Hola a todos. ¿Cómo están? Mi nombre es Nico, tengo 21 años.
Lo que les voy a contar es una experiencia que cambió mi vida, que hizo realidad algunas de mis fantasías y que tiene como protagonista a mi novia, Débora, también de 21 años. Rubia, hermosa, con unas piernas que son el deseo de cada hombre que la mira. Ella juega Hockey, deporte que resalta ese atributo en muchas mujeres. Además de tener unas muy generosas tetas, de buen tamaño y una carita tan hermosa que cualquiera querría enlechar.
Con Debo siempre nos llevamos bien sexualmente, aunque nuestras relaciones eran cuando podíamos. Pues ambos vivimos con nuestras familias aún.
Este detalle que les cuento de sus piernas y de su cola creo fue el comienzo de una de mis fantasías. Es que ver como la miraban los hombres empezó a generarme ese morbo mezclado con celos, en el que el morbo gana la pulseada. ¡Si! Fantaseaba con ser cornudo. Pero dado a quien era ella, su forma de ser tan niña, tan mimosa, pero dulce, es que supe siempre que eso sería solo una fantasía en mi cabeza.
Un día, unos amigos de la Facultad me invitan a una noche de Play. No soy del todo bueno jugando. Y eran amigos a los que trataba, pero no conocían casi nada de mi vida. Sin más planes acepte. Mati era con el que más me había “tratado” por así decirlo. El dueño de casa. Vivía solo y era el bunker de las juntadas de estudio y, como estas, de divertimento.
Mati era un pibe morochito, flaquito, abdominales marcaditos, no era un pibe gym. Era normal pero prolijo en su musculatura.
Fede y Gere eran por su parte los típicos jeropas, medios gorditos, siempre mirando y hablando de las cualidades de las mujeres. Se la daban de galanes, pero se veía que eran puro chamuyo.
Había llegado tipo 22 h a esa casa, habíamos tomado un par de cervezas y yo ya había perdido con todos. Nadie podía sacar a Mati, Fede era el único que le hacía fuerza jugando al PES.
Medio aburrido andaba paseando con mi lata de birra cuando Gere propone llamar a unas minas. Pensando que era puro chamuyo, lo cargaba…
Los otros se prendieron al toque. Y este hablaba con mujeres, mencionaba a unas amiguitas que los demás sabían que venían y cogían. Se emocionaban.
Después de 40 minutos de regateo y negociar avisa Gere que las chicas no podían venir.
¡Que virgo! Pensé…
Pero… Ese pero puso un suspenso en el ambiente… La rusita preguntó cuántos éramos, le dije 4 y dice que se copa.
-Sssiii, decile. Esta re fuerte!! Es un camión!! -Decía Mati.
G: Lo que si dice que no tiene tanto tiempo. Si nos va ronda de petes!!
-Seee -Exclamaban…
Mientras me contaban que la Rusita venía a veces y que era muy “Gauchita” con todos.
Mucha hambre de leche la pendeja, me soltaba Mati.
Sin mas, esperamos hasta que sonó el timbre.
La recomendación era todos a la pieza, que la piba entraba de una.
Todos se pusieron en bolas de la cintura para abajo, yo atiné a hacer lo mismo.
Gere había ido a recibir a su visita…
De reojo veía a Mati, vi una pija enorme. Y me quede en eso… Hace tiempo me daba curiosidad como seria probar una pija. Pero me negaba a ese pensamiento. No lo quería. Volvía en algún momento y yo lo evitaba.
En eso entra Gere y hace la presentación: Con Uds. la Rusita mas tragaleche de la Provincia…
Entró, rubia, despampanante, con una blusita de encaje y un mini short… ¡¡Débora!! ¡¡¡Mi novia!!!
Venia entrando sonriente mirando las pijas y las caras de todos y me vio… Se quedo como helada… Hizo una pausa de un micro segundo que para mi fue eterna. Estaba más helado que ella…
Entre el momento y la pija de Mati quedé mudo.
El tiempo pareció volver a la normalidad…