Me guardo esta experiencia como una de las más atrevidas y morbosas de las que puedo tener. Me llamo Paula, estoy transitando mis cuatro décadas y esta última es la que más cargada de sexo logre vivir y disfrutar.
Hace un par de semanas, en el gimnasio al que asisto cada mañana para hacer mi rutina diaria de entrenamiento para poder mantener y mejorar mis curvas, note que un muchacho de unos 30 años aproximadamente de cuerpo atlético no dejaba de mirarme, cada vez que giraba lo tenía ahí con los ojos clavados en mi culo, no es que tenga gran culo, pero en base a ejercicios logre tener una buena forma y las piernas trabajadas. Por momentos me sentía incómoda, pero a la vez me lo imaginaba en el vestuario dándole una buena mamada para bajarle la ansiedad. Pero no le seguí la mirada. Quizás solo era cosa mía y el moreno me atraia solo por curiosidad. No voy a negar que pensé mucho entregarme a él.
Fue este sábado que salimos a tomar algunos tragos con mi pareja, mi esposo es mi mejor aliado para todas mis locuras. Entramos al bar y pedimos algo para tomar, estaba tranquilo el ambiente hasta que veo entrar al muchacho del gimnasio acompañado por un amigo, también moreno y más alto que él, bien robusto. Apenas entro nos miramos y cuando paso por la mesa donde estábamos me saludó y me llamo por mi nombre. Me quedé sorprendida por que no sabía ni como se llamaba, entre ellos hicieron un comentario pero no alcance a oír bien. Pero algo de mis tetas dijo el amigo, ya que mi blusa era bastante escotada y llevaba media teta al aire. Mi esposo me miró y me pregunto si ya me lo había llevado a la cama al morenito. A lo que solté una carcajada y respondí ¡ojalá!
Para mí sorpresa mi pareja se levanta y va hasta donde estaban ellos, y veo que vuelve con los dos, los invita a sentarse en la misma mesa y pide más tragos, nos saludamos mas formalmente y supe que se llamaba Juan, y el amigo David, ambos de 30 años. Pasamos una noche de tragos y muchas charlas, conociendo un poco más de cada uno. Lo cierto es que en un momento tuve que ir al baño y al volver mi esposo me dijo que nos íbamos, no me quería ir, pero me dijo nos vamos los cuatro. Se ve que cuando fui al baño mi pareja ya había organizado todo lo que podía imaginar.
Nos marchamos del bar, y subimos al auto y él les pidió que nos siguieran ellos andaban en otro auto. En el camino traté de preguntar y mi pareja solo me respondo que esta noche coronamos como pareja. Así que ya estaba caliente de solo imaginarme estar entre esos cuerpos y el de mi pareja. Llegamos a casa, les pedimos que se sintieran cómodos. Mi marido abrió una botella de vino, sirvió 4 copas, y puso música, no se si estaba todo tan planeado pero en un momento Juan se levanta y me pide de pasar al baño, lo que hago es acompañarlo porque esta en la planta alta de casa y cuando voy subiendo la escalera delante de el siento que mete la mano por debajo de mi pollera que era súper corta, y me toca las nalgas, me las aprieta, solo eso fue suficiente para que me mojara integra, me calentó de tal manera que mi cuerpo entro en modo perra, mientras que el estaba en el baño mi cabeza volaba. Apenas salió no dije ni una palabra y me ante él, desabroche el pantalón y bajé el boxer, para mamarselo, a medida que me lo metía en la boca ese miembro crecía más, no se cuanto media, pero si que era grande y grueso. No podía parar de saborearlo, el gemía y me empujaba la cabeza para que me lo meta mas adentro. Mi esposo había quedado abajo con David, pero se ve que debió presentir que ya había empezado la faena sola, y subió junto con David, para verme ahí, arrodillada y mamando como perra que sabe que soy. Mi pareja se acercó y sacó su miembro para que se lo mame, estaba mamando dos y se suma David, ¡tres! Tres miembros para mi, no lo podía creer, esperaba ansiosa que me penetrarán los tres, mientras se los mamaba, como pude me fui sacando la ropa para quedar solo en tanga, que estaba mojada al extremo.
Mi pareja sugirió ir a la habitación que era más cómodo, y ya en la cama me quedé desnuda a la espera de los tres, me puse en posición perrito, y el primero en entrar en mi conchita fue Juan, el placer que daba ese pedazo de carne morena es algo descomunal, mi esposo y David se quedaron mirando como gozaba, mi esposo se posicionó de lado para besarme en la boca y quedo casi en la misma posición que estaba yo, y mientras me besaba, pude observar aie David se ponía detrás de él y que humedecia con saliva su glande, pensé que venía una doble penetración, pero no fue así, lo agarró de al cintura a mi pareja, y le fue metiendo poco a poco hasta hacer tope, se estaba culeando a mi pareja, nos estaban penetrando a ambos en la misma cama, una locura, no podía aguantar más y empecé a sentir los espasmos de mis orgasmos, uno y otro y después otro.
Mi esposo gozaba y podía notarlo en como curvaba la espalda, Juan la sacó de la conchita y me la metió por el culo, dolió un poco pero ya era tanto la locura que me generaba estar así con mí esposo que ni me importaba el dolor de culo. Solo le tomé la mano a mi pareja y dejamos que el placer de ser penetrados nos llevara al éxtasis. Juan eyaculó y siguió empujando un poco más hasta que ya no pudo más, en cambio David en el momento de eyacular la sacó y me pidió que se la mame, para eyacular dentro de mi boca. No hace falta que diga que me la tome toda, era bastante y espesa la lechita de David. Mi esposo ya había acabado mediante la penetración, pero agarró a Juan y se la empezó a mamar hasta ponérsela dura otra vez, para que este lo penetrará… toda esa escena me puso más caliente, y mientras que Juan de lo metía a mi esposo, yo me acomodé de tal manera que se lo mamaba, y David como buen comedor me lamía la conchita para penetrarme, en un mete saca brutal.
Cuando acabamos casi los cuatro al mismo tiempo entendí porque mi esposo me dijo que ese día coronabamos como pareja…
Una vez que terminamos de hacer sexo del sexo, mi esposo los acompaño hasta la planta baja, y los despido, subió y nos metimos a la ducha, donde aproveché para agradecerle por la noche más loca de nuestra pareja.
Ojalá se repita.