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Mi cita con la madre de mi cita
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Nunca he tenido suerte con las mujeres, tengo que ser honesto, soy algo así como demasiado ingenuo, y al parecer he dejado escapar varias oportunidades pues no sabía captar indirectas además de que desesperaba a las chicas con las que llegaba a salir. Harto de todo esto pues ya tengo 25 años y aunque tengo un buen trabajo y algunos amigos con los que salgo a divertirme la ausencia de afecto femenino me ha estado afectando últimamente así decidí abrir una cuenta en un sitio de buscar pareja pues esto sentaría las bases de que estoy buscando una relación por lo que si una chica me habla seré directo con lo que busco, así les ahorraré incomodidades.

Cree mi perfil, puse unas cuantas fotos que me hacían lucir bien y esperé, los mensajes llegaban de vez en cuando, no eran muchos pero los suficientes como para mantenerme entretenido un rato, así un día me llegó un mensaje, era de una chica que se llamaba Martina, no recordaba haber visto su perfil pues tenía 18 años, no me gustan menores que yo pues creo que la ingenuidad chocaría bastante, era muy linda eso sí, cara sonriente, ojos cafés y grandes, llevaba el pelo corto y pintado de color azul, no se veía más pero me resultó interesante hablarle.

-Hola

-Hola ¿Qué tal?

El perfil se puso en línea y enseguida contestó.

-Bien gracias, han sido unos días difíciles, pero bien.

-¿En serio? ¿Puedo saber qué pasó?

-Bueno, mi papá murió hace 3 años y en estas fechas mi mamá y yo nos deprimimos bastante.

-Oh cuánto lo siento, si necesitas hablar con alguien puedes confiar en mí.

-Muchas gracias, significa mucho, de hecho sí quisiera saber si tienes planes para mañana en la noche, es que mi mamá es muy especial para mí y creo que la compañía le vendría bien ¿Por qué no vienes a mi casa? vas a pasar un buen rato.

-¿Segura? Me refiero a que sí está bien que vaya a tu casa en estos momentos.

-Sí claro esa es mi intención, te digo que mi mamá está bastante triste y una visita la alegraría, mira para que te animes a venir está es ella.

Me envió una foto de su mamá, no sé parecían mucho pero igual era muy bonita, tenía ese aire de madre amorosa y tierna, a decir verdad me sentí muy mal por ella pues imaginaba que estaría sufriendo mucho por la tristeza.

-Claro sería un placer visitarlas.

-Bien muchas gracias, te mando la dirección y la hora, por cierto, mi mamá se llama Beatriz.

-Que lindo nombre

-Sí, lo sé es muy bella y creo que estará más que encantada de conocerte ya verás que se podrán conocer bien.

Me mandó la dirección y estuve puntual en la hora, toqué el timbre, era un departamento en una buena zona, enseguida me abrió Martina, cuando la vi en persona me sorprendió, era más baja de lo que imaginé, apenas si media 1.50, nunca me he fijado mucho en la estatura, pero me pareció aún más linda pues si cuerpo era acorde a su estatura, delgada, con piernas pequeñas, un pecho casi plano pero un culo bastante redondo y firme. Pero la sorpresa aún no terminaba porque detrás de ella venía su mamá, y la foto no le hacía justicia, era todavía más hermosa en persona, unos labios gruesos, mirada atrapante, pelo hasta la cintura, bien arreglada en un vestido fino, pero la realidad era que aquella mujer me pasaba de estatura, casi unos 15 cm pues si mis cálculos no fallaban media al menos 1.90.

Me invitaron a pasar y después de las formalidades comenzamos a platicar en la sala, hablamos de nuestras vidas, del trabajo, siempre midiendo hasta dónde podía hablar sin entrar en el tema del marido, pero algo no encajaba, a mí me había invitado Martina pero ella iba y venía ofreciéndome algún trago o bocadillos y vigilando la cena, así que con la que terminé hablando fue con Beatriz, era una bella persona y fácilmente congeniamos, ella se portaba bastante atenta y cercana pues entre más minutos pasaban más se acercaba a mí. Creo que era por el sentimiento de melancolía que quería tener a las personas cerca, nuestra plática fue interrumpida por Martina que nos dijo que la cena estaba lista, pasamos a la mesa, pero en eso un celular sonó, lo que llevó a Martina a qué fuera a contestar, después de unos minutos ella se disculpó y dijo que tenía que atender unos asuntos.

-Te quedas en buena compañía, no tardó, pero no esperen a cenar que se va a enfriar.

-Está bien hija tómate tu tiempo, espero que llegues a tiempo para el postre.

-Sí mamá yo también espero eso.

-¿Segura que no quieres que te esperemos?

-Segura, ustedes coman, disfruten jaja yo ya vuelvo.

Martina se fue y Beatriz y yo comenzamos a comer.

-Ay mi hija que linda espero la disculpes.

-¿Por qué?, Bueno esperaba que comiera con nosotros pero creo que lo que tenía que atender era urgente.

-No hablo de eso si no en ya sabes…

-No dígame ¿Qué pasa?

-Bueno, sus intentos de hacerme feliz digo ve que traerte con mentiras

-¿Mentiras? No claro que no, Martina fue muy clara quería que pasáramos un buen rato, digo por lo de su esposo, y pienso que es una buena persona al intentar hacerla feliz, digo para eso vine ¿No? Claro a menos que usted me diga que está incómoda.

-No para nada, de hecho me la he pasado muy bien estas horas, ¿Entonces te contó lo de mi esposo?

-Sí, cuánto lo siento, no imagino lo sola que se siente después de eso.

-Sí ya han pasado tres años y últimamente Martina ha estado muy insistente, necesitas a alguien mamá, me dice, y saber que estás aquí para eso, verás ha sido muy difícil, por mi estatura jaja intimido muy fácil.

-No para nada, pienso que es usted muy hermosa.

-Me hace tan feliz que alguien me diga eso, y bueno sabiendo que estás dispuesto a que pasemos un buen rato… ¿Qué te parece… sí… me acompañas un rato?

-Pero la cena se va a enfriar.

-Ay que cosas dices jajaja, que tierno, ven conmigo.

-Sí claro, si insiste.

Ella se levantó de la mesa y me tomó de la mano, me levanté y la seguí, pasamos a una habitación y cuando encendió la luz me di cuenta que estábamos en su habitación.

-Ven pasa, ponte cómodo.

-¿Disculpe?

-Sí siéntate en la cama, ponte cómodo ya sabes, déjate llevar

Me senté en la cama pero seguía sin entender lo que tenía que hacer.

-¿Estás nervioso? No te preocupes no tienes que hacer nada entonces déjame que yo me encargue amor.

Se sentó al lado mío, su peso hundió mucho el colchón, tanto que me incliné hacia ella y enseguida pasó su mano por detrás de mi cabeza y sin pensarlo mucho me besó, fue un beso muy dulce, pero apasionado sentía su aliento y su respiración, y luego se acercó más a mí, tanto que sentía sus pechos restregándose en mis brazos.

-No hacía esto en mucho tiempo, perdón fue demasiado.

-Creo que sí, un poco jaja.

-Pero es que lo necesito desde hace mucho tiempo, perdón pero ya no aguanto esto.

En ese momento se descubrió los pechos, dos senos enormes saltaron a mi vista, se me ofrecían como fruta madura y jugosa, ella tomó mi cabeza y la guío hasta ellos, me abrazo mientras mi cara se hundía en ella, hasta ese momento entendí las intenciones de su hija jajaja de verdad que soy estúpido.

-Eso deja que mami se ocupe, tu disfruta amor mmm.

Salí a respirar un tiempo, pues sentía que me ahogaba, pero no quería estar mucho tiempo lejos de esos pechos maternales, grandes y con un aroma a perfume fino mezclado con un poco de sudor, pues la temperatura estaba elevándose.

-Veo que te gustan mis pechos, amor puedes disfrutarlos después, ahora en serio, necesito que hagas algo por mí, tan sólo acuéstate.

Obedecí su orden aunque dentro de mí quería seguir chupando y comiendo esos pechos, mordiendo sus pezones, y frotando mi cara contra ella como si mi vida dependiera de eso. Una vez acostado ella se subió a la cama, me vió de frente tomó mis pantalones con sus manos y los tiró hacia abajo, mi pene apareció ante sus ojos, no es gran cosa pero en ese momento la erección estaba lista. Me miró sonriendo y como si fuera lo más valioso que hubiera visto lo tomó entre sus manos y lo comenzó a acariciar.

-No sabes cuánto tiempo he estado esperando esto.

En ese momento se comenzó a girar, seguía sin soltar mi pene y lo fue acercando lentamente a su boca, mientras tanto pasaba sus enormes piernas por mi cuerpo y su enorme trasero apareció ante mis ojos, su vestido se comenzaba a enrollar dejando ver sus muslos y el calor que emanaba desde ahí me estaba excitando aún más.

-Veo que tú también estás emocionado, pero adelante no seas tímido puedes tocarme

Llevé mis manos a sus piernas y las comencé a apretar un poco, era la piel más suave que nunca había tocado, y mientras más subía más suave se hacía, así hasta que tenía mis manos dentro de su vestido ¡Mis dos manos no cubrían una de sus nalgas! Y me sorprendió más pues intentaba buscar algo de tela adentro, pero no encontré nada, por lo que me atreví a alzar su vestido poco a poco se descubrían esos cachetes y el paraíso apareció ante mí, separé la carne para ver más a detalle, el agujero de atrás, su culo, era tan rosado como una flor, cerrado que parecía que nunca se había abierto, y su coño, de un color similar un aroma embriagador y con algún rastro de vellos.

-Siente lo mojada que estoy, vamos pasa tu mano por mi rajita.

Era cierto, apenas abrí un poco los labios un espeso líquido apareció e instintivamente fui metiendo mis dedos en su interior, lentamente mientras tenía su boca en mi pene y sus jugos resbalaban por mi mano.

-Ahhh sí ahhh sí, ya necesitaba eso, mmm que bien lo haces, vamos mete un poco más tus dedos, ay si tienes las manos tan suaves, cariño penétrame bien hmmm. ¿Te gusta como mami te come tu pene?

-Hmmm sí, sí señora me encanta.

-Dime Betty amor, soy Betty para ti, así siento que puedo pedirte las cosas con confianza jaja.

-Está bien Betty, mmm ahhh sí mi pene se siente tan bien dentro de tu boca.

-Amor, ¿Te molestaría si me acerco más a ti? Ya sabes hacer un rico 69

-Claro Betty, ven acércate.

-Está bien amor lo haré con cuidado.

Ella lo decía pues fácilmente me podría haber dejado sin respirar si me acercaba esos enormes cachetes a mi cara, lo cual no me hubiera molestado, pero aun así quiso ir despacio, y lentamente saque mi lengua y la posé en sus labios, su sabor era único, sus jugos resbalaban por la comisura de mi boca intentaba no perder ni una gota, pero eran tantos que apenas podía beberlos todos, mi nariz se encontró con su culo, y cuando empecé a olfatear ella movió sus caderas de un lado para otro y mi nariz iba tras ella, mientras mis manos se ocupaban de dar unas cuantas palmadas así trasero pues el rebote de esos cachetes en mi cara era espectacular estaba tan centrado en comer y disfrutar de ese manjar que olvidé por completo que tenía mi pene en su boca, tanta fue mi concentración que ni siquiera pude avisarle que iba a acabar pues 3 chorros de semen salieron disparados, en lugar de enojarse era como si eso estuviera esperando, pues tan sólo abrió más la boca y comenzó a succionar, parecía que no me había corrido pues mi penes queso limpio, todo se lo acababa de tomar.

-Amor, eso era lo que más quería, una corrida en mi boca, hmmm que deliciosa, jaja, veo que ni pudiste avisarme no te preocupes mami no está enfadada al contrario me gusta que me hayas tomado por sorpresa, ese es mi macho jaja, lo hiciste tan bien que te daré una recompensa, es un método para que te recuperes pronto y puedas poner esa hermosa herramienta entre mis piernas.

Enseguida se levantó la cama, de mi boca seguía escurriendo sus jugos, pero no tuve tiempo de reclamar, pues me arrastró de las piernas al borde de la cama, las alzó y las separó, por un momento pensé que me iba a penetrar, pero no, en cambio bajó su cabeza, una mano la puso en mis testículos, y los empezó a masajear, la otra mano tan solo busco mi trasero, separó mis nalgas y hundió su cara en mí, su nariz chocaba con mis testículos también pero su boca estaba centrada en lamer mi ano, nunca había sentido algo así, era tan excitante que comencé a moverme de arriba a abajo, restregando mi culo en su cara, además de que empecé a gemir.

-Ahhh sí mami, mami por favor no pares, tu lengua… Ahhh….ahhh nunca había sentido esto.

-Deja que mami se ocupe de ti, solo yo sé cómo complacer a mi macho, deja que me coma tu culito.

Esa sensación fue demasiado pues no tardé en recuperar la erección, y esto lo notó enseguida, pues su mano buscó mi pene.

-Ay que lindo amor, tienes tanta energía que ya estás listo, si quieres luego podré comerme tu culito, pero ahora enserio te necesito dentro de mí, dentro de mí cuevita jaja, ven.

Ella se recostó al lado mío, me pidió que me levantará lo cual hice, era tan alta que los pies salían de la cama, aún tenía el vestido, pero sus senos estaban totalmente descubiertos, y ese vestido solo alcanzaba a cubrir una parte de su vientre, alzó un poco la pierna derecha, dándome indirectamente la señal para que la penetrara, sería de misionero, está vez yo tome un poco más la iniciativa, así que separé un poco más su pierna me acerque a su cuerpo, le di un beso en la boca mientras me acomodaba para comenzar, la diferencia de alturas era evidente pero logré hacer que funcionara, pues baje un poco por su cuello, besándola, hasta llegar a sus senos, y ahí pasé mi atención a sus pezones, ya estaban duros y bien parásitos, pasé mi lengua por ellos y abrí bien la boca para tratar de abarcar lo más posible de ese enorme pecho, y al hacerlo al fin pude sentir sus labios de abajo abriéndose ante el paso de mi pene, el calor de su entrepierna era mayor y su humedad también había aumentado, ya había llegado al final de mi pene pues mis testículos se toparon con sus labios, y ahí me empecé a mover, con cada embestida hacía que sus senos rebotasen, y mientras más lo hacían más aumentaba la velocidad, el sonido era como una sinfonía de placer, pues con cada embestida sus jugos chorreaban más y estos empapaban mis testículos.

-Ah sí amor, dale más verga a mami, relléname bien, vamos más rápido, así, así, me encanta como tus huevos chocan contra mí, no dejes de chuparme las tetas si amor dale más.

-Ahh Betty, que bien se siente, ahhh sí, que rico, hmmm.

-No pares, no pares no pares, si te vienes que sea adentro, no se te ocurra sacármela por ningún motivo, ya estoy cerca por favor sigue así, sí, ya ya casi ya

-Hmmm, quiero acabar también, ahhh ahhh sí.

-Terminamos juntos amor ahhh hmmm sí sí dios, me vengo, ah sí hmmm.

-Ay mami sí mamita ah hmmm ahhh

Ambos nos retorcíamos de placer, mientras me descargaba en su interior.

-Al fin, después de tantos años, amor, gracias, gracias por todo, ahhh eres maravilloso.

-Betty hmmm ahhh, que hermosa mujer, que suerte tengo de conocerte.

-Ven a mí amor no te vayas no lo saques todavía ven acuéstate en mí, vamos, abrázame, estoy muy cansada amor, quiero dormir.

-Yo también.

-Ven cariño, pon tu cabeza aquí en mis tetas.

Despertamos hasta el día siguiente, pasamos toda la noche en la misma posición, de hecho fue ella la que me despertó, lo hizo con un beso, ambos nos vestimos y salimos ahí estaba su hija.

-Hola buenos días mamita que tal se la pasaron jaja, yo había llegado a tiempo para el postre pero los vi tan lindos durmiendo que no quise interrumpir.

-¿Nos viste? Ay hija pero, ya era suficiente con que me consiguieras citas, y te lo agradezco pero verme así en esa situación, hay no que vergüenza.

-No te preocupes mami, me alegra que al fin pudieras hacerlo con alguien, se ve que estás muy feliz.

-Sí pero todo gracias a ti, y a este hombre tan hermoso, que me hizo sentir viva otra vez.

-Y bueno sé que es pronto pero, ¿Se va a quedar?

-¡Hija!

-Bueno es para saber

-No te preocupes Betty, Martina tiene derecho a saberlo, y si me lo permites, no quiero irme de tu lado, anoche fue maravilloso y creo que ambos lo sentimos así que por mí encantado.

-¿Lo dices en serio?

-Claro, me gustaría estar siempre contigo.

Todos reímos y nos alegramos, desde ese momento pasé a formar parte de la familia de Betty y Martina, los tres salíamos juntos de paseo y a comer, como una familia, la mayoría de gente pensaba que yo era pareja de Martina, nunca los sacamos de su error para evitar preguntas y miradas. Pero fingir que éramos pareja despertó un sentimiento entre nosotros, sentimiento el cuál dejamos dar rienda suelta más adelante y nos sirvió para entablar una relación más cercana y pasional entre nosotros tres, pero eso es otra historia.

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