Resulta que un día mi amiga que conocí en internet me invita a una fiesta casual en su casa.
Con esa amiga yo ya había tenido sexo, (contaré eso en otra ocasión) y es por eso que decidí vestirme bien sexy a ver si de paso nos echamos unas tijeras o algún cunnilingus en el sofá.
Ese día llevé una falda corta blanca, una tanga mini debajo y un top.
La fiesta comenzó, mi amiga me saludó y comenzamos a bailar. En una de esas pierdo a mi amiga que hacía un momento estaba a mi lado.
La busqué, subí al segundo piso y comencé a buscarla en todas sus habitaciones, hasta que finalmente la vi; se encontraba desnuda con las piernas bien abiertas, sosteniéndose las tetas y una chica bastante buena le metía un consolador una y otra vez.
Ver eso me calentó muchísimo y también me enojó, pues yo quería tener sexo con ella.
Seguí mirando, aquella chica paró de meterle el consolador para pasar a lamerle con su lengua su húmeda concha. Mi amiga gemía fuerte y le pedía más.
Aquella chica se desnudó y comenzó a sacudirle su vagina con sus dedos.
No lo soportaba, estaba muy caliente, escuchar su vagina y esos jugos me volvía loca.
Silenciosamente me dejé caer y me puse en cuclillas con las piernas separadas.
Las dos comenzaron a hacer tijeras y gemir una y otra vez, yo me quité las bragas y comencé a tocarme e introducir mis dedos.
Estaba tan concentrada viendo aquel acto tan caliente, que no me percaté lo que detrás mío iba a suceder.
Resulta que un chico me había visto, y llamó a todos sus amigos para que también me vean.
El más fuerte se acercó y me tapó la boca, entonces me alzó por el aire.
Allí me encontraba yo, entre medio de los 4 chicos, sin poder gritar.
Me llevaron a uno de los cuartos de la casa de mi amiga, y allí se aprovecharon de mí.
Pronto se pusieron a turnarse para ver quién me cogería primero.
El chico más fuerte me tiró al piso, 2 de ellos me ataron los brazos a la espalda, me taparon la boca, me separaron las piernas y me las sostenían para que no pudiera cerrarlas.
El otro sacó su pene y comenzó a pajearse mientras rompía mi falda y mi top, quedando así completamente desnuda.
Y allí me encontraba, en el piso, atada y con las piernas separadas, con mi vagina húmeda expuesta y bien abierta, eso me calentó, por eso atarme era inútil, yo no me resistiría.
Los 4 formidables chicos se reían y me llamaban puta. Uno de ellos (él que parecía ser el líder) se agachó y con sus dos dedos comenzó a masturbarme mientras gemía de placer.
El otro me destapó la boca y me metió de pene en la boca mientras los sacaba y lo metía una y otra vez.
Los dos que sostenían mis piernas eran los más inútiles, pues solo me tocaban las tetas y me abofeteaban el culo.
El supuesto líder tomó la botella de cerveza que estaba tomando y me la metió de repente en la vagina. Yo pegué un grito, pues no de susto ni de dolor, sino de placer.
Comenzó a sacar y meter la botella muy duro y bien profundo, una y otra vez cada vez me la metía con más fuerza. Yo sentía que iba a morir del placer.
El líder de cansó de la botella y sacó su enorme miembro, con razón era el líder.
De una sola embestida me lo metió hasta el fondo haciéndome gritar otra vez.
Gritaba y gemía como una puta. Me tomó del cabello y me envestia bien duro y salvaje.
Duró como 6 minutos, yo me vine y a los segundos el se vino, derramando y llenando mi vagina con mucha leche.
Todos me soltaron mientras quedé allí, manoseada y con el culo hacia arriba, mientras mi vagina palpitaba y la leche seguía saliendo.
Los cuatro chicos se fueron y yo quedé allí.