, mi vestido había dejado ya hace mucho tiempo de taparme los muslos, y difícilmente me tapaba las bragas.
Pero claro entre lo que había bebido, la cálida sensación y una especie de euforia que me estaba embargando, yo no me di ni cuenta.
En este momento al mirar a Sergei, escuche que estaba argumentando sobre los problemas de la comunidad, pero una sonrisa burlona asomaba a sus ojos, mire a su espalda y vi al chico entre las piernas de la chica chupándola, lamiéndola, mi calor se hizo más intenso y entreabrí mis piernas.
Sergei que no me quitaba ojo, me dijo
– ¿Quieres olerlo de nuevo?
Como un autómata afirme con mi cabeza, sentándose a mi lado, me lo dio a oler.
La sensación fue liberadora, como si me faltara el aire, abrí más la boca, el oxígeno me parecía llegar cada vez más adentro, no jadeaba, pero respiraba muy profundamente, vi a los actores y uno estaba follándola a cuatro patas, mientras ella seguía comiéndole la verga al otro, que lenguaje Mariana.
Mi calor ya no podía subir más, de repente note como una mano subía por la cara interna de mi muslo, en ese momento de la comunidad y mi familia no me acordaba de ellos.
Mi cuerpo estaba totalmente receptivo, esa mano subía y yo ansiaba que encontrara la puerta de mi deseo, abrí más las piernas para indicarle el camino, poco a poco note como unos dedos desconocidos se abrían paso entre mis bragas, si bragas, si yo hubiera planeado esto quizás me habría puesto ese conjunto de lencería tan bonito y sexy que me había comprado en días anteriores.
Pero como yo venía a hablar de la comunidad y no a portarme como una golfa, que para ese entonces poco me importaba, la mano conocedora de lo que se hacía aparto el algodón y encontró lo que buscaba, el primer dedo fue liberador, no sé si abrí más las piernas, tampoco sabía si podía abrirlas más, pero el anhelo que sentía fue calmándose, primero fue uno, luego dos, de pronto me encontré con tres dedos en mi interior.
No fue una tarea tan difícil, mi vagina estaba lubricada por sus líquidos, Cesar pocas veces me masturbar con sus dedos, últimamente le parecía algo inmoral, por lo que al ser una situación a lo que ya no estaba acostumbrado lo dejo hacer.
– Aaahhh!!! gemí y me recosté en la silla dejándome llevar, me gustaba, hacía mucho tiempo que mi marido no me tocaba, esa mano no buscaba nada más que mi disfrute, no solo satisfacer de forma rápida un instinto primario, me acariciaba de una manera apasionada, entraba y salía a veces suave y lento, en otras ocasiones lo hacía rápido y fuerte.
– Siiii, sigue así, ¡¡Dios que rico!!, empecé a decirle
– Estas bien apretadita, me dijo Sergei, para llevarse sus dedos a su boca y lamerlos, de esta forma lubricarlos y volver a su labor.
No sé cómo o en que momento me encontré recostada en el suelo, había alfombra muy suave con lo que la sensación era muy agradable, vi mi mantilla y mis bragas en el suelo, no supe en qué momento me las había quitado, pe no me importaba, una pequeña sonrisa de satisfacción llego a mi rostro, estaba gozando como nunca.
Sergei en ese momento acerco su boca a la mía y como desespera empecé a besarlo, fue un beso de lo más apasionado, su legua jugaba con la mía, mientras su mano seguía en mi vagina y jugando con mi clítoris, me excitaba demasiado.
– Mmmm!!, era lo único que pudo pronunciar
Sus dedos entraban y salían rápidamente haciendo que mi cuerpo vibrara, jamás en la vida había sentido tan rico.
Me sentía como en otro mundo, como en una realidad alterna donde la esposa y madre feliz no existían, ¿Dónde había quedado la mujer que hasta hace algunos minutos era casta y mojigata?
En ese momento ocurrió algo que nunca había sentido y me ocasiono una sensación extraña, pero demasiado placentera.
– Detente por favor me voy a orinar!!, grite en mi ignorancia, en el momento que sentí que una gran cantidad de fluidos iba a salir de mí.
– Créeme que no es eso, me dijo Sergei, tendrás un Squirt, algo que no sabía que era en ese momento
– Meee… voooy… aaa… correr, grite tan fuerte como nunca lo había hecho, fue algo indescriptible no creía que fuera posible que es gran chorro saliera de mí, estaba volviéndome loca de placer.
Sergei saco su mano de mí, y empezó a besar mi vientre y fue bajando más y me abrió las piernas y empezó a chuparme, no lo hacía por cumplir como pasaba últimamente con mi marido, parecía que le gustaba.
– Estas muy rica Mariana, el sabor de tu vagina es de lo mejor que he probado
Cada lametón me hacía elevar todo mi cuerpo, de pronto note como su lengua me penetraba, no era profunda, pero si exigente, como si me taladrara, al mismo tiempo cuando salía sus dientes mordían mi clítoris.
– Duele, pero me gusta cuando me muerdes sigue haciéndolo, le pedí
Estaba en el séptimo cielo cuando mi ruso, acerco el delicioso tarro a mi cara, no pregunto, lo abrió y yo deseosa acerque mi nariz y olí, otra oleada de placer se apoderó de mí, arquee mi espalda y me expuse todo lo que podía.
En un momento dado, poco a poco los actores se acercaron a donde estábamos, siguieron a su rollo, pero más cerca de nosotros, de pronto miré a la mesa y a Sergei, él sin pregúntame, como si hubiera escuchado mis deseos, cogió los polvos de la mesa hizo un par de líneas y me miró, a esas alturas no me importaba nada quería probar todo así que me acerque a la mesa, Sergei me indico lo que tenía que hacer.
– Tápate un lado de la nariz y aspira, así lo hice y esnifé una de las líneas,
Que sensación tan extraña y placentera a la vez, rápidamente note que los efectos del alcohol desaparecían y solo quedaban las ganas de pasarlo bien y el hecho de que seguía caliente.
Sergei tomo la otra línea con su lengua, yo toda laxa y excitada asentí y esa lengua que me taladraba hace un minuto volvió a hacerlo esta vez cubierta de polvo blanco, la sensación fue indescriptible, nunca en mis muchos años había experimentado nada así.
Las drogas me estaban haciendo su efecto, me volví toda una puta y zorrona, dándome la vuelta con el vestido en la cintura, le ofrecí mi coño a cuatro patas.
– Por lo que mas quieras no dejes de comerme, soy toda tuya, no me importaba nada en eso momento solo disfrutar del sexo, como nunca lo había hecho.
– Sabia que te gustaría, dijo mi ruso.
En eso Sergei se bajó la cremallera y sin bajarse los pantalones siquiera, se cogió la polla, yo miré curiosa y abrí los ojos como platos al ver semejante instrumento en sus manos, mi marido estaba bien, pero claro no tenía con que comparar, ya que él había sido el único hombre en mí vida, la de Sergei era gruesa, venosa y más larga que la de mi marido, Dios la superaba con creces.
Sin preguntarme y sin más preámbulos, me empaló, la embestida casi me hace caer de bruces sobre la alfombra, pero afiance mis manos y espere gustosa la siguiente embestida, con cada una de ellas mi placer iba en aumento
– Ahh papi, así papi, dame más, que rico me coges, parece que el Popper y la coca estaban haciendo de las suyas y yo estaba en el cielo, a la mierda la comunidad, la familia y mis prejuicios, el ruso estaba haciendo que me olvidara hasta de mi nombre
– Te gusta putita, era la primera vez que alguien me llamaba así, lejos de ofenderme me enloqueció
– Si así, ¡¡¡cógeme… duro!!!, papi dale.
Sergei lo hizo más fuerte, el rápido mete y saca del pene de mi ruso me volvía loca, entre embestida y embestida, uno de los actores, el galancete del día anterior se acercó mucho a nosotros, estaba prácticamente pegado a mí, y en un momento dado, al abrir los ojos me encontré con su verga delante de mis ojos, era sonrosada y muy grande, aún más que la de Sergei, se la había cubierto de polvo blanco y yo como sin querer saque mi lengua y la lamí, más que nada para chupar el polvillo.
Pero me gusto, me gustó mucho, empecé a chupar esa polla sonrosada, mientras Sergei una y otra vez me embestía, dos hombres para mí, mi cerebro no podía registrar una situación similar, pero como me gustaba, no pensé más, solo les pedía que no se detuvieran, que hicieran de mi lo que quisieran.
– Dios que placer no paren, soy suya, no dejen de cogerme, papi dame más duro, ¡¡ruso cabrón, métemela toda!!, estaba irreconocible, nunca en mis cabales hubiera dicho tal cosa, pero en ese momento no me importaba.
Las drogas y el alcohol consumido me habían transformado en otra persona, quería probar todo esa noche, sentía que me podía comer el mundo, aunque en ese preciso instante me estaba comiendo algo mejor.
Sin dejar de chupar la otra verga voltee hacia la otra pareja y vi algo que me dejo en shock, y pensé que tenia que probarlo yo también, de repente mi ruso como si supiera lo que estaba pensando sin dejar de taladrarme me puso un dedo en el culo.
– ¡Aaahhh!, grité al sentir esos dedos intrusos que juguetean en mi interior, sentí lo húmedo de esos dedos y empecé a tener miedo, pensé que me dolería, pero no paso así, mi culo hasta ese momento virgen, se relajo y con vida propia, podría decirse, se abrió bien, se estaba preparando para que lo terminen de desvirgar.
Sergei que parecía un pulpo porque le faltaban manos, se acercó a la mesa y se embadurnó un dedo de nuevo en el bendito polvo blanco, después de habérselo chupado con deleite, ese dedito blanco, fue directamente a mi ano, como si lo estuviese esperando toda la vida se dejó hacer, no me dolió al contrario, me corrí con solo dos entradas del ese maravilloso dedo.
Mariana, un tío follándote y con un dedo en tu culo y otro con su polla en tu boca, vamos a ver que tú eres toda una señora, que eres la presidenta, un lapso de conciencia llego a mí, pero solo fue por un ínstate, volvía sentir esa deliciosa polla moviéndose en mi vagina me encantaba sentir su dedeo en mi ano, era fenomenal nunca en mi vida había tenido tanta excitación.
Sergei como si leyera mis pensamientos dejo de follarme y se dedicó a chupar esa parte de mi cuerpo que hasta hace un minuto estaba virgen, me lo rodeaba con la lengua y a cada pasada una oleada de calor me recorría desde la punta de los pies hasta la polla del guaperas.
– Tienes un culazo espectacular, Mariana, de seguro que tu marido jamás te ha tocado aquí- en ese momento sus dedos pellizcaron fuertemente los cachetes de mi culo, a lo que nuevamente reaccioné con un grito, más de placer que de dolor y empecé a venirme nuevamente, al mismo tiempo que al que se la estaba chupando me lleno toda mi boca con su semen, era la primera vez que también alguien lo hacía y fue delicioso.
Me descoloque, tenía una lengua en el culo, me acababa de correr y una verga se había venido en mi boca, al mismo tiempo que otra lengua que me chupaba el clítoris. A ver organización, quien puede explicarme esto, son muchas lenguas.
Me volví y vi a la rubia espectacular tumbada entre mis piernas, chupándome con un deleite, que me dejo fría, perdón caliente muy caliente, al mismo tiempo me pellizcaba los pezones, Dios cuando me había quitado mi vestido, no, simplemente me habían desatado el nudo del cuello y colgaba de mi cintura, pero mis grandes tetas liberadas bamboleaban bajo mi cuerpo y la rubia no dejaba de masajéamelas. De repente, note unos dedos en mi coño, la rubia que aparte de chupar buscaba donde agarrarse, y unos dedos finos entraban y salían, aferrándose a mí.
– Ah que rico, exclame, estaba que me moría de placer ya que era mi primera vez también con una mujer
– вкусно, это деликатес богов, la escuche decir
Sergei al instante me tradujo
– Irina, dice que tue coño esta delicioso, que es un manjar de dioses
Como si supiera lo que iba a pasar el guaperas de la polla sonrosada se retiró de mi boca, justo en el momento que Sergei hacía una incursión en mi culo, al principio no fue bien recibida, me dolía era muy gruesa, pero junto con los mordiscos y los dedos de la rubia mis defensas huyeron en retirada y una polla gruesa lleno mi agujero.
– ¡¡Nooo!!, grite de dolor cuando me metió por completo su descomunal falo por el pequeño orificio anal
Al principio, sin mucho movimiento, pero en cuanto encontró cómodo dentro de mí, me bombeaba a su ritmo y yo me partía en dos de placer
– ¡Ahhh!!!, no dejes de meterla maldito que te mato, cógeme pinche ruso, ya no son gritos lo que sale de mi dulce boca de casada, ya son gemidos, y no de dolor, sino gemidos de autentico placer, placer que va en aumento, estaba fuera de mí, me corrí, como nunca creo que me corriera.
– Te voy a hacer adicta a esto…. Tienes cara de que te encanta el sexo anal, bramó Sergei totalmente fuera de sí
Irina no paraba de comerme y Alexey (que así se llamaba el guaperas de la polla sonrosada) volvió al ataque, esta vez yo la chupé con fruición, la necesitaba era mi punto de escape, hasta que Sergei se corrió, se salió de mí y yo caí tumbada en la alfombra.
Entonces Alexey le dijo algo en ruso a Sergei
– ты должен сделать дубль, y estos se rieron
Se sentó en un pequeño taburete y me indico que me subiera, tenía las piernas entumecidas pero mi cuerpo aun quería más, me subí y me la metí de golpe en el coño, era mucho más grande y larga que la de Sergei pero mi coño se la comió entera, empecé a menearme con furia, de pronto note algo en mi culo mire para atrás y era Irina, la rubia espectacular con un consolador metido en una especie de cinturón no me lo podía creer, ella me sonrió maliciosamente, embadurno el consolador en una especie de gel y lo fue introduciendo poco a poco, en unos minutos me encontré con dos pollas dentro de mí que no paraban de bombearme placer, creo que me corrí dos veces más, perdí la cuenta.
– Dios, soy muy puta, cójanme, no dejen de hacerlo, malditos rusos de mierda, gritaba extasiada de placer
Irina que era una guarra de mucho cuidado, mientras me partía el culo en dos me pellizcaba los pezones, me mordía el cuello con furia y me daba fuertes cachetadas en mi culito.
El otro ruso Dimitri se acercó a nosotros y me dio a chupar su polla, la cual no era tan grande, pero si mucho más gruesa que la de sus compañeros.
– Así Mariana… demuéstrame que eres una puta, me decía Sergei, lo cual hizo que me moviera más frenéticamente si es posible.
– Así…así… no paren, jadea fuera de mí, mis pechos se movían de forma hipnotizante, subiendo y bajando, perlados de gotas de sudor, impresionante.
De esta forma estuvieron al menos cuarenta minutos más, me cambiaron de postura varias veces, parecía una muñeca, en un momento de movimiento vi como Sergei estaba cerca nuestro con una cámara, madre mía me estaban grabando, pero no lejos de incomodarme y en el estado de perversión en el que estaba me excitó aún más, casi esbocé una sonrisa a la cámara.
Justo cuando creía que iba a desmayarme de placer Alexey se levantó y apuntando su polla a mi cara se masturbo unos segundos, la corrida fue descomunal cinco o seis grandes chorros de espeso y caliente semen cayeron sobre mi cara, y este empezó a chorrearme, la rubia se me acerco y empezó a lamerlo, hábilmente no dejo que nada cayera a la alfombra, lamía mi sudor y el semen, mi frente, mis ojos, mi boca, después nos fundimos en un tremendo y húmedo beso que me dejó sin respiración.
Cuando toda la excitación bajo, no sé como y sin despedirme, recogí mis cosas como pude y me fui corriendo, me acosté y prácticamente no tarde ni unos segundos en dormirme.
A la mañana siguiente, cuando desperté, tenía un mensaje en mi móvil de Sergei, recordaba haberle dado mi teléfono durante la charla inicial, en el junto a tres fotos mías una durante la penetración doble, otra con la pequeña orgia y otra con toda la cara llena de semen, me decía, eres libre de elegir tu camino.
Tú decides.
¿Continuará?