Hola amigos, les quiero relatar una experiencia que tuve hace como 5 años en el bello Puerto Vallarta México. Aquella vez andaba de vacaciones solo, en busca de aventuras, me quedé en un buen hotel muy cerca de centro de la ciudad, recuerdo que cuando llegué, andaba bien emocionado con ganas de encontrar hombres guapos con quién intimar, así que al llegar fui a comer al restaurante y después de hacer el check in subí a mi habitación a instalarme.
Acomodé mis cosas, me puse un traje de baño tipo bikini color blanco con estampado negro, no es por nada pero la verdad me veía muy bien; piernotas, nalgotas y mi torso bien trabajado en el gym, así que salí de caza a la alberca a ver qué levantaba, para mi sorpresa había casi pura familia y las miradas qué levantaba eran de las damas que me miraban discretamente mientras cuidaban a sus niños.
Ese día fue fracaso total, tanto que después de un rato en la alberca, unos drinks y un paseo por la playa regresé y vi a un chico camarero muy guapo, moreno ojos grandes y lo llamé a la habitación, le tiré la onda y nomás no cedió, en fin.
Al día siguiente yo ya andaba muy caliente de ver tanto macho guapo en traje de baño, así que salí a pasear por la ciudad y el hermoso malecón de Puerto Vallarta, sin querer fui a dar a la zona LGBT de la ciudad y me llamó mucho la atención un lugar de encuentros llamado Spartacus, me dio mucha curiosidad, así que busqué un café para investigar del lugar y vi que era sauna para encuentros masculinos y tenía muy buenas recomendaciones.
Así que después de salir del café me dispuse a entrar, al llegar me moría de nervios, había una pequeña ventanilla donde te atendía parcamente un tipo a quien solo se le veían las manos, te cobraba y te daba acceso al lugar, al entrar inmediatamente había unas escaleras y al subir te atendía otra persona quien te daba una llave para el casillero así como una toalla y un pareo para ponerlo sobre la cintura, cabe señalar que las reglas del lugar es que solo se puede deambular desnudo por las instalaciones o con el pequeño pareo sobre la cintura, no es por nada pero eso del exhibicionismo, me excita mucho, así que me dispuse a desnudarme, y guardar mis cosas en el locker, cuando me alistaba vi unos chavos muy guapos que iban de salida y se estaban cambiando frente de mi, no pude disimular ver sus vergas e imaginarlas paradas, ellos no se inmutaron, solo sonrieron y se fueron.
Una vez listo me dispuse a conocer el lugar, el lugar es muy agradable, hay condones, lubricantes y todo lo necesario para que disfrutes el momento, el lugar tiene 3 niveles si mal no recuerdo, lo primero que vi era un jacuzzi donde había como 3 o 4 señores ya cincuentones nada agraciados, un cuarto oscuro que es como un pasillo laberinto, regaderas, sauna, un área para hacer cosas sado donde vi unos columpios, una sala donde proyectan películas pornográficas y en la azotea una alberca pequeña.
Después de ver las instalaciones me fui al jacuzzi donde estaban los señores, me quité el pareo y me metí, ellos solo abrieron los ojos al verme encuerado con mis huevos al aire, los vatos no hablaban, estaban según relajándose con los ojos cerrados, un minuto después de que había entrado y yo también estaba con los ojos cerrados con la cabeza apoyada en la pared, empiezo a sentir roce de uno de ellos quien con su pie comienza acariciar mi pierna, después ya eran tres pies que me acariciaban y luego una mano en mi muslo acariciándome, la verdad si andaba caliente pero quería algo mucho mejor.
Me levanté y me salí de ahí, me metí al cuarto oscuro donde se escuchaban murmullos y gemidos por todos lados, no veía ni madres y solo pude sentir que me metieron la mano por debajo del pareo, yo me volteé y agarro la pierna de un tipo quien estaba desnudo y con una voz muy varonil me dice que si quiero mamar verga, yo se la agarré y la sentí de muy buen tamaño, acaricié el cuerpo de mi incógnito amigo y lo palpe fuerte y joven, así que me hinqué y metí su verga en mi boca, yo lo mamaba con locura, andaba muy caliente y mi verga ya estaba al 100, el tipo gemía y decía que se lo hacía muy rico, al minuto ya tenía a otro esperando turno para ser mamado por mi y me pegaba con su pene en mi mejilla, así que tenía dos vergotas deliciosas que degustaba una y luego la otra.
Después de un rato les dije a los dos cabrones que a mí también me gustaban las mamadas y ellos se hincaron y me felaron, uno me hacía unas mamadas y el otro me abría las nalgas y me metía la lengua en el culo, nos manoseamos bien rico un rato y después salí de ahí.
Fui a la sala de televisión donde se proyectaban películas y estaba vacía así que me dispuse a pasar a la alberca, ahí había 3 chavos guapos, a los que estuve viendo y tratando de establecer contacto pero como que ellos ya tenían su grupo y no pude integrarme, después de un rato volví a la sala de TV, ahí había unas bancas tipo gradas y estaba un señor muy guapo extranjero bien mamado, brazotes grandes y piernotas, ojos azules y semivelludo del pecho.
Veía la película y se acariciaba por debajo del pareo, yo me senté lejos de él y comencé a ver la película, él se me acercó y en inglés que no le entendí ni madres, imagino que me dijo que si quería coger, porque me enseñó su verga parada como de 16 cm, y vio la mía de 20 y le brillaron los ojos, le dije que si y me comenzó a acariciar los muslos y los testículos, con eso ya tenía mi pene al 100.
Me abrió el pareo, yo me recargué en las gradas y comenzó a mamarme la verga, yo solo puse mis manos en la nuca mientras me lamía, huevos, culo y verga el pinche gringo hambriento.
Después me besó y nos empezamos acariciar, la verdad es que el wey estaba mamado, le lamia brazos axilas y pezones, ya después le di unas buenas mamadas, el vato me buscaba la verga para seguir mamando y me decía que se la metiera; abrí un condón y le eche lubricante en el culo y se la dejé ir, me lo empecé a coger bien sabroso, yo en ese tiempo tenía como 32 años y el señor como 50, el vato gemía como veja y de rato ya teníamos público viendo como me cogía al don, tres tipos chulos agarrándose la verga parada nos observaban.
Uno de ellos se acercó y le puso la verga en la cara al don y este como pinche becerro mamaba cómo loco mientras yo le daba con todo por el culo, yo le agarraba los huevos y los masturbaba mientras gemía y sollozaba, después un de los tipos se acercó para que el don lo felara también yo le dije que mi boca estaba desocupada así se subió a una banca y me puso el pene a la altura de mi cara y lo empecé a mamar también, unos minutos después, el gringo se corría de las puras embestidas que le daba.
Después de eso los tres le hicieron fila para cogérselo, yo ya había agarrado a uno de los chavos que eran como de mi edad y nos dábamos unos besotes de lengua y nos mamábamos mutuamente, uno de ellos me hizo terminar a puras mamadas, después de dejar desojetado al gringo nos fuimos a las regaderas a quitarnos el olor a culo y semen.
Platicamos algunas trivialidades y me fui a cambiar, en los casilleros vi a un niño bien rico, cómo de unos 28 años que guardaba sus cosas, me acerqué y le pregunté su nombre, se llamaba Kenneth y era de León Gto., andaba de vacaciones, le di mi teléfono y le dije que andaba solo, que si quería pasarla bien, me hablara, estaba en hotel Buganvilias y me fui.
Ese día en la noche me habló el chavo guapísimo del Spartacus y nos pusimos de acuerdo para vernos en una comercial mexicana que quedaba cerca del hotel, compré unas cervezas y botana antes para recibirlo. Cuando lo vi llegó con una playera aqua, ajustada y unos shorts color ámbar apretaditos que dejaban ver sus piernas marcaditas. Nos saludamos y ambos nerviosos pasamos al hotel a mi habitación como si nada.
Ya en la habitación platique con Ken, no dejaba de admirarlo, traía un bronceado espectacular, ojos verdes, cabello castaño, delgado, de hombros anchos, brazos marcaditos, piernudito y nalgón, 28 añitos tenía mi conquista. A diferencia de mi percepción en el Spartacus, en donde ken se portó cortante, ahora era muy agradable, ya después de una cerveza, me puse a un lado de él y comencé a acariciar su rostro y su pecho sobre la playera, el me acariciaba mi muslo, y en unos segundos no besábamos apasionadamente.
Ken olía riquísimo y mi verga ya se ponía dura, nos empezamos a desnudar y nos fuimos a la recámara, aquello que veía era un cuerpo perfecto, de esos niños con la piel tersa traía marcado su traje de baño, por lo que sus muslos y zona íntima estaban más blancos que el resto del cuerpo bronceado, su vello púbico perfectamente delineado y recortado, una verga como de 18 cm cabezona, y uno huevos grandes. Su pecho y abdomen marcados, brazos y piernas marcaditos y unas nalgas hermosas.
Nos besamos apasionadamente, el besó mi pecho, mis pezones, axilas y abajo por mi abdomen para agarrar mi verga con sus manos y meterla en su boca, me mamaba cómo si fuera un niño alimentándose, yo lo dirigía se forma rítmica poniendo mi mano en su cabeza y embistiéndolo por su boca.
Yo lo acosté y me dispuse a disfrutar de su cuerpo hermoso, pase mi lengua por su cuello, sus axilas y baje por su manjar, su verga y huevos sabían a macho yo besaba sus muslos y levantaba sus piernas para alcanzar su culito cerrado con mi lengua. Entre tanta cogedera, Ken me dijo que en el Spartacus no pudo hacer nada, que puro señor feo se lo quería coger y salió decepcionado por eso andaba algo cortante cuando lo vi, pero que nada más por eso había valido la pena.
Recuerdo haber hecho un 69 delicioso con mi joven amante, yo lo tenía encima de mi sus piernas a los lados de mi cara y mientras le mamaba la verga y sus huevos descansaban sobre mi nariz, desde ahí podía divisar su culito cerrado que ya ansiaba poseer y que acariciaba con mis dedos
Después de un rato en que nos besábamos y felabamos apasionadamente, le dije a Ken que me lo quería coger por el culo. Él sonrió y me dijo que ya me había tardado. Se puso en cuatro dejando expuesto su hermoso ano rosado, depilado y no pude aguantar las ganas de lamerlo desde los huevotes que le colgaban hasta su agujero, metía mi nariz entre sus nalgas, yo estaba muy excitado.
Le puse lubricante y coloqué la punta de la verga en su culo y poco a poco lo comencé a penetrar, Ken gritaba de dolor y placer, y de chingazo se la metí hasta los huevos, poco a poco me movía cada vez más rápido, yo lo tomaba de las caderas y prácticamente lo cargaba y controlaba los movimientos de va y ven.
Yo le dije a Kenneth que lo iba hacer terminar sin tocarlo y le daba con todo y cuando sentía que me iba a correr, me detenía, hasta que en una de esas mi buen amigo termino con tremendas expulsiones de semen que yo degusté, le saqué la verga y me puse a lamer el semen que podía encontrar sobre la cama y él había en su verga.
El después me siguió mamando como becerro hambriento hasta que me hizo terminar en su cara y boca. Una hora después venía la segunda ronda, recuerdo la imagen en qué yo lo tenía con las piernas a los hombros penetrándolo y viendo su cara roja congestionada y esos ojitos verdes que se pronto se ponían blancos de puro placer y eso me excitaba más y más hasta que lo comencé a masturbar mientras lo penetraba terminando los dos al unísono en tremendo orgasmo.
Fue una noche fantástica, nos bañamos juntos, dormimos juntos abrazados, y por la mañana fuimos cogimos de nuevo delicioso como recién casados en su luna de miel y después a desayunar, terminando el desayuno fuimos de paseo a las islas Marietas, la pasamos genial, por la tarde nos despedimos y nos pasamos nuestros contactos, estuvimos algún tiempo mensajeando recordando lo vivido hasta que le perdí la pista a mi guapo amigo íntimo.
Hoy solo quedan los recuerdos de aquellos candentes días.