Los últimos tres años de nuestra historia fueron de un ritmo muy vertiginoso.
Creo que la pandemia nos impactó mucho a todos, muchos perdimos nuestro empleo, nuestra comodidad, modificando nuestras rutinas, y nos vimos obligados a realizar tareas y trabajos, que nunca hubiéramos pensado hacer, pero que las realizamos y nos sentimos a gusto realizandolas, más que con las tareas anteriores.
Yo, por ejemplo, pertenezco a la porción de población que se quedó sin empleo.
No se si por placer o por necesidad, aunque creo que una tentó a la otra, decidi vender contenido erotico por las redes.
Comencé muy despacio, pero con mucho profesionalismo.
Estudié manejo de redes sociales, un poco de edición de videos, comencé una dieta para verme mejor, y puse todos mis encantos a trabajar.
Hacía colapsar la memoria de mi teléfono y lo llenaba de fotos desnuda, o en poses sexis, algunas con poca ropa y otras con lencería. Subía a mi perfil videos, cuentos y las fotitos todos los días durante algunas semanas para llenar mi perfil de contenido erotico, y conforme pasaba el tiempo mi experiencia aumentaba y el trabajo se convertia en diversión.
Al poco tiempo de iniciada la aventura me llega un mensaje de un seguidor, al que conteste de inmediato.
Mi primer chat erotico había comenzado, tenía que satisfacer a ese hombre y tenía que demostrarme a mí misma que podía ser muy buena en mi trabajo.
Al recibir mi primer “Hola nena, ¿podemos hablar?” algo despertó la puta que tenía dentro y muy caliente le conteste:
-Hola Bebe.
Y comenzó mi primer romance virtual.
Nuestros encuentros comenzaron con intercambios de fotos íntimas y chats eróticos, le enviaba videos donde se me veia manteniendo sexo, bailando hasta desnudarme y hasta audios donde le relataba sensualmente mis gustos a la hora del sexo.
Él respondía casi a diario, con generosos regalos o depósitos a mi cuenta bancaria.
Como regalo de cumpleaños, se me ocurrió obsequiarle una pequeña cita muy exclusiva, muy íntima. Quería realmente impactarlo, y después de pensar muchas opciones de ropa para vestir, decidí que desnuda era mejor y solo me puse un saco largo hasta mi muslo, una diminuta bombacha y un par de botas de taco fino que llegaban hasta casi mis rodillas, me hice una cola alta y casi sin maquillaje sali a vivir mi vida de puta.
Acordamos como dirección para el encuentro, un pequeño departamento de soltero que mi pareja había heredado y solo era habitado cada navidad por sus familiares.
Por primera vez nos encontramos cara a cara, había mucha tensión sexual entre nosotros, no pudimos contener nuestros impulsos y casi sin mediar palabra sus manos estaban debajo de mi saco, ayudándome a quitar mi ropa interior.
Totalmente desnuda frente a él, comencé a desnudarlo, suave y apasionado, mordía sus labios, sentía la dureza de su pene contra mi, haciendo humedecer mi entrepierna. Toma mi pelo, tirando mi cabeza hacia atrás y apretando sus dientes, casi gruñendo, me gira y me inclina sobre la mesa. Y me penetró, con pasión y cuidado, mientras en mi oído escuchaba su respiración jadeante y sentía la rigidez de su pene en mi vagina.
Yo estaba extasiada, mi amante virtual, cogía tremendo y pagaba mucho mejor.
Después de ese encuentro seguimos hablando por las redes sociales pero nunca más nos vimos personalmente.
A principios del mes pasado mi hijo comenzó a practicar fútbol, en un club barrial de la ciudad. En uno de los días de práctica el nuevo director técnico nos cita a los padres para presentarse ante nosotros y contarnos su forma de trabajo.
Sin ninguna expectativa salgo de mi casa hacia el club y vaya mi sorpresa al llegar hasta allí.
En medio de una ronda de niños, dando indicaciones con sus manos y sonriendo de lado, sexi, estaba mi amante virtual!!
Con la excusa de firmar unos trámites nos citamos en la secretaría. Cerró la puerta con llave, subió mi pollera, y sujetando mi cabello, me penetró de espaldas, fuerte y rápido, como le gusta hacerlo cuando el destino nos encuentra.
El hombre que paga cada vez mas por mi sexo y mi cuerpo, es el entrenador de futbol de mi hijo y es mi amante virtual.