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La casera instruye a Jordi para su primera experiencia (2)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

En la casa no había secretos, la transparencia era total.  Son las normas que nos pusimos para tener una convivencia plena.

Tras irse Jorge a trabajar, le conté a Rebeca la situación por la que estaba pasando el muchacho, que era pánico a su primer encuentro sexual con su novia Paola. Y le rogué que lo ayudará ella también. Por lo que le pedí que intentara abordarlo cuando llegara del trabajo, pues su novia llega mañana, y tenemos ya muy poco tiempo para instruirlo un poco más en el arte de relaciones sexuales.

Ella lo comprendió y compartió totalmente.

– Y lo haré con mucho gusto, ya me estoy humedeciendo solo de pensarlo, me dijo.

Me acerqué a ella, nos abrazamos y nos dimos un fuerte y prolongado morreo.

– No esperaba menos de ti, pues somos como una familia que comparte y ayuda, le dije.

Jorge vino de trabajar, se fue a su cuarto a ponerse ropa cómoda para estar en casa y bajo a comer.

Estábamos los tres en la mesa, comiendo y hablando.

Note que miró a Rebeca un poco más atentamente, sobre todo sus tetas, que se marcaban los botones bajo su fina camiseta sin sujetador. Al levantarse para ir a la cocina también noté como se fijaba en su culo y piernas, pues llevaba un pantalón muy corto ceñido, que resaltaba sus glúteos y dejaba todos sus muslos al aire.

Rebeca se puso indumentaria propicia para la ocasión, pues no quería dejar pasar más tiempo para iniciar el plan previsto.

Lo invitó a qué la acompañara a la sobremesa sentados en el salón. Le ofreció café o te y le dijo que se lo llevaba al salón.

Ambos eligieron té negro. Se sentó junto a él, y comenzó tocando su muslo, para que viera como estaba su mano de la taza de té, que estaba hirviendo.

Jorge seguía dando miradas furtivas a los pezones de Rebeca, que continuaban erectos.

Rebeca quiso acelerar los preámbulos, y le planteó ponerle una venda roja que llevaba, tapando sus ojos, lo que aceptó sin ninguna pega.

Después de tomar un poco de té, Rebeca besó a Jorge suavemente en la boca, y él no solo no se apartó sino que participó alargándolo.

– Vamos a hacer un juego, que no te será difícil seguir. Actuarás como si hoy fuera viernes y yo fuera Paola, tu novia, dijo Rebeca

Una sonrisa pícara salió de sus labios y dijo que aceptaba el juego y que le hacía mucha ilusión.

Rebeca acercó sus labios a los de Jorge, sin tocarlos, y le pidió a Jorge que tomara la iniciativa. El inmediatamente se morreó completamente con Rebeca, y sus manos buscaron sus pechos desesperadamente, lo que no le fue muy difícil, pues Rebeca ya había prescindido de su camiseta, y los tenía completamente al aire.

Ella acercó su mano al pene de Jorge, a través del pantalón primero, y desabrochándoselo y bajándolo completamente junto a su bóxer.

Luego se agachó y comenzó a darle una mamada a aquel joven miembro, que ya estaba completamente erecto y con ganas de guerra.

La polla de Jorge entraba y salía en aquella boca ansiosa de devorarlo completamente. Al final se corrió y Raquel chupó hasta la última gota.

Luego se recostó en el sillón y le pidió a Jorge que jugara con su lengua en su vagina e intentara encontrar su clítoris. Lo hizo a la perfección, consiguiendo que se corriera y sus jugos bajaran por sus muslos, que él ávidamente acariciaba y esparcía con sus manos.

Lo acostó en el suelo y ella se puso encima de aquella polla, dirigiéndola hasta su raja vaginal cabalgándolo sin parar, metiéndosela hasta lo más hondo de sus entrañas hasta quedar exhaustos, corriéndose los dos, revolcándose por el suelo dando gritos de satisfacción.

– Si, si, me corro, fóllame más mi novio querido, quiero hasta tu última gota de esperma en mi chocho, dijo Rebeca.

Quedaron en el suelo desnudos y abrazados hasta el amanecer, cuando una nueva boca, que se había masturbado sola en su habitación oyéndolos, se posó en aquel miembro para iniciar una nueva sinfonía, como un ensayo más de preparación para la actuación del fin de semana. Estuvo chupando y saboreando aquella polla hasta dejarla lista para entrar en las vaginas de las dos mujeres de su casa.

Jorge empezó follando a Rosmary para luego continuar con Rebeca, que se había despertado con los ruidos de satisfacción que emitía su compañera. La polla de Jorge estuvo follando alternando las dos chochas, que tenían en la casa, colocadas en la posición perrito una junto a la otra, mientras follaba a una daba palmadas en el culo de la otra, hasta correrse los tres.

Jorge estaba ansioso viendo ya las luces del amanecer del día en que llegaba Paola, y sabiendo que ya iba como un joven algo experimentado, con plena confianza y deseos de poderla follar y hacerla gozar durante todo el fin de semana.

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