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Mine, mi putita el primer encuentro
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Me haré llamar Dex, son las seis de la mañana salgo de bañarme, me visto con un pantalón de mezclilla, playera blanca, gorra, y tenis, soy una persona común y corriente, me gusta pasar desapercibido, iba manejando mi taxi por una colonia un tanto fea cuando vi a una posible pasajera, me llamo la atención por qué tenía esa cara particular de putita, aún que se veía chica realmente.

Ella vestía un pantalón de mezclilla muy pegado, zapatos de piso, una blusa roja con escote que dejaba ver sus tetas no muy grandes pero aceptables, y llevaba el cabello sin arreglar pero si iba maquillada más de lo normal, lucía como toda una puta pero definitivamente no lo era, lo supe por su forma de vestir al menos no una de las que cobran, no me hizo la parada pero aun así me detuve frente a ella y le ofrecí el servicio. Dudosa miro su reloj y lo acepto, se subió en el asiento delantero, lo cual facilito más el hacerle plática, pude ver qué tenía un tatuaje en su muñeca y fue así como entablamos una breve conversación ya que yo también tengo tatuajes. Le pregunte si podía tocarlo la verdad es que siempre me da curiosidad tocar los tatuajes por qué es una forma de saber la calidad de estos, pero a decir verdad en esta ocasión solo fue para ver si está chica tenía apertura, ciertamente su tatuaje estaba feo y eso se veía a simple vista, seguramente había sido realizado con una máquina hechiza. En fin, ella accedió y me permitió tocarlo, durante la conversación pude saber que su nombre era Minerva pero que no le gustaba y prefería que le dijeran Mine, que su edad era 18 años, que se dirigía su trabajo, vivía sola con su papá ya que su madre había fallecido hacía tres años, y que salía a las 7 pm entre otras cosas.

Una vez llegando a su trabajo le ofrecí una tarjeta por si requería algún servicio en algún momento, pero en realidad yo no utilizo eso, no me gusta tener clientes, así que busque en la guantera sabiendo que no encontraría nada y terminé diciéndole que se me habían acabado pero que me pasará su número y le mandaría un mensaje para que me agregará por si se le ofrecía algo, ella acepto y yo guarde su número telefónico, estuvimos hablando durante el resto del día y quedé de pasar por ella a su trabajo para llevarla a su casa, era diciembre y hacía frío así que en el transcurso me detuve a comprar un par de cafés en un Oxxo me detuve antes de llegar a su casa para poder terminar cada quien su café y seguir platicando, generalmente soy bueno para identificar a las putitas pero ya comenzaba a creer que está vez si me había fallado mi instinto, la lleve a su casa y nos despedimos de beso en la mejilla.

Al otro día también estuvimos chateando y en la noche nuevamente pase por ella, está vez la fuimos a un parque y ahí estuvimos platicando, siguió contándome acerca de su vida y yo ya estaba realmente harto y arrepentido, definitivamente me falló mi instinto pensé.

Justo en ese momento le di un beso en la boca, más para callarla que para algo más, ella correspondió el beso y la situación subió de tono, lo que comenzó como un beso tierno se convirtió en uno de los besos más ricos que he probado, ella succionaba mi lengua como si de una verga se tratase, en ese momento supe que no me había equivocado, comencé a acariciarle sus piernas, que es de lo que más me llama la atención en una putita, me gusta imaginar las completamente abiertas de piernas masturbándose frente a mi… Así bien continuamos besándonos y yo acariciando sus piernas subiendo cada vez más, nos encontrábamos sentados en una banca del parque de esas que no tienen respaldo, estábamos frente a frente así que acomode sus piernas encima de las mías para poder seguir tocándola, ella me sujetaba la cara mientras nos besábamos.

Es hora le dije. No le pregunté. No se lo insinué. Fue más bien una indicación. Ella respondió con un tímido si, con la cabeza agachada y casi mordiéndose el labio inferior mientras miraba hacia arriba para cruzar su mirada con la mía. Era una mirada tierna o al menos un intento de, Pero la verdad es que yo solo veía la mirada de una puta, una buena puta de las que disfrutan serlo y no de las que cobran y lo hacen por oficio, me levanté de la banca y la tome de la mano, así la llevé hasta el coche, le abrí la puerta se sentó y yo le puse el cinturón de seguridad como si fuera una niña pequeña, ella me observaba con esa mirada que va entre la ternura y la puteria…

Esa mirada que solo puede ser resultado de algo: de que cuando su madre murió ella ocupo su lugar con su padre, tuvo que atender las necesidades de su padre, en ese momento solo lo intuí, más adelante lo supe de cierto. Si soy honesto, me encantan esas mujeres que tienen complejos con sus padres, ya sea por ausentes, o por abusivos, no es la primera chica así que me llevo a la cama, pero lo que realmente me gusta es que se enamoren de mi, es realmente fácil a veces hasta me da risa lo estúpidas que pueden llegar a ser y otras veces me sorprendo de lo astuto que puedo llegar a ser yo.

En fin, me subí al coche y en cuanto lo puse en marcha ella comenzó a acariciar mi verga por encima del pantalón, ya bastante erecta por la sesión de besos que acabábamos de tener, prácticamente me estaba masturbando no solo me acariciaba, en verdad me estaba masturbando, estaba muy muy bien entrenada definitivamente su papá había hecho un buen trabajo con ella, en cuanto me canse de sus manos… Solté el volante con la mano derecha y la pose sobre el respaldo de su asiento y abrí ligeramente las piernas, ella lo entendió a la perfección desabrochó mi cinturón y pantalón y liberó mi verga que ya estaba que reventaba…

Una vez fuera mi verga ella se incorporó un instante para poder observarla, me miró… Una vez más con esa mirada de ternura y puteria pero como pidiéndome permiso, no hizo falta que yo dijera nada, solamente ajuste mi asiento para quedar un poco más recostado a modo de que pudiera seguir manejando y ella lo entendió a la perfección, se lanzó sobre mi verga y comenzó a darme la mamada que hasta hoy en día no puedo olvidar, si bien esa no fue la primera vez que estuve con una chica así, definitivamente fue un parte aguas en mi vida sexual.

Estábamos cerca de un motel y hacia allí me dirija con toda la calma del mundo mientras ella seguía chupándome desde la punta de la verga, deleitándose con el líquido preseminal que escurría en abundancia anunciando que quería penetrarla inmediatamente, hasta los huevos, lo delicioso de todo esto es que se tragaba toda mi verga mientras mantenía la lengua por fuera y por debajo hasta que los alcanzaba, en ese momento tosía y se quitaba dejando hilos de saliva que se extendían desde mis bolas hasta su boca. Así fue casi todo el trayecto solo de detuvo un momento y se levantó dejando mi verga ahí parada y llena de saliva para preguntarme si podíamos pasar a comprar algo…

Más sorprendido que otra cosa le respondí que si… Se agachó y continuo comiendo verga, continúe manejando hasta que encontré un yepas (es una tienda como tipo Oxxo) me estacioné justo frente a la entrada con ella aun comiéndose mi verga, cuando sintió que el auto se había detenido ella también lo hizo, me limpio todos los restos de saliva que me había dejado durante estos minutos de sexo oral que me había dado, lo dejo limpio completamente y guardo mi verga dentro de mi bóxer a como pudo ya que seguía muy dura.

Lo demás lo hice yo, me subí el cierre, abroche mi pantalón y cinturón ella se quedó ahí sentadita, yo bajé del coche le abrí su puerta le desabroché el cinturón de seguridad la tome de la mano y así entramos a la tienda. Ella miraba para todos lados sin decir ni pedir nada pero no actuaba extraña realmente, como no vi que quisiera algo en específico yo tome la iniciativa y me dirigí hacia donde estaban las cervezas, dos vatos estaban en esa parte de la tienda eligiendo que tomar así que tuve que esperar para poder tomar yo mi six de corona, en ese momento ella me dijo con toda la naturalidad posible.

"papi ¿Me compras una paleta?¿Siii?"

Los dos tipos voltearon a vernos y claramente se dieron cuenta de que mi hija no era.

Eso me excito de sobremanera, le respondí "claro que sí, ve elígela y regresa aquí"

Solo en ese momento me soltó de la mano para ir por su dulce, los tipos terminaron de elegir, yo tome mi six y me dirigí a pagar, ahí me alcanzó ella tomándome de la mano izquierda con su mano derecha y en su otra mano llevaba una paleta tuxipop, hasta me saque de onda tanto como los dos weyes que antes me había encontrado en el área de cervezas y ahora en la caja, en fin ellos pagaron y salieron de la tienda pero se quedaron frente a mi coche, yo pagué mi six y la paleta, y nos dirigimos al carro le abrí la puerta, se sentó y yo le abroche el cinturón nuevamente y después me metí al coche todo esto mientras ellos veían la escena con una mirada lasciva y genuinamente asombrados.

Una vez en el coche ella dejo su paleta y me volteo a ver con una mirada suplicante, me desabroché el cinturón, el pantalón y ella se agachó a comerme la verga que a decir verdad seguía dura como un tronco por la escena anterior, y por qué esto no fue sin que ella antes les dedicará una mirada de putita a nuestros dos espectadores, conduje hasta el motel, elegí uno que tuviera espejos grandes frente a la cama, llegamos, me abroche el cinturón y pantalón pero me deje la verga de fuera, una vez más le abrí su puerta le quite el cinturón de seguridad y la tome de la mano, subiendo las escaleras para entrar a la habitación me quite el cinturón, cuando llegamos arriba ya lo tenía en las manos.

Entramos a la habitación y la puse frente a mi, le coloque el cinturón a modo de collar y ella entendió que a partir de ese momento era mi perra, se puso de rodillas a comer verga nuevamente manteniendo las manos en la espalda y mientras yo la jalaba hacia adelante o hacia atrás con el cinturón en su cuello como si de una perrita con una correa de castigo se tratara, lo hacía mucho más rico de rodillas se la comía toda hasta toser pero no sé quitaba, tosía y me llenaba la verga de saliva, en un momento la sujete de la parte de atrás de su cabeza mientras tenía toda mi verga en su boca hasta su garganta y ella intento alejarme con sus manos, la respuesta fue sacarle la verga de la boca y darle un par de cachetadas, la levanté jalándola del pelo y le dije:

A partir de este momento eres mi putita, mi perrita, o como te quieras hacer llamar para mí, pero eres mía, cada vez que estés a solas conmigo vas a tener mi verga en tu boca, cualquier cosa que quieras me lo vas a pedir a modo de pregunta a menos que sea para afirmar algo y la última palabra que quiero escuchar de esa boquita de puta va ser…

-Papi… -Me interrumpió ella para terminar lo que le estaba diciendo yo.- Entiendo papi. ¿Puedo seguir comiéndote la verga? ¿favor papi?

Ni siquiera respondí, mi sonrisa bastó, se puso de rodillas y continuó comiendo verga cada vez salivaba más y sus arcadas eran más continuas, en un momento pasé de estar recibiendo una mamada a estar cogiéndomela por la boca muy duro y rápido hasta que se vómito en mi verga, nunca ninguna puta me había hecho eso, nunca.

Pude ver en su cara un poco de temor, seguramente en algún momento eso mismo le ocurrió con su papá y el reaccionó de una forma negativa. Yo por el contrario estuve a punto de venirme al verla tosiendo y vomitando y con el rímel corrido por las lágrimas aún con mi verga adentro de su boca hasta su garganta, ella vio cuanto lo estaba disfrutando así que continúo ahora ella solita moviéndose al mismo ritmo que la estaba moviendo yo unos instantes antes, cerré los ojos y me deje llevar por su boca y sus sonidos, esa sensación de su garganta alrededor de mi verga cada que vomitaba solo se salía para tomar aire rápidamente y regresaba a su labor, lo estaba disfrutando tanto como yo, realmente le gustaba comer verga, y a mí me tenía vuelto loco como lo hacía, pero yo ya quería cogerla.

-Quítate la ropa le ordene -y así lo hizo.

No llevaba nada sexi y la verdad es que eso me calentó más, saber que no iba preparada para que me la cogiera me excito.

Yo me quedé vestido con la verga de fuera, me senté frente a la cama, mientras ella desnudaba.

-¿Me puedo comer mi paleta papi? -Me preguntó.

-¿No te cansas de tener algo en la boca verdad? -Le respondí

Y dándome la espalda estando en cuatro saco y abrió su paleta y la paso por su panochita que ya estaba escurriendo, lubrico bien su dulce y se lo froto en el culito poquito a poquito hasta que se la metió por completo en el ano y ahí la dejo mientras se llevaba su mano a la panocha para masturbarse.

-No, no me canso de tener algo en la boca, pero lo que quiero en ella es tu verga, la paleta es para mí culito que un momento va ser tuyo papi -me dijo.

Me quite la ropa y me dirigí a ella dispuesto a penetrarla, le saque la paleta del culo muy muy despacio para ver cómo iba apretando su ano a ese dulce y poder apreciar como se negaba a dejarlo salir, ella seguía masturbándose con la mano derecha mientras se mantenía con las tetas pegadas al colchón dejando así su culito bien levantado, gemía riquísimo, cuando le sacaba la paleta y se la metía nuevamente, por fin le puse la verga en la entrada de su panochita mientras tenía la paleta afuera de su culito pero presionando para entrar y ella solita se hizo para atrás dejando que mi verga y su paleta entrarán en ella al mismo tiempo, gimió riquísimo cuando por fin tuvo sus dos orificios llenos, comencé a cogerla a un buen ritmo y ella se seguía masturbando con la mano derecha y me acariciaba las bolas cada que le metía toda la verga y con su mano izquierda sacaba y metía la paleta de su culito a un ritmo frenético.

La tuve así un buen rato era una delicia escuchar sus gemidos de placer, baje un poco la velocidad de mis embestidas por qué estaba por venirme y no quería terminar aún, en ese momento se había sacado la paleta de su culito y pude ver cómo se quedó abierto unos instantes para después contraerse y quedar completamente cerradito, le quite la paleta y se la metí en la boca, ahora la estaba chupando como si de una verga se tratara.

-Me encanta papi. Me encanta mi sabor, ¿me puedes probar papi? -Me dijo.

Pero yo no quería dejar de cogerla ni por un segundo para mamarle ese delicioso culito, así que lo que hice fue meterle dos dedos en el ano mientras seguía penetrándola después los saque y los lami, en serio estaba rica, deje mis dedos bien mojados con mi propia saliva y se los volví meter pero esta vez fueron tres ella gimió de dolor y placer, la estaba cogiendo por los dos lados, con mis dedos adentro de su culo podía sentir mi verga cuándo entraba en su vagina, comencé a sentir como se contraía su vagina y su culito en señal de estaba a punto de explotar así que aumente la velocidad ella se metió cuatro dedos a la boca junto con la paleta para sentirla completamente llena y yo continúe metiéndole los tres dedos en el culo a la vez que sacaba mi verga y cuando se la metía toda sacaba los dedos para generar un roce riquísimo, no aguanto más y por fin me regaló un orgasmo explosivo y delicioso, tres chorros de squirt me regaló junto con un gemido delicioso, yo tampoco aguante mucho más, apenas el tiempo suficiente para salirme de su panochita y enterrarle solo la cabeza de mi verga en su culito para llenarlo con mi leche.

-Que rico, me dejaste el culito lleno de leche como me gusta muchas gracias papi. -Me dijo a la vez que se llevaba la paleta de su boca a su ano.- Y así quiero que se quede -termino diciéndome con la paleta ya adentro de su culito evitando que se regara la más mínima cantidad de semen…

Afortunadamente no termino ahí, más bien fue solo el comienzo.

Gracias por leer me gustaría leer sus comentarios y se los agradecería, es la primera vez que escribo espero les haya gustado, es basado en un hecho real, si gustan pueden contactarme.

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