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Sofía, la compañera de mi esposa (II)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Continuando con el relato, de cómo me di a la amiga de mi esposa.

Nos encontrábamos en el hotel y después de una buena mamada por parte de Sofia, era momento que yo pagara con la misma moneda y bajando a su rica almeja, empecé a pasar mi lengua por sus labios mayores dando unos muy ligeros mordiscos, los cuales cumplían su objetivo ya que solo escuchaba los jadeos de mi pareja cada vez más continuos.

Me dice con voz entrecortada por los jadeos – Creo que no aguantare más, por favor ya métemela

– De ninguna manera, quiero probarte toda, así que tu déjate llevar.

Y no se si era la situación o era una perrita muy sumisa. Pero obedeció mi orden y soltó un grito y clavo sus uñas en mis brazos ya que en todo momento seguía masajeando sus redondos pechos. A mí también me supo a gloria, si el olor era exquisito, el sabor aún más. La dejé tomar aire y me retiré de su puchita, recostándome de lado a ella y empecé a besar su cuello, cuando volvió de su trance.

– Wow!!, esto fue grandioso, jamás había terminado con un oral.

– Lo sé, por eso pedias que te la metiera, pero no es lo mismo y sabía que disfrutarías más. Además de que aún tenemos tiempo y no quiero terminar esto tan pronto.

– Si tu esposa coje con mi novio, definitivamente es una pendeja, yo no he disfrutado tanto en estos años como en estos minutos junto a ti

– Pues que te digo, siempre está el morbo de probar lo que no es nuestro, como yo ahora mismo, a mí me encanta darle verga a mi esposa, pero pues si a ella le gusta probar en diferentes lugares, yo también me doy mis gustos, pero basta de charla y ya que recuperaste el aliento ven acá.

La jalé de los hombros y la hice subirse a mi para que cabalgara un rato, sinceramente no tengo un super pene, pero pues 19 cm y un buen grosor han arrancado una buena cantidad de orgasmos, como lo comente anteriormente ella es chiquita de 1.50 así que ya sabrán la escena de tener a esta mini diosa encima de mí. Ella insistía en que no sabía como moverse ya que siempre era misionero y no mas. Le comenté recuerdas como bailabas en la posada Navideña, pues muévelo justo así, y ya verás. Tenía un muy buen twerk y meneo de caderas y lo uso muy bien, pero se descontrolo un poco que tuvo un segundo orgasmo, ahora no la deje descansar y la puse en cuatro, inicie el trabajo del tesoro buscado, ese pequeño orificio arrugadito que oponía resistencia a mi dedo índice entre cada sacada de pene, tomaba un poco de sus jugos y los embarraba en su orificio anal.

Ella intento decir que no, pero justo cuando decía que no le daba otra estocada de golpe en su rica y apretada vagina. Cuando logre meter dos dedos dio un pequeño salto como queriendo escapar, pero mi corpulencia y tamaño ayudaron para evitar su huida. Creo que esto le genero un poco de miedo por que empezó a decir que por favor parara, que mi pene era muy grueso y no entraría, que siguiéramos como estábamos, que ella no era la puta de mi esposa. Aunque tenía razón, solo le dije no es si quieres, ya verás que te gustara tanto que después pedirás más.

Aprovechando la dilatación y la relajación de ella al estar hablando metí tres dedos y mi pene nuevamente en su vagina para continuar bombeando. Incline un poco mi cuerpo sobre ella para vencer un poco mas su fuerza y quedo recostada, momento que aproveche para apuntar mi glande a su culito y hacer un poco de presión, los forcejeos iniciaron de nuevo, pero mi fuerza fue mayor y le metí medio pito de golpe. Ella entre lágrimas decía que por favor me detuviera, que no tenía que ser así, que la estaba lastimando. Pero yo no pensaba en otra cosa que reventarle el culito, si su novio se cogía a mi esposa yo le mandaría a la suya más que servida.

Me quedé un momento inmóvil y besaba sus mejillas, lamia sus lágrimas, pasados unos minutos empecé a bombear de a poco y vi como ella ya no ponía resistencia, se acostumbró a mi grosor y paso de estar insultándome a nuevamente pedirme que le diera mas. A lo cual con gusto accedí, pase una mano por debajo de su abdomen para buscar su botoncito y juguetear con el mientras le rompía el culito, su presión fue tal que no dure mas de 10 minutos sin descargar mi leche en su ano y resulto que a ella también le agrado porque acto seguido termino por tercera vez en la tarde.

Descansamos un momento y la muy perrita aun quería un round mas, me dijo que si podíamos hacer un 69 que nunca lo había intentado, y la verdad es que después de darme lo que yo quería como podría negarme, pasamos primero a la ducha, nos enjuagamos y continuamos tocándonos, la tome en mis brazos y la lleve a la cama, para tomar la posición del 69 yo abajo y ella arriba de mi, yo aprovechaba y cada cierto momento le metía un dedo en el culo, que aún seguía listo para la batalla, pero ya sin poner tanta resistencia.

Después de tan buena mamada, mi pene recobro fuerza, la acosté y lleve sus piernas a mis hombros para luego llevarlas a su pecho y que la penetración fuera aún más profunda en cada estocada parecía que se le iba el aliento, llego el cuarto y como yo buscaba mi segunda, le arranque un quinto y le llene la conchita de leche también, observamos la hora y habíamos consumido el tiempo, así que teníamos que irnos y ella tenía que regresar a su trabajo ya que su novio pasaría por ella, me dijo que se enjuagaría rápido, lo cual no permití, le di la orden de que se pusiera a ropa y así se iría, accedió, salimos del hotel con dirección a su trabajo, la deje una cuadra antes, nos despedimos con un buen beso y le dije:

– Cuando gustes, tienes mi número.

– Claro, créeme que te llamare, eres el cuarto en mi lista y sin duda eres el mejor.

– Pues no puedo decir lo mismo, pero de que estas muy rica lo estas.

– Ya no digas mas que haces que me moje de nuevo, ah no es tu leche que me está escurriendo

Acto seguido tomo una servilleta, se limpió la pierna y se bajó.

Yo normal me paro una cuadra mas adelante y le escribo a mi esposa, ya estoy aquí, sale de la oficina y camino a casa, le comento – Oye vi tal cosa en tu correo, el otro día que dejaste la sesión abierta. Y su respuesta me dejo un poco pensativo. – Ah si, pero así bromeo con él, ya vez que nos conocemos desde hace 5 años, pero todo es broma mi vida, sabes que solo tengo ojos para ti, no pensaras que te engaño, yo no podría, no sé por qué no confías en mí, además él es el novio de Sofia, yo jamás le haría algo así a ella. – Entonces me estás diciendo que si no fuera tu amiga si lo considerarías, y luego no quieres que me imagine cosas – Ves contigo simplemente no se puede hablar.

Y así fue el resto del camino sin hablar. Pero yo aun pensaba, bueno igual y si me dice la verdad, pues ya no puedo descogerme a la chaparrita, pues que le vamos a hacer, una disculpa para su novio y otra para mi esposa por desconfiar de ella, hoy la compensare rompiéndole su culito en la madrugada, pero eso lo cuento después.

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