Me llamo Carmen tengo 54 años, casada con Manuel de 68 años y un hijo llamado Martin quien trabaja en una empresa de informática. A mi esposo lo tuvimos que internar en un sanatorio porque sufre Alzheimer y ya no podía cuidarlo.
Bueno vamos al grano. Esta historia sucedió hace 1 año cuando mi hijo se quedó sin trabajo, entonces fui a interceder ante su jefe llamado Javier de 43 años. Él me dijo que le devolvería el trabajo, pero a cambio tendría que ser su secretaria personal, no me negué porque teníamos varios gastos y la pensión de mi marido no alcanzaba para pagar servicios y el sanatorio donde se encuentra. Esa noche cené con mi hijo y le di la buena noticia de que ambos íbamos a trabajar en la misma empresa, él se alegró.
Al siguiente día Javier mandó a llamar a mi hijo y lo cambió de departamento mientras yo ingresé como su secretaria. Al principio Javier me encomendó tareas sencillas, pero a los tres meses me dijo que si me podía quedar horas extras para revisar y corregir algunos documentos y que me pagaba un dinero extra. Le dije que lo iba conversar con mi hijo, al día siguiente rumbo al trabajo conversamos en su auto y el acepto que la cena él se la preparaba.
Así que comencé a trabajar horas extras la primera semana fue normal pero en la segunda una noche Javier me llamo a su oficina me ofreció café y empezamos a hablar sobre mi vida que si me sentía sola y esas cosas una cosa llevo a la otra y nos empezamos a besar. Me empezó a besar el cuello y manoseándome todo el cuerpo diciéndome que era muy hermosa que él quería ser mi amante, que me dejara llevar por el fuego que había dentro de mi “tu cuerpo pide sexo déjate llevar” me decía, “no te resistas”. Continuó hasta que metió su mano debajo de mi falda, me bajo las pantaletas y como pudo me desabrochó los botones superiores del vestido y vio mis senos, los cuales empezó a chuparlos con tanta ira y pasión, que me empecé a excitar y bajando hasta mi vagina la beso y su lengua jugaba con ella pasándola por todos mis labios vaginales, mi respiración se hacía mucho más rápida soltando mis primeros gemidos. Ahí estuvo unos 20 segundos y yo solo decía:
-Ahhh… Ahh… Dios míooo…
Era la primera vez que experimentaba eso y de pronto comencé a tener un orgasmo, ese hombre estaba satisfaciendo mis ansias de disfrutar del sexo de otra manera. Luego me folló de pie por un buen rato mientras yo estaba de espaldas en el escritorio mi cuerpo me traiciono y empecé a gozar como nunca, tenía un enorme pene que me partía en dos y a la vez me llenaba toda, me volvía loca de tanto placer, era la primera vez que engañaba, a mi marido.
Al sentir que mis quejidos se convertían en gemidos de placer el empezó a acariciarme con más confianza. Me obligaba con sus manos a abrir mis nalgas en cada metida y al besar mi boca introducía su lengua, era presa de mis deseos, mucho tiempo sin sexo me habían traicionado, mis ansias de probar nuevas emociones me excitaban.
Perdí todas las fuerzas, no oponiendo resistencia y luego me entregué a la medicina del placer, gocé, no una vez sino dos veces llegando a mi segundo orgasmo, casi simultaneo con el primero, luego me acostó en el sofá y me beso de nuevo mi vagina y lo metió en mi vagina hasta el fondo… ummm estaba caliente como el acero, era muy hermoso sentirlo en mi sexo, ummm Dios… que rico… lo siento dentro de mí, mmm qué sensación.
Le bese el cuello y sus oídos, el mientras metió su mano por debajo de mis nalgas mientras me penetraba y las abrió tanto como pudo, como queriendo partirme en dos, era un loco amando, y yo gemía de placer, solo olvidé todo y el aprovecho de eso, me hizo terminar dos veces más, llegando a mi tercer y cuarto orgasmo y luego se corrió dentro de mí, mmm que rico sentir como termina dentro de mí, era inundada por su semen, sentía un gusto en mis labios de mi clítoris que seguía palpitando y sentí como lo saco dentro de mí.
Como mareada de tanto placer, con los labios enrojecidos por tan ricos orgasmos, decía “mmm Señor perdona si estoy pecando, pero que rico es esto”.
Una noche cuando estaba cabalgando a Javier en la silla de su escritorio recibí una llamada de que mi esposo había sufrido un infarto, trataba de contenerme para no gemir y le dije a la persona que me llamó que iría en la mañana, solté el celular mientras Javier me seguía dando duro. Luego nos besamos hasta que se vino. Luego me vestí y fui a casa para darme una ducha. Al día siguiente hablé con mi hijo y lo fuimos a visitar.
Ese día mientras almorzaba con mi hijo Javier me llamó que me iba a dar el día libre mientras el sacaría la excusa que tenía una reunión con unos clientes y mandó a mi hijo a trabajar a otro departamento de informática de un amigo suyo para que lo distrajera mientras él me acompañaba a casa.
Ya en mi casa al cerrar la puerta, nos besamos me toma de la mano y me arrastra a mi dormitorio diciendo entonces ahora eres mía solo mía, en el dormitorio comienza a desnudarme y me besa en todo el cuerpo, y arremete contra mí, me penetra con mucha fuerza, me siento de mil maravillas. Me siento deseada, estoy despeinada agitada, gimiendo, gritando de placer, me penetran por mi vagina, me excita, ¡sus embestidas eran más fuertes, me sentía fantástica, me clavaba contra el colchón. Como me coge Javier, rico, como me inunda, pues no riega mi sexo, son tan poderosos sus chorros de semen, que inunda mi sexo".
Luego conversamos, le digo “esto no puede seguir”, él me contesta “solo te digo serás mía mientras tu hijo trabaje a mi cargo luego veremos qué pasa”.
Un fin de semana mi hijo se fue a unas fiestas con su novia en otra ciudad mientras Javier se quedó en mi casa a dormir
Y en la madrugada al amanecer siento los labios de él sobre los míos, trato de cerrar mi boca, pero no puede él aprieta mi seno haciéndome gimotear y aprovecha de introducir su lengua en mi boca. Siento que se abalanzaban sobre mí, ahí seguía besándome y manoseando mi cuerpo. Él baja a mi entrepierna, se entretiene, empieza a besar mi vagina y a meterme su lengua. Yo gemía, me retorcía, me gustaba lo que le estaba haciendo Javier en mi cuerpo, Javier se detuvo un momento, para mirar detenidamente mi vagina, rasurada, y muy mojada.
Luego se sube encima de ella y empezó a penetrarla con fuerza, empecé a sentir que me llevaban al cielo. "Me estremecía, sentía goce, temblaba de placer y quería más". Pronto las embestidas eran más fuertes, sentía el placer y con los orgasmos que comenzaba a llegar, era fantástico nuevamente sentía que me poseían con pasión y eso me excitaba, llegando a un soberbio orgasmo y gritando de rabia al sentirme saciada por otro hombre y no por mi marido. Quedamos abrazados sobre la cama sin aire y agotados del esfuerzo realizado. Luego se levantó y se marcho
Un buen día iba a salir para el trabajo con mi hijo, pero recibí una llamada de Javier que los esperara así que le dije a mi hijo que siguiera adelante que tenía dolor de cabeza y me iba a tomar unas pastas, a los 2 minutos llego Javier me deslizo hacia mi dormitorio, después metió sus manos por debajo de mi blusa para acariciarlos por encima del sostén de seda que traía ese día, me acarició y manoseo los pezones, Dios… fue lo más rico que me habían hecho en los pechos en mucho tiempo, siguió besándome, no pude seguir resistiendo sus embates y su persistencia, me entregué completamente al diluvio de caricias que en ese momento él me ofrecía.
No supe cómo reaccionar y eso terminó entregándome en los brazos de él, estaba súper excitada y con ganas de sentirme mujer penetrada y dominada, mi gran debilidad me había puesto de manifiesto mientras él me comía los pechos y con una mano se las ingeniaba para masturbarme por encima de las pantaletas, con toques sutiles. Al rato estábamos destrozando la cama donde dormía con mi esposo con nuestros vaivenes, pero la fricción era exquisita y estaba a punto de mojarme toda, eso no me importó mucho y seguía recibiendo en mi vagina ese pene grueso que me estaba haciendo delirar.
Gemía y me retorcía, me gustaba lo que me estaba haciendo en mi cuerpo, se detuvo un momento Javier, para mirar detenidamente mi vagina, rasurada, y muy mojada, dilatada al máximo al ser penetrarla con fuerza por su pene, y empecé a sentir que me llevaba al cielo, me acople al vaivén de las penetradas profundas de Javier en mis entrañas y sin poder impedirlo lo amarre con mis piernas por la espalda atracándolo contra mi cuerpo. Me estremecía, sentía placer, temblaba de placer y quería más. La cama crujía y me aferraba al respaldo del lecho Pronto las embestidas eran más fuertes sentía el placer y con los orgasmos que comenzaba a sentir, ¡era fantástico!, ahora sentía que me poseían con pasión y eso me excitaba, llegando a un soberbio orgasmo.
Esa misma noche llamé a mi hijo y le dije que tenía que revisar unos documentos y que llegaría en una hora, al colgar el teléfono Javier estaba como toro de fuerte y arremetió contra mi cuerpo, mi vagina nuevamente siente que es penetrada con mucha fuerza, me siento como la mujer más deseada.
Cuando trabaja mi hijo Javier me da un día libre y lo espero en mi casa y me coge por toda la casa.