Me llamo Sofía, tengo 52 años, vivo en Bilbao y soy viuda hace 2 años mi esposo Javier y mi hijo Manuel murieron en un accidente de tránsito cuando venían en el auto hacia casa. Trabajo en la administración (soy funcionaria) pero lo hago para distraerme ya que cuento con la pensión de Javier y un chalet que habíamos comprado.
Bueno vamos al grano, una semana antes del accidente vino Mario a cenar lo conocíamos desde el colegio e hicimos muy buena amistad con sus padres. Cuando terminaron la secundaria tomaron caminos diferentes mi hijo tuvo que trabajar y estudiar ingeniería al mismo tiempo ya que no contábamos con muchos recursos y Javier se mudó con sus padres a Madrid para estudiar en una universidad ya que bue becado.
Cuando Mario se graduó de Administración de empresas no pudimos asistir así que la vimos por el celular como venía contando una semana antes del accidente Mario vino y lo invitamos a cenar y luego salió con mi hijo a tomar unas copas, pero regresaron temprano porque Javier se tenía que ir al siguiente día para Madrid nuevamente esa noche Javier se quedó a dormir en casa y luego salió temprano apenas nos despedimos.
El día del entierro llame a Mario para ver si me podía acompañar pero sus padres me dieron el pésame y me dijeron que estaba fuera de Madrid por una semana pero que ellos le avisaban. Un buen día Mario me llamo y me dijo que venía para Bilbao ese día cenamos en un restaurante y le comencé a contar la historia del trágico accidente el me abrazo y me dijo que no me pudo acompañar por motivos de fuerza mayor.
Pasaron 6 meses y Mario me llamo que si quería irme a Madrid a pasar unas vacaciones yo le dije que lo iba a pensar y luego le devolvería la llamada. A la semana resolví saque un mes de licencia viaje a Madrid y cuando llegue me estaba esperando Mario en el aeropuerto de ahí nos fuimos al piso de sus padres me duche y luego cenamos y me acosté un poco cansada del viaje. Al día siguiente Mario me llevo a recorrer muchos lugares en Madrid ya en la noche me invito a cenar y luego a bailar para que me distrajera un poco luego de tomar unos tragos nos empezamos a besar y me llevo a su piso que tenía luego de independizarse, llegamos cerramos la puerta y ahí le dije a Javier me esperara en la cama que yo ya salía me encerré en el baño luego. Salí con un babydoll me acosté en la cama y Javier poniendo su cabeza entre mis piernas e hizo a un lado mis pantaletas su lengua jugaba con mi vulva pasándola por todos mis labios vaginales mi respiración se hacía mucho más rápida soltando mis primeros gemidos ahí estuvo unos 15 segundos lamiéndome y yo solo decía
– Ahhh… ahh… Dios míooo…!
Era la primera vez que experimentaba eso, siguió chupándome y lamiéndome toda mi vulva y de pronto empecé a tener un orgasmo. Luego me puso en 4, puso su pene en mi culo y empezó a hundirse muy despacio en mi ser, empecé a gemir, morder la almohada arañar la sabana, pero le rogaba que no se detenga que siga, me sentía sucia caliente por tener sexo con el amigo de mi hijo, pero solo era más combustible a mi hoguera.
Empezó a mover muy suave, me tomaba de las caderas y me follaba cada vez más rápido, se acercó a mi cuello y empezó a morderlo, mis hombros yo gemía una y otra vez luego me tomo del cabello y me follaba como si fuéramos animales, eso me excitaba.
Su mano se fue directo a mi vagina y empezó a masturbarme lo que acelero mi orgasmo haciéndolo largo y placentero, caí casi inconsciente de tanto placer por varios minutos, en los que sentí como el me seguía follando más rápido hasta llenarme el ano de semen, pude sentir su semen caliente en mis entrañas luego como salía de mí y manchaba las sábanas; se echó a mi lado y dormimos abrazados
A la mañana siguiente lo desperté haciéndole sexo oral, cosa que el agradeció, para luego subirme encima de él cogimos hasta terminar ahora en mi vagina que se sentía ansiosa de recibir su semen caliente, nos fuimos a ducharnos mutuamente, Una vez relajados me dijo que le gustaría seguir viéndome, se había enamorado dijo. Le expliqué que a su edad todo era pasajero y los sentimientos tenían más que ver con el sexo y las hormonas que con el corazón. Además de diferencia de edad entre ambos.
Desde ese día cuando Mario venía a Bilbao teníamos sexo en la sala, la cocina el baño incluso en el cuarto de mi hijo, me devolvió la juventud y alegría perdida.
De eso han pasado ya casi un año. Ambos seguimos trabajando y nos vemos cada fin de semana. Somos pareja.