Diariamente acudo a mi trabajo muy temprano antes de las 8 am y termino a las 6 de la tarde.
Salgo normalmente de mi casa a las 6:30 am para asegurarme de llegar a tiempo a mi empleo.
Pues bien, en el año 2020 viví la más candente y emocionante experiencia de mi vida.
Era el mes de mayo y acudí a la parada de camiones y peseras que me llevan hasta mi trabajo.
Estando aún obscuro, la pesera empezó a llenarse y ya íbamos sentados algunos 8 pasajeros. Eran principalmente hombres.
Ya estando en camino se subieron dos hombres y fingieron ser dos pasajeros más, pero de repente uno de ellos sacó un arma y nos amenazó a todos para que les entregáramos nuestras pertenencias.
Nos advirtió que pasarían por nuestro lugar y que les diéramos todo lo que traíamos en una mochila que el otro asaltante llevaba.
Al llegar a mi lugar, el tipo que nos amenazaba clavó su mirada en mis tetas y de repente me rozó el pezón izquierdo y después me lo apretó de un modo tan rico. Me dijo: que ricas tetas señora. La verdad me excité mucho.
El otro muchacho que venía con él siguió despojando de sus pertenencias a los demás y el que estaba frente a mí me pidió que me quitara el saco. Le hice caso por supuesto.
Me puse de pie y él les gritó a los pasajeros, que se largaran, que se bajaran rápido de la pesera. Yo estaba muy nerviosa por lo que estaba sucediendo y porque no sabía lo que me iba a hacer ese chavo.
Me pidió que me subiera el top que llevaba debajo y que le enseñara mis nenas. Inmediatamente le colaboré y me levanté lentamente el top para que las viera. Volteé a verlo a la cara y él estaba embelesado con mis bubis… sin más se me pegó al pecho y empezó a lamerlo y a morder mis pezones suavemente.
Metió su mano debajo de mi falda y me empezó a meter sus dedos en la vagina mientras me besaba lujuriosamente. Él rápidamente se dio cuenta que ya estaba muy mojada.
Le correspondí el beso y también le metí la legua, pero cuando quise apretarle el pene… él ya tenía la verga afuera.
Me sorprendí al verla ya lista, bien erecta, gruesa y jugosa…lista para mamársela.
Inmediatamente me puse en cuclillas y me prendí de su espectacular verga. Se la repasé suavemente con la lengua, lamiéndosela de abajo hacia arriba. Chupándole las bolas y luego me pasé a la cabeza de su polla. Estaba tan rica, mojada y gruesa…que se la mamé lo más rico que pude y a él le encantó. Yo lo que quería era que se corriera en mi boca y que no me fuera a llenar de semen la panocha.
Pero no me esperaba la sorpresa que me dio, me hizo que me pusiera de pie y me volteó de espalda hacia él, me levantó la falda e hizo a un lado la pantaleta y así sin más, sentí como la atravesó entre mis nalgas y la clavó en mi culito. Grité del dolor y del extremo placer que este chavo me hizo sentir.
Era francamente deliciosa la enculada que me estaba dando, metía y sacaba fuertemente su pene de mi ano, me tenía sostenida de la cadera y me frotaba al mismo tiempo el clítoris… ya se imaginarán que gran placer me hizo sentir.
Ahora la embobada era yo, me tenía débil de placer. Solo podía escuchar como sus bolas se azotaban en mis nalgas, sentía las piernas mojadas y quería más y más.
Bruscamente se quitó, luego se sentó y me pidió que me la comiera a sentones, que era toda mía. Evidentemente obedecí inmediatamente su orden, me acomodé la verga y me senté fuertemente sobre ella.
Lo hice 5 o 6 veces pero me dolía mucho, ya que el tipo estaba muy dotado. Él creyó quizás que me había cansado pero no fue así. Era el dolor lo que me detenía.
Cuando me ponía de pie, empezó a nalguearme y a decirme muévete pinche macizorra que sé que te encanta puta tetona.
Me nalgueaba con fuerza y las palabras que me dijo me excitaron mucho. Yo no me había dado cuenta que el otro joven nos estaba observando.
Él siguió follándome a fondo analmente y yo lo tenía también bien mojado. En eso se acercó el otro muchacho, se sacó la verga y al vérsela sentí el irrefrenable deseo de mamársela, el chico se acercó y me la metió a la boca… me dijo mámala macizorra.
Pues yo ardía en deseos de que me dieran ya la leche, se la lamí, chupé y le mamé de lo más delicioso esa verga gruesa y roja. Pero él no se venía. Yo sentía mucho placer con la verga más grande que entraba y salía vigorosamente de mi culo y continuaba dándome sentones. El chavo a quien le comía la verga a sentones se puso de pie y me obligó a que me acostara boca arriba.
Se colocó de frente y me abrió las piernas y el otro muchacho se masturbaba fuertemente adentro de mi boca, por lo que ya no pude ver solo sentir que me metía y sacaba la verga deliciosa que tenía del culo y que frotaba su cabeza en mi clítoris y después la metía en la vagina… me hizo correrme 3 o 4 veces seguidas. Mientras que el otro joven me llenaba la boca y la cara de semen.
Estaba loca de placer y no me importa a nada, perdí por completo la vergüenza.
El chico que acaba de deslechar se acostó y me pidió que se la montara. Y obedientemente me acomodé sobre él y empecé a cabalgar en su verga… que cosa tan más rica. El primero… el de la verga grande y deliciosa se puso detrás de mí y no sé cómo, pero tenía al tipo que estaba montando debajo y vaginalmente, y al otro que me seguía follando a fondo y deliciosamente el culo.
En menos de 10 minutos tenía las nalgas, el culo y la panocha llenos de leche. ¡Riquísimo, era un sueño hecho realidad!
Se cambiaron de posición y ahora tenía al segundo follándome el culo y al de la verga deliciosa… adentro de mi vagina.
Me pegó a su pecho y me estaba dando una cepillada de vagina que nunca había sentido y al mismo tiempo el otro chico me hundía su pene entre las nalgas. Hicieron que nuevamente me viniera y creí que me iba hasta orinar.
Estaba ya amaneciendo y al darse cuenta me dijeron, apúrate zorrita que todavía nos falta.
Se sentaron uno en seguida del otro mostrándome sus pollas. Era evidente que querían otra mamada. Se las mamé de un modo lujurioso y muy candente, apretando con mis labios la cabeza de sus vergas… sabía que no se resistirían y que me iban a dar otra rica lechereada, pero no como ellos querían sino como yo quise.
Al sentirlos completamente duros y mojados me acosté hacia arriba con las piernas levantadas y me empecé a frotar el clítoris y las tetas. Y me penetraron ardientes de deseo.
El de la verga enorme me la clavó en el culo y el otro me follaba vaginalmente y se masturbaba entre mis tetas, luego el de la verga en el culo, se la frotaba en mi clítoris y luego me la daba por la panocha.
Así los tuve como por 10 minutos, hasta que me entregaron todo su semen.
Me ayudaron a vestirme y me despedí de ellos con una lamida en sus labios.
Me bajé sin zapatos de aquella pesera y me dijeron: ya sabes en dónde y a qué hora encontrarnos pinche macizorra putona.
¿Pensé será que les gustó? Yo creo que sí.
Ahora tres veces a la semana llego a mi trabajo toda descompuesta y mojada de semen por todas partes… pero muy feliz. Ya sabrán de dónde vengo.
Macizorrona y muy golosa.