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Mi tío Gabriel (segunda parte)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Ya llegué junto con mi madre a la casa de la abuela que es el lugar donde se está celebrando el cumpleaños número 83 de mi abuela que por cierto está muy lúcida para su edad.

Cuando llegamos la abrazamos, le dijimos feliz cumpleaños y le dimos su regalo. Mi madre se fue a charlar con ella y yo me fui a sentar donde está mi tío.

Para esta noche me puse un vestido rojo corto y apretado con un escote muy abierto que parece que mis tetas ya se van a salir, el vestido me queda bien en combinación con mi piel blanca y cabello negro.

Apenas me siento a su lado mi tío Gabriel me dice:

-Hola cariño ¿cómo estás? Además de hermosa.

-Hola tío, estoy bien y vos?

-Con muchas ganas de follar súper duro contigo esta noche- me responde mientras me toca mi muslo por debajo de la mesa.

Entonces comienza una de las delicias de la noche: mi tío me manosea las piernas subiendo mi vestido y yo abro las piernas para facilitarle el acceso a mi vagina.

Cuando encuentra mi vagina lista para que el la toque me sonríe porque no traigo ropa interior puesta.

-Me hiciste caso- me dice con su voz sensual en el oído.

-A ti siempre mi amor- le respondo.

Ya empezó a estimular mi clítoris con sus suaves y sensuales caricias que me enloquecen esta así por unos minutos hasta que me empieza a meter los dedos de a uno cuando ya tiene los 5 dedos dentro de mi concha los entierra bien en el fondo y los mueve (me estoy conteniendo mucho para no gemir) pero estoy cada vez más mojada y Gabriel lo sabe y lo disfruta mientras me mira con una sonrisa pícara en su bello rostro.

Ya no aguanto más quiero devorar su boca, su cuello, su pene, lo quiero devorar a él. Así que decido poner mi mano en su entrepierna y acariciarlo suavemente ahora él se está conteniendo para no gemir.

Cuando saca sus dedos los tiene súper mojados y se los chupa de a uno pasándole toda su lengua y disfrutando.

-Tus fluidos son deliciosos- me susurra.

Pasan unos minutos, llega mi madre y saluda a su hermano.

-No te había visto- le dice ella ( mi madre Beatriz).

-He estado aquí sentado con mi sobrina Angelina- responde Gabriel.

-Mamá tu seguro estabas en el patio charlando con la abuela y con las tías de plantas- intervengo en la conversación.

-Tienes razón hijita- me dice y suelta una carcajada – Oye Gabriel ¿dónde está Marcela?- (Marcela es la esposa de mi tío).

-Se quedo en casa de su madre- dice el.

-A bueno ¿podrían ir a buscar las gaseosas que están en la heladera? Y traigan hielo y vasos.

Mi tío y yo no respondemos nada solo nos levantamos. Estamos más felices que nunca por que se nos dio la oportunidad de estar solos.

Cuando llegamos a la cocina el cierra la puerta y se acerca rápidamente a mi.

-Ya no aguanto más- le digo.

-Yo menos- me responde mientras me agarra las dos nalgas con mucha fuerza y me las aprieta.

Luego nos devoramos la boca sin pensarlo, nos besamos con todas las ganas que nos estábamos guardando y nuestras lenguas que estaban ansiosas por unirse ahora se están dando un verdadero festín, cuando paramos de besarnos estamos sin aliento los dos y con los labios súper hinchados.

Luego yo lo abrazo devuelta, él pone sus manos en mi cintura y me da unas mordidas suaves en el cuello y yo ya estoy gimiendo despacito.

-Eres mía Angela- me dice sin parar de morderme el cuello.

-Si- le respondo entre gemidos.

-Di que eres mía.

-Soy tuya.

Cuando terminamos ese juego de palabras yo ya estoy sin vestido y sin sostén y él se ha quitado la camisa y se sacó su pene.

Abro las piernas, apoyo mis manos en la mesa de la cocina y levanto el culo, pero antes Gabriel me da unas cuantas nalgadas bien fuertes y luego me penetra.

Sus embestidas son deliciosas, salvajes, fuertes, no tienen limites su pene entra y sale muy rico hasta en un momento me mete los testículos. Pero a causa de estas embestidas tan rápidas me está doliendo el culo y siento que se me está abriendo demasiado, pero disfruto de la sensación, disfruto de tener a mi tío adentro mío dándome el mejor sexo de toda mi vida.

No me importa más nada quiero gemir, pero él me tapa la boca y me dice: shhh cariño recuerda donde estamos.

Duramos unos buenos minutos con esas embestidas y finalmente el eyacula dentro mío.

Luego nos vestimos, pero antes de ir para la sala de estar él me dice:

-Angelina disfruto mucho teniendo sexo contigo y me olvido de todo ¿querés ser mi amante?

-Ya me convertí en tu amante desde la primera vez que nos acostamos, pero acepto- le respondo mientras le doy un último beso en sus labios.

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