Era una tarde normal estábamos sentados en el portal de mi casa cuando veo a mi vecina María venir a visitarnos a la casa ya que se había hecho amiga de mi esposa.
Yo estaba acostumbrado a verla siempre con largas faldas que no permitían ver nada de su cuerpo, era una mujer muy dedicada a sus hijos.
Pero esa tarde me sorprendí al verla vestida, con un juego deportivo naranja pegado el cual se podía ver lo grande que tenía su vagina y sus nalgas, al ver como caminaba y llegaba más cerca hacia nosotros no lo podía creer lo que estaba viendo, pude comprobar que marcada le quedaba su vagina en ese vestido lo paradita que tenía las nalgas y lo firme de sus tetas.
Ella saludo y enseguida empezaron ellas a conversar sobre plantas ya que a ambas le gustaba mucho eso, por lo cual se apartaron de mi, y así yo pude aprovechar para ver desde lejos como se movía mi vecina, como movía esas nalgas, como se marcaba su vagina en ese pantalón, después de un tiempo se despidió y se fue, ya caída la noche en mi mente solo estaba la imagen de ese cuerpo divino.
Al regresar de mi trabajo siempre la encontraba en casa conversando con mi esposa, siempre con un pantaloncito corto el cual siempre le recalcaba sus grandes atributos, y yo siempre imaginando tener todo eso al punto que siempre me calentaba.
Un fin de semana decidimos tomarnos unas cervezas entre los tres, hubo muchas conversas, música y risas, ella es muy fanática de las baladas románticas el cual yo conocía mucho ya que había sido dj en mis tiempos juveniles, así pasamos parte de la noche comentando ciertos temas musicales lo cual a ella le encantaba, pero hubieron momentos en las que quedábamos a solas y entonces yo aprovechaba para decirle lo bien que le quedaban esos vestidos, ella aceptaba mis halagos con una sonrisa coqueta.
Un día María llego a casa preguntando por mi esposa por lo cual le dije que no había llegado del trabajo, entonces vi la oportunidad de hablar a solas con ella de decirle lo bien que le quedaban todos esos conjuntos de pantalones de lo bien atractiva que se veía, ellas solo soltaba una risa y una mirada coqueta, me dice “tú también te ves bien, pero lástima que eres casado”, al decirme esto tome la valentía de invitarla a vernos fuera de casa, ella no le gustaba la idea pero después de insistir tanto ella cedió y me dijo mañana a las 9 tengo que dar unas vueltas si quieres me puedes acompañar.
Al día siguiente en vez de ir a trabajar me fui encontrarme con María, estuve esperando hasta que llegó nos subimos al autobús al estar juntos allí le pude hablar y repetir lo bien que se veía y pude ver que ella se ponía nerviosa que le gustaban mis halagos, le tome la mano mientras viajábamos y conversamos, después de terminar de dar sus vueltas, tomo la valentía de decirle que si podíamos estar juntos a lo cual lo pensó mucho pero al final acepto.
Nos metimos en un hotel cercano ella la verdad no estaba acostumbrada a estar con otro hombre solo con su marido el cual era una persona bebedora y que no la atendía en nada bien.
Estando en el hotel la comencé a besar con pasión y el cual ella correspondió, mientras nos besábamos yo movía mis manos por sus nalgas y así poder sentir los dura que las tenia, después de un rato le fui quitando la ropa lo cual me costó un poco por la pena que ella sentía ya que me decía que nunca se había desnudado delante de otro hombre que no fuera su marido, después de un rato pude lograr quitarle el panty y así desnudarla toda, y entonces vi lo que tanto me había imaginado, allí estaba María en la cama sin ropa, por lo cual pude apreciar lo grande que tenía esa vagina, la tenia bien mojada, entonces yo empezó a meter mis dedos en su vagina comencé a tocarla eso hacía que ella le gustara se comenzaba a mover sola para sentir mis dedos, ella comenzó a moverse para sentir mis dedos, unos movimientos que hacían que mis dedos quedaran bien dentro de ella.
María estaba disfrutando de mis dedos como si estuviera mi pene adentro, para entonces ella tenía la vagina bien mojada, por lo cual me agache y la comencé a mamar, no podía creer que tenía esa vagina en mi boca pasando mi lengua de arriba abajo, jugué con su clítoris un buen rato ya que esto la hacía retorcerse de placer, ya pasado un largo rato de estar mamandosela la acomode en la punta de la cama le abrí las piernas y pude meter todo mi pene, me pedía que me moviera lento que así le gustaba más, yo solo metía mi punta ella me decía que así, que así podía conseguir lo que quisiera, allí estuve buen tiempo metiendo y sacando mi pene de esa vagina mojada, viendo como gemia de placer, oyendo como me pedia que no parara, ya pasado largo tiempo decidi ponerla en cuatro, asi vi esas nalgas grandes y firmes delante mio lo cual comencé a meterlo suave ya para esa hora estaba mas que excitada, lo podía notar por lo floreado que tenia su culito, eso me excitaba cada vez más al ver ese culo floreado, cada vez que yo paraba para admirar esas nalgas firmes o ese culito floreado, me apretaba fuerte y me decía ni se te ocurra sacarlo y así ella misma empezaba a moverse para no dejar de sentirlo.
Ella quería tener mi pene bien adentro por lo cual me concentre en darle lo que pedía, me decía tu si sabes cogerme no como mi esposo que solo me muevo y ya ha terminado, pero tu si me coges bien sigue así, después de tenerla un rato en cuatro dándole suave me pidió que se lo metiera más rápido, yo empezó a darle con fuerza y podía ver como lo gozaba, me repetía dale fuerte sácame la leche, hazme sentir un verdadero orgasmo y entonces pude sentir lo caliente que tenía esa vagina, y después de un rato fue cuando la escuche decir que se venia que la apretara duro contra mi cuerpo que se iba venir y así lo hizo, fue entonces que observaba el chorro de leche que corrían por sus muslos, ella se dejo caer en la cama de lo rendida que estaba.
Paso un tiempo tirada en la cama recuperando el aliento, para después decirme que ella nunca la habían cogido así, nunca su marido la había hecho correrse a chorro, se me quedo viendo y me dijo tienes el pene duro eso quiere decir que no te has venido, déjame hacerlo yo ahora, entonces se me trepo encima agarro mi pene y se lo metió, me dijo no te muevas que yo te lo voy hacer y comenzó a moverse encima de mí, a una velocidad suave se podía ver como gozaba cada movimiento, mientras me montaba yo le chupabas sus tetas no quería desperdiciar ningún momento de su cuerpo, al parecer le gustaba que le chupara las tetas, porque pude ver lo excitada que se empezaba a poner, prácticamente me introducía sus pezones en mi boca, eso al parecer la ponía más caliente, al punto que comenzaba cogerme con más velocidad al punto que quedo dándole con tanta fuerza de lo caliente que estaba.
Se paro y me dijo déjame ponerme en otra pose donde pueda seguir sintiéndote bien adentro, y fue cuando se puso otra vez encima pera esta vez con su cabeza hacia mis pies, volvió a coger mi pene y se lo metió todo, otra vez los movimientos suave que iban subiendo de velocidad a medida que pasaba el tiempo, como golpeaba su vagina contra mi pene al punto que se podía escuchar los impactos del golpe, mi pene estaba a mil y mas al ver esas nalgas como se movían de atrás hacia delante, pasado un rato me volvió a decir apriétame que me vengo, voy a tener otro orgasmo, y fue cuando la agarre por la cintura y la apreté y a la vez le decía que me iba a venir con ella y así mismo fue, soltamos los dos un chorro de leche que solo podía ver cómo le corría por todo sus entrepiernas y así llegar a mojar toda las sábanas de la cama.
Así acabamos María y yo, rendidos en la cama, prometiéndonos volver a tener otro encuentro.
Pronto les contaré nuestro próximo encuentro.