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Compañero de trabajo me coge en el baño
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¡Hola bonitos!

Les cuento que mi celibato de moral distraída terminó el día de ayer que tuve sexo con un compañero de trabajo en el baño del negocio que atiende al sur de la Ciudad de México.

Primero les contaré de él a quien llamaremos "Vic". Vic es un hombre de aproximadamente 40 años, gordito de baja estatura, está perdiendo el cabello y usa gafas. Tiene un look tipo nerdie/geek por el cual nunca pensé sentir atracción ni como hombre ni en mi faceta travesti, sin embargo acabé cogiendo con él el sábado pasado.

Yo superviso algunas labores de venta que él hace en la empresa para la que trabajamos, por lo que constantemente nos escribimos vía WhatsApp. El día viernes todo iba normal hasta que sin ninguna razón recibí una "dick pic". Me sorprendió que fuera de su numero y justo a mí, ya que en lo público tengo mucha discreción con mi vida sexual y afectiva.

Al darse cuenta que me la envió, la borró de la conversación casi de inmediato; sin embargo la foto se fue a mi carrete y pude verla. Debo decir que Vic no está muy bien dotado, pero seguramente por mi falta de actividad sexual, me excito muchísimo verla. Comencé a imaginarme lo que le haría a ese pequeño miembro con mis manos y mi boca y comencé a ver a Vic de manera distina, ya no me parecía del todo feo y me dispuse a tener relaciones con él.

Coincidentemente al día siguiente debía visitarlo para revisar inventarios, entonces me preparé como hacía tiempo no lo hacía. Me depilé perfectamente la zona baja y me afeité completamente. Aunque en mi experiencia ha sido mucho más sencillo convencer a un hombre que a una mujer para tener sexo, decidí llevar bajo mi pantalón, un cachetero rosa, pensando en excitarlo y que aceptara cogerme de manera más sencilla.

Llegó el sábado y comencé a arreglarme para salir a cazar a mi presa. Me puse el pantalón que me queda más apretado de las pompis y ese día utilicé una loción unisex. Subí a mi auto pensando en la estrategia para seducir a Vic sutilmente y conseguir tener su verga dentro de mí. El camino se me hizo súper corto, tal vez inconcientemente manejé más rápido, pero llegué a la tienda de Vic quien ya me esperaba con una expresión de pena en el rostro.

– ¡Buen día "M"! Saludó él.

– ¡Buen día, Vic!, Respondí…

– Estoy muy apenado contigo. La verdad ayer estaba mensajeando con una chica y por error te envié una foto. No sé si la viste…

– No te preocupes, platicamos adentro (De mí, jajaja)

Pasamos a la tienda y nos sentamos frente a la computadora para hacer nuestras labores. Muchos números y conceptos muy aburridos hasta que decidí discretamente acariciar su muslo. Él de inmediato lo notó y se puso súper nervioso, casi comenzó a sudar pero no me dijo nada, por lo que decidí seguir.

– ¿Y para quién era la foto? Le pregunté…

– "Estoy conociendo a una chava por internet". Respondió

– Pues no está mal. ¿Me la enseñas?

Él no supo qué hacer en ese momento. Notaba su nerviosismo, pena y desconcierto, por lo que le dije:

– Mira, no pasa nada. Bajamos la reja, cerramos bien y si algo no te gusta, desistimos, ¿Te parece?

Le acariciaba la pierna pero más que excitarlo, lo estaba poniendo más y más nervioso, creo que casi a punto del desmayo, pero me dijo: "Vale".

Ni bajamos la reja, ni cerramos bien el local, simplemente nos metimos al baño. Él estaba súper apenado cuando le bajé el pantalón, entonces comencé a acariciarlo. Cuando noté que no se ponía duro, decidí bajarle la trusa y en efecto, su pene parecía dormido. Comencé dándole un besito y bajando su prepucio del glande. Cuando quedó descubierto, poco a poco lo metí en mi boca y comencé a mamarlo. Después de un ratito de eso comenzó a reaccionar. No creció mucho, tal vez unos 7 cm en total, pero pensé que era un buen tamaño para tenerlo dentro de mí.

-¿Te muestro algo? Le pregunté y me bajé el pantalón, mostrándole lo que usaba debajo.

-¿Quieres cogerme?, Y él tímidamente asintió con la cabeza.

Me quité en pantalón y Vic comenzó a manosearme el trasero, ahora sí algo intenso, como si fuera su primera vez, pero no me molestó porque yo también estaba muy caliente. Lo senté en el inodoro, lo masturbé y le chupé la verga un poco más para asegurarme que no se bajara su erección.

"Pásame mi cartera" me dijo, que estaba en el bolsillo trasero de sus jeans y sacó un condón. Se lo puse, me hice a un lado el cachetero y me senté en él.

Pese a tener un pene pequeño, sentí delicioso cada centímetro entrar en mí. No usamos más lubricante que mi saliva.

Después de un ratito dándome de sentones en la verga de Vic, me preguntó: "¿Puedo llamarte Karina?".

– Jaja, ¿Y eso?, le dije.

– Es la chava que estoy conociendo.

– Vale; si eso te ayuda, llámame Karina.

Me puso de nalgas contra el mueble de baño, me bajó el calzón hasta los tobillos y se montó en mí.

-"¡Estás bien bonita, Karina!", "Me gustas mucho", comenzó a decirme mientras me daba con todo.

– ¡También me gustas, Vic!, "¡Cógeme!, ¡Cógeme duro!", yo le decía en mi papel de Karina.

Unos minutos después del último empujón, pude notar que Vic se había venido, tanto por la intensidad con la que me cogía, que cada vez era menor, como por sus gemidos y por su cara de placer. Me sacó la verga y se quitó el condón.

Pese a que fue algo breve, las piernas me temblaban. Nos arreglamos y salimos del baño.

Nada pasó, nadie se dio cuenta.

– ¿Todo bien?, Le pregunté.

– Eso creo, pero nunca lo había hecho por atrás, me dijo.

– ¿Y te gustó?, respondí.

– Mucho, pero no pensé que te gustara eso…

Le confesé que soy bisexual y que ocasionalmente me visto de mujer. Que he tenido algunos encuentros con hombres y que si él quería, podíamos repetirlo, pero ahora no en un baño, sino en la cama de una habitación de hotel, cómodos y sin prisas. Incluso le mostré una foto de mí con lencería, peluca, maquillaje y demás, pero parece que no está interesado, o al menos, no de momento.

Sé que va a cambiar de opinión, los hombres siempre lo hacemos.

Nos despedimos como siempre, dándonos la mano y hasta la próxima.

Les contaré cómo va todo.

Besitos.

Bellota.

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