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Sorpresa en una casa de citas
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Coincidencias de la vida:

Trabajo para la marca de bebidas más grande del mundo, esa, la de la etiqueta roja, me desempeño como promotor de tienda de autoservicio, en ese tiempo, en la tienda en la que era titular conocí por muy poco tiempo a una empleada del dpto. de abarrotes, joven, tenía 28 años y estaba estudiando administración de empresas según me llego a contar, era delgada, caderas anchas, pechos más bien pequeños, labios delgados, usaba lentes, tenía un piercing en su ceja izquierda, una cadenita dorada en su tobillo derecho y un tatuaje de un beso en el empeine y un bonito cuello, delgado y largo como para no dejar de recorrerlo a besos una y otra vez, siempre olía rico un aroma dulce como a cereza, me gustaba mucho y más de una vez me vi tentado de invitarla a salir pero nunca me animaba, una de las ultimas veces que hablé con ella se quejo del sueldo, que era muy bajo y que no le alcanzaba para nada y aparte, que no le gustaba lo que hacía, que sentía que no era lo de ella…

-a mí me gustaria hacer otra clase de cosas y si aparte gano dinero, pues mejor no crees? -me dijo guiñandome un ojo, yo, todo inocente supuse que se refería a cosas como vender ropa, estilista, poner uñas o algo así.

Me fui de vacaciones por unos días que me debían y cuando regrese ella ya no trabajaba en la tienda, no le tome mas importancia y todo normal, pues la gente va y viene en ese tipo de trabajos y nunca le pedí su numero.

Paso el tiempo, casi un año, mi matrimonio de 9 años pasaba por muy mal momento, el sexo brillaba por su ausencia pero la verdad es que ni a ella ni a mi nos apetecía estar con él otro estábamos en una abstinencia consensuada, de hecho ni siquiera dormíamos juntos ya.

Debo contarles que cuando era soltero, solíamos ir mis camaradas y yo cada quincena a un bar y después a una casa de citas, visitabamos una diferente y en horarios variados, de noche y a veces ya de madrugada, era una experiencia muy excitante pues siempre tocaba chica nueva, era como un niño que habré su huevo de chocolate con la ilusión de que juguetito le saldrá esta vez, pase muy gratas experiencias en este tipo de lugares, así que pensé en retomar esta actividad e ir a una que estaba cerca de donde vivía, resultó que ya no era eso, era una lavandería actualmente por lo que opte por una que estaba como a 15 minutos en bus, era sábado, estaba solo en casa como venía siendo desde hace un tiempo, me duche y me recorte el bello de ahí abajo, me dirigí a ese lugar de nuevo con esa sensación tan grata, expectante, me baje del bus faltando una cuadra y camine hasta la casa, un foco rojo arriba de la puerta me trajo de nuevo sensaciones de antaño y con nervios toque el timbre, me abrió una señora ya madura pero muy atractiva, de minifalda y zapatillas negras, delgada, y unos ricos pechos de aureolas grandes que se transparentaban en su blusa blanca pues no traía sostén, entre tras ella y cerré la puerta – soy Tere toma asiento, ahorita salen las chicas, ya conoces los precios?-

Esas palabras protocolarias, como olvidarlas, me dio una carpeta con los precios de los servicios dependiendo del tiempo como si fuera la carta de un restaurante, las chicas fueron saliendo una a una y formaron una fila, eran 4 de diferentes rangos de edad todas estaban apetecibles no me decidía por una, todas delgadas, solo una tenía algo de pancita pero era Sexy, y todas en tacones, cerrados y abiertos, cada una fue diciendo su nombre: Paloma, Karina, Jazmin, Diana…sobra decir que estos no son sus nombres reales…

-y ahorita sale Carmen, recién acabo con un cliente y se esta volviendo a preparar- dijo esta última.

Estaba dando un último vistazo a los precios, cuando unos tacones me hicieron levantar la vista, era la chica que faltaba y oh sorpresa, ANA?! no lo podía creer era ella, la chica que les conté, al verme me reconoció pero nunca dejo de sonreír, estaba como la recordaba pero con menos ropa, shortcito, top azul claro y tenia un piercing en su ombligo y un tatuaje de mariposa en su parte baja del vientre, una parte de su cabello era de color rojizo y la otra era negro, me pare como un resorte y camine hacia ella,

-uff, contigo "Carmen"- dije mirándola a los ojos, me tomo la mano y me llevo a la habitación, entramos y apenas cerró la puerta ya no hubo más diálogo pues el tiempo corría, me fui directo a abrazarla, fui directo a su cuello olía delicioso, lo bese y mordisqueé un poco, mientras le desabrochaba su short para bajarselo, ella, por su parte, solo jadeaba y su respiración se agitaba cada vez más, me sobaba el bulto por encima del pantalon, le di un pequeño beso y su aliento era a látex, la acerque a la cama y la empuje quedando acostada frente a mi, se quito su tanga y se abrió obscenamente de piernas, su sexo estaba sin un bello, y sus labios vaginales no estaban tan hinchados ni salidos, era una vagina hermosa, se antojaba comerla toda por horas beber de ella todo el jugo como si fuera una naranja, yo me desnude de pie, por completo frente a ella que no me quito el ojo mientras lo hacía, le pedí que no se quitara los tacones, me puse el condon y le acerque la punta, se la pasaba, por la entrada y de arriba a abajo sin llegar a meterla, bese su vientre hasta su top, se lo levante y devore sus pequeños senos, los succionaba con mi boca uno y luego otro tirando de sus pezones levemente con los dientes, yo seguía jugando con mi pene en su entrada y ella levantaba su cadera y con sus piernas me abrazo de la cintura…

-Yaa, por favor!!!, ya metemelaaa!!!

Me dijo clavandome la mirada y mordiéndose el labio, se la metí toda de un golpe y empecé un mete-saca frenético, el sonido que producía nuestros sexos al chocar y el de sus gemidos hacían la música mas hermosa del mundo, cuando note que estaba a punto de terminar me detuve y le pedí que se pusiera en 4 al filo del colchón, yo de pie en el piso le di unos besos en ese lindo trasero y recorri con besos su espalda hasta su oído

– que rica estas anita, me tienes vuelto loco-, y le seguí dando en esa posición aun con el mismo ímpetu, tenia una vista perfecta de su ano su piel de esa zona era de un tono claro, como para besarlo y lamerlo y veía como se contraia, me vi tentado de jugar con mi dedo con el, pero pensé que sería en otra ocasión que tuviera más tiempo pues solo tenía 20 min, por que iba a regresar, de eso estaba seguro y otra vez sería con ella, ese cuerpo lo iba a tener completito y le iba a hacer de todo, al terminar por fin, me salí de ella, me quite el condon y eyacule en sus nalgas y espalda, se incorporó y salió de la habitación mientras yo me vestía, regresó con papel para limpiarse, ya no nos miramos ni hablamos, me acompañó hasta la salida y al despedirme con un beso en la mejilla disimuladamente puso un papel en mi mano y salí…

Ya en la calle, tras haber caminado una cuadra y doblado la esquina lo leí, era una carita sonriente y un numero telefónico seguido de los nombres Ana-Carmen y una sonrisa más grande que la del el Joker se dibujo en mi rostro, mi ego se disparo hasta las nubes y casi tira un avión que iba pasando.

Nos seguimos viendo, por supuesto, pero ya afuera, con todo el tiempo del mundo, hicimos de todo, hasta con un amigo mío y ella, que les contaré luego, también hubo una propuesta de ella con su prima pero no se llegó a concretar…

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