Actualmente tengo 46 años y he estado inmerso en el mundo del s/m desde los 18, cuando fui iniciado en estas prácticas por una mujer que me doblaba la edad. Desde entonces he ido avanzando y perfeccionando técnicas, así como paciencia para guiar a mujeres que desean experimentar este mundo.
En esta ocasión quiero escribirles del proceso he llevado con Esther, una chica de 25 años que me contacto a través de un anuncio había colocado en una plataforma de internet hace ya varios meses. Recibí el mensaje con el aburrimiento de siempre, es habitual recibir varios de esos cada día que al ver la cosa no es virtual sino real ya no siguen la charla, por lo que le respondí con lo habitual “el anuncio decía que si querías algo me mandaras tu teléfono o contactaras directo al que esta colocado”, por lo que me sorprendió al recibir, a pocas horas, un mensaje en ese número diciéndome que era ella.
Me comentaba que tenía poca experiencia, que alguna vez ya había tenido un amo presencial pero que sentía no era lo que ella deseaba, que para él tenía más que ver con cuestión de sumisión sexual y no con el probar bondage, shibari, y que le interesaba ser llevada por un proceso de putización que le permitiera dejar atrás las ataduras sociales que aún le impedían ser lo que quería. Tras intercambiar mensajes un par de días acordamos vernos en un lugar público para seguridad de ambos, quedando en la glorieta de Insurgentes en la CDMX al día siguiente en la tarde.
Al día siguiente llegué unos minutos antes de lo acordado, esperando un plantón, habitual en muchos casos donde la persona decide no llevar a cabo el encuentro por miedo a dejar atrás la fantasía por hacerlo real, pero me equivoqué. A la hora acordada me llegó un mensaje diciéndome que donde le veía, momento en que le dije me enviara foto de como iba vestida, siendo esa la primera imagen le pedía de ella, ya que no busco físicos en especial sino actitud y ganas de probar. Un vestido ligero era lo que más llamaba la atención, la reconocí de inmediato y me acerqué a ella. Tras un ligero titubeo de su parte y tras decirle era el momento de irse o quedarse, ella decidió quedarse por lo que fuimos a tomar un café a un lugar cercano, para explicarle y resolverle dudas tenía.
En el café la charla paso pronto de conocer a que se dedicaba y lo que estudiaba a irle explicando lo que sucedería en la primera sesión tendríamos una vez que ella se decidiera. En su rostro podía captar la excitación y las dudas pero al acabar su café y al decirle que si nos íbamos a otro lado, ella sólo susurró que sí, encaminándonos a un hotel por la zona.
Al entrar a la habitación le pedí se quedará de pie entre la cama y el espejo frente a ella, me acerque sin tocarle y colocándome atrás de ella le dije en voz baja “desnúdate” alejándome de ella esperando su reacción. Un minuto después se quitó el vestido, quedando en bragas, no traía sostén, solo un par de parches en los pezones para que no se notaran sobre la tela. “Todo” y tras un suspiro se quito las bragas. Le ordené se pusiera en 4 sobre la cama, abriendo las piernas, mostrando su sexo. Al hacerlo me acerque a ella, percatándome lo lubricada ya estaba. Y sin darle aviso le propiné una dura nalgada, sabiendo que el spankee era una de las cosas deseaba hacer, al ver brotar aún más flujo le acomodé un par más, viendo como el liquido resbalaba por su pierna, lo que hizo ella se dejara caer en la cama y me pidiera disculpas, diciéndome que cuando se excitaba mucho no podía evitar mojarse así, a lo que le dije que eso no era una molestia sino un placer, sorprendiéndome saber que muchas de sus parejas se molestaban con ello.
Yo iba preparado ya con elementos necesarios para hacerle sentir lo que era ser atada, el shibari, de forma correcta y segura, siendo lo siguiente a lo que procedí. Su cuerpo es pequeño, delgado, sus senos son muy pequeños lo que dificultaba el atarles pero se logró, siendo solo lo único permanecía en su lugar los parches de los pezones, los cuales se negaba a quitar, se negaba a les tocara, pero una vez inmovilizada procedí a removerles. Entonces entendí porque no dejaba les tocaran, son tan sensibles que un par de roces le hicieron experimentar un orgasmo de inmediato. Inmovilizada le hice la siguiente pregunta, si no consideraba que el estar yo vestido aun era algo incongruente, ante lo cual ella me dijo que diera el paso, desnudándome para estar a su lado. Ese día me dedique a darle placer sin penetración, dándole oral, beso negro, marcando sus nalgas con la fuerza de mis palmadas en ellas, logrando dejar un charco literal en la cama con sus fluidos.
Tras desatarle y dejarle descansar unos minutos le dije que era su turno de dar pasos. Le ordene me hiciera sexo oral, el cual fue poco satisfactorio ya que no le agradaba darlo, producto de su amo anterior quien le había causado un ligero bloqueo al ser lo único le pedia y que ella asociaba a no sentir nada, al decirle que si había dado alguna vez beso negro y al decirme no le dije lo hiciera, esperando su negativa, pero lo hizo, masturbándome al hacerlo, mostrando que si bien no lo había realizado si tenía ideas. Lo último que probó fue lluvia dorada en la regadera para quitarse la tentación. Ambas cosas si bien fueron la primera vez las hacía no han sido las últimas
Ye les iré contando como ha sido llevarle por el proceso de putización de exhibicionismo, de como hemos rentado su culo, de como ha aprendido a dejarse llevar.
Parejas y mujeres dispuestas a probar este mundo en la ciudad de México no duden contactar por el correo de la g, a perversomxxx, o por este medio, dejando celular para pronta comunicación. [email protected].