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Tiempo de lectura: 11 minutos

Hola: Mi nombre, es Dulce, soy soltera, de momento. Tengo treinta y seis años. Sin compromiso.

Trabajo de auxiliar de empaquetado, en una fábrica de compresas. Ahora, me han ascendido y soy encargada de grupo. Vivo, de alquiler. Con, Run-run mi gatito.

Tengo bastante sentido del humor, pero soy, muy introvertida. No soy de tener muchos amigos. Ahora, con los pocos que salgo, me lo paso “pipa”, no suelo salir mucho, por ahí. Más bien, una chica, casera y solitaria. Hace unos días, decidí celebrar, yo sola, mi ascenso en el trabajo. Lo tenía todo pensado, una botellita de vino blanco, sofá, palomitas, chuches y algo para cenar. La cena, que la tenía que recoger, justo debajo de casa.

En un establecimiento, de comida para llevar. Antes de las 20 h. El local, es de un matrimonio mayor, lo hacen todo muy bueno, pero son, muy puntuales.

A las 20h. en punto, bajan la persiana. No me podía despistar o me quedaba sin cenar.

Tenía tiempo de sobra para ducharme y bajar a por la cena. Me metí en la ducha, pensando, en la noche que me iba a pegar, la película que iba a ver etc.

Estaba contentísima, con mi plan.

Terminé de ducharme, me sequé un poco el pelo y empecé a ponerme un poco de crema, por el cuerpo.

Al llegar a la ingle. Me di cuenta. La “pelambrera” que tenía.

Una selva, perecía. Y decidí rasurarme. Estuve un rato ahí, con mucho cuidadito. Bien rasurada. Me deje un triangulito de pelo. Era la primera vez que lo hacía.

Pero como ahora se lleva, pues me lo hice. Ese día estaba graciosita.

A esto, que miro la hora, nooo.

Eran las 20h y tres. Pegue un salto y casi me corto, con la rasuradora.

-Mi ceeena

Cogí una camiseta, que estaba allí encima y que me tapaba el culo, me

puse los tacones, que me acababa de quitar y baje corriendo, a ver si los pillaba. Con esas pintas, sin peinar y tacones. Parecía una chica Almodóvar.

–Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón- jajaja

Cuando llegué abajo, estaba la persiana medio bajada. Me extraño un poco.

Me agache y entré, llamando a Pedro.

– Pedro, -Pedro, llamaba al dueño, y no me contestaba dije:

-Carmen, su mujer. Tampoco contestaba.

Al momento, sale de la cocina un chico alto, moreno, con pelo corto y rizado, ojos verdes y fuerte, muy fuerte.

Me dejó impresionada y se me aceleró el corazón. Me asuste. Le dije:

D– Tú quién eres? Donde están Pedro y Carmen?

Estaba preocupada. Miraba de arriba abajo, a ese tiarrón, desconocido y allí, solo. Pensé lo peor.

– Han tenido que ir al pueblo, a firmar unos documentos. – Hace un mes murió mi tía Fina…

Yo asentía con la cabeza, Carmen me contó que había muerto su hermana y cerraron, un día por defunción.

Ya, respire tranquila. Le mire, de arriba abajo y la vista, se quedó clavada en el paquete. Me lo comía, con la mirada. Qué vergüenza.

… ahora, están arreglando los papeleos de la herencia. Me dijo.

L- Perdona, Soy Luis, hijo de Pedro y Carmen.

Me dio la mano, y sentí como un chispazo, me puse un poco nerviosa. Quedé muda, por un momento y le dije:

D- El fisio?, que vive en Madrid? Tu madre me ha hablado de ti alguna vez.

Asintió con la cabeza, mientras me dijo:

Que había venido, a pasar el fin de semana con sus padres. Y él se quedaba aquí, para abrir el local. Sábado y domingo lo pasan juntos, bla.bla.blá.

D-Te queda algo de comida para llevarme? Le pregunté.

L- Algo queda, contestó.

L- Espera, que bajo la persiana, no quiero que se cuele más gente.

Mientras, me decía, qué le quedaba de comer. Yo le miraba, el culazo que tenía. Se dio la vuelta. -Que corte-

-Ese culito, que no pase hambre-. Pensaba

Y, rápido le conteste: Ensalada y pollo.

Quería irme rápido, me estaba cortando, de tanto mirarle. Y él tan serio.

En un momento, ya me sacaba la comida, con su bolsita. Él salía de la barra, para dármela en mano, yo me acercaba. Mirándole de arriba abajo, para recogerla.

Justo, cuando estire la mano, para coger la bolsa. Se rompió el tacón de mi zapato. Me doble el pie y aaah, que dolor.

Me iba al suelo de cabeza.

Luis, que estaba justo al lado, sin soltar la bolsa de comida, que llevaba en la mano, me cogió al vuelo.

Como a una pluma por las caderas y me dejo sentada, en una mesa.

Al subirme, también se subió la camiseta. Me quede, con el culo sobre la mesa y el “potorro” al aire.

Él, me cogió el pie, rápidamente, y empezó a masajearlo. Sin inmutarse,

L- Es, para que no se inflame el pie, me dijo…

L- Soy fisio, te lo dejo como nuevo. No te preocupes

D- Ya, ya. Dije yo.

Yo, muerta de vergüenza, diciéndole, perdona, he salido corriendo, cuando he visto la hora y no me ha daba tiempo ni para vestirme. Bla, bla, bla.

L- No te preocupes me dijo. Mientras me masajeaba.

De vez en cuando se le iban los ojos a la entrepierna.

Estaba un poco cortada, a veces me quejaba del dolor, pero estaba a gusto

– La “almejilla”, empezaba a hacerme palmas- Me estaba humedeciendo.

Ese masaje, que no sé, qué hacía, pero el guapetón, me tenía estremecida.

Al ratito me dice:

L- Me encanta tu rasurado “Brasileño”.

Me quedé helada. Estaba súper cortada, Y le digo:

D- No es un rasurado brasileño. Es un rasurado de “Dulce”, que lo he hecho yo. Jajaja, jajaja. Nos reímos un rato y le digo:

D- Gracias, tienes buen gusto.

Con la tontería, nos echamos unas risas, Y parece que se rompió un poco el hielo.

Seguía masajeando, a la altura justa, para cuando se acercaba. Yo, decía Ahh, me duele, e intentaba rozarle el paquete, con los dedos del pie.

Se queda mirando, fijamente, a la entrepierna y me dice:

L-Tienes un poco de sangre, en la esquina del triangulito.

Miro, a ver qué pasaba. Era una mini gota del rasurado.

D- No pasa nada, le dije.

Trajo una venda y la puso en torcedura, y seguía.

El masaje, que su mano ya estaba llegando al muslo y subía. Yo encantada. Ya tenía, el paquete, pegado a la planta del pie.

Masajeaba, de la rodilla a la ingle, con la mano, suavemente, mientras movía los dedos, de abajo arriba y repetía.

–Para circulación- Me dice el tío.

Mientras, notaba ese restregón, del paquete, en la planta del pie. Se estaba poniendo, “morcillon”.

Va el carbón, que me tenía con el corazón, a mil por hora, y me dice:

L- Te puedo la quitar?

Me dio un sofoco, de la impresión, no me esperaba nada ya. Abrí más los ojos, incline un poco la cabeza.

D- Vale, le dije

Pensé, que cogería una servilleta o con el dedo, para quitarme la gotita de sangre. No sabía que pensar. Yo, deseando que se lanzara, que me tocara el culo, me comiera la boca, o lo que fuera.

-Estaba loca por la música-

Pero ahí estaba, quietecita, calladita. Con las piernas cruzadas y cogida a los laterales de la mesa. Como si nada. Esperando, no sé qué…

– A ver, si se arrimaba-

Quería tirarme al cuello. Darle un achuchón o algo. Y él, tan serio, con una leve sonrisa. Tan guapo, tan bueno y tan todo. Uhhhuh

Me puso, una mano en la rodilla, como para abrirme las piernas. Tampoco, tuvo que hacer mucho esfuerzo.

-Se abrieron, como las puertas automáticas-

Metió la cabeza, y con la punta de la lengua, me quito la gotita sangre, muy suavemente.

L- Ummm. Que rico. Dijo.

Vuelve a meter la cabeza. Pone la lengua en la vagina, me da un lengüetazo, desde abajo hasta arriba. Ahhhoh ¡qué bueno! Me dieron unos calores, me dejo, erizada, la cara ardiendo y el “Tema” que estaba como:

– El cráter de un volcán

Puso, el clítoris entre sus labios, como si fuese un caramelo, y me dio un par de chupaditas. Suavecito. Mientras me acariciaba a dos manos por los costados, bajando despacio a las caderas y los muslos. Y volvía a subir. Como se nota, que trabaja con las manos. Qué, manos.

Ahora, que el fisio… -De “piquito” tampoco iba mal- jajaja

Todos los pelos de punta, me puso. Me gustaba tanto, que se me escapó un Aam del gustito. Me dejó, a punto de caramelo.

Él seguía, jugando, me cogía los labios superiores, como dando bocaditos, suave, aun lado, al otro lado. Me pasaba la lengua de arriba y abajo, Otra vez los bocaditos.

Umm. Estaba excitada, que pena, que no podía tocarlo. Solo quería contacto físico.

–Vamos, que me lo quería “coger”

No sabía dónde meter las manos. Me cogía, a la mesa. Apretando con fuerza. Eso no era normal, tanto “sudar” Puso su lengua en los labios interiores, empezó a moverla, despacito, a un lado y a otro.

– Qué bueno, era el jodío, como me ponía.

Le cogí de los pelos, para que no, se separara. Ufh Ufh me estaba viniendo. Ya empezaba ahh.

Fue cogerlo, de los pelos y arrimármelo un poco. Estaba a cien. Dos movimientos de pelvis y dos restregones. Hoohohh ¡Qué bueenohohoo!

Me fuiii, Ufff. Me dejó temblando y apretando los muslos, en su cabeza. La almeja la tenía al vapor.

“Empapada y Ardiendo”

El corazón, a tope, se salía del pecho. Me puso cardiaca perdida. Y con una cara de felicidad, que no podía con ella. Pensaba:

-Como estar en el “paraíso”

¡Onténta toy!

Fue increíble, Con todo el bello, como escarpias, esos calores, que me daban de vez en cuando. Con unas ganas, de seguir. Yo tenía, “La Almeja”

– Más abierta, que la cueva de, Ali- Baba

Como en la vida. Fue un orgasmo, largo. Me empezó a soplar, un poquito, entre los labios y…

Ohh, soplaba y Um y seguía ohih. No podía más. Era maravilloso. ¡Qué gustaazo!

Me deje caer para atrás y me tumbe en la mesa, con los brazos en cruz. Estirándome. Y respirando fuerte.

Me sacó, un poco más el culo, al borde de la mesa. Pensaba, que me iba a penetrar. Tenía unas ganas increíbles, tenía el “potorro”…

-Más encendido que una antorcha a media noche

Se acercó una silla y se sentó entre mis piernas. Me cogió los pies, que tenía colgando y los subió a la mesa.

Estaba bastante incomoda, le puse las piernas sobre los hombros.

-Una pierna a cada lado. Y en medio, lo que caiga- jajaja

No poder tocarlo, me ponía más nerviosa aún, me encendía más. Estaba ansiosa. Ya estaba deseando, Pero, me daba corte decirle nada. Yo me dejaba llevar. Me lo estaba pasando tan bien, que casi me daba igual.

-No quería cortarle el rollo- jajaja

Él, Seguía jugueteando con su lengua. Hacia círculos, alrededor del clítoris

-Como me ponía, el cabronazo

Empezó a jugar, con el dedo meñique, en mi vagina chorreando, dando vueltecitas, alrededor.

No estaba mojada, lo siguiente.

Cuando saca el dedo, todo mojado y me mete la puntita, por el culo.

D- Que haces, le pregunte

L- Es, tu “anillito de cuero”, tranquila que te va a gustar, me dijo.

Le iba a decir que lo sacara. Pero me quede callada. Pensando:

No puede ser, creía que me iba a doler. Pero entro tan suave esa uñita, tan mojada, que me dio un gustazo. Que no lo podía creer. Los ojos como platos. Le apretaba, como, con contracciones. Uhm. Me encanto.

Empezó a hacer círculos, con el dedo, despacito, en el “anillito de cuero”.

Mientras, jugaba con la lengua, arriba y bajo, muy despacito.

Ya estaba empezando con los Ahahh.

Estaba gozado más que nunca. Era un escalofrío constante. Me tenía excitadísima. Me metió, el dedo meñique un poco más. Qué gusto me dio, Diooos. Que subidón. Se me cruzaron hasta los ojos.

Empecé Uhh, Uhh, Uhh otra vez, más fuerte y él, a lo suyo. Con la lengua,

– Dale que te pego

Se separó un poco. Me Hizo:

– Shiiit, para que me callara.

Ese airecito en mis labios calientes, abiertos y:

– locos por la música-

Ese meñique moviéndose arriba y abajo.

– Estaba muerta, y de gusto también –

Tardé cero-coma en, Uf Uf Uf. Oheohh. Era lo más.

-Antes me fui, y ahora me ha, “venido” – jajaja.

Estaba, como una sopa, el mantel de la mesa, era de papel. Casi no había ya. Con el “chorreteo,” iba desapareciendo.

Bajó, las piernas de sus hombros. Se puso de pie. Tenía, el morro y la cara chorreando de sudor y babas. Sonríe. Y dice:

L- Rico, rico

D- Y con fundamento. Le dije. Y jajaja. Nos miramos a la cara. No podíamos parar, jajaja.

-Que cabrón-, pensé. Era…

¡el rey de las comidas!

Me quite la camiseta y seguía tumbada, con los pies colgando de la mesa. Se limpió la cara con unas servilletas de papel. ¡Por fin! Pensé:

– Parece que va haber “temita”

Me acariciaba, como antes, del costado al muslo, seguía hasta el culo, y al revés.

-Me ponía como un flan

Mientras, con la otra mano, se soltó el cinturón y cayeron de golpe, los pantalones. Yo suspiré: Uff.

No llevaba nada debajo. Yo, no dejaba de mirarle, ese “trabuco”, todo tieso, como apuntándome.

-Aquí, aquí. Maaatame- jajaja

Ahora estaba de pie y nos veíamos las caras.

No sabía que cara poner. Al verlo, me puse, nerviosa. Me humedecía los labios con la lengua? ponía cara de deseo?

Mientras, me recogía los pelos de loca, que llevaba. Me quedé, con cara de boba y sonriendo.

Seguro, que parecía una guarra, allí tumbada desnuda y poniendo caritas.

-Si me viera mi madre- jajaja

Se la cogió, con una mano. Me pasaba la puntita, entre mis labios mojados. Rozándome, de arriba abajo y de abajo arriba. Unas cuantas veces.

Estaba agotada y temblorosa.

Pero el cabrón éste, me tocaba, con las yemas de los dedos, muy suavecito. Me encantaba. Y los calores subían. En una de estas, que estaba para arriba y para abajo, tan mojadito…

… Umm, como me gustaba. Hace como que se arrima, y pum,

-Me la coló hasta la garganta-

D- Ahhm. Dije sorprendida y la sensación de, satisfacción que me dió.

Lo que llevaba soñando, toda la tarde. Ya lo tenía dentro, me estremecía de notarlo, tan durito, tan calentito.

Me cogió por el culo, con una mano en cada cachete. Me saco un poco más, de la mesa. Estaba casi colgando.

Empezó a moverse despacito, como haciendo círculos. Ya me había puesto, atacada. Como me “Activaba”, el guapetón.

Estaba harta, de coger la mesa. Me cogí, las tetas con las dos manos y empecé a tocármelas. Ahí tumbada, con los ojos en blanco. Aunque, no me podía mover, estaba:

-Más contenta que, unas “castañuelas-”

¡Qué bueeno! El tío.

Menos mal, que me “toqueteaba”, sino, parecía que estaba muerta.

–Esta muerta está muy viva- jajaja.

Mientras, él empezaba a acelerar el ritmo. Como me ponía, estaba que me salía, de satisfacción. Me entraba, el cosquilleo. Ya estaba, otra vez:

ah, ah, ohh me cogió con un una mano del cachete del culo,

Empezó a darme caña, pim pam, pim pam,

Yo, como una loca Ahhiiiii y me decía calla, calla. Umm.

No podía parar Uhf, siempre, me pasa lo mismo. Soy muy escandalosa, no lo puedo evitar. Ahuhúu

A la cabeza, me venía[D1] la canción ¡Satisfaccion! de los Roling. Estiraba los pies y las manos, pensando:

– Satisssfaccioonn wo hoo o ó

Me coge las piernas, y se las pone en los hombros. Se arrima, otra vez.

Me cogió el culo, con una mano. Con la otra, me tapó la boca.

Y empezó, plahs plahs plahs. Me empujaba hacia él. Apretando los cachetes. Como me gustaba, y con ese ruido del choque, entre su pelvis y la mía, cuando me daba caña.

Cada vez más rápido y más fuerte. Bueniiisimo. Ya lo tenía.

D- Ahii, iAhiiii, aihh ahiií, Aahh. -Era lo más.

Con la boca tapada, casi sin poder respirar. Uhmmm, uhmmm, lo único que se me oía.

-Como se lo curraba el Luisito

Me dio cuatro o cinco empujones más y se para. La saca, se separa un poco.

Menos mal, pensé. Que me vino a tiempo. Estaba con las últimas contracciones y respirando fuerte aún.

La saca, un minuto antes. Y me deja:

-Mirando el palomo- jajaja

Se acercó, se la cogió con la mano, se dio dos toques y me salpicó todo el semen, por los pechos. Seguía con la mano, bombeando, despacito.

-Vaciándose el cartucho

Mientras dijo: Guaaau. ¡Qué bueno nena!

Al caerme, el semen, tan calentito, por los pechos. Ummm

Como que, se reactivó el orgasmo, que ya, se me estaba pasando Uhhah. Me dio, unos segundos maravillosos de propina.

Era increíble lo que estaba disfrutando Tuve una sensación muy extraña, entre placer, relax, taquicardia y felicidad. Un todo en uno:

“-MUERTA-”

Un montón de sensaciones nuevas. Cuál de ellas mejor. Todas tan excitantes. No sabría ni cómo explicarlas.

Cada orgasmo, era mejor que el otro. Fue:

-Un final “apoteósico”-

Se subió los pantalones y mientras se los abrochaba, se iba hacia la barra.

D- Agua, por favor. Estaba más seca, que el ojo de un tuerto. jajaja

La boca pastosa. Y muerta de calor. Me quede, tumbada un rato.

Estaba en estado de shoc. No podía imaginar, que se podía disfrutar tanto. Se me quedo la cara, de:

-La tonta del bote

Al momento, viene, con dos botellas de agua y una toalla limpita.

Le di un trago, de más, media botella. Uhmm, que rica, tan fresquita. La otra, me la eche por encima de la cabeza y la cara.

Él, se la hizo de trago.

D- Por qué no has traído agua antes? Le pregunto, y me dice:

L- No quería que te enfriases, y jajaja

Empieza a limpiarme el pecho con la toalla. Súper atento el guapetón y mientras, me dice:

L- Sí, es verdad, lo tienes de dulce, me encanta. Nada que ver con el “Brasileño”. jajaja…

D- Dulce soy yo. Le dije.

L- Ya, me he dado cuenta, estas buenísima. Me ha encantado comerte.

Y Jajaja…

Me senté en la mesa, me puse la camiseta, le señalo y le digo: – Tú, Luis, le extiendo la mano, como para presentarme. Yo Dulce.

Me da la mano, le digo:

– Encantada.

Los dos jajaja jajaja.

Y me contesta:

D- Por fin nos conocemos. Otra vez, jajaja.

Entre risas me dice:

L- Te voy a dar un regalo y te voy hacer un préstamo. Fue hacia la cocina a coger algo.

D- Más agua porfa. Le pedí. Mientras, yo pensando:

– El regalo, ya me lo has dado, guapetón

No sabía, que iba atraer. Yo alucinaba con este tío. Todo eran sorpresas.

Vuelve de la cocina, con unas zapatillas en la mano, yo estaba flipando. No dejaba de sorprenderme. Coge la bolsa de comida de la otra mesa, y la deja en la mía.

Se acerca sigilosamente. Empieza a ponerme las zapatillas, mientras me dice: la comida te la regalo. Las zapatillas te las presto.

Señaló mis zapatos. Y dijo:

L – Con eso no puedes andar. El lunes se las devuelves a mi madre. Dile, que se rompió tu tacón. Me mira sonriente, y dice:

L- No hace falta que le cuentes los “detalles” y, jajaja

D- Gracias Luis, estas en todo.

Al bajar de la mesa, para irme. Como aún estaba, asimilando la taquicardia, el sofoco y medio mareada, di, como un traspié.

Me volvió a coger, de la cintura y le digo muy rápido:

D- Nooo Luís, no, me subas a la mesa, por Dios.

Nos miramos y jajaja.

Cogí la bolsa, para irme y sonriendo me dice:

L- He disfrutado mucho, ha sido estupendo. Lo he pasado de lujo, dulce, Dulce.

D- Ha sido una maravilla. Lo mismo que tú, solo que multiplicado por tres. Le dije. Y jajaja.

Estaba muy a gusto, pero me quería ir a casa, no podía más. Me iba derecha, a la ducha.

D- Encantada Luis, me acerque para darle dos besos, mientras, le cogía, del cuello con una mano, para acercarme. Le cogí el culo, con la otra y le dí un apretón. Lo tenía súper duro

D- Quien lo hubiese pillado antes, le dije.

Me contesta, con cara seria:

L- Antes, antes de qué?

Nos quedamos mirándonos, serios, pensando unos segundos y jajaja.

Ahora sí, le di dos besos y me iba a la salida

D- Adiós Luis.

L- Te abro la puerta. Si no, no sales

Mientras salíamos, le iba diciendo:

D- Cuando vuelvas por aquí, si te apetece, me llamas y tomamos algo, y nos echamos unas risas.

L- Claro. No lo dudes. Contesto él.

Llegando a la puerta, le: digo

D -A sido un placer, pero literal. Con la sonrisa de oreja a oreja.

Me dice, sonriendo: el placer ha sido mío. Nos miramos fijamente y otra vez, le digo:

D- Yo más. Y venga otra vez, jajaja.

Me cogió de la cadera y acariciaba mi nuca.

Me acercó, hacia él. Me dejó, pegada a su cuerpo. Me suelta un “morreo”.

-Que, no se lo salta, ni un gitano-

Lo que menos me esperaba, ya.

-ma besao, ma besao- jajaja

Mientras, le miraba con cara de felicidad. Y ese escalofrío, que me produjo cuando, rozo sus labios con los míos. Parecía serio el chaval, pero tiene su punto.

– Bueno un puntazo

Me rodeó entera, durante unos segundos, con esos brazos, que parecían jamones. Se acercó a mi oído, y Me dijo:

L- Eres estupenda.

Me dejó estremecida. Hablaba poco, pero sabía tocar la fibra, el guapetón.

Con esa cara de no haber roto un plato en su vida. Que bien lo hacía todo. Tan serio que parecía.

-el cabronazo-.

Me iba de allí como flotando, en una nube.

– Más feliz que una perdiz.

Abrió la puerta y me dijo:

L- Hasta pronto.

D- Adiós, le dije.

Le di, un piquito rápido y me fui corriendo.

Me vuelvo y sin parar y le digo:

– Luis, ¡PROFESIONAL, MUY PROFESIONAL!

Me iba: jajaja

MORALEJA

Más vale una buena, comida para llevar, en mano.

Que cien aperitivos pasando.

confundio

María Grindder

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