Entré al bar, había sido un día algo complicado, por lo que un whiskey doble y una cerveza era la medicina perfecta, me senté en la barra, tomé un trago de cerveza y escuché una risa que me pareció familiar, al voltear mi sorpresa fue mayor.
Ahí estaba la hermana de mi madre vestida sumamente provocativa, me moví un poco y me di cuenta de que su compañero de quien provocaba su risa no era su esposo si no un tipo bastante regular pero que sin duda tenía la suficiente confianza como para toquetearla por debajo de la mesa.
Observe un poco más y con una cara de golfa ella se acercó a él, algo le dijo al oído mientras le tocaba el miembro sobre el pantalón y lo tomó de la mano, se dirigieron al baño de caballeros, observaron que nadie los viera y entraron, yo pacientemente espero un poco, calculando que si todo iba como imaginaba ella estaría siendo ensartada por ese semental, cuando el tiempo me pareció correcto me levanté y me dirigí al baño, entre sin hacer mucho ruido, puse el seguro y en uno de los baños podía ver las piernas de el de frente al WC, de ella ni sus luces, pero por momentos se le escapaban algunos quejidos, me acerqué un poco más y escuché…
-¿Te gusta, puta?
Me encanta papi…
-¿Te coge así tu maridito?
-No… Tu la tienes más rica amor… Ay métemela más.
El cada vez la follaba con más fuerza y ella solo se limitaba a gozar…
De pronto él dijo…
-¡Eres una puta… me voy a venir!
-¡Sí, vente papi, vente dentro de mi!
Espere unos segundos y golpee con todas mis fuerzas la puerta.
-¡Elisa sal de ahí!
Se hizo un silencio sepulcral…
-¡Elisa si no quieres que esto acabe en una desgracia sal ahora mismo!
El tipo susurro -¿Quién es?
-No lo sé…
-¡Elisa tu marido está afuera!
Escuché como se vistieron y ella salió temerosa, del tipejo ni sus luces, cerró la puerta y no hubo poder que lo hiciera dar la cara…
Al salir Elisa me vio, se veía espectacular…
-Vámonos, la tomé del brazo y salimos del bar, pedí el auto en total silencio, nos subimos y me dirigí a un hotel, su cara de sorpresa me encantaba…
-¿A donde vamos?
Nos abrieron la cochera, apagué el auto, volteé a verla y…
-Nadie tiene que saber esto… Si tú cooperas seguiremos siendo una familia feliz…
Ella por un momento dudo… Estás seguro de que…
Antes de que terminara la frase la besé y ella respondió el beso, bajamos del auto, subimos las escaleras, encendí la luz, ella se sentó en la cama, comenzó a quitarse la blusa, se bajó la falda y ahí en lencería sonreía como una verdadera puta…
-Así que mi sobrino me desea…
Yo me acerqué, ella me quitó el cinturón me bajo el pantalón, mi Verga que estaba dura como piedra salto ella la rozo con la punta de sus dedos, me miró a los ojos y sin dejarme de ver se la metió hasta la garganta…
Sus labios abrazaban mi tallo hasta llegar a la aureola de mi glande sus manos controlaban el movimiento tomada de mis nalgas, se l acomida como una profesional, mi tío tenía una golfa deliciosa en casa… ella me follaba aún ay otra vez con la boca, variaba el ritmo, imposible no darle mi leche a esa putita a mi propia tía, la tomé por ambos lados de la cabeza y ensarte mi pene hasta que su garganta topó con mi glande, si decir más estalle en su boca, una dos, tres, cuatro lefas salieron de mi cargadas de morbo y ella en ningún momento dejó de verme a los ojos, cuando mi miembro comenzó a perder dureza ella con los labios lo exprimió hasta la última gota…
-Dinnie Tenemos que irnos, tú tío no tarda en llegar a casa, me dijo.
-Elisa No quiero que vuelvas a ver a ese tipejo.
-No te preocupes, que no lo necesito, ya encontré con quien cumplir mis fantasías…
Cuando iba a vestir le quité el sostén, y las bragas y las guarde en saco.
-Anda vístete quiero que llegues así a tu casa… Tía, y hoy quiero que le des la mejor cogida de su vida a mi tío…
Me aproximé a ella y le di un beso en los labios, pero al hacerlo pensarás que soy yo…
Ella sonrió, me tomó de la verga y dijo… -Te lo prometo Dinnie.