Me llamo Manuel, tengo 23 años, vivo con mis padres, mi madre Sofía de 56 años profesora en un colegio y mi padre de 62 años pensionado, pero trabaja de vigilante. Esta historia ocurrió hace un año atrás cuando un sacerdote llamado Alberto de 41 años llego a la casa parroquial para hablar con el párroco llama Ricardo para revisar su habitación y demás cosas pero solo había una y era en la que dormía el párroco así que organizo una reunión con algunas personas del pueblo quien lo iba a recibir en su casa mientras organizaban la forma de hacer una habitación en la casa así que asistieron algunas personas de clase acomodada pero sacaron miles de excusas que no podían recibirlo así que mis padres aceptaron y sé quedo esa semana todo transcurrió de lo más normal.
Ya instalado en la casa parroquial Alberto iba a la casa 2 o 3 veces a la semana pero un buen día cuando llegue del instituto abrí la puerta y escuche unos ruidos que provenían de la cocina así que me quite los zapatos y camine lentamente y lo que descubrí me desconcertó, mi madre sin ropa, totalmente desnuda apoyada en el lavaplatos y este con el pantalón y el bóxer abajo la empujaba con su cuerpo rítmicamente, empujaba una y otra vez, adelanta, atrás, adelante, atrás y así sucesivamente, por momentos la volteaba para besarla, en otro momento le agarraba los pechos, ella se quejaba gimiendo cada vez más, después salí a pensar las cosas y a tomar aire y al salir volví a escuchar los quejidos de mi madre.
Esa noche cenamos normal cuando escuche el celular de mi madre y llego un mensaje mi madre ni le prestó atención y cenamos normalmente después mi padre se paró de la silla y se fue mi madre a lavar los platos, al rato mi madre se metió a bañar, esa noche mi padre intento hacer el amor con mi madre pero ella le dijo que estaba muy cansada y discutieron él le decía que iba a estar 2 semanas de vigilante por la noche así que se acostaron a dormir.
Llego el fin de semana mi madre invito a Alberto a cenar luego me dio 200 euros que saliera con mis amigos para que no me aburriera ya que iban a rezar el rosario con unas amigas que iban a llegar pronto, así que me fui pero deje instaladas unas cámaras miniaturas en la casa para grabar en unos sitios a al llegar al siguiente día me bañe y mi madre sirvió el desayuno luego me dijo que iba a ir de compras así que aproveche y prendí mi computadora para saber que había sucedido la noche anterior.
Al prender mi computadora y revise cámara por cámara y lo que descubrí me dejo asombrado mi madre me había mentido no llego nadie a rezar pero en cambio al revisar la primera cámara después de cenar los dos mi madre se va a lavar los platos luego se empiezan a besar, luego Alberto se baja los pantalones y el bóxer y le dice a mi madre que lo chupé mi madre le dijo que eso no era normal al principio intento resistir mi madre pero acepto finalmente después, esos 18 cm de verga de Alberto entraron en la boca de mamá, quien comenzó a jugar con su lengua alrededor de ella, luego empezó a chupar los testículos de Alberto, note que las pelotas de este parecían grandes e hinchadas y no tenían ningún pelo.
"Eso es Sofía, ahhh!" dijo Alberto mientras acariciaba lentamente su verga, "Así es, chúpelas suave y despacio"
Ahora chúpeme la verga, quiero sentirla mojada, chúpala!" le ordeno Alberto. Empezó a chupar arriba y abajo sobre la longitud entera de la enorme verga, empezando a chupar en la base y siguiendo hasta la hinchada cabeza, luego retrocedía, cada vez que hacia esto sentía cuan largo y duro.
"Ahora métalo en su boca, acaricie la cabeza de mi verga con su lengua" Ordenó.
Obedeció y abrió la boca ampliamente, tomando la cabeza del pene de Alberto entre sus labios, deslizo su lengua alrededor de esta y empecé a chuparlo
"Si, eso es, chupe mi verga Sofía, chúpela como una verdadera puta gimió Alberto luego mi madre empezó a chuparlo rápido y se vino en su boca luego se paró y escupió un poco lo demás se lo había tragado luego la beso, ahí termino de grabar la 1 cámara no sé qué ocurriría después. Al abrir la 2 cámara no grabo nada pero la deje ahí por si acaso luego seguí con la tercera y tampoco parece que ese día Alberto se fue temprano.
Un fin de semana estaba durmiendo cuando me despertaron unos ruidos fui hacia la habitación pero no estaba sola, se escuchaba otra voz, ,después de unos minutos escuchaba solo movimientos de la cama y el ruido que producía el golpe de la cabecera de la cama con la pared, no pude mas y me levante muy despacio, avance a la puerta de la habitación sin ponerme zapatos para no hacer ruido y los vi, el sacerdote y mi madre totalmente desnudos a lo largo de la cama, se besaban, parecía que se estaban devorando luego ella lo rodeo con sus piernas y con las manos le apretaba el culo como jalándolo para que el empuje más, el cambiaba la posición de sus manos, a veces le tocaba el culo, después las tetas, la cintura, a su vez la besaba con muchas ganas ella le correspondía con la misma fuerza, lo disfrutaba, minutos sin que yo alcanzara a escuchar lo que decía, pero seguramente le pedía que le diera más verga o que no dejara de cogérsela o algo cachondamente parecido, el la seguía penetrando una y otra vez, el seguía empujando una y otra vez hacia ella, esto se repitió unas 4 veces hasta que en un determinado momento él le dijo que ya se venía, ahí fue cuando ella lo agarro más fuerte del culo y lo apretó aún más con sus piernas, en ese momento Alberto empezó a suspirar más fuerte y ella le decía lléname toda, minutos después el empezó a besarle las tetas nuevamente y ella se puso en 4 patas, el desde atrás seguidamente el la empezó a penetrar en esa posición, una y otra vez, ella también se movía de atrás para adelante con mucha furia, él le cogió el pelo y se lo jalaba "Eres mi perra le decía" y ella le respondía "si, toda tuya", después de un rato, sin parar sus movimientos, ella cogió una de las almohadas, la coloco debajo de su vientre y se echó, el encima de ella seguía bombeando una y otra vez hasta que finalmente se relajó y dejo de hacerlo, respiraban ambos muy agitados, nuevamente se acostaron uno al lado del otro y empezaron a besarse, yo me retire a mi cama, pero al rato empezó nuevamente los gemidos de esa habitación, no pude dormir toda esa noche escuchándolos ya cuando estaba amaneciendo, mi madre se levantó y se fue a duchar. Alberto se fue 5 minutos después.
Un domingo cualquiera Alberto celebro la misa por la cerca de las 5:pm ese día solo habían 2 misas ya que el párroco tenía un retiro todo el día continuando con el relato al terminar mi madre me dijo a mí y a mi padre que la esperáramos en la casa que tenía que hablar una cosa urgente con Alberto así que fui con mi padre hasta la casa y le dije que iba a ir a comprar algunas cosas para la cena pero antes fui a la parroquia y estaba cerrada entonces fui a la casa parroquial y estaba cerrada pero observe que nadie estuviera por ahí y abrí la puerta sigilosamente cierro la puerta despacio no escuche nada al principio pero al ir subiendo al segundo piso escuche unos gemidos ah, ooh ouh provenían de la habitación que hicieron para que Alberto durmiera ahí asi que subí con sigilo la puerta estaba cerrada pero había una ventana hacia ella. Y para mi suerte, si bien la ventana estaba cerrada, no había corrido las cortinas y podía ver completamente la habitación. Y para mi suerte, si bien la ventana estaba cerrada, no había corrido las cortinas y podía ver completamente la habitación.
Pude ver a mi madre en cuatro patas con Alberto detrás de ella Al detenerme lo más cerca que me pareció prudente la escuché decir “me vine”. Alberto se separó de ella, mi madre se recostó sobre su pecho y escuché que él le decía “límpiala Sofía”. Mi madre, le respondió sumisa “si mi amor” así que mi madre luego de hacer eso se vistió y le dijo que era muy tarde habían pasado 15 minutos desde que había terminado la misa mi madre luego lo beso y le dijo que hasta otra oportunidad así me que mi madre llego con unas bolsas y le dijo a mi padre que era la cena que tuvo que esperar porque había mucha gente en el sitio y así se quedó la cosa. Yo no lo podía creer como mi madre se había convertido en la puta de un sacerdote ya estaba pensando que era un falso sacerdote que llego al pueblo.
Cada noche en la que mi padre tenía turno de noche Alberto venía a cenar y tenían sexo intenso por algunas horas, y la noche anterior a que llegara mi padre estaban ya recostados en la cama de mis padres, con Alberto abrazando a mi madre que reposaba en su pecho para reponerse de una satisfactoria sesión de sexo. Alberto le preguntó a mi madre:
-No pienso dejar de tener sexo contigo por la llegada de tu marido.
-Y qué podemos hacer? Si nos descubre nos echa de patitas en la calle y no tengo donde ir.
-Mejor así! Tú eres mi mujer, no suya, pero mi madre le respondió yo quiero seguir casada con mi marido además divorciarme no me suena y tú eres sacerdote, después le dijo Alberto a mi madre, ahora ven para acá para seguir con lo nuestro.
Desde el cuarto escuché como mi madre comenzaba a besar el cuello de Alberto. Me acerqué a la puerta abierta de la habitación, y ya estaba en el pecho de Alberto, acercándose a la verga. Alberto, extasiado, tomó la cabeza de madre y le dijo "chúpamela ya que me quiero acabar en tu boca". Mi madre comenzó a degustar la polla de Alberto desde el glande, y poco a poco fue metiendo los centímetros de verga hasta que empezó a metérselo en la boca completamente. Siguió así varios minutos, ya que Alberto acababa de correrse y necesitaba reponer su semen, a los cinco minutos Alberto se corrió dentro de la boca de mi madre. Mi madre se limpió, se dieron un beso largo de buenas noches y volvió al pecho de Alberto para dormir.
Al día siguiente llegaba mi padre cerca del mediodía eran las 12:15 así que almorzamos todos juntos pero antes mi madre había lavado las sábanas que habían ocupado para tener sexo Alberto y ella .Ya en la tarde mi padre llamó a mi mamá para preguntarle si necesitaba algo del supermercado que estaba a 20 minutos, ya que él estaba comprando algunas cosas ahí para cenar, ese día mi padre no tenía turno de noche pero Alberto llego después de una llamada de mi madre y le dijo que esa semana lo iban a trasladar pero que aprovechara ya que mi padre no estaba entonces Alberto se acercó a mi madre por detrás, tomó a mi madre de la cintura, le besó el cuello y le ensartó la polla en el culo por encima de la ropa, por lo que mi madre respondió que no soltando un gemido, y preguntó cuánto le faltaba para llegar. "10 minutos", repitió ella en voz alta, y se despidió de mi padre. Alberto le dijo a mi madre.
-Vamos a tu cuarto, te quiero follar por última vez.
-Estás loco? En cinco diez minutos llega mi marido.
-Bueno, me da igual que nos descubra, o acaso no te mueres de ganas de tenerla adentro sin ropa de por medio?
Mi madre se sonrojó y ella misma tomó a Alberto de la mano. Ni siquiera cerraron la puerta, por lo que pude ver a mi madre encima de la cama, sacándose l el vestido y la pantaleta y a Alberto haciendo lo mismo. Mi mamá estaba lista para ser embestida por Alberto, quién se echó un gel para lubricar la polla, y de súbito se la ensartó en el culo a mamá.
Mi madre exclamó de dolor.
Alberto empezó de a poco el mete y saca, con mi madre sometida en posición de perrito gozándolo, ya estaba acostumbrada al sexo anal, y Alberto tomándola de la cintura, haciendo que sus bolas y su cintura hiciera un sonido de aplauso contra las nalgas de mi madre al momento de chocar. Pasaron tres minutos así, cuando se escuchó el ruido del garaje abriéndose. Mi madre dijo:
-Saca tu verga de mi culo y vistámonos, llegó mi marido!
-Déjame que acabe ya.
-Ni se te ocurra! Me tengo que vestir y tu semen se saldrá de mi culo y manchará todo, no tengo tiempo de limpiarme.
Mientras lo decía, se escuchó que el vehículo de mi padre se apagaba. Alberto se excitó tanto con la idea que inseminó en el acto el recto de mi madre. Sacó la verga de su culo y se fue al baño con su ropa a limpiarse para vestirse. Mi madre, aún excitada pero preocupada, se limpió el semen de su culo y se vistió raudamente. En eso entró mi padre a casa, lo fui a saludar y en ese momento mi madre también fue. En ese momento, apareció Alberto quien dijo que había ido para despedirse y que le daba las gracias por la estancia que tuvo
Mi madre, quién no había notado la mancha, se agachó a sacar comida del refrigerador para la cena, y mi padre le dijo que al parecer tenía una mancha. Mi mamá se sobresaltó levemente, y dijo que probablemente era por algo que le había caído mientras cocinaba. Ese día Alberto se quedó a cenar
Terminada la cena, mi padre se excusó por su cansancio de la semana de trabajo y se fue a dormir. Quedamos los tres con mi mamá y Alberto, por lo que me dispuse como siempre a ir a dormir temprano porque tenía que ir al día siguiente y para ver qué pasaba con ellos. Apenas me fui, escuché como Alberto besaba a mi madre.
Ahora no, que mi marido puede levantarse en cualquier momento y nos descubre.
-Bueno, tendrás que ser silenciosa si no quieres eso.
Alberto besó a mi mamá, la tomó y la sentó con las piernas abiertas hacia él, y mientras besaba su cuello y acariciaba sus piernas, mi madre cada vez oponía menos resistencia. En cosa de segundos, ya se estaban sacando la ropa. Iban a tener sexo en el sillón y mi padre los podía descubrir, mi madre le decía a Alberto -Esto está mal, nos pueden descubrir.
En ese momento, Alberto se tumbó en el sillón y mi madre se subió para cabalgarlo. Mi madre cabalgaba lento, pero Alberto la tomaba de la cintura y le decía "vamos, que así no acabarás nunca" y mi madre lo disfrutaba más, y cuando comenzaba a gemir más fuerte pedía que parasen, pero Alberto no desistía. Entonces mi madre se bajó, pero Alberto no la dejó ir: se levantó y la llevó al sillón. Mi madre, excitada como nunca la había visto en esos días, se ubicó boca abajo en el sillón, y Alberto le volvió a meter la verga en su vagina y le dijo que mordiera una almohada, así no la escucharían. El problema era que ahora Alberto tenía el poder, y comenzó a hacer sonar las nalgas de mi madre casi en toda la casa, pero duró poco más así hasta que vio que mi madre se corría, por lo que él se corrió también adentro de ella. Se levantaron, y se dieron un beso y Alberto se fue. Escuché a mi madre entrar en el cuarto, y dio un suspiro de alivio al ver que mi padre dormía. Se fue a bañar y después todos a dormir.
Al día siguiente. Mi padre había salido a hacer unos pagos y le dijo a mi madre que tardaría unas horas mientras yo iba salir en una hora cuando sonó el teléfono y era Alberto que ya tenía listas las maletas y que quería despedirse así que mi madre le dijo que le tenía una sorpresa así que Alberto toco la puerta entro y mi madre lo recibió en un camisón blanco sin ropa al rato baje y mire al cuarto de mis padres ya estaban sin ropa, a punto de coger. Estaban tan excitados que no necesitaron previa.
Alberto estaba sobre mi mamá, en la posición del misionero, mientras la embestía cada vez más fuerte. La cama ya estaba haciendo bastante ruido. Esta vez la excitación de ambos era tanta que mi madre le dijo a Alberto que acabara ya, porque se iba a correr, y Alberto tomó a mi madre de las nalgas, la embistió con locura y ambos gimieron de placer, mientras Alberto levantaba las nalgas de mi madre y vertía sus chorros de semen en las entrañas de mi madre, para asegurar que su semen quedaría bien adentro de ella.
Se levantaron, se vistieron y se besaron y Alberto se fue.
Alberto fue trasladado a otro pueblo, pero de vez en cuando llama a mi madre por teléfono o le escribe por mail sin embargo mi madre le recuerda que ellos habían terminado que había sido solo un romance intenso pero que había que voltear la página.