Desde hacía unas semanas las cosas con mi mujer iban de mal en peor, en parte porque estaba amargada porque la crisis golpeaba su negocio y las ventas habían caído lo que la ponía de mal humor y en parte por lo celos, que de ser normales, pasaron a ser enfermizos. Me celaba hasta con la mujer de la panadería solo porque ella era amable y sonreía cuando saludaba. Y otra cosa que la ponía loca era que yo tengo 35 años y ella 25 y “las pendejas quieren maduros ahora…”.
Un martes discutimos y se fue por unos días a lo de la hermana. Cuando llegó el viernes, un amigo me invitó a salir a cenar con su mujer y después fuimos a un boliche a tomar unos tragos. Estábamos en eso, cuando para mi sorpresa veo entrar a mi suegra. Ella es una mujer de 45 años, muy elegante, de bastante buen físico, y sobre todo de un espíritu muy joven. Había enviudado hace unos años y no era de contar mucho de su vida privada.
-Hola Guille, ¿Qué estás haciendo vos en un boliche?
-Hola suegra, ¿Cómo anda? Y… supongo que estás enterada… me invito un amigo y su esposa a cenar y luego quisieron venir aquí.
-Cagamos, no estoy enterada de nada… y no me llames suegra, queda horrible. ¿Qué pasó?
-Claudia y sus celos enfermizos, discutimos mal y se fue a lo de Dalma por unos días.
-Hijas de su madre, yo. No me dijeron nada, eso que hoy hable con Dalma. ¿Celos de quien tiene la boluda de mi hija?
-Cuando te lo diga te vas a reír mucho: de la mujer de la panadería, porque me sonríe cuando vamos a comprar el pan.
-Tiene más de 60 años!!! Mi hija es una boluda total… No te jodo más, anda con tus amigos, ojo, no voy a decir nada que te encontré acá.
-Dale, pásala lindo. Le dije y fue con unas amigas.
Volví con mis amigos y al rato, llegó Eduardo, un compañero de trabajo. Mi amigo y su mujer se fueron y yo me quedé a tomar un whisky con Edu. Hacía un rato que estábamos charlando cuando se acercó mi suegra.
-Hola de nuevo Guille…
-Hola Nora…
-Escuchame, si queres partir con una chica… no te hagas drama por mí, no pienso hablar, y supongo que serás un caballero y vos tampoco dirás nada si parto con alguien.
-Soy un caballero, tranquila.
-Lo decís, pero no me presentas a tu amigo…
-Perdón… Edu te presento a Nora una…
-Amiga, soy amiga de Guille. Un gusto. Dijo ella.
-Hola Nora, un placer conocerte.
-Mmm… espero que sea mío el placer… ya vengo. Dijo y se fue con el grupo de amigas.
-Me parece que te quieren coger… Le dije a mi amigo.
-Parece, y no me desagrada para nada, seguro que es amiga nada más.
-No digas nada, es mi suegra…
-¿Qué…?
-Lo que escuchaste. Ahí vienen.
-Chicos… si tienen ganas podemos tomar algo juntos… Guille te presento a Daniela, una buena amiga de aventuras. Dijo mi suegra.
La amiga era una morocha espectacular, de unos 35-38 años, con un cuerpo hermoso.
-Claro que podemos tomar algo, hola. Dijo Eduardo.
-Por supuesto, hola Daniela.
-Hola hermoso… Dijo ella mirándome a los ojos.
Tomamos una botella de champagne y ellas se comenzaron a poner alegres. Ya nos abrazaban sin problemas y Daniela constantemente tenía una mano en mi cintura. Íbamos por la mitad de la segunda botella y mi suegra preguntó:
-¿No van a peguntarnos nada?
-Nada como “¿Vamos?” Dijo Eduardo.
-Eso mismo. Dijo Daniela.
-¿Vamos? Preguntó Eduardo.
-Por supuesto que vamos. Dijo Nora.
Edu y Nora iban el en auto de él y yo con Daniela, que apropósito levanto un poco su pollera para que pueda ver sus piernas torneadas. Nosotros íbamos adelante y Daniela fue directo a su casa, Edu y Nora detrás. Entramos, ella abrió otra botella de champagne y puso música lenta. Nos pusimos a bailar y al segundo tema las dos estaban de rodillas chupándonos la pija.
Daniela chupaba realmente bien, y mientras lo hacía se quitó la camisa, el brazier y desprendió su pollera. Luego de chupar me un rato, se paró y su pollera calló al suelo.
-Sentate mi amor, quiero cogerte bien cogido. Me dijo.
Me senté en un sillón y ella me montó de frente mí metiéndose por completo la pija en la concha. Era una máquina de moverse esa mujer, por favor. Yo tenía sus tetas frente a mi boca y no paraba de chuparlas y apretarle el hermoso culo que tenía. Era la gloria ser cogido por esa mujer, subía, bajaba, se movía en círculos, me besaba, me acariciaba la cabeza.
Mire a un costado y Edu tenía a Nora en cuatro en un sillón y la cogía con todo, mientras Nora no paraba de gemir y resoplar… Con cierto miedo a su reacción puse uno de mis dedos en el orto de Daniela. Ella me miro sonriendo y me dijo al oído:
-Despacio, lento… mójalos en mi conchita. Y se levantó un poco para que los moje y me volvió a cabalgar.
Yo fui metiendo y sacando uno, Daniela resoplaba y me besaba el cuello. Volví a mirar a Edu y Nora y él también le metía dedos en el culo, aunque no con tanta sutileza como yo.
-Moja otro y méteme otro mi amor. Me dijo Daniela.
Le hice caso y entro fácil. Yo le chupaba las tetas y ella me galopaba con todo.
-Sos un hijo de puta… sabes bien como coger tranquilo… no doy más de calentura. Entiérralos hasta el fondo, y acabemos.
Lo hice, enterré mis dedos hasta los nudillos y ella subía y bajaba como loca mientras yo de la calentura le mordisqueaba los pezones. Acabe llenando su concha de leche y ella me dio un terrible beso, se levantó y me limpio bien la pija. Me sirvió champagne y nos pusimos a mirar como Edu acababa en la concha de Nora y ella daba un tremendo grito de placer.
-Viste Daniela, tenía muy buenas referencias de Guille… Dijo mi suegra guiñándome un ojo.
-¿Cómo es eso? Pregunté.
-Menos pregunta Dios y perdona Guille. Dijo Nora y se largó a reír.
-Si no fuese casado… este no se me escapa. Dijo Daniela.
-Daniela, Guillermo es separado… la mujer se fue a lo de la hermana… La boluda es celosa del tipo más fiel del planeta… hasta hoy, claro. Dijo riendo Nora.
-Norita… ¿te acuerdas nuestra fantasía? Preguntó Daniela
-Por supuesto… ¿Te parece?
-Totalmente, ya elegí.
-Están hablando en clave, eso no vale… Dijo Edu.
-Nuestra fantasía es que nos cojan dos tipos al mismo tiempo… Dijo Nora mirándome.
-Epa… una doble penetración, interesante. ¿Y la otra que hace en su fantasía? Dije.
-Se pajea esperando su turno… Ah… yo elegiría que Guille me dé por el culo. Dijo Daniela.
-Entonces yo Edu, así no se queda con las ganitas de culo… Dijo riendo Nora.
-Empecemos entonces. Dijo Edu.
Nos sentamos uno al lado del otro, y Nora nos chupaba la pija a los dos, casi con desesperación. Daniela desapareció por unos minutos y volvió con dos consoladores. Mientras Nora nos chupaba las pijas, ella le chupaba el orto y le empezó a meter el consolador, mientras ella se metía el otro en la concha y me miraba a los ojos muy caliente, mordiéndose los labios. Yo hice que no con la cabeza y ella me insultó. Saco el consolador de su concha y se lo metió en el culo.
Cuando Nora se sacó el gusto de chuparnos las pijas, me pidió que me acueste en el suelo. Me montó y se metió la pija en su concha y le siguió chupando la pija a Edu, mientras Daniela le daba con todo con el consolador en el culo.
Edu se puso detrás, y le enterró sin más la pija en el orto. Nora dio un grito y los dos nos empezamos a mover. Ella gritaba de placer sin parar y yo le apretaba las tetas con todo. Tomé su cabeza y le dije al oído:
-Te tenía unas ganas tremendas, suegrita.
Ella se rio con todo y minutos después, tuvo un tremendo orgasmo. Fue el momento de cambiar. Edu se acostó en el suelo y Daniela lo montó. Yo me puse detrás y se la fui metiendo lentamente en el orto. Vi que Nora tomaba uno de los consoladores y se masturbaba con todo la concha. Daniela gemía despacio, disfrutando. Cuando tuvo toda mi pija en su culo se empezó a mover despacio. Yo tome sus cabellos y tire su cabeza para atrás, para que Eduardo pudiera chuparle las tetas. Le di una palmada en el culo y ella se movía con todo, enterrándose las dos pijas por completo.
En un par de minutos Eduardo no aguanto más y acabó dentro de Daniela, que se levantó dejando a Nora que le chupe la pija a Eduardo.
-Cogeme el culo bien cogido mi amor… Me dijo mirándome por sobre el hombro Daniela.
Sin soltarle los cabellos, y dándole palmadas en el culo, la cogí con todo, llenando su culo de leche. Ella se dio vuelta y me chupo la pija con todo, limpiándola por completo.
Fueron al baño y volvieron riendo las dos.
-Guille, no puedo creer que esta mina sea tan hija de puta. Me acaba de decir que sos el yerno… ¿Es cierto?
-Si… estoy casado con Claudia, su hija.
-Viste, tiene un tipo así en su casa, y en vez de cogerlo, lo pelea por celos. Que se joda. Y si vos queres tener algo con Guille, adelante, yo no voy a decir nada.
Cuatro días después mi esposa volvió a casa, y solo pasaron dos días hasta que volvió a hacerme una escena de celos… Junté mis cosas y me fui a lo de Daniela por una semana… Nora nos visitó para una noche de “esparcimiento” los tres…