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Mientras ella me engañaba, su hermana disfrutaba
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En un relato anterior les narraba sobre mi fantasía de ser cornudo desde mi última relación, y lo fui, aunque sin consentimiento. Pero también tuve la fortuna de poder coger con la hermana de mi ex mientras ella me ponía los cuernos nuevamente. Cuando las cosas con Viri empezaron a ir mal, comencé a tener encuentros íntimos con su hermana, Clau.

En nuestra cotidianidad, los tres nos llevábamos muy bien, Viri y yo la pasábamos muy bien con Claudia, ella vivió varias temporadas con nosotros porque como estudiante, le era complicado tener un lugar para rentar. Aunque yo siempre sentía una tensión sexual con mi cuñada, no era notoria en el día a día, pues parecía que éramos como familia. Pero como ya lo dije antes, mi relación con Viri estaba mal, ya me había engañado, al menos una vez, con un compañero de trabajo; y aunque mi fantasía era precisamente que alguien más se la cogiera, la falta de confianza, el no platicarlo y el deterioro de la relación provocó que la infidelidad fuera más una especie de sufrimiento que de placer para mi.

Pasaron un par de años desde esa primera infidelidad, y entonces, Viri comenzó a engañarme con otra persona, también de su trabajo. En esta ocasión también me di cuenta cómo fue empezando todo entre ellos dos, pero pude sobrellevarlo mejor con ayuda de su hermana menor. Claudia es 4 años menor que mi ex, en ese entonces tenía 24 años. En el último periodo de mi relación con Viri, Clau también vivió con nosotros y esto propiciaba a que hubiera más confianza. Incluso llegué a llevarme mejor con ella y salíamos de fiesta juntos con mis amigos o los suyos, mientras Viri prefería no ir con nosotros.

La tensión entre nosotros se rompió en una de estas salidas sin su hermana, mi ex, cuando Clau comenzó a acariciarme debajo de la mesa y más tarde comenzamos a besarnos y tocarnos apasionadamente, pero no llegamos a tener sexo. Prometimos que esto no volvería a pasar por respeto a Viri, pero fue cuestión de tiempo para que las cosas se repitieran. A veces Claudia llegaba a casa tarde con unas copas encima, se quitaba la ropa y se quedaba dormida solo en ropa interior, sin importarle que yo pudiera verla, pues dormía en el sofá cama de la sala de estar. Una vez, llegamos de una fiesta y nos fuimos cada quien a nuestras camas, yo me fui a acostar con mi ex, quien ya dormía plácidamente, entonces, recibí un mensaje de texto de Claudia, para que la acompañara en el baño, una vez adentro, ella me esperaba sentada en la taza del baño; cuando entré cerré la puerta, caminé hacia ella y me bajó los pantalones para hacerme un oral que siempre recordaré, ya que fue la primera vez que ella me chupaba la verga. Con todo y el riesgo que implicaba que Viri nos descubriera si también se levantaba al baño. Claudia me la chupó y me masturbó hasta que me corrí en su cuerpo, sobre su ropa y en su barbilla, había sido una de las escenas más calientes que había vivido hasta entonces. Terminando, me dijo que ojalá pudieran repetirse cosas así en otros momentos.

Y pasó más de un par de veces. Llegamos a coger en público, en hoteles, en casa, en el Uber, son varias historias. Una que recuerdo mucho, es cuando Viri me comentó que tendría que salir todo el fin de semana en un viaje de trabajo a Guanajuato. Yo claramente sospechaba que no solo sería un viaje de trabajo, pero prefería no mencionarlo. Esa ocasión, Claudia y yo nos quedamos solos desde el viernes, y lo festejamos con unas copas toda la tarde, platicando de todo y nada, pero al final de la noche, con las copas y toda la tensión acumulada, terminamos en mi cama cogiendo hasta quedarnos dormidos. Ella me montaba y me lo chupaba, mientras gritaba y pedía que la tocara y la nalgueara. Esa noche dormimos abrazados desnudos en la cama donde normalmente yo cogía con su hermana. A la mañana siguiente, aunque sobrios, ya no nos importó, ella me despertó con una buena mamada y seguimos cogiendo todo el fin de semana como conejos. Cogimos en la cocina, en la sala, en el baño, en nuestras camas. Cogíamos sin condón, yo me corría sobre sus pechos, en su cara o simplemente en las cobijas y almohadas, ya fueran en las de Claudia o en las de su hermana, no nos importaba.

Así entonces, mientras Viri pasaba su fin de semana "trabajando", yo dejaba bien atendida a su hermana. Meses después Viri dejó su correo abierto en mi computadora y encontré fotos de ella y su amante en ese mismo viaje, con esa misma fecha, y de trabajo no tenía nada, pues estaban en una playa (ni siquiera fue en Guanajuato). Me hubiera gustado que esas fotos fueran más explícitas, pero solo eran selfies de ellos en la playa, ella con una camisa grande, obvio de él, abierta hasta medio pecho, casi dejando ver sus tetas, en una escena más romántica que laboral. Me imagino que ellos también la pasaron de lujo ese fin de semana, cogiendo en la playa, viviendo a miel y leche todos los días.

Cuando mi relación con Viri terminó, tuve que buscar un nuevo lugar donde vivir, pero mientras buscaba, Claudia y yo teníamos sexo siempre que podíamos, hasta que me fui y nos despedimos como buenos compañeros.

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