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Carla: Vuelve a coger con el tío y él la prostituye (1)
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Tiempo de lectura: 13 minutos

Nota: 100% veraz. Desde luego que hemos cambiado los nombres.

Casi un mes desde la última visita del tío. Hablan entre ellos casi todos los días, y ocasionalmente Carla se muestra por videollamada, ya sea desnuda o masturbándose. Un par de veces nos mostramos cogiendo, lo que lo excitó de manera tremenda, tanto que se masturbó (lo hace sin drama en su propia oficina de su negocio, muy próspero en esta época, de insumos agrícolas y ganaderos).

Con su negocio marchando muy bien, ha encontrado el motivo ideal para viajar periódicamente a Montevideo, a negociar compras por mayor, y es buena coartada frente a su esposa, la tía de sangre y madre adoptiva de Carla.

Sabiendo que el tío iba a querer tener sexo y mas sexo, y siempre dispuesta a complacerlo, agotada por la orgía del domingo 25 de setiembre en la pensión, Carla le sugirió que no viniera hasta el miércoles 28. Así lo hizo T llegando temprano el día indicado.

Viajó junto con un cliente importante, criador de ganado, que venía a entrevistarse con su consignatario de ganado para concretar una venta de mas de 110 novillos, decidieron alojarse en un hotel, con lo cual, los encuentros del tío (T) con Carla o con ella y yo serían en el apartamento de frente al Golf, pues T insiste en lo mejor para los encuentros, y obviamente dijo que lo paga él.

Curiosamente, T insistió en vernos (“no te preocupes Carla, te dejo descansar también hoy”). Quiso vernos esa misma mañana, para lo cual ya había tomado apartamento por tres días y había girado el importe a Luis, el administrador.

Llegó primero él, luego yo y minutos después Carla, levemente retrasada por haber respondido a inquietudes del portero del edificio, acerca de si el chico del delivery que había venido un par de veces nos molestaba, pues al bajar de hacer la entrega, le contaba historias raras de cosas que supuestamente veía.

Carla le dijo que no, en absoluto, que era muy correcto, y que al ser tan joven seguramente el chico fabulaba.

Muy solícito, el portero dijo que si había problemas le avisáramos y que él se encargaba de llamarlo al orden.

El reeencuentro, por cuarta vez, fue apasionado. Carla y el tío se besaron, por supuesto de lengua (“esa no se me cansa ni se me irrita”) él le manoseaba las tetas por encima de la ropa y de a poco se tranqulizaron. Comentamos lo bueno que había estado el encuentro en la pensión, como había quedado satisfecha y que buena gente los chicos.

Carla había ido de abrigo, que obviamente se quitó al llegar, y de pollera (falda) y camisa. Nos sentamos en el sofá principal, y pese a que habíamos acordado que no hubiera penetración nos pusimos a jugar, nada lo impedía.

Al sentarnos, lógicamente con Carla entre nosotros, T dijo:  — Hay algo que quiero comentarles…

Pero una mano de Carla tocándole el bulto hizo que interrumpiera la frase. Yo la estaba besando, prácticamente pasándole toda mi saliva, ella respondía con su lengua invadiendo mi boca a full, y T por debajo de la falda le acariciaba suavemente la vulva y los pelitos cero tanga obviamente, al igual que cero corpiño.

En contados momentos estaba desnuda, y nosotros nos deleitábamos acariciándola sin límites y sin apuro.

Que hermoso es hacerlo con tiempo, sabiendo que ese es el placer, que no la penetraríamos, mirar las cuatro manos acariciando todo su cuerpo, besarla alternadamente uno y otro, chupar una teta cada uno, improvisar y chuparle los dedos de los pies y lamer sus largas piernas en toda su extensión

Sí que nos permitió lamer suavemente su vulva, jugar con sus pelos, y al rato bajó del sofá a la alfombra y comenzó a hacernos oral, alternando, mientras chupaba o lamía a uno, acariciaba las bolas del otro, hasta que primero yo le inundé la boca, ella, juguetona, dejó escurrir un poco por sus labios hacia los senos, y cuando acabé yo, T eligió besarle más los pelitos y los alrededores de la concha, para guardarse a fin de cogerla al día siguiente. Carla fue al baño a ducharse y vestirse rápidamente. T y yo fuimos a otro baño, lavado correspondiente y ya vestidos todos retomamos la conversación.

-Que era lo que quería comentarnos tío?

—Mmmm mi cliente, que vino conmigo, me preguntó por que ahora vengo tanto a Montevideo, y caí en la tontería de decirle que me estoy cogiendo a una belleza, la putita mas divina…y ahí me presionó que él quiere “conocer y pagarle a esa putita, si es tan linda ”… y no supe negarme, me harías ese favor? Sé que otros te cogen, que hasta te hacen regalos!

-Sí, y que regalos! pero… estás loco tío?! Pensar en entregarme? Como se te ocurre?

—Pero… pero si te gusta coger!

-Sí… con conocidos… con los que yo quiero! con usted! que hace diez o doce años me desea y yo lo sabía! Con quienes elegimos con Sergio. Y no hable de los regalos, ni se imagina cuanto me regalan!

—Claro, claro, tenes razón Carla, perdóname, voy a quedar muy mal con un cliente importantísimo, pero ya veré como soluciono el tema, o perderé el cliente. Vos que opinás Sergio?

-Usted se equivocó mal, dijo lo que no debía… y menos mal que no dijo quien es Carla…

—Eehhh no no… pero le dije que ni se imagina quien és…

-Puffff un error tras otro, el hombre puede sospechar y averiguar, tu sabés que podes hacer lo que quieras Carla, yo jamás dispondría de ti. Eres totalmente libre.

-Sí amor, y me dio un gran beso… los voy a castigar a Ud. tío y a su cliente, se merecen que les duela. Quien me dijo que es su cliente?

—Es C, que hace como diez años, compró campo en la zona y es cliente, un ganadero y plantador de soja ; vino a vender novillos, es buena persona además.

-Ahhh que bien y Ud. tío me quiere entregar a él porque es buena persona? O porque es cliente suyo? O porque son amigotes? Y aceptó que él proponga pagarme? Me hizo puta!

—Ya sé, ya sé, me equivoqué, me doy cuenta…haré lo que pueda para solucionarlo perdóname, por favor.

-Así que quiere pagarme y Ud. Aceptó?! Le dijo Carla, Que me pague bien paga entonces!!! Si vino a vender novillos seguro puede. -Cuantos va a vender?

—Creo que 110.

-Carla pensaba y sacaba cuentas.

-Es muchísimo! dijo, y quiero el precio de dos novillos, no, mejor de tres novillos y no me importa quien pague, si para Ud. no soy mas que puta y me quiere vender a él como puta pues voy a ser totalmente puta. Y sepa, atrevido, me regalan mucho mas que eso cada vez, pero como regalo, mis amigos, que son amigos con mayúsculas. No me importa quien los pague, pero quiero que él sepa que pagan y que él sepa que Ud. se equivocó.

—Serías capaz? Sos un amor! Yo sabía que lo arreglarías, estas de acuerdo Sergio?

-Ella lo sabe de sobra, es totalmente libre, si ella lo perdona así, para mi está bien.

-Y eso no es todo… dígale a ese Sr. C, que debe ser un vicioso, que ni una palmada, ni se le ocurra fumar, nada de lluvia dorada ni cosas raras, quiero gozar y mejor que rinda. Hasta cuando se quedan?

—Hasta el viernes de noche.

-Mmmmm estamos a miércoles de mañana… dígale que vaya ya al laboratorio XX, que pida un análisis completo urgente de E.T.S. Para mañana le dan el resultado. En todo caso para acelerar que diga que va de parte de Sergio X… les hemos mandado a varios de la pensión y de alguna obra en construcción y nos conocen, pues se los pagamos nosotros. Quiero chupársela tranquila.

Si le sale bien vienen mañana a las 14 h. Y por supuesto mi amor va a estar presente, puede mirar y participar si quiere, aunque me pague, y si no acepta no se hace nada! Estás de acuerdo Sergio? -Sí, lo que quieras, ya te dije, tú decides.

—Pero es muchísimo dinero…

-Ya le dije, repartan el costo o arregle Ud. como pueda. Al fin y al cabo él ofreció pagar, verdad? Me ofreció como puta? Sufra las consecuencias, si voy a ser su puta, seré cara, y le reitero, los amigos me regalan mucho mas, por eso he podido comprar y lo he alojado en mi precioso apartamento en Buceo.

—Sí, sí… yo lo arreglo, gracias, te quiero.

-Mmmm… muy enojada con Ud. tío, me quiere y me vende? Dijo Carla haciendo caritas de enojo.

—Perdóname, en serio… sí?

-Me ofrece, prácticamente me entrega como puta y quiere perdón? Y mas caritas de disgusto.

Además, Ud. me va a ayudar sí o sí a aclarar ese tema familiar pendiente desde siempre.

—Acepto, acepto, tienes razón.

-Nos vamos y nos vemos mañana, si no falla en los análisis y si tienen lo pedido por su puta. Íbamos para la puerta, y Carla se dio vuelta, abrió la camisa mostrando las tetas, y con las tetas afuera se levantó la pollera…

-Seré buena para puta tío? Le gusto para puta? Ya que me considera así…

—No seas mala! Sabes que te amo sobrina!

Y ahí, la reacción mas sorprendente de Carla. Se arregló la ropa, se acercó a él y le clavó la lengua en la boca como veinte o treinta segundos.

-Hasta mañana.

Y nos fuimos.

Afuera su humor era otro, se reía, viste como me vengué? Quien es él para entregarme? Ja ja… que el amigo justifique su interés.

– Viste Sergio? Ya lo amarré para ese viejo tema familiar (aclaro, es un viejo tema familiar, de abandono de su padre y madre en diferentes momentos de su vida, con lo cual los tíos la tuvieron como una especie de hija desde los diez hasta los 22 años, ya les contaré…)

Jueves al fin de la mañana, llamada para confirmarnos resultados de análisis. Llegamos adelantados, ya había llegado el tío, conversamos dejando las cosas bien claras. -Traerá el certificado de los análisis verdad?

—Sí, le dije que lo trajera.

-“Vamos a dejar las cosas claras : No soy su prosti, ni de Ud. ni de nadie. Acepto regalos, porque me desean y les gusto, y son caballeros, y pueden ser ultra generosos. Pero Ud. me ha entregado porque sí, porque un amigo se lo pidió, entiendo que no hubo mala intención, pero aunque lo perdono y lo quiero, sus amigos, si llega a traerme a éste u otro, simplemente serán mis clientes, siempre clientes, y Ud. se dará el gusto de tener una sobrina puta.”

—Pido perdón de nuevo, no sabés lo arrepentido que estoy…

-Ya le dije, con Ud. todo bien, y él o ellos que paguen, porque lo veo vicioso y seguro va a querer traer otros, ja ja. Y ahora cuando llegue C nada de presentarme como puta, déjelo a Sergio. Y Ud. Si quiere y el cliente lo deja, puede participar, lo quiero y me calienta pese a todo (lo seguía martirizando ja ja). Deje que Sergio y yo llevemos el tema, y trate de quedar bien.

Y se fue a vestirse para seguir el guion que había convenido conmigo…

Suena el timbre, llega C, alrededor de 50 y físico fuerte, de campo. T me lo presenta, y les digo que Carla ya viene.

Voy al dormitorio, le aviso que llegó C y ya se viene de la mano conmigo.

La idea era avanzar de a poco y divertirnos mucho. Carla vestida de tacos, obviamente, y con jean blanco ajustadísimo y camisa también de jean color azul tradicional, bastante abierta.

Los presenté, Carla, el Sr. C amigo de T… C, Carla, mi pareja. Seguramente T le habrá dicho cuanto nos gusta conocer nueva gente y hacer amigos.

Pequeña conversación, café preparado por Carla, como siempre, para mostrarse. C se la come con los ojos, y T, discreto, mira pero calla.

-Ufff el café me dio calor, me voy a poner algo mas fresco. Y se marcha.

—Que dinámica y agradable tu pareja, desliza C dirigiéndose a mi…

-Sí, viste? Es una fuerza de la naturaleza ja ja…

—Sí, es cierto asintió T.

—Tengo entendido que le gusta hacer amigos verdad? Aventuró C.

-Sí es muy de hacer amigos con quienes saben apreciar su personalidad.

-Ya volví!!! Nos dijo Carla desde la entrada a la gran sala de estar donde nos habíamos ubicado.

Se acercó de zapatos negros altísimos, como casi siempre, y medias negras. Vestido negro largo al tobillo abierto desde la cintura hacia abajo por cuatro cortes en la tela, dos adelante y dos atrás, que mostraban prácticamente completas sus piernas al caminar. De la cintura arriba relativamente conservador, escote amplio que dejaba ver las puntillas de un delicadísimo corpiño negro, espalda descubierta y sostenido por dos cintas atadas en la nuca. No se veía, pero yo lo sabía, que las medias tenían puntilla elastizada para sostenerse, aunque tenía también un portaligas que había dejado desprendido, con las cuatro tiras elásticas colgando libre, y, tapando su intimidad, una micro tanga hilo, atada alta encima de las caderas.

-Ahora mucho mas cómoda! Estaba como muy apretada! Exclamó.

—Y que lo digas! Exclamó C. Deslumbrado pero guardando compostura.

Carla se sentó a mi lado, despues de hacer un giro enérgico, como sin querer, que dejó ver buena parte de sus piernas.

Por supuesto, en un gesto muy estudiado y ensayado, al sentarse los cortes en la tela de su vestido quedaron bastante abiertos, y mostraba hasta los muslos, incluso algo de glúteo si se la miraba de costado.

-Les gusta el modelito? Es un poco atrevido, no para ir a una fiesta y bailar ja ja, pero en casa o entre amigos creo que funciona.

—Me encanta que de alguna manera me consideren amigo, dijo C; al menos lo deduzco así.

-Claro, dije, yo, sobre todo por el empuje de T.

-Sí, dijo Carla, tanto empujó acerca de su amistad que al final me convenció de ser y hacer algo que yo no pensaba. Pero habló tan bien de ti y de tu don de trabajo y de compartir con los amigos, que al final me ha hecho ceder.

-De verdad te gusta mi vestido C? No es muy loco? O muy de loca?

—Nooo, o en todo caso de una muy bella loca! Ja ja… sin ofenderlos obvio.

-No ofendes C dije yo, Carla suele demostrar su amistad y confianza a los que se las ganan a través de su vestimenta y juegos.

—De verdad?

-Ya verás dijo Carla. Y se paró comenzando a girar rápidamente como los derviches. El panorama era precioso, las largas piernas enfundadas de negro se lucían totalmente, a veces se vislumbraba la tanga. Al parar en sus giros, agitada, preguntó, verdad que es lindo?

—Divina! Dijo T

—Preciosa exclamó C, no te mueres de calor con ese baile?

-Ciertamente! Dijo Carla, les molesta si me pongo mas fresca? En confianza digo. Si les molesta…

—Nooo mire si nos va a molestar!

—Ves C que es muy…amistosa? Dijo el tío.

Me puse de pie y abrazando a Carla, dije… ponete mas fresca entonces. La besé y le dejé mas lugar en el sofá.

-Me matan de calor las medias! dijo. Dejó los zapatos colocando una pierna sobre el asiento del sofá, y en el mejor estilo de tradicional strip tease fue bajando hasta sacársela primero una media y luego la otra. Los tajos del vestido dejaban todo a la vista, recuperados sus zapatos, me arrimé a abrazarla nuevamente y desaté el vestido en la nuca. Al tiempo que me colocaba detrás de ella bajé el vestido hasta la cintura…y jocosamente pregunté “Tienes frío ahora”? Y ella: “Nooo, sigo con calor!“ y entonces dejé caer todo el vestido al piso. A la vista el hermoso corpiño, delicado y sugerente, el portaligas, simplemente de adorno, con las tiras balanceándose, y la micro tanga de ensueño, los pelitos ahora al aire, el culo solamente con un hilo en la raya, lo mostró en un rápido giro.

—Ahhh dijo C que buena chica para tener como amiga.

—Viste? Susurró el tío. Seguro ahora se te pasó el calor Carla.

Le di espacio, caminaba entre nosotros, se lucía agitando sus cabellos rubios y mostrando su lencería negra.

De pronto se detuvo de espaldas a nosotros, y aparte de admirar aquel trasero perfecto, surcado por un hilo negro, vimos que ella se dispuso a ejecutar uno de los actos mas eróticos y femeninos que existen…

De espaldas a nosotros pasó sus manos a la espalda a desprender el cierre del corpiño… por cierto con sensualidad muy lentamente.

Se detuvo unos momentos de espaldas con el corpiño desprendido, me acerqué y deslicé de sus hombros los dos tirantes.

Entonces giró, sólo sus manos sujetaban el sostén, sosteniéndolo con un brazo desenganchó el brazo libre del sostén, y repitió la maniobra con el otro brazo, ahora solo era una tela cubriendo su busto.

Sonrió, los miraba alternativamente, había picardía en su mirada y en su actitud. De pronto comenzó a masajear sus senos con el sostén. Hacía círculos, los apretaba de los costados haciéndolos crecerse hacia adelante.

De a poco siempre masajeandolos, fueron apareciendo las areolas, los preciosos pezones, rosados y ya duros.

Un Ah escapó de las bocas de los caballeros.

De nuevo lentamente, de a poco el soutien cayó al piso, las manos tapaban las delicadas tetas… y entonces, con el dedo pulgar e índice de cada mano Carla se comenzó a masajear los pezones, durísimos, turgentes.

Y en ese momento, a un metro de ellos el pulgar e índice de cada mano fueron dejando destapados los pezones. Estiró sus manos hacia C y frente a sus ojos, repitió el movimiento de frotar pulgar sobre índice, movimiento de conocido y universal significado, con ella pícara y risueña mostrándoles ese gesto.

-No se han olvidado de nada?

—Un momento dijo C… y luciendo bulto caminó hasta su portafolios. Tomando un sobre lo pasó a Carla.

-Gracias! Dijo ella ahora si me siento realmente puta. Así querías verme T? Como puta de tu amigo? Me desnudé bien? Le dijiste a mi cliente las condiciones? Las aceptó?

—Sí, sí, aceptó dijo el tío.

—Una hermosura Carla, dijo C y si cumples no habrá arrepentimiento de mi parte, al contrario… tengo una idea a futuro cercano, pero déjame verte.

-Mira lo que quieras. Ahora soy tuya…

—Debo apurarme, supongo que tengo una hora como con todas.

-Que crees que has contratado? A este nivel no hay límites, lo que quieras y puedas… lo dije, soy tu puta, a eso me llevó T. Pero déjame decirte que no hay buena puta vestida.

Se retiró dos pasos, bajó el portaligas y se lo quitó, dejándolo en el piso. Solamente queda la micro tanga hilo tapando casi nada. Y el juego prosiguió:

-Última posibilidad de rechazarme, si me saco la tanga no hay vuelta atrás. Mirame bien… sigo adelante? Me la saco? O preferís que mi conchita se la coma? Dijo Carla, y comenzó a tirar de los hilos de la tanga, que comenzó a meterse en su conchita, hasta casi desaparecer. Y tras eso, mojó mínimamente un dedo con saliva y frotó uno de los labios de la concha. Otro dedo mojado frotó el otro labio.

Aceptas esta puta C?

—Sííí, por favor dijo C.

-Entonces, T, vos que me emputecés… desatame la tanga.

—Yo? En serio? Dijo el tío.

-Sí, sos mi entregador, el que me incitó a esto…

Casi temblando el tío se puso al lado de ella, no se atrevió a tocarla. Cuidadosamente desató la tanga en ambas caderas, sacó la tanga de entre las piernas, que ya salió mojadita y se la dio a Carla.

Ella la tomó en una mano y la acercó a la cara de C. Te gusta el aroma?

—No doy mas Carla.

-A sus órdenes caballero… se la chupo?

—Sííí.

—Mientras me ato el cabello, me trae el certificado… así chupo tranquila, quiero ser una puta prolija! Jajaja

Y mientras él lo trajo, ella se ató el cabello con la tanga! Un gesto que es muy sexy y en general sorprende.

Hizo como que leía es certificado y dijo – Desvestite… ya sabes que Sergio puede, si quiere, sumarse. Y tu que pagas, autorizas o no a T.

—Pueden hacer lo que quieran, pero que no me quede yo sin tiempo…

-Ya te dije, me compraste a mi, tanto tiempo como quieras… sin reloj.

Ya estaba C sólo con boxer, Carla se arrodilló frente a él y… oh sorpresa, al bajarle el boxer, saltó como resorte un miembro de mas que respetable longitud y de grosor normal, de los que se curvan hacia arriba, pegándose al pubis, de pelos muy muy recortados.

-Linda!!! Exclamó Carla, y tomó los huevos en una mano y con la otra llevó la pija a su boca.

Comenzó Carlita un trabajo fino, lento, de succión y lamida, mas caricias a las bolas.

A veces la llevaba a fondo, otras se dedicaba a lamer la cabeza y los huevos.

C le acariciaba las tetas y nosotros mirábamos sin hacer nada. Carla cesó el oral, comenzó a subir por el cuerpo de C sin decir nada, lamiéndolo sin cesar hasta llegar al cuello, le lamió las mejillas y comenzó a besarlo. Ya lo sabemos, irresistible, y C respondió bien, mucha lengua, cantidad de saliva y mientras tanto, era evidente que C le estaba restregando la poronga por los labios vaginales.

Estaban parados al lado del sofá, Carla se inclinó y apoyó los brazos sobre el asiento.

De a poco fue separando las piernas, lo primero era la gloriosa vista de aquella redondez de culo, ni mucho ni poco, firme y perfecto. A continuación se pudo ver los labios de la concha, suaves, depiladísimos, y luego, con mi ayuda abriendo los glúteos, el glorioso ano (el nudo de globo a decir de un amigo ja ja). C se arrodilló a lamer, cinco o seis pasadas y Carla dijo: “vamos a la cama Sr Cliente!“ (ja ja) Risas generales, y allá fuimos.

-Servicio de putita con espectadores, dijo Carla… y más risas.

Se tiraron a la cama, besos a mas no poder, manoseo mutuo, las tetas casi se gastan de tantas caricias, hasta que ella sugirió suavemente… ”69 por favor“.

Y ella se giró y quedó sobre él. Lo chupaba, le acariciaba el ano con un dedo, y él retribuía chupandole la concha de manera desesperada, lamiendo el clítoris apenas asomado de su capuchón, de a ratos jugaba con la lengua en el ano de Carla y le insinuaba la punta de un dedo. Hasta que al final Carla cambió de posición.

Se puso de espaldas, dobló sus piernas hasta que sus rodillas quedaron al costado de su cara, aunque abiertas, y sostenía las piernas con sus manos… -Seguime chupando, dijo.

Claro en esa posición todo quedaba a la vista, la exquisita vulva entreabierta, los glúteos apenas levantados.

C pudo lamer a gusto desde el ano hasta el clítoris, y vaya si lo hizo, a conciencia.

Y llegó el pedido… -Metémela, cogeme!

C me miró y dijo. — Así? Sin nada? Y la respuesta le llegó de Carla…. -Ponela de una vez!

Pero C se tomó su tiempo. Comenzó a regregársela por fuera, la pasaba varias veces de abajo hacia arriba y volvía a empezar, acariciaba los pelitos del pubis, un par de veces le punteó el ano.

Y de a poco con el glande empezó a abrir los labios, los abría y sacaba la cabeza, volvía a hacerlo, repetía y repetía… yo que la conozco, vi que Carla volaba de calentura, gemía suavemente.

-Ponémela! Imploró.

C la sacó, era innecesario pero escupió su mano y lubricó la cabeza de la pija. La comenzó a meter muy lentamente y de pronto una estocada tremenda y la metió a fondo!

-Ayyy sííí hijo de puta cogeme como a puta.

C entraba y salía, la pija brillosa de los jugos de Carla, el tío y yo desesperados de calentura mirábamos. Y mete saca, mete saca, Carla apoyó firmes sus pies en la cama y comenzó a acompañar los vaivenes de él.

Entonces la sacó del todo, esperó dos segundos y se la volvió a meter a fondo, -Sí sí, mas, así así…

Finalmente C casi extenuado, dijo… — Me acabo donde la querés putita?

La respuesta de Carla fue cruzar sus piernas en las nalgas de C y atraerlo mas dentro. -Adentro tonto, adentro! -Ponémela mas!

C acomodó el cuerpo, empujó y quizás fuera real o imaginado, pero a la vista pareció que le entraba mas.

Dos movimientos mas, y Carla, entre gemido y susurro dijo – Mas mas quiero mas leche! ah sí sí así…

C casi que se desplomó sobre ella, la besaba, “no te salgas pidió ella” … y se dieron vuelta quedando ella encima. Siguieron besándose y Carla movía apenas su pelvis todavía con él adentro.

Al salirse de ella, algo de leche se derramó a la cama, y el miembro todavía estaba medio duro y con restos de semen. Lentamente, Carla recogió el semen de la sábana con los dedos y lo saboreó, y luego se dedicó a limpiar el instrumento de C hasta dejarlo como recién lavado.

Yo lo sabía, lo iba a hacer y lo hizo… lo besó de lengua, con restos de flujo y semen en su boca y C no se molestó, lo disfrutó.

Oero quedaba más oor hacer. Una dirmida de Carla con ellos dos, y un desliz que oermite a C saber que son tío y sobrina.

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