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Sexo con el profesor de mi hija
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hola, mi nombre es Silvia, tengo 47 años, 1,62 de estatura, piel blanca, cabello negro largo, este relato que les voy a contar me sucedió hace unos 6 años, para esa época estaba sin pareja y vivía con mi hija en una ciudad al sur de Colombia, mi hija tenía unos 18 años y estaba de novia con un muchacho de unos 22 años el cual administraba un bar los fines de semana, así que mi hija iba a ese bar muy seguido para estar con el novio y acompañarlo, un día cualquiera me dijo que no me quedara sola en la casa, que fuéramos las dos al bar y allá pasamos un rato agradable escuchando música y quizá bailar un par de canciones, me pareció buena la idea y decidí acompañarla.

Eran como las 9 pm cuando llegamos al bar, el novio de ella muy atento nos reservó una mesa y nos ofreció un par de cocteles, el nos acompañaba en la mesa por ratos ya que se encontraba muy pendiente de su trabajo y que todo marchara bien en el bar. Llevábamos como una hora sentadas conversando y disfrutando de la música cuando el novio de mi hija se acercó y nos dijo que nos iba a presentar un amigo, pero vaya casualidad que ese amigo había sido un profesor de mi hija cuando estaba en el colegio así que aceptamos nos acompañara en la mesa, de esta manera la charla seria mas abierta y quizá bailar una canción o dos con él.

Carlos, ese era su nombre, de unos 32 años, mediana estatura (1,70 m), cabello negro, de piel blanca, muy extrovertido y divertido, hablando de todo un poco fueron pasando los minutos y también los cocteles, empezamos a bailar, la compañía se hizo mas agradable cada vez mas y empecé a notar que Carlos me miraba de una forma diferente pero no preste atención a eso, lo importante era divertirse para salir un poco de la rutina. Pero cuando uno está pasando un buen momento el tiempo va mas rápido y cuando menos pensamos ya eran como las 3 am, hora de cerrar el bar. Así que Carlos tomo la iniciativa de invitarnos a su casa (él vivía solo) para terminar la rumba allá, decidimos los 4 ir para la casa de Carlos a tomar unos tragos y bailar un rato mas, yo me encontraba muy animada y alegre porque hace meses no salía a ninguna parte y mi hija al verme así me apoyo para que nos divirtiéramos un poco mas.

Al llegar a la casa de Carlos, mi hija y su novio se fueron para la terraza a ver las estrellas y seguramente a hacer lo que no pudieron hacer en el bar, cosas de novios, besos, abrazos, caricias y quien sabe que mas. Por otro lado Carlos y yo nos quedamos en la sala, le pedí que si tenía algo para picar ya que tenía algo de hambre, él muy atento me ofreció algo de comer, luego colocó música y sirvió unos tragos mas, me dijo que yo le parecía una mujer muy agradable y que si me gustaría conocer la casa, le dije si que, que era muy bonita, así que empezamos el recorrido, dejando de ultimo su habitación en el segundo piso, estando en esta última se atrevió a darme un beso el cual no correspondí, ese no era mi plan, además mi hija estaba cerca, aunque no puedo negar que para ese entonces la panocha ya la tenía bien mojada y caliente porque así se me pone cuando tomo algo de licor, se me alborotan las ganas de pichar (follar) de una forma loca, pero tenía que no ser tan evidente.

Carlos no se iba a dar por vencido tan fácilmente, me dijo que mi hija y su amigo estaban en la terraza haciendo sus cosas de novios y que no me preocupara por ellos y de nuevo se acercó a mi por detrás y me dio un abrazo, me acaricio el cabello, me dio unos besos suaves en el cuello, me empezó a tocar las tetas (ese es mi punto débil), así que dio en el blanco y no me quedo otra que dejarme llevar por esas ricas caricias y besos, luego fue bajando sus manos por mi cintura, luego mis piernas y después mis nalgas, ya estaba a punto de decirle que no esperara mas y me la metiera de una pero tocaba ir con calma, después quedamos frente a frente y los besos mas apasionados, con lengua y mas ricos, me quito la blusa y me beso las tetas, nos fuimos quitando la ropa poco a poco hasta que pude tocarle su polla, estaba tan dura que parecía un madero, era gorda y larga, que delicia tocar una polla así, pero mas rico seria tenerla en mi boca, me senté en la cama y se la empecé a mamar toda, estaba tan hambrienta de polla que la quería sentir adentro de mi panocha, se la mame un par de minutos cuando me Carlos me inclino en la cama para quedar acostada, me abrió las piernas y me penetro con ese pollon grande y duro, pude sentir como se iba abriendo camino por mi panocha húmeda y caliente, que cosa tan rica exclamaba yo pero sin hacer mucho ruido ya que pensaba que mi hija estaba cerca y podía venir en cualquier momento, claro que, mas era el delicioso placer de volver a pichar (follar) después de un par de meses de no hacerlo, Carlos me comía muy delicioso, se sabía mover, y su polla me saco un orgasmo muy rápido, pero yo quería mas así que me puse en 4 para que me diera mas polla, esa pose me gusta mucho, en esta pose me podía apretar las nalgas y metérmela con mas fuerza que era lo que yo quería, sentirla toda adentro, que los guevos golpearan fuerte al entrar la polla, Carlos me embestía de una forma deliciosa y entre mas me la metía mas dura se le ponía, ya era hora de tener otro orgasmo pero le pedí a Carlos que se acostara el para yo subirme a cabalgar, en esa pose tengo unos buenos orgasmos, así que no tardamos mucho en venirnos los dos al tiempo, que cosa tan rica, que orgasmo tan intenso y placentero, sentir como me dejaron la panocha llena de leche.

Rápidamente nos vestimos y salimos de la habitación cuando estaba mi hija y su novio riendo con picardía, mmm que estaban haciendo, preguntaron y yo respondí: nada solo mirado la casa, mi hija: si claro, como no y se echaron a reír, luego bajamos a al primer piso, ya era hora de regresar a nuestra casa, así que pedimos un Uber y nos marchamos, ya en la casa mi hija me confeso que todo fue parte de un plan ya que Carlos le pidió a mi hija que quería conocerme mejor y era una buena oportunidad para empezar una amistad, pero en el plan no estaba que te fueras a la cama con él en la primera cita mama, solo era para conversar, pero ya veo que tenías la panocha ganosa, mi novio y yo los espiamos un rato porque se les olvidó cerrar bien la puerta, y mientras los estábamos mirando nosotros también pichamos (follamos) rico.

Mama mañana te cuento bien todo que vimos y lo que hicimos, con un abrazo, un beso en la mejilla y una mirada picara nos fuimos a dormir.

Saludos desde Colombia.

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