Hola, mi nombre es victoria tengo 29 años de edad, soy alta, blanca, de caderas anchas y bubis ni grandes ni pequeñas, algo normal, soy como lo que se considera gordibuena.
La historia que les voy a contar, no es una fantasía es algo real que viví hace dos años.
Yo me case en el año 2010 y durante ese tiempo convivía muy poco con la familia de mi esposo por qué vivíamos en ciudades lejanas.
Para el 2013 nos tocó asistir a una fiesta familiar en casa de mi suegra, en dónde también vivía una de mis cuñadas, y ahí es a dónde conocí a su novio, el acababa de llegar de Estados Unidos y aunque yo sabía de su existencia jamás me imaginé que al conocerlo sentiría atracción hacia el.
La verdad ese día por respeto a la familia solo intercambiamos un par de palabras y nosotros nos tuvimos que regresar temprano a casa, ya que como dije anteriormente vivíamos en otra ciudad.
Durante dos años las visitas eran de vez en cuando y si me tocaba verlo, la verdad la pasaba muy bien ya que es un chavo buena onda y me hacía reír demasiado. En lo personal nunca me di cuenta que el tuviera algún interés en mi, por lo que la idea de llamarme la intención se hacía una locura por el parentesco que teníamos.
Mi esposo decidió irse a Estados Unidos y por un tiempo yo me aleje de su familia, hasta que un día mi cuñada hablo conmigo y me invitó a ir a visitarlos a su casa.
Acepte, y al ver nuevamente a mi concuño después de un par de años el gusto que sentía por el revivió, pero yo seguía sin observar que el tuviera algún interés hacia mi.
Me fui a vivir a la casa de mi suegra y cuando llegue me enteré que mi concuño estaba remodelando la casa de la suegra. Al pasar los días y tener una convivencia la confianza entre nosotros fue creciendo al grado de poder tomar una cerveza después del trabajo para poder convivir con los demás trabajadores y hacer más ameno el rato.
Las convivencias se hacían más frecuentes, al yo sentirme sola el era el que siempre se quedaba y me apoyaba en todo lo que le pedía
Al tener ese gesto conmigo, en mis noches de soledad yo me empezaba a masturbar y la única manera en la que podía venirme era el pensar en mi concuño, empezaba a fantasear en cómo sería su verga y como pondría mis piernas en sus hombros y me metería su verga. Quería regresar a mi realidad, sabía que era algo que no podía suceder, pero la verdad no podía, mi pepita se mojaba bastante.
Una tarde después del trabajo los muchachos que trabajaban empezaron a decir que si nos tomábamos unas cervezas a lo que ambos aceptamos, sin imaginar que esa noche se haría realidad mi fantasía.
Después de tomar varias cervezas, los chicos se empezaron a retirar diciendo que regresarían más tarde, entonces mi concuño y yo nos quedamos solos tomando un poco más esperando a que los muchachos regresarán.
La verdad mi concuño nunca me faltó el respeto, pero algo dentro de mi quería que si lo hiciera.
Me levanté al baño y cuando regresé ya me sentía mareada note que mi concuño se me quedaba viendo, se levantó de la silla y camino hacia mi, nos abrazamos.
Pero al abrazarme sus labios quedaron muy cerca de los míos, y ahí fue cuando el me empezó a besar y yo respondí ese beso que era súper apasionado y el no paro de besarme hasta llevarme a mi recamara.
Estando ahí yo ya sabía que lo que tanto había deseado por las noches por fin se haría realidad. Le desabroché el pantalón y le saque su verga que ya estaba dura y empecé a mamarsela, después de un rato el me pidió que nos quitaramos toda la ropa, me acostó ya desnuda sobre la cama, mi pepita ya estaba súper mojada, me abrió las piernas y acerco su verga sobre mi pepita y sin pensarlo me la metió toda, estaba súper rica, bien dura, me penetro dos o tres veces y su verga ya estaba empapada por mis fluidos de mi puchita.
Cuando el me estaba cogiendo súper rico me confesó que el también tenía muchas ganas de cogerme desde hace mucho tiempo.
me saco su rica verga y se bajó a chuparme mi rajita por lo cual yo con mis manos se la abrí para que pudiera disfrutá bien de mis jugos.
Después, tal como muchas veces me lo imaginé, puso mis piernas sobre sus hombros y me volvió a penetrar, me metía la verga dura súper profundo.
Me puso de perrito por un buen rato, el también estaba demasiado excitado, me encantaba sentir su verga adentro de mi puchita lo que hacía que me moviera como una perrita caliente lo que hizo que ambos nos vinieramos muy rico, el dejando toda su lechita en la rajita de su concuña .
Esa noche termino así, el se fue y al poco rato llego mi suegra a preguntar por el. Yo le respondí que tenía rato que el se había ido, sin saber realmente que mi pichita estaba escurriendo de su leche.
Esa fue la primera sospecha que tuvo la suegra de que su yerno se estaba cogiendo a su nuera.
Pero eso no nos importó, nosotros seguíamos cogiendo por todas partes de la casa sin que mi suegra confirmara lo que esa noche empezó a sospechar. Cuando ella salía, aprovechamos a cogernos había días en los que podíamos coger por la mañana y a la hora de la comida, tengo un concuño muy caliente que siempre me traía llenita de leche…