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Los cinco sentidos (décimo capítulo)
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Tiempo de lectura: 18 minutos

Se despertó y al encender el teléfono recibió un mensaje de Andrés el marido de Estela. Le decía un escueto, “tenemos que hablar” que la dejó intranquila. Lo llamó por teléfono.

-Hola Tania, que tal estás? -el tono de su voz no le gustó nada.

-Ya te dije que Estela está bien y que no volverá a casa hasta que las cosas cambien.

-Y tu con Rodrigo, estás bien?

-A ti que te importa? -aquella conversación la estaba incomodando mucho.

-Claro que me importa. Os conozco hace muchos años y no me gustaría que vuestro matrimonio se rompiera.

-Mira Andrés, voy a colgar.

-No, no vas a colgar -le hablaba con rabia -Hoy vas a venir a la cafetería de fuera del centro comercial, la de la terraza grande. Se que sabes de que terraza te hablo.

-Andrés, que quieres?

-A las once te espero alli.

-No tengo que quedar contigo para nada. Adiós -colgó el teléfono y se sintió muy nerviosa.

Al momento recibió un mensaje por WhatsApp de Andrés. Cuando abrió el mensaje se tuvo que sentar pues le fallaron las piernas. Era una foto en la que se veía perfectamente a ella sentada en la terraza de esa cafetería, sus piernas abiertas, hasta se podían ver sus bragas blancas, y en el otro lado de la foto se veía a un señor mayor viendo directamente entre sus piernas. Su corazón latía muy acelerado al ver aquella imagen.

Andrés: “A las once en esa terraza”, ponía el siguiente mensaje.

Eran las once y cinco cuando llegó adonde le había dicho. Andrés estaba alli sentado esperándola. Lo saludó nerviosa, avergonzada.

-Cuando hice la foto no pensé que me serviría para otra cosa que por morbo. Pero veo que me va a ser muy útil.

-Que quieres?

-Quiero a mi mujer en casa. Se que Estela está en casa de tu vecino, el otro día la seguí. -estaba muy alterado -Mi mujer me había hablado de tu vecino y que podía ayudarnos en nuestro matrimonio. Se la está follando? Tu también te lo follas como a ese señor de la foto?

-No te permito que me hables así Andrés.

-Mira Tania, te hablo como me de la gana. Yo podré tener culpa de lo que me pasa con mi mujer pero ella también y tu también la tienes. -con mirada grosera la miró a las piernas -has traído pantalón por miedo de que te pidiera enseñarme a mi las bragas?

-Eres un cerdo.

-Quizás la culpa sea de mi mujer. Llevo mucho tiempo sin follar. Vamos a mi casa.

-Eso ni de coña! No iré contigo a ningún sitio.

-Bueno tu verás lo que haces -cogiendo el móvil empezó a buscar en los contactos – Le voy a mandar a mi amigo Rodrigo la foto. Seguro que no le gustará mucho ver como su querida esposa le enseña las bragas a un viejo.

-Andrés que quieres de mi?

-Vamos a ir a mi casa y me vas a enseñar tus bragas. Y después te voy a follar.

-Por favor no me hagas esto -estaba desesperada -Me conoces hace muchos años.

-Si, y siempre pensé que estás muy buena. Ahora que mi mujer me ha abandonado pues follare contigo. Vamos!

Tania lo siguió asustada, aquel hombre tenía todas las de ganar, estaba perdida. Durante el camino intentó encontrar alguna manera de convencerlo pero no la encontraba.

Cuando llegaron a casa de su amiga sintió que el mundo se derrumbaba a sus pies. Tenía la esperanza de que todo fuera para asustarla, una broma de mal gusto. Pero supo que iba en serio cuando se sentó en el sofá y le dijo:

-Quítate el pantalón. Quiero ver tus bragas.

-Andrés no! Haré lo que sea porque Estela vuelva.

-Claro que lo vas a hacer! Pero ahora quítate el pantalón.

Tania aceptó su derrota y se desabrochó el pantalón. Mirar a ese hombre, al marido de su mejor amiga, frente a ella, mirando como se quitaba el pantalón la hizo sentir humillada. No podía mirarlo, se bajó el pantalón mirando hacia otro lado. Se lo quitó sintiendo la mirada de ese hombre sobre sus bragas.

-Que buena estás Tania. Siempre pensé que estabas buenísima.

-Eres un cabrón

-Si estoy así de salido es por culpa de tu amiga. -se levantó del sofá y se acercó a ella y puso su mano sobre sus bragas.

-No, por favor. -sintió aquella mano moverse entre sus piernas, lo hacia de manera brusca. -No lo hagas Andrés. -su voz salía con dificultad

-Muchas veces me he masturbado pensando como sería tocarte -metió la mano por dentro y le acarició el coño -Joder Tania, que suave es.

-Para! Si se entera mi marido te mata -se mordió los labios y cerró los ojos. Aquella mano le estaba haciendo mojarse y odio a su coño por ello.

-No se va a enterar si tu no quieres -sacó la mano de debajo de la braga y vio sus dedos mojados -Estás empapada.

-No es por ti, no te creas que me gusta esto.

-No puedes evitarlo, te está gustando mucho -volvió a meter la mano y escuchó un nuevo gemido de ella.

Sucedió muy rápido, cuando se dio cuenta Andrés se había arrodillado delante suyo y le había bajado las bragas con brusquedad. De inmediato tuvo la cabeza del marido de su amiga entre las piernas y le estaba lamiendo el coño. Aquel hombre era un degenerado y se avergonzó de sentir que estaba sintiendo placer. Quería apartarlo y empujaba su cabeza, aunque sintiera placer no quería sentir eso, pero él era mas fuerte y siguió chupando su clítoris. Creyó morirse de vergüenza cuando sintió que se iba a correr. Se sintió sucia cuando aquella sensación tan placentera la hizo abrir las piernas.

Andrés chupó con deseo el coño de la amiga de su mujer, hacía mucho tiempo que no le comía el coño a una mujer y ese en especial sabía delicioso. Se puso cachondo cuando Tania dejó de empujar su cabeza para apartarlo y vio como ella abría sus piernas. Ahora las manos de ella acariciaban su pelo y llevaba su cabeza hacia el centro de su placer. Se sintió victorioso, aquella vagina estaba totalmente excitada y comenzó a eyacular sobre su boca, su barbilla.

No le dio tiempo a reaccionar y la llevó a la habitación de la mano. Como una autómata se dejó desnudar de todo y vio como él se desnudaba. La empujó contra la cama y enseguida sintió como aquella polla la estaba follando. Era grande, gruesa y estaba totalmente dura. Tania intentaba no gemir, no quería mostrarle a ese cabrón que sentir como la follaba le estaba dando placer. Se tapó la cara con la almohada cuando sintió que se iba a correr. Recordaba las palabras de su amiga diciéndole que era como un toro en la cama. Era cierto, la penetraba como un animal, fuerte, profundo. La llevó al orgasmo tres veces antes de sentir como aquel animal se vaciaba en ella. Andrés se salió de ella y la besó las tetas.

-Ahora puedes irte Tania. Y recuerda esto. Mientras no vuelva mi mujer a casa te voy a follar a ti. De ti depende.

Tania se vistió totalmente abrumada, no entendía que le había pasado para que su cuerpo reaccionara de manera tan intensa. Se fue sin decirle nada, humillada, avergonzada.

Al llegar a casa solo sentía ganas de estar sola, no le apetecía ver a nadie. Con que ojos podría mirar a su amiga sabiendo que su Andrés la había follado y la había hecho correrse varias veces? Como podría convencer a su amiga para que volviera con su marido y así dejara de chantajearla?

A media tarde estaba en casa y recibió un mensaje de Estela diciéndole que pasara a merendar por casa de Braulio y así podían estar los tres juntos. Le puso como excusa que no se encontraba muy bien y enseguida escuchó el timbre. Era su amiga que estaba preocupada.

-Hola cariño, que te pasa? Uy y esa cara? -Tania estaba triste y se sintió culpable por lo que estaba pasando.

-No tengo un buen día cielo.

-Es por lo que pasó ayer? Te molestó que le ofreciera tu ano a Braulio?

-No tonta -solo recordarlo la avergonzó.

-Entonces? Ven, vamos a hablar – la llevó de la mano hasta el salón -Que te pasa chochete? Sabes que puedes contarme todo.

-Es que me siento mal cariño. Tu en casa de Braulio estás bien? -Tania estaba desesperada -No echas de menos a tu marido?

-En casa de Braulio estoy genial -cuando hablaba de su vecino lo hacía con ilusión -Me trata como una reina, ya sabes como es con nosotras. Y a mi Andrés claro que lo echo de menos pero así aprende a tratarme como me merezco.

-Pero tienes pensado volver con él?

-Aún no lo se tía, supongo que si, pero ahora estoy viviendo cosas que nunca pensé que viviría. Por que lo dices?

-Por saber cielo -cada vez se sentía peor por no ser sincera con su amiga -Quizás ya haya cambiado con estos días y te trate bien. A veces pienso que no está bien lo que les hacemos a nuestros maridos. Y tu Andrés siempre te quiso mucho y es un buen chico. -le costaba hablar bien del hombre que la había chantajeado para follarla.

-Ya se que me quiere mucho y yo a él, pero esperaré unos días para pensármelo bien antes de tomar una decisión precipitada.

Cada frase de Estela era como un golpe bajo. No sabía que con lo que estaba haciendo, estaba obligando a su amiga a follar con su marido.

Por la noche recibió un mensaje de Andrés.

Andrés: “Has hablado con mi mujer“

Tania: “Si he hablado con ella“

Andrés: “Y?“

Tania: “Todavía no volverá pero dame unos días por favor.“

Andrés: “Mañana en mi casa a las once.“

Tania: “Te lo suplico, dame unos días y volverá.“

Andrés: “Te doy todos los días que quieras, pero mientras no vuelva follaré contigo cada día“

Tania: “Eres un cabrón“

Andrés: “Un cabrón pero bien que te corriste cuando te follaba. Dejaste mi cama empapada“

Tania: “Vete a la mierda“ -leer ese último mensaje la hizo enrojecer.

Andrés: “Y mañana te haré correrte aún mas. Acuérdate! A las once en casa.“

Tiró el móvil sobre la cama. Encima de chantajearla, la humillaba recordándole que no había podido evitar correrse con aquella manera tan poco delicada de follarla. Por que a su amiga no le gustaba follar con su marido si su polla era mucho mas gorda que la de Braulio y follaba como un toro?

Por la mañana se despertó sobresaltada, estaba teniendo una pesadilla en la que Andrés le contaba todo a su marido, incluso le contaba como la había hecho correrse mientras la follaba.

Se levantó y se dio una ducha intentando que su sueño se esfumara arrastrado por el agua que corría por su cuerpo. En esos momentos maldecía que su cuerpo estuviese tan sensible todos los días, si su cuerpo fuese más insensible no hubiera sentido placer y quizás ese malnacido no querría volver a estar con ella. También odio a Braulio por ello, él la había cambiado sexualmente, antes era una mujer normal y ahora todo el día necesitaba sexo, a todas horas. Odió a Estela por haberse ido de casa, la odió por llevar tanto tiempo sin acostarse con su marido y que ahora tuviera que ser ella la que saciara sus ganas de follar.

Salió de casa y buscó la llave escondida de su vecino. Con sigilo abrió la puerta y vio que la luz de la habitación estaba encendida. Se acercó despacio intentando no hacer ruido. La puerta estaba arrimada y escuchó la voz de su vecino pero no entendía lo que decía. Estuvo a punto de dar media vuelta y salir cuando la voz de su amiga la hizo detenerse.

-Braulio me gusta mucho su polla. Está deliciosa -Tania no pudo evitar acercarse y con curiosidad acercó su cara a la rendija que había al no estar la puerta cerrada de todo – Le gusta que se la chupe?

-Tienes una boca que da placer como un coño. Me encanta como me la chupas cariño -vio a Braulio de pie en la cama y a su amiga de rodillas con el sexo de su vecino en la boca. -Nunca me la habían chupado así.

Estela movía la cabeza de manera rápida y Tania veía como la polla entraba y salía totalmente de la boca de su amiga. Era como si lo follara con sus labios. A veces detenía sus movimientos y era él el que se movía de manera rápida e incluso la agarraba la cabeza para penetrar mas profundo.

-Si, fólleme la boca -su amiga estaba excitada con aquella intrusión en su boca y la abría para que el continuara haciéndolo.

-Me gusta follarte Estela -estaba muy cachondo y tenía la polla totalmente dura -Follarte por todos sitios.

Tania viendo aquella escena se sentía morir de celos, deseaba irse y dejar de ver aquello pero su cuerpo le pedía que siguiera mirando. Su coño estaba muy mojado, nunca había visto a un hombre y una mujer en acto tan íntimo.

-Me vuelve loca como me hace todo -lo miraba a los ojos de manera totalmente entregada -Me quedaré aquí para siempre si usted quiere.

-Y tu Andrés? -Braulio hablaba entre gemidos de placer y nunca lo había visto así -No volverías con él?

-No, si usted me lo pide no volveré a casa -Estela besaba las piernas de él, incluso besaba sus pies -Me siento suya Braulio. Todo mi cuerpo es suyo si lo desea. Mi boca, mis tetas, mi culo.

-Todo tu cuerpo me vuelve loco cielo.

-Es suyo si lo desea.

-Deseo que sea mío. Quiero follarte tu coño, tu culo.

-Cuando quiera puede follarlo. Mi culo es virgen y se lo entregaré como muestra de que soy suya.

Tania se desmoronaba con cada frase que escuchaba de ellos. Le dolía lo que estaba presenciando e inexplicablente no podía evitar tener la mano bajo sus bragas y tocarse para calmar su excitación.

-Cree que Tania entenderá que me quede aquí para siempre?

-Tu amiga ama a su marido, lo adora y debe entender que nosotros también tenemos derecho a ser felices juntos.

-La quiero mucho y no soportaría que se enfadara conmigo. Ayer aún me estuvo convenciendo que volviera a casa con mi Andrés.

-Te intentó convencer?

-Si, me dijo que quizás esto que le hacemos a nuestros maridos no esté bien.

La cara de Tania se llenó de lágrimas, ellos no entendían que todo lo que hacía era porque la estaba chantajeando un cabrón. Que ella amaba a su marido y que tanto a su amiga como a Braulio los quería. Que si ellos terminaban juntos como pareja, lo entendería aunque le doliera tener que apartarse sexualmente de ellos. Deseó entrar en la habitación y pedirle que hicieran el amor por última vez juntos. Deseó gritarles que los quería pero solo pudo salir de aquella casa, del lugar donde se sentía libre.

Entró en casa y se tiró en la cama a llorar, lo hizo durante mucho tiempo. Recordando cada día que había pasado con su vecino, cada sensación que ese hombre le había hecho descubrir, pensando en su amiga de la infancia a la que tanto quería.

A las once llamó al portero automático y subió. Andrés le abrió la puerta y la mandó pasar.

-Veo que has entendido lo que debes hacer -él la esperaba con un bóxer puesto como única prenda.

Ella pasó y se fue directamente a la habitación sin decir nada, sin ni siquiera mirarlo. Andrés la siguió y vio como se quitaba la ropa quedando totalmente desnuda. La vio tumbarse en la cama y como flexionaba las piernas y las abría totalmente.

Tania sintió como Andrés besaba sus muslos y odió su cuerpo. Se tapó la cara con la almohada cuando sintió como aquella boca comenzó a lamer con desesperación su coño y este enseguida comenzó a eyacular. Odió a sus pezones por estar rogándole a ese hombre que los chupara y éste lo hizo de manera que sus pechos se estremecieron. Odió a aquella polla por ser tan gruesa y estar tan dura, cuando la sintió resbalar en su coño y hacerla gemir. Se odió a si misma por no poder evitar correrse cuando ese hombre la follaba como un toro. Odió a sus manos cuando buscaron las nalgas de ese malnacido para apretarlo contra ella. Y sobre todo, odió cuando gritó de placer cuando el marido de su amiga la hizo estallar en un orgasmo que la hizo empapar la cama.

Estaba temblando, en esos momentos no de rabia, sino de placer. Andrés sacó su polla de su coño cuando se corrió dentro de ella y ella sintió un extraño vacío.

-Creo que Estela no va a volver. -desde que entrara en esa casa eran las primeras palabras que decía.

-Pues ya sabes lo que te toca.

-Lo sé… -Tania se levantó de la cama y buscó sus bragas que debían estar por el suelo. -Has visto mis bragas?

-Bueno, ella se lo pierde. En el fondo me encanta follar contigo. -tenía las bragas en la mano -Las tengo yo, me las quedaré con tu permiso.

Tania se vistió, deseaba decirle algunas cosas a ese hombre pero su dignidad se lo impedía. Bajando las escaleras hacia la calle se sintió confusa. Acaso me siento contenta que Estela no vuelva con su Andrés? Se preguntó avergonzada.

Braulio miraba a Estela vestirse. Era realmente hermosa. Le gustaba verla en bragas y con sus pechos desnudos que a pesar de su tamaño se mantenían firmes.

Estela estaba nerviosa porque tenia que pasar por la que hasta hacía un par de días era su casa y sería la primera vez que vería a su Andrés desde que habían discutido aquella noche.

-Volveré pronto. – ya le había dicho a Braulio que iría alli a recoger algo de ropa -No esté nervioso, vale?

-Ten cuidado y evita discutir con él.

-No se preocupe que no discutiré con él.

Cuando Estela se fue, Braulio recogió la habitación y cambió la ropa de la cama. Al salir al jardín y pasar por la parte lateral de la casa vio algo que lo hizo sentirse nervioso. La maceta donde escondía la llave de repuesto estaba movida. Se acercó y al levantarla vio que la llave no estaba. Recordó que la noche anterior al regar las plantas si que estaba. Aquel escondite solo lo sabía Tania y tenía que haber cogido la llave esa mañana. Tenía que hablar con ella y preguntarle que estaba pasando. Últimamente la sentía rara, incluso el día anterior había rechazado ir con ellos a merendar y le había dicho a su amiga que se sentía mal.

Cuando Tania salió del edificio decidió regresar a casa caminando pues necesitaba pensar. Vio el coche de su amiga y vio que estaba aparcando. Apuró el paso. Si la viera le preguntaría que hacía por esa zona y no sabría que explicación darle.

Estela aparcó y subió. Al tener llave no tuvo que llamar a la puerta y entró. Su marido apareció desde la habitación, estaba desnudo.

-Hola Estela -se puso contento de verla y se acercó a ella para abrazarla -Siento mucho lo ocurrido.

-Andrés solo vengo a buscar algo de ropa -lo esquivó y se fue a la habitación. Se quedó sorprendida al ver la cama toda mojada y el olor a sexo que alli había -Veo que no has perdido el tiempo y ya tienes una amiguita con quien descargar.

-Y tu no tienes un amiguito? Bueno es un viejo por lo que tengo entendido. Yo también tengo mis necesidades.

-Por que dices que es un viejo?

-El otro día te vi entrando en la casa de ese vecino de tu amiga Tania. El que iba a salvar nuestro matrimonio resulta que seguro que te está follando.

-No hables así de ese hombre. Si no fuera por él estaría durmiendo en la calle -al ir hacia el mueble donde tenia ropa lo que vio la hizo enmudecer -Que significa esto? -las bragas de Tania que él se había quedado estaban sobre el mueble. Ella las conocía perfectamente. Miraba las bragas y la cama mojada. -Sois unos cabrones. Te estás follando a Tania? Estas bragas son de ella. Pero que zorra es!!

-A ti te da igual con quien yo folle. Es mi vida -Andrés le quitó las bragas de la mano -Y por desgracia no es ninguna zorra, ojalá lo fuera.

-Que quieres decir? -Estela estaba desconcertada y no sabía que quería decir con aquello.

-Pues eso, que si, que me la follé, pero se puede decir que obligada. Mira yo necesitaba follar, si estuvieras aquí conmigo todo esto se podría haber evitado. Y me aproveché de ella.

-Desde cuando te la estás follando?

-Ayer fue la primera vez, y le dije que cada día que tardes en regresar me la follaré. Y por eso vino hoy también.

-Pero por Dios Andrés, porque le haces esto? -se dio cuenta que aquel era el motivo por el cual su amiga estaba mal el día anterior, comprendió porque había intentado convencerla de que volviera con él.

-Por qué lo hago? Porque te amo y te echo de menos cielo -Andrés abatido se sentó en la cama y comenzó a llorar. -Tu amiga es la culpable de que hayas conocido a ese su vecino y por eso la elegí a ella para desahogar mis necesidades.

-Pero esa no es la manera -se sentó a su lado y le ayudó a secarse las lágrimas -yo también te amo pero debes darme un poco de tiempo. Debes aprender a valorarme.

-Prométeme que regresarás a casa – la miraba con ojos implorantes, una mirada de súplica que jamás había visto en su Andrés – Te valoraré, eres la única mujer que amo y amé en toda mi vida.

-Si de verdad aprendes a valorarme te prometo que regresaré cariño.

En esos momentos que Estela y su marido hablaban sentados en la cama, Tania estaba llegando a casa. Vio a Braulio regando el jardín e intentó que no la viera pero era imposible entrar sin que eso sucediera.

-Tania!! -dejó sobre el suelo la manguera y se acercó a la división de los dos jardines -Tenemos que hablar.

-No me apetece Braulio -se detuvo y lo vio con ojos de mujer derrotada.

-O vienes tu o voy yo ahí.

Tania bajó la cabeza y volvió sobre sus pasos. Atravesando la puerta del jardín de su vecino se acercó a él con la cabeza baja que este con su mano la hizo levantarla y que lo mirara a la cara.

-Quieres decirme que está pasando?

-Nada.

-Ayer le dijiste a Estela que te encontrabas mal y estoy seguro que lo dijiste para no venir a casa. Hoy he visto que no está la llave bajo la maceta y anoche estaba y eres la única que sabe de ese escondite.

-Yo necesitaba algo pero me arrepentí y me fui.

-Que necesitabas?

-Necesitaba estar con usted.

-Y por qué te arrepentiste? Necesito que me lo cuentes.

-Por nada -recordaba la conversación de su amiga y él esa mañana y se sentía mal.

-Nos viste juntos, es eso?

-Si. -se avergonzaba de tener que reconocer que los había espiado.

-Y nos escuchaste.

-Si. Yo no quiero ser un estorbo para vosotros Si queréis ser felices juntos yo me apartaré.

-Cariño -Braulio la estrechó en sus brazos.- Tu nunca serás un estorbo.

-Necesitaba estar en sus brazos.

-Quieres que vayamos a dentro?

-Pero si Estela es su pareja no deberíamos entrar.

Braulio cogió la mano de Tania y la llevó a dentro de la casa. Se miraron como nunca se habían mirado y comenzaron a besarse. Besos desesperados que los empujaron a desnudarse. Vio que no llevaba bragas.

-Y tus bragas? No te has puesto bragas hoy?

-Si me las puse.

-Y donde están?

-El me las pidió

-Has estado con otro hombre? -ahora era Braulio quien sintió celos de pensar que otro hombre se había follado a su vecina.

-Si. -Tania besó su pecho y se arrodilló delante de él -Fólleme la boca -abriéndola esperaba con impaciencia la intrusión de aquella polla totalmente dura -Por favor.

Braulio acercó su miembro erecto y empujó entre aquellos labios abiertos. Se movió dentro de ellos en un vaivén cada vez mas rápido y profundo que lo hizo gemir. Agarró la cabeza de aquella joven y hizo lo que ella le había pedido. Estaba celoso y deseó follarla.

La hizo levantarse y se la llevó a la cama.

Tania sintió a su vecino especialmente ansioso desde el momento en que le dijo que había estado con otro. La comenzó a besar el cuerpo con avidez. Beso y chupó sus pechos como nunca, lamió su coño haciéndola gemir. Acoso estaba celoso por lo que le había dicho? Pensaba mientras sentía a su vecino succionarla entre las piernas. Y sentirlo así le estaba gustando mucho.

-Estuve con otro porque estaba con Estela. Yo deseaba follar con usted.

-Deseabas follar conmigo?

-Si por eso busqué la llave

-Te follaré ahora. -se puso de rodillas y acercó su polla al coño empapado -Ese otro te folló?

-Si me folló.

-Y te gustó que ese otro te follara? -La rabia lo hizo penetrarla con fuerza -te folla mejor que yo?

-Si -Tania gimió al sentir como Braulio la follaba con fuerza – Me gustó como me folló.

-Yo te follaré siempre que quieras Tania.

Aquellas embestidas la hicieron correrse varias veces. Braulio nunca se lo había hecho de esa manera y le estaba gustando.

-Por que me está follando tan fuerte? Piensa que he traicionado su confianza por follar con otro? -Tania se giró y se puso de rodillas apoyando su cara en el colchón y levando sus nalgas. -Creo que piensa eso y está deseando castigarme. Verdad?

-Aunque tenga ganas de castigarte no me veo capaz.

-Ese otro me hizo correrme mucho -algo la estaba empujando a decir esas cosas.

-Cállate Tania!

-Es la verdad. Mojé su cama muchísimo -de repente sintió un azote en su culo -No pude evitar correrme -otro azote fuerte hizo temblar su nalga y su cuerpo se estremeció.

Quizás se merecía aquel castigo. Era una mujer sexualmente infiel a su marido con ese vecino en el que tanto confiaba Rodrigo. Se había dejado follar por un desconocido en la casa de éste. Acababa de correrse hacia un par de horas con el marido de su mejor amiga. Merecía ser azotada. Le dolía mucho recibir aquellos azotes pero eran merecidos. En esos momentos estaba en la cama de la pareja de Estela, Braulio, y la había follado. Aquellos azotes eran su castigo. El dolor se tornó en placer sin esperarlo y sus quejidos lastimosos se convirtieron en gemidos. Sentía sus nalgas arder pero el placer la alcanzó de una manera intensa y Tania comenzó a correrse. Dolor, eyaculación y vergüenza unidos. Se derrumbó sobre la cama.

-Discúlpame Tania -avergonzado por haberse dejado llevar por los celos, Braulio la abrazó -No se que me ha pasado.

-Me lo merecía, he sido una mala esposa y una mala amiga. Por favor no le cuente esto a Estela. -se levantó y se fue al salón a recoger su ropa. Comenzó a vestirse de prisa -Debo irme, no quiero que ella me mire aquí.

-Tania -la miraba con tristeza -Volverás a venir?

-No lo sé -ella también lo miró con mucha pena -Soy feliz con mi marido y no quiero que mi matrimonio fracase. Y si en alguna ocasión vuelvo no quiero que Estela lo sepa.

-Ella no lo sabrá si es tu deseo.

Era media tarde cuando alguien llamó a la puerta. Era Estela. Encontrarse frente a frente las hizo sentir vergüenza, cada una por motivos diferentes. Su amiga entró sin esperar que Tania le dijese y la abrazó con fuerza.

-Cariño, perdóname -comenzó a llorar -Andrés me lo ha contado todo.

-Que te ha contado? -Tania se puso tensa preguntándose que era lo todo que le había contado Andrés.

-Que te culpa de que yo me haya ido de casa y te ha obligado a follar con él. -apartándose un poco de ella la miró a la cara -Estás bien mi niña?

-Si, bueno, mas o menos -bajó la vista, incapaz de mirar a los ojos a su amiga, recordando que esa mañana la había espiado cuando estaba con Braulio y encima después había follado con su marido y pensaba como la había hecho.

-He estado hablando mucho tiempo con mi Andrés cariño , es que lo amo con locura y sé que él también me ama.

-Vas a volver a casa con él? -deseaba que volviera a casa a pesar de sentir que le estaba gustando lo que el marido de su amiga le hacía.

-Creo que si pero tiene que aprender a tratarme bien y ya se lo avisé. Será su ultima oportunidad. – La abrazó de nuevo -Y no le hagas caso a mi Andrés, tu no eres la culpable de que me haya ido de casa.

-Gracias cariño.

Eran las once cuando Tania llamó al timbre de la casa de Andrés. El día anterior había hablado con su amiga y había decidido que esa mañana volvería a verlo. Él le abrió y se sorprendió de encontrarla allí

-Hola Tania, hoy no esperaba que vinieras.

-Por qué no esperabas que viniera? -entró en la casa y se fue hacia el salón. -Acaso no me has dicho que hasta que Estela regresara, tenía que follar contigo todos los días?

-Estela no ha hablado contigo? Ella ayer descubrió que habías estado aquí y que habíamos follado juntos.

-Si, ha venido a mi casa y me ha dicho que lo sabía. Me ha contado que habéis hablado y que seguramente vuelva.

-Tania quiero pedirte perdón por como te he tratado. Puedes irte, no diré nada de lo de ese señor de la terraza.

-Eres un cabrón por lo que me has obligado a hacer. -se sentó en el sofá. -Y como sé yo que no volverás a hacerme chantaje con esas fotos?

-Te juro que no volveré a utilizarlas para aprovecharme de ti -se giró y cogió el teléfono de encima de la mesa -Las fotos están aquí, bórralas. Ya sabes que yo no tengo ordenador ni nada parecido donde tenerlas. Toma – le dio el teléfono -Elimínalas.

-Estos días te he odiado Andrés -cogió el teléfono y entró en la galería de fotos y se sorprendió de ver la cantidad de fotos que le había hecho a escondidas. Se avergonzó con aquellas imágenes en las que se veía con el vestido subido y sus piernas abiertas mostrando su vagina a un desconocido. En alguna foto hecha con el zoom se veía su coño desnudo. Las fue borrando una por una. -Miro las fotos y me avergüenza Andrés. Que pensabas de mi cuando las hacías?

-Yo no las hice para chantajearte. Reconozco que al verte así me sorprendió porque no entendía que pasaba. Siempre pensé que eras feliz con Rodrigo.

-Soy feliz con mi marido -lo interrumpió -Ni siquiera yo entiendo porque hice esto que se ve en las fotos.

-Te gustaba que ese señor te mirara?

-Andrés, me avergüenza reconocer que si me gustaba, era una sensación muy fuerte.

-Te vi marchar con ese señor. Has follado con él?

-No voy a contestar a eso Andrés.

-Estoy seguro que si. – mientras le hablaba la miraba las piernas – Creo que Rodrigo no te folla bien y tuviste que buscar a otro que si te lo hiciera como a ti te gusta.

-Cállate! -no le gustaba lo que le decía -Claro que me folla bien mi marido.

-Si? Y por eso te corriste tantas veces conmigo?

-Eso no tiene nada que ver, si me corrí tantas veces contigo es porque mi cuerpo estaba sensible.

-Creo que mi polla te gustó demasiado. No es verdad?

-Claro que no me gusta tu polla, a mi me gusta la de mi marido.

-Cuando te la metí gemiste mucho. -sin esperarlo, ella vio como se bajaba el pantalón del pijama y tenía el sexo totalmente duro bajo el bóxer. También se bajó su ropa interior y su miembro viril apareció ante ella. -Ves como está? Te gusta?

-Súbete el pantalón Andrés. -no pudo evitar mirar su polla totalmente dura, le sorprendía lo gruesa que la tenía -Ya he borrado las fotos, no puedes obligarme a follar contigo.

-Si quieres vete -se sentó en el sofá de enfrente a donde ella estaba -Pero no puedes negar que te gusta. Me haré una paja pensando en ti.

-Haz lo que quieras -Tania nerviosa miraba como la mano de ese hombre masturbaba aquel sexo totalmente erecto. Se levantó y fue hacia la puerta -Pero deberías pensar en tu mujer y no en mi al hacerlo.

-En ella pensaré cuando vuelva a casa. Antes de irte puedo pedirte un último favor? -se levantó y se acercó a ella.

-Que favor?

-Me regalas las bragas que tienes puestas ahora? -se seguía masturbando de pie, cerca de ella – Con tus bragas me correré mucho mas fuerte.

-Estas bragas que llevo son un regalo especial de mi marido. -no entendía porque no era capaz de irse.

-Te las devolveré. Mira como estoy -con su barbilla le señalaba su polla y ella la miró -Me corro con tus bragas y te vas.

-Cuando termines me iré -metiendo las manos bajo el vestido se bajó las bragas y se las quitó – a cambio dame tu bóxer.

-Claro -lo cogió del suelo y volvió hacia donde ella estaba -Tómalo.

Al tener en su mano el bóxer de Andrés sintió morbo. Todavía estaba caliente y en el centro tenía una mancha de humedad. Ella le dio sus bragas y se estremeció al ver como el marido de su amiga las miraba y como pasaba su dedo por la zona donde hacía unos segundos su coño derramaba flujos íntimos.

-Tus bragas están mojadas.

-Y tu bóxer también. -Tania vio como Andrés acercaba sus bragas a la cara y comenzaba a olerlas -No hagas eso por favor.

-Por que? -sin hacerle caso siguió oliéndolas -Te pone cachonda ver como el marido de tu amiga huele tus bragas?

-Me voy a ir -se sentía totalmente excitada al ver su ropa interior en la cara de ese hombre. Se dirigió a la puerta y al ir a abrirla se frenó.

Volvió sobre sus pasos humillada, excitada. No pudo evitar acercarse a Andrés y se arrodilló delante suyo. Observó aquella polla que tanto le estaba gustando desde el primer día que la vio y la acarició fascinada. Andrés se puso muy cachondo al sentir como la amiga de su mujer se la metía en la boca y comenzaba a saborearla con verdadera ansia. Jamás en su vida le habían hecho una mamada como en ese momento se la estaba haciendo Tania.

-Ves como tenia razón? Te gusta mucho mi polla. Nadie me había hecho una mamada como tu. Sigue por favor. Quieres que me corra en tu boca? -ella le hizo entender que eso deseaba porque aumentó la velocidad de su cabeza y mientras lo hacía le acariciaba los testículos -Joder me vas a hacerme correr.

Aquella polla comenzó a escupir semen en el interior de su garganta. Tres potentes chorros alcanzaron su garganta y ella los recibió con agrado. Le gustó el sabor del orgasmo de Andrés. Lo miró avergonzada al darse cuenta que acababa de reconocerle que tenía razón, su polla la estaba volviendo loca.

-Gracias por ayudarme -le acarició las mejillas. -Estaba muy cachondo.

La ayudó a levantarse y la abrazó. Cuando se dio cuenta estaban besándose y él la estaba desnudando.

Enseguida se encontró totalmente abierta de piernas con la cara de Andrés entre ellas y gimió. Le estaba comiendo el coño con ansia. Se corrió en su cara, en su boca. Y esta vez fue ella la que lo empujó hasta el sofá y se sentó sobre él. Fue ella la que cogió su polla, de nuevo totalmente dura, y colocándola en la entrada de su coño se dejó caer sobre ella. Fue ella la que lo folló, la que cabalgó desesperada al marido de su mejor amiga hasta correrse juntos mientras se besaban y gemían sin pudor.

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