Hola: Soy Lucía, 40 años, casada, desde hace quince años. Dieciocho, con mi marido. Trabajo de administrativa en la empresa de mi padre. Veinte años ya.
Allí, conocí a mi marido, y desde entonces, hasta ahora.
Mi vida, es, una auténtica rutina. Trabajas, comes. Trabajas, duermes. Intento llevarlo bien, porque al final te acostumbras, entras al trapo y tan feliz.
De sexo, ni hablamos. Nochevieja, el cumpleaños, San Valentín y algún sábado que otro que le pillaba ¡contento!
Contento, contento…
-Pues me la metes en un momento.
Algún día, se lo dije. jajaja, me parto.
Soy una guasona, siempre estoy con chistes y tonterías. Cuando estoy contenta, me da por hacer pareados.
Me llaman: La carpeta. Aparte de que estoy flaca, siempre llevo una carpeta en la mano, con papeles, cuando voy a trabajar.
Alguna vez me han dicho:
– Que vas al colegio
L- No
L: Voy a tomarme un tercio.
Les hago una peineta y punto.
Son muy cabrones, en mi pueblo. Pero yo me rio de todos y de todo. Me lo paso en grande.
Os voy a contar, la inesperada, agradable y placentera tarde que pasé, fuera de mi pueblo, hace unos días:
Mi marido, tenía una reunión, en otra localidad, y por no quedarme sola en casa, decidí acompañarle.
Él, tenía una reunión de trabajo, en un hotel. Era una tarde de verano, bastante calurosa.
Yo iba preparada, para pasear mientras le esperaba, zapatillas, falda cortita y una blusa ancha sin sujetador por el calor.
-Que vas hacer toda tarde? Me pregunto mi marido, cuando llegamos al hotel, donde tenía la reunión, en una gran avenida.
Casi enfrente, del hotel, donde se reunía, vi una sala de conciertos, con un cartel que ponía, “HOY MECANO”.
Pensé lo que pensé y le dije:
L: Hoy no tengo ganas de pasear. Me voy al concierto.
– Vale, Ya me gustaría entrar a mí. Me dijo
L: Te espero ahí enfrente, viendo a mecano. Nos encanta, le dije, tú te lo pierdes…
-Mecano en la mar- jajaja
L: El primero que salga, espera al otro. –Ok –ok…
Hasta luego cariño, que te sea leve, la reunión.
Me fui hasta la sala, que acaban de abrir y todavía, había poca gente.
Saqué la entrada y entré de las primeras, mecano me gustan mucho y quería verlo bien.
Al entrar, toda la gente que había, estaba junto al escenario y me subí a la planta de arriba, casi vacío y cogí el mejor sitio.
Justo, delante del grupo, en la barandilla.
Lo que pensé, que iba a ser un concierto tranquilo, se empezó a llenar de gente y en un momento estaba, abarrotado.
La, primera pegada a ese muro, Yo.
Detrás tenía un chico, que según se iba llenando la sala, lo tenía más cerca.
Como era un poco más alto, estaba como en primera fila.
Al igual, que la gente por los lados. Ya estaba rodeada
Estaba a tope, la sala y no me podía, ni mover. Ya costaba, ir a pedir bebida o al servicio. Pero estaba, súper contenta y no quería ni moverme.
Estaba empezando, el concierto y la gente, empiezan a revolotear, acercándose, para, verlos mejor. Con el jaleo, el chico que tenía detrás, me rozó, el trasero con sus partes, un par de veces. Antes de volverme, a decirle algo.
Se acercó a mi oído y me dijo con voz entrecortada.
-Perdona.
Me pareció que él también estaba un poco apurado. Yo hice un gesto como de:
L: Vale no pasa nada.
-Apurado, apurado, pero bien me la has restregado-
No pasaron ni diez minutos y empezó a sonar “maquillaje”. Otro movimiento de gente, intentando mirar y bailando, ya tenía al chico de atrás pegado a mi culo.
Notaba su miembro, como una “nuez” entre mis glúteos y me dio, como un subidón. Antes de reaccionar se volvió a acercar a mi oído y me dijo
-Lo siento no me puedo mover.
Me quede paralizada no sabía qué hacer.
Tampoco podía empujarle para quitármelo de encima, me lo estaba pasando de lujo, y tampoco me quería enfadar.
L: Tranquilo, le conteste
El concierto estaba a tope, como una lata de sardinas, y todos: ¡sombra aquíi sombra alláa, maquiiíllate, maquiiíllate! Un revuelo de gente, exagerado. Pero… me lo estaba pasando de lujo. Claro, tanto saltito, el bailoteo y tanto roce.
Empecé a notar ese miembro que tenía pegado a mi glúteo, se iba endureciendo. A mí, me dio una sensación de cosquilleo, que se me pusieron todos los pelos de punta.
Cada vez, estaba más cortada, pero más contenta. Rodeada de gente, sin poder moverme y con esa, nuez entre los cachetes de mi culo. No sabía qué hacer, sin parar de hacer palmas, porque era lo único que podía mover.
Me quede, paralizada, con el escalofrío en el cuerpo, sentía su respiración en mi espalda. El pobre, muchacho de atrás, suavemente, con sus labios pegados a mi oído.
Me dice:
–Que hago, no me puedo mover?
Era una situación incómoda, pero tampoco me disgustaba, y a su pregunta de qué hago, le contesté:
L: Nada
-No me puedo mover. Pero que bien, has colocado la nuez- jajaja
Pensé, que era mejor así, él tampoco podía moverse y a mí me empezaba a gustar esos bailecitos con los cachetes “rellenitos”.
La “nuez”, como que, estiraba. Estaba mutado a “zanahoria”
Me humedecía, por momentos. Sentía sus latidos, en mis glúteos, según iba creciendo. La cara, la tenía roja, como un tomate y la “humedad” creciendo.
Allí seguíamos, todos disfrutando del concierto. Eufóricos y gritando, “hawaai bonbaay es un paraiiso”.
– Estaba más a gusto, que en brazos.
Con ese miembro rozando, para arriba para abajo a un lado a otro. Mis partes pasaron de húmedas a mojadas y los pezones se iban poniendo duritos. Como a él, cada vez mas…
Cada rato que pasaba, la tenía más grande y más dura. No pude evitar poner la mano al revés en mi culo, para tocarle el paquete.
Llevaba un buen rato notándolo, como se iba poniendo durita, con sus latidos y creciendo, quería saber si era de verdad.
No me pude resistir. Le toqué, el paquete, y sí era de verdad. Lo cierto es que me gustó, se lo sobé de arriba abajo y de abajo arriba.
-Le acaricié el Paquete como a un perrete- jajaja
Yo, seguí haciendo palmas y cantando, como si nada.
Seguidamente, apoyó su mano en mi cadera.
No pude evitar mover el culo y darle un restregón.
Estaba tan durito-. Ummm.
Ya le estaba cogiendo, el gusto. A ese miembro, tan pegadito y tan juguetón. Él, también empujaba suavemente, al mismo tiempo. Se iba “poniendo”, el muchacho.
Bajaba su mano, por mi pierna, acariciándome el muslo, hasta el final de la falda, seguía acariciándome y mientras, subía la mano, por dentro de la falda, hasta llegar al glúteo.
Cuando sentía, su mano sobre mi piel, me daban unos escalofríos muy placenteros. Yo estaba súper contenta y bastante caliente.
El “concierto”, era una locura. Todos animadísimos.
Y nosotros disfrutando, con vista panorámica del concierto, con la retaguardia vigilada y apretado cachetes. Sin poder movernos.
Yo estaba, cada vez más mojada, por dentro y por fuera. Rodeada de gente y el roce de la zanahoria ya era tamaño XXL
Bueno, que estaba cachondisima.
Todo el mundo, a su bola, yo, no paraba de mirar a los lados, por si alguien se daba cuenta de algo, y nadie se enteraba de nada. Me iba relajando. También, se me estaba pasando el corte que tenía, le movía el culete de vez en cuando. Se lo iba poniendo, fácil al muchacho.
Me encantaba, tener esa “zanahoria” pegada, me daba una sensación seguridad y excitación. Tenía una sensación de placer, como, que necesitaba un achuchón, me faltaba algo.
Pasado un rato, se volvió a acercar a mi oído y me susurra muy suave:
– Te quitarías las bragas?
– Si las tiro a la pared, se quedan pegadas- jajaja
Al preguntarme eso, ya, me dio una tiritona, el escalofrío, me quede callada, quieta, me quede, en blanco unos segundos.
Yo, ya estaba muy mojadita. No sé, qué pasó por mi cabeza.
Me agaché, como a coger algo del suelo, y me quite las bragas disimuladamente y las metí al bolso.
No sabía quién era, esa persona, no le había visto ni la cara, pero estaba tan caliente que me deje llevar. No sabía que iba a pasar.
Y atrás, ese pedazo de “zanahoria”, que me puso tan cachonda, que estuve a punto, de “llegar”.
Pero allí estaba sin bragas, pegada al muro, como en el balcón. Yo, mandando besos al grupo. Con ese “roce”, que me tenía “satisfecha”
-Sin bragas y a lo loco.
Seguíamos “cantando y bailando” pegados. Él, con una mano en alto, como bailando y con la otra acariciándome el muslo y glúteo. Yo aplaudiendo y cantado como si nada, mientras:
-Le movía el culete-
-Rozándole todo el paquete.
Me tenía empapada. Mientras, me acariciaba la nalga, suavemente, por debajo de la falda. Subiendo la mano, a un glúteo y al otro glúteo. Baja la mano y la vuelve a subir, acariciándome, todo el culo, con la mano abierta.
Otra vez, el bello como escarpias. Y la temperatura, seguía subiendo. Es, cuando se dio cuenta, que me había quitado las bragas.
Yo, seguía pegada al muro, de obra, que me llegaba por debajo de los pechos. Seguía disfrutando, del “concierto”, pero más pendiente, de seguir jugueteando, con esa “zanahoria”, que seguía pegada mí…
… Uhmmm. ¡Cómo me gustaba!
Cada vez que me tocaba, me dejaba, más erizada, temblorosa y un poco más “chorretosa”. Después, tocaba la nalga, muy suave y la parte interior del muslo, subiendo la mano.
Se me ponía la piel, de gallina, cuando sentía su piel con mi piel.
Mientras me acariciaba, la zona de la ingle, con el dedo pulgar, me rozaba el clítoris
Fue rozarme, dos veces y sentir, un escalofrío, Ohhh, que bueno“. Empecé a soltar mis suspiros de placer, mujerr. Mientras cantaba, y me gustó. Contraa Mujer
Me tenía, a tope, el muchacho. Otro sofocón, otro suspiro el tembleque y tres segundos después, fue rozarme dos veces más y “me vino”. Uno bueno.
Mientras, chillaba.
¡Mujer contra mujer. Pequeñito, pero muuuy placentero. Yo disimulando los gritos. Alucinaba con lo que hacía
En la cama, casi no se me oye, nunca. Algún suspirito y poco más. Pero allí gritaba de gusto. No me pude aguantar, me gustó tanto que seguía.
Mientras, disimulaba ¡mujerr contra mujerrr! Desafinando como nunca. Me quede a gustísimo, pero seguía con ganas.
El concierto, estupendo. Y de vez en cuando, miraba por si alguien, se fijaba en nosotros. Nada por aquí, nada por allá.
“El trasero, lo tena bien cubierto”. jajaja
Todos, mirando al grupo y nosotros, restregando, y como si nada. Al momento tenía su pene rozando mis partes, ahora, por debajo de la falda
Me dio, una impresión maravillosa, una tiritona y un sofoco. La “zanahoria” se había convertido en un “pepino”.
Me dio, otro subidón, al notar ese “pepino” en la parte baja, entre mis glúteos. Ya se deslizaba por el muslo, alguna gota de mis fluidos, que se salían de los labios abiertos, se notaba que estaban “habrientos”. Parecía hasta más grande. que buen "pepino" se gastaba el muchacho.
Ummm, ahí pegado. Y yo flipando, temblando de gusto y ansiosa.
-Que hambre, de pepino, me está entrando- jajaja
Apoye los codos en la barandilla y el culo para atrás, sin dejar de moverlo. Uhhiih me tenía “Cocida”, a fuego lento.
Se cogió su pene, disimuladamente, por debajo de la falda y lo puso a la entrada de mi vagina. Estaba tan mojada, que entró hasta el fondo, con un pequeño empujón de él,
Empezó a sonar “Me cole en una fiesta”
Ha sido, la penetración, que menos esperaba, aunque estaba deseando. Pero la mejor, que he tenido nunca. Con diferencia.
Me sentía llena, con ese “Pepino” dentro, tan apretado.
Me empujaba y sentía, como toda la piel de mi cuerpo, se volvía a erizar y a sudar. Se quedó quieto, unos segundos, bien apretado.
Como, para que notara, lo que tenía dentro. Uhhii, si lo notaba.
-El pedazo, que me “calzó”-
Ese pepino, que entro del tirón y hasta el fondo. Se quedó quieto. Solo empujando, me quede boquiabierta.
El apretón que me dio, fue suficiente, para darme un gustazo y un tembleque, con otra corrida Que menos mal que estaba cogida.
-Yo. Agarrada, y el muchacho, me colocaba la “bacalada”-
Seguía, temblando de gusto y seguía con el culo “preparado”, bien sacado, esperando. No sé qué. Tres buenos empujones. Él apretando y chorreando.
Lo notaba ahí dentro, dura, quieta. Lo imaginaba dándome caña y me ponía más. Al mismo tiempo, toda la sala coreando “En tu fiesta me cole”, con los brazos en alto. Fue increíble. Pensé:
-Parece que, me están haciendo la ola-
Yo flipaba en colores. Vaya casualidad la canción.
-Cocaa-cooola paraa todooos y aalgo de comeeer. Coreaban.
Pero buen rollito. Nosotros a lo nuestro.
–Dale grandullón dale-
Solo le veía un brazo, un rato uno, al ratito el otro.
Sin parar de movernos pero bien pegados seguíamos disfrutando del “concierto”. Mientras con su dedo, mojado de saliva, jugaba con mis pezones.
-Me tenía, en su punto-
Yo estaba, como en éxtasis, no me lo podía creer. Estaba “desbocada”. Unos movimientos, de culete, al ritmo de la música. Unos empujoncitos, mientras me acariciaba.
una rosa es una rosa. Cantando y gozando. Era un escándalo. No se notaba, con el jaleo, pero, me daba igual. Me ponía a cien el muchacho.
-Muchacho. Muchacho, me la cuelas, si me agacho-
Me dio, dos o tres empujones. Y quería más, me faltaba un “toque” para llegar. Me lo estaba pasando de puta madre. Pero con un “ansia”
El concierto, era una pasada y lo que tenía dentro, ya te cuento.
Pensaba, que me había vuelto loca,
-Que estás haciendo Lucia?
Me preguntaba a mí misma.
Ahh. Qué bueno.
Me contestaba, yo no quería saber nada, ni de mí misma. jajaja
Estaba encantada, con la mano, medio en alto, para disimular
Era por instinto. Porque ya me daba igual el concierto. El disimulo, y todo. Era tan suave, me tocaba, con las yemas de los dedos y me deshacía. No quería levantarme mucho más, por si se salía. Ahora no la podía dejar escapar.
Quería seguir, le apretaba, umm aún me gustaba más. Temblaba, sudaba, le daba culadas. Que nervios de gusto, con que ganas le culeaba. Tenía, la altura justa, para llegar al sitio. Entraba de lujo.
-Era, el muchacho a medida-
-Que bien le cuadraba todo- jajaja
Ahora suena “Hoy no me puedo levantar “y disimulando, con el culo en su “sitio” bien sacado y la cabeza casi apoyada en el muro.
Yo chillaba como una loca, “hoy no me puedo levantar, “y disimulaba los jadeos.
En mi vida he gritado tanto, mientras hacia el amor. Pero ahí, al ritmo de la música, todos gritando.
Me sentía libre y “llena”. El fin de semana me dejo fatal.
“Venga cantar”. jajaja
Sentía, su aliento en mi nuca, él también estaba cachondo. Estaba dentro y durísima. Yo empapada, de sudor y de lo que, no era sudor.
Acababa la canción que estaba sonando, y empieza a sonar “Me cuesta tanto olvidarte” y apagan las luces. Todos, sacaron los mecheros o los móviles, con la mano en alto, de un lado a otro.
“Yo también saque, pero el culo” jajaja
A estas alturas, ya me daba igual, solo quería llegar, a otro orgasmo. Llevaba un buen rato, caliente, caliente, Esperando.
Que llega, que no llega. Ahora, si si si, nooo, cuando no era, un empujón por aquí, era por allá.
Solo quería disfrutar. Y acabar la faena.
–Esta es la mía.
Empecé a darle con el culo a delante y atrás.
Yo también estaba deseando empujarle y al apagar las luces, me dije:
-Dale caña, Lucia.
A la tercera, o cuarta culada, que la dí, él también empezó el pum pum, pum pum, iba cogiendo ritmo, el muchacho.
Cada vez más rápido y otra vez, que gustazo, en mi vida he disfrutado tanto, yo pensando
-Que me corro, que me corro- ahora siií.
Me cuhestahá tahntohoh Ohlviiidahteh.
-uhfff, que subidón, escalofrió, tembleque y por fiiin..
En ese momento acabó la canción y encendieron las luces
Estaba alucinando, Todo era un “flash”.
La música, las luces, tres o cuatro minutos a oscuras, los móviles a un lado y a otro. Parecía una película. No podía abrir los ojos. Todo me daba vueltas.
Que sensación, de mareo y placer, al mismo tiempo. En dos palabras… “In-creible”
Me tenía “empotrada”, con esos dedos, me acariciaba los pechos suavemente, por debajo de la blusa o el clítoris por debajo de la falda,
Con la derecha me tocaba el clítoris suavemente o con la izquierda los pechos. Yo estaba, cada vez más “como una sopa”.
Pusieron la canción, “Barco a Venus,” que me encanta y empecé a darle culadas otra vez, la sentía dentro de mí. Me gustó tanto que quería más. También quería empujar, y empecé pum, pun. A darle un poco más de caña.
Que bien encajaba.
Él, la tenía dura, como una piedra, y notaba su jadeo, yo seguía, con el pun, pun, con cuidado, de no sacarla, porque estaba súper mojada y estaba casi apunto, otra vez
-Que lleeego, que lleego, Oh, nooo!
Yo seguía apoyada, con los brazos y la cabeza en la barandilla, sacando culo. Estaba agotada ya. Deseando acabar, me faltaban dos empujones.
Eché, la mano para atrás, le cogí del culo y me lo empujaba hacia mí. Mientras le culeaba.
“Esto, es perreo y no lo de Sakira”
Me entraron unos calores, que al cuarto o quinto empujón, me vino otra vez, si si siií, subidón! Barcohhh aAhh venuhhhs!
Que pedazo de orgasmo. Guahh
Él empezó a acelerar el ritmo pin, pan, pin pan, pin, pan.
Levantaba los brazos a un lado y a otro, mientras empujaba.
. ¡Bahhhco ahh veenuhhs! Seguía alucinando, ya no me salía ni la voz y estaba tan mojada, que ya me chorreaba por la rodilla.
-Que corte-
Estaba a punto de marearme. Él seguía, a su ritmo cada vez, más rápido. Me cogió por la cintura, pero ahora, con las dos manos, apretando bien.
Me pegó cuatro buenos achuchones y yo gritando ¡bahhroohh enuhhhuh!
Yo seguía, agarrada, cada vez me movía menos.
Me la metió hasta el fondo, apretando bien y se quedó quieto empujando. Como al principio. Mientras… se corría.
El sentir su semen calentito dentro de mí, tuve una sensación de paz y tranquilidad. Fue una gozada
De repente, otro escalofrió y ¡ohohhUfff!
Otro orgasmo, ligero, que no me lo esperaba, y menos al mismo tiempo que él. Era un sueño.
“Sueño, sueño agáchate, que te lo enseño”. jajaja
Solo me venían, tonterías a la cabeza, de tanta felicidad.
El muchacho, cuándo acabó de empujar, guardo disimuladamente su miembro.
No sabía, cómo asimilar tanta felicidad. Esto es, una “maravilla”
No me podía ni mover. Me temblaban las piernas como nunca.
En mi vida, me había pasado nada parecido.
Que agotamiento, dioos.
Ahora sí, me apoyaba bien a la barandilla, pero para no caerme al suelo. Parecía una borracha hay tirada con cara de felicidad y pelos de loca. Me rozaba los muslos, resbalaban. Estaban empapadisimas.
Veo, casi a mi lado, un chico, apoyado con una mano y con la otra, se la tenía cogida y meando.
En el muro. ¡Qué asco!
Fue imaginar, el chorrito. No, podía. Me, meé encima.
Tal cual, sin moverme, ahí de pie.
Qué vergüenza, y que a gusto me quede.
Bueno, las zapatillas se quedaron un poco perjudicadas.
El que tocaba la guitarra, que llevaba toda la noche viéndome como bailaba (de cintura para arriba), gritando y haciéndole gestos todo el concierto, ahora me miraba y sonreía.
Creo que se dio cuenta.
Estuvo mirándome toda la noche. Como me tenía enfrente. Me vería la cara, desencajada, con los ojos cerrados o en blanco, la mano que ya no subía, del agotamiento, y gritando de gusto. ¡Qué corte!
El guitarrista, ahora me mira, sonriendo y asintiendo con la cabeza.
Yo a él, le mire riendo y con cara de felicidad. Con la mano, le hacia el gesto con el pulgar en alto como de:
¡De puta madre tío!
-La cara, es el espejo del alma- jajaja
El concierto ya estaba a punto de acabar.
Mientras, yo me limpiaba los chorretes de las piernas, con las bragas (porque no tenía otra cosa).
Las zapatillas encharcadas de pis. Y los pelos de loca.
-Que hago ahora?
-“Tierra trágame,” Pensé.
Estaba sonando la última canción y la gente se empezaba a ir.
Me di la vuelta, muerta de vergüenza, para verle la cara y sin saber, que le iba a decir o cómo iba a reaccionar.
Al darme la vuelta ya no había nadie detrás, miré a los lados.
-No vi ningún, brazo que me sonase- jajaja.
Volví a mirar y nada, Había desaparecido.
Habíamos estado, casi una hora, disfrutando como locos (por lo menos yo).
Restregando cebolleta. Había disfrutado como nunca.
Era lo único que me interesaba. Lo que me llevaba puesto.
Apareció de la nada y desapareció.
Ni siquiera le vi la cara, ni sé el aspecto que tenía.
Yo, toda la noche, siempre mirando para adelante, al grupo. Solo quería disfrutar.
Y como, si no fuese conmigo
Pensé que era lo mejor, no conocerlo. Eso fue una locura, muy agradable. Pero imposible de repetir.
No había sentimientos, nada de amor. Fue, sexo puro y duro, Pasó lo que paso y punto. Fue como un sueño muy húmedo.
Fui al baño, a ponerme las bragas y hacer un pis, tranquila.
Estaba sentada en el váter, agotada, pensando lo que me había pasado. Solo me venían, imágenes del pepino, incrustado entre mis glúteos y del pin pan, pin pan.
Allí sentada, tomando aire, como ¡flotando! Dudaba si sería un sueño.
Con un desconocido, en una sala llena de gente, un polvazo y varios orgasmos. No podía ser.
Resulta que el segundo, mejor que el primero y el tercero, mejor que el segundo y así.
“No te acostaras sin saber una cosa más”
Cuando cogí las bragas, para ponérmelas, estaban mojadisimas, y me dije: Lucia:
No es, un sueño.
-Te han echado, un polvo “Sureño”- jajaja
Tiré las bragas a la basura, bebí agua del grifo, me moje la nuca, la cara, me arregle el pelo, y salí de allí.
Estaba flipando, súper relajada y más feliz que una perdiz.
Salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja. No se me iba de la cabeza. Todavía me costaba caminar, estaba floja, floja.
-Y el chichi como una milhoja- jajaja
A la salida, un motón de gente saliendo, yo me iba al hotel, donde estaba mi marido, a esperarle.
Al llegar a la calle, vi en la acera de enfrente, una mano en alto, que me hacia una señal, pensé:
-No será el muchacho.
Esperándome? me pregunte.
Me dio, como un sofoco, pero de susto. Tenía que esperar a mi marido y ya no podía tontear más.
La mano, seguía en alto y al fijarme bien, me di cuenta, que era mi marido, esperándome. Menos mal. Ya suspiré, de tranquilidad.
Al encontrarnos, me pregunto:
-Que tal el concierto?
-Parece que bienes de la guerra
L: Te has perdido, el mejor concierto de tu vida, le conteste.
He disfrutado, como una loca y bailando toda la noche, qué de gente, cari, estoy reventada.
-Mucha gente, y me la han colado hasta la frente-
L: Sin poder, ni ir al servicio y a palo seco.
Si lo llego a ser, me pillo una botella de agua antes.
L: Tengo la boca, como una alpargata. No puedo ni con mi alma. Me duele todo. Le decía.
-Vamos a tomar algo? me pregunto.
Yo estaba seca y hambrienta. -Vale, le dije. Cenamos algo y nos vamos a casa.
Estaba deseando irme a la cama, no me podía mover.
Quería. Ducharme y hacer un repaso, de lo que había pasado. Estaba “Reventada “y “Alucinada”
“La realidad supera la ficción”
Espero, que os haya entretenido un rato, mi historia. Yo cada vez que lo recuerdo acabo mojada y han pasado más dos meses.
Continuara…
Moraleja
Cuando tengas la oportunidad, de darle una alegría al cuerpo, no la dejes escapar. Porque se marchará y con las ganas, te quedaras.
Confundio
María Grindder