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Un trío diferente
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Una noche de entretención en uno de esos clubes nocturnos para parejas, un hombre maduro y bien parecido ingresó a curiosear a una de las salas de juego donde puedes hacerlo estando solo, ya que las demás siempre son en pareja. En esta sala había una pareja haciendo el amor en sofá cama, él sobre de ella, su vistoso culo blanco bombeando sobre la mujer quien estaba tomada a los hombros de su hombre mientras sus piernas abiertas en “V” invitaban a acercarse para verlos y escucharlos.

Al entrar este hombre al salón se acercar pero nota que no estaban solos, había un hombre sentado en un sillón cercano desde donde los observaba. Llegó a su lado, miró a este voyerista a quien saludó con un ademán, le respondió de la misma manera aprobando lo que veía. Le indicó con un gesto que iba a participar y fue aprobado de manera similar.

Parado ahí pegadito a ellos, trató de no ser invasivo, acarició la pierna de la mujer, quién trata de verlo sin lograrlo, supongo porque no logra ver sus ojos, pero ella le toma la mano en señal de aprobación. Él trata de acariciar su cadera y subir hasta su pecho, pero su pareja la cubre demasiado, aunque él no da señales de desaprobación, tampoco deja espacio para tocarla y participar.

Ella de algún modo logra ver este nuevo participante, mientras él la acaricia, ella no suelta su mano, lo acompaña con la suya en el movimiento mostrando lo que parece ser una invitación. El hombre moja sus dedos y baja acariciando su pierna hasta la nalga, ella sigue tomada de su mano hasta donde alcanza, no le impide llegar donde quiere, así que llega hasta su ano, lo acaricia, se huele los dedos y le dice con voz suave y clara, “suave y hueles rico”. Masajea lentamente haciendo círculos y va abriéndose paso lentamente, sin apuro, mientras su hombre no para de bombear y bombear dentro de ella a ritmo constante.

Lo acepta, es su invitado y ella acaricia la mano libre que ha tomado su pantorrilla, no lo suelta, él logra introducir su dedo mientras le dice “siento tu tibieza interior y ese pene que presiona desde la vagina”… esto la calienta, se mueve y comparte sus movimientos para sus 2 hombres, su pareja entra y sale de ella dándole duras embestidas. “Me gustas” le dice, ella le sigue permitiendo, “pero quiero ver tu cara” mientras recorre su cadera hasta el pecho, sin soltar su ano, su pierna sobre el hombro del invitado, mientras va y vuelve recorriendo su piel, dando suaves pellizcos y apretones, hasta que logro tomar su pecho derecho, esta vez su hombre lo deja pasar, lo acaricia con suavidad, da pequeños pellizcos a ese pezón durito y parado, tiene buen tamaño, se siente firme.

Retira el dedo de su ano, su hombre apura y baja la intensidad jugando con ella, mientras, su invitado la toma de los pies, aun lleva unos calcetines negros, retira su calcetín derecho y luego el izquierdo, tomo de sus dos piernas por los tobillos, estira y levanto sus piernas, ella lo sigue y las pone firmes, le gusta lo que ocurre, mientras su hombre no se detiene de bombear. Sus pies están suaves y bien cuidados, es un gusto acariciarlos, besarlos y lamerlos. Esto le gusta a ella y estira su mano quiere tomarlo, sentirlo más cerca, juega con su lengua entre sus dedos, acomoda su pierna izquierda a modo de abrazar a su hombre, ella lo sigue, su otro pie en la boca la hace gemir muy rico. Una vez más baja y lleva los dedos en su ano, está más mojadito y dilatado que antes, mete un dedo y entra fácil, siente el pene duro pasando por su dedo, solo los separa la delgada tela del esfínter, ella gime y se agita más a cada momento, todo está muy rico.

Aquel voyerista del inicio se acomoda más cerca, busca un mejor ángulo, se excita con lo que ve, pero no participa, aunque se toma y tira su miembro, se ha puesto duro también.

El invitado saca su dedo, ella tira suavemente de él, como reclamando que no lo saque. Vuelve sobre su ingle, pero esta vez con dos dedos busca su clítoris, se acerca y lo encuentra rápidamente, esta durito y rígido, también siente la pelvis del hombre presionar sobre su mano, como así su miembro que resbala y queda en su mano al salirse, esta duro y en el siguiente ataque, vuelve a entrar, se escucha los fluidos en exceso, mientras siente entre sus dedos el clítoris que han capturado, lo toma y tironeo suavemente sacando jadeos y agitaciones. Su invitado la motiva mientras él dice, “exquisito tu botón y le gusta sentirme”, “dame más miel corazón”, ella levanta su pelvis, se agita y empuja a sus hombres, mientras el pene de su pareja no deja de penetrarla, puede sentirlo entrar y salir, ella esta fascinada, gime suave y rico pero él, retira su mano, no le resulta cómodo la pasada de pene por sus dedos. Pero no abandona, consigue llegar con la mano hasta su boca, acaricia sus labios, ella captura sus dedos y los moja entendiendo el mensaje, él vuelve a su dilatado y muy húmedo ano e ingresa suavemente. Puedo sentir como se queja, su dolor está ahí en la punta de sus dedos pero ella no suelta su mano libre, él empuja suavemente con movimientos rotatorios mientras le dice, … “¡suave, relaja y déjame pasar putita hermosa!”, exclama su invitado, hasta que consigue pasar el anillo del esfínter, sus dedos ingresan completos hasta el fondo, los testículos del hombre tocan su mano, el dolor al penetrarla ya es grito de satisfacción profundo desde su interior. Solo algunas penetradas profundas y siente que se aprieta su canal entorno a los dedos, ella se aferra a su mano libre mientras él le dice “vamos, regálame tu orgasmo cariño”, mientras la penetración de ese grueso pene pasa entre sus dedos y siente la cabeza al masajear su interior, ella está muy agitada y suelta un grito de goce… ¡haaa, haa snif, haa sniff, sniff, haaa!, está acabando, una gran contracción que la hace levantar su pelvis y atrapa sus dedos mientras libera un gemido de puro e intenso goce. Él baja el ritmo de las penetraciones, casi hasta detener esos dedos mágicos, él quiere sentirla. Mientras, su hombre no para de bombear, entonces él continúa moviendo sus dedos suavemente, mientras su pie aún en la boca se relaja, pierde tensión su pierna y solo se sostiene por la succión que hace en su dedo gordo mientras descansa apoyado al pecho de su invitado.

Su hombre sigue bombeando, ya casi esta, se puede notar en su agitada respiración y en la tensión con la empuja, pero el invitado se retira, va sacando lentamente sus dedos y acaricia por última vez su ano… ella trata de retenerlo de la mano, se le escurre entre los dedos mientras menciona un ¡NO¡ busca mirarlo entre el brazo de su hombre, pero no puede hacer nada, esta aplastada por ese toro que la llenará de leche en cualquier momento. Él se retira, mientras ve sus ojos brillantes observarlo, de paso voltea a mirar a nuestro voyerista quien aún tiene su pene duro, agitándolo rápidamente, le hace un ademán de absoluta aprobación, cuando al llegar a la puerta escucha bramar al toro que la montaba, gime derramando toda la leche en su vientre, mientras nuestro voyerista gime extasiado y hace lo mismo sobre sus pantalones.

Una última mirada y ella lo sigue con sus ojos como diciendo porqué te vas. Sigue caminando hacia la zona de baile, sigue la noche, sigue bailando…

Pero mientras regreso a mi puesto encuentro a aquel invitado bailando con mi pareja. No me interpongo, lo dejo, lo observo que a ritmo de la musica huele sus dedos una y otra vez… me acerco lentamente y le digo “como huelen?”, “como estuvo?”. Sorprendido me mira y ríe mientras me dice “olor suave, perfumado, muy rico, con ganas de saborear más de sus partes exploradas”, me deja en su puesto de baile y se retira suavemente para desvanecer su imagen entre la gente.

Entonces recuerdo que bien se dice que “mujer que cuida sus pies con esmero y dedicación puedes comer y beber de ella con toda tranquilidad y perversión”.

FIN.

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