Tenía una líder en mi trabajo la cual se volvió una gran amiga, platicábamos mucho y de vez en cuando me confesaba sus aventuras pasadas, la confianza se hacía más grande y las bromas se hacían más intensas, desde abrazos hasta tocarnos sin que nadie nos viera.
Le pedí su número y platicábamos seguido, nos confesábamos nuestras fantasías y nos decíamos las ganas de estar en un motel haciéndolo duro y que más podría pasar entre nosotros, simplemente pensamos en que tendríamos encuentros sexuales muy activos.
Las conversaciones se hacían más emocionantes cada vez, ella me confesaba que tenía sueños húmedos conmigo y yo le decía lo que imaginaba con ella cada vez que me masturbaba imaginándola, ella me decía que le ponía nerviosa platicar esos temas conmigo y para que estuviera más satisfecho empezaba a mandarme fotos de ella desnuda, me dejaba ver sus pechos y contemplar su vagina, me satisfacía mucho verla en diferentes poses y verla en videos tocándose y metiendo sus dedos en su vagina.
Decidimos salir al cine a ver una película y allí decidí besarla ella me correspondió y al salir del cine decidimos ir a su casa me senté en su sillón y ella se acostó sobre mi regazo, sentí una erección y ella lo sintió y río, sacó mi pene del pantalón y lo empezó a pasar por su cara y sus labios, empezó acariciarlo con la lengua y finalmente se puso frente a mi de rodilla y empezó a chupármelo muy profundo, sabía mover muy bien la lengua que no aguantaba mucho la excitación.
Fuimos a su cuarto y nos desnudamos, abrí sus piernas y empecé a lamer su clítoris y a introducir mis dedos en ella y a morder sus labios mayores, me prendía mucho escuchar sus gemidos, me acerqué a ella para besarla y meter mi pene en ella y lo hicimos tan duro que el cuarto se llenó de gemidos cambiamos la posición tomándola de la cintura y penetrándola duro mientras ella tenía la almohada en su boca, estaba tan caliente que quería penetrarla analmente.
Tenía que hacerlo poco a poco, ella me decía que sentía mucho dolor pero aun así me dejó hacerlo, no lo soporto mucho, me recosté en la cama y ella se postró sobre mi chupando mi pene en pose de 69, lamimos nuestras partes hasta ya no poder, ella se recostó boca arriba y yo me senté sobre su abdomen para meter mi pene en su boca y al mismo tiempo estiraba mi mano hacia atrás para masturbarla, llegando el tiempo de correrme, ella los echo en sus pechos y su cara.
Fue lo más excitante que sentí que me dejó vacío, mi fantasía se había cumplido y ella había vaciado sus ganas de tener sexo conmigo algo que hasta la fecha no olvido.