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Gym una fortuna inesperada
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Llegaba la tarde, y como todas ellas iba al gimnasio donde iba a hacer ejercicio y debes en cuando la hacía de encargado, era un gimnasio elegante y discreto en la zona centro de la ciudad, frente a un ruidoso hospital. Todo parecía iba a ser un día normal, misma gente, mismos aparatos, misma energía en mi cuerpo, todo parecería igual.

Llegando ahí, me encontré a Carlos el dueño del lugar, preguntándome si me podría hacer cargo ya que el saldría de la ciudad aprovechando el día festivo del día siguiente. A lo que sin pensar le respondí que si, a mi parecía bien ya que esos días solía pagarme con mensualidades o parte de, por lo que para mí estaba bien, sonaba razonable, aparte de que podía hacer mis ejercicios con tranquilidad.

Durante la tarde todo transcurría con tranquilidad, como dije antes creí iba a ser un día normal, hasta ese momento en el que por la puerta apareció una mujer que lleno mis ojos, su brillo contrastaba a la luz que entraba por la puerta al abrirse, sus medidas eras increíbles, sus pechos grandes y en su lugar, sus nalgas grandes y redonditas, era llenita pero todo parecía bien acomodado, poco a poco se fue acercando a mí, nunca la había visto así que hay me ven babeando hasta que se puso frente a mí y me dijo:

-Hola, ¿tú eres el encargado del gimnasio?

-Yo titubeando le dije, si yo soy el encargado de este día, ¿te puedo ayudar en algo??

Ella sonriendo me dijo: si, acabo de decidirme de bajar estos kilitos que tengo de más.

Su sonrisa hacia mi corazón acelerar, devolviendo la sonrisa respondí:

– claro que sí, para mi te ves bien, pero si por salud hay que darle movimiento al cuerpo.

Ella respondió: me avergüenzas gracias, me podrías dar información de los costos y así.

Yo todo sonrojado le explique los costos, los horarios, y todo lo que ocupaba saber sobre el gimnasio, al ya ser un poco tarde le explique que en menos de 1 hora habríamos de cerrar.

A lo que ella me dijo: A si, claro, de hecho, solo venia el día de hoy a preguntar aunque igual y si me quedo un rato a hacer un poco de cardio y pierna, por cierto mi nombre es Wendy.

– Mucho gusto Wendy, Por supuesto que sí, si gustas puedes empezar con caminadora, igual cualquier cosa que ocupes me dices, le respondí.

En el fondo de mi corazón yo esperaba me preguntara todo, cada oportunidad que tenía me acercaba a cambiar sus ejercicios y preguntar cómo se sentía, ella se estaba esforzando mucho, podía ver su cuerpo sudar, debajo de su muy pegada ropa: ella andaba vestida con unos leggins negros los cuales torneaban sus hermosos glúteos, una camisa rosa deportiva, su piel era blanca, su cabello negro como la noche, sus ojos chiquitos y hermosos, su sonrisa brillaba como la de los comerciales de pasta de dientes, sus piel se ponía rosa al sudar. Todo ella brillaba, literal brillaba.

Ya casi llegada la hora, ya solamente nos encontrábamos ella y yo, la gente ya se había ido, yo revisaba mi reloj, para disponerme a ir a casa a dormir como siempre, cuando de repente escuche un quejido. Me acerque y le dije:

-¿uyyy que paso? Le pregunte un poco preocupado.

Ella me dijo: ayúdame please me dio un calambre, su carita se había tornado un poco adolorida.

Podía ver que como ella estaba haciendo pesas para glúteos, ella estaba acostada boca abajo, sus nalgas se miraban hermosas, le quite el peso y le dije:

-¿Ya te sientes un poco mejor?. mientras miraba su precioso rabo.

Ella respondió: muchas gracias aun me duele un poquito. Señalando su muslo

Le dije que si quería le hiciera un ejercicio de relajación de músculos, ella sin dudarlo me asintió. Le pedí se volteara, estire su pierna, pudiendo ver como se formaban sus labios como pidiendo beso.

-lo que pasa es como acabas de empezar, tu cuerpo no esta preparado para tanto trabajo, debes de hacer tus ejercicios con el peso que puedas para terminar tus series, si usas mucho peso vas a sobre calentar tus músculos. Le mencione

Ella me respondió: ya se, es que ps siempre creí que si dolía es porque si estaba trabajando.

Le dije: claro pero debe de ser por relajación de músculos, no por sobrecalentamiento, porque te puedes rasgar el musculo y te dolerá varios días.

Ella sonriendo me dijo: ¿tal vez eso quería?, no te creas veras que te hare caso. Yo podía ver su carita provocando que cada mi corazón se acelera mas. Le dije que tenía una crema para el dolor por si quería.

Ella respondía: si no es mucha molestia, porfa.

Le respondí sonriendo: por supuesto que no, déjame la traigo. Casi como flash fui a donde estaba guardada, la unte en mis manos, y empecé a masajear su pierna, ella mostraba una cara de dolor pero a la vez de que estaba apenada, mientras sobaba sus muslos.

Ella me dijo apenada: te digo la verdad me sigue doliendo la pierna pero gracias si me hizo sentir mejor. A lo que respondi:

Te podría echar en la pierna pero tu pantalón estorba… siendo bromista, esperando una cachetada dije.

Ella me dijo con sus cachetes rosados: amm pues si quieres quítamelo, la verdad si me duele mucho, no vayas a creer cosas malas de mí, pero si me das confianza…

Mucha química había nacido entre nosotros, ya para entonces ya tenía cerrado el gimnasio. Retire sus leggins despacito mientras ella miraba al techo muy apenada con sus hermosas manos en su monte de venus. Yo podía ver todo de ella mi corazón se aceleraba a mas no poder. Deje los leggin en un aparato, tome ungüento, me lo unte en mis manos y tome su muslo.

Ella me dijo: ahí está bien ándale, en mi muslo uhh si me duele mucho. Su carita hacia pujidos.

Mis manos rosaban su suave piel de arriba a abajo acariciaba su pierna, era hermosa ni un bellito se miraba, su piel blanca y húmeda, me tenía bien excitado, mi respiración se hacía más fuerte mientras ella miraba el techo cubriendo su entrepierna. Poco a poco iba bajando mi manos bañando cada cm de su piel con ungüento, llego un momento en el que el éxtasis no me hizo darme cuenta que ya estaba sobando casi sus ingles. Pude ver su cara sonrojada, la mire y le pregunte:

-¿cómo te sientes, te sientes mejor?, con mi voz cortada…

Ella me respondió suspirando: la verdad si, siento a gusto, aunque no siento mi pierna ehh… riendo me decía.

-Mira ps je es que tiene un poco de relajante muscular que hace que no te duela pero si entume un poquito… respondí sonriente.

Con su cara toda hermosa dijo: ah mira si me lo imagine, pero si la verdad se siente rico… ¿te digo algo?, Me duele aquí un poquito.

¿Dónde te duele?… le respondí, ella con sus dedos señalo su pelvis en ese movimiento pude ver sus labios vaginales abrirse un poquito, traía esas pantis de abuelita grandes color blanco.

-¿De que te ríes juju?- me dijo bromeando.

-de tus calzones, ¿son de abuelita?… jeje, sonriendo le dije.

-que mañoso ehh no me mires… sonriendo me decía.

Bañe mis dedos en ungüento, con mis manos puse su pie en mi hombro, mientras ella con sus manitas seguía tapando su entrepierna. Con mi mano izquierda empecé a masajear su ingle, de arriba abajo sentía su piel como se erizaba, miraba su cara viendo al cielo sonrojada y como queriendo hacer pujeritos. Inconscientemente movió sus manos a su pecho. Moví un poco su calzoncito esperando su malestar, pero no paso, ella estaba entregada al momento y a la relajación, sus ojos estaban perdidos, su respiración se estaba acelerando, podía ver su abdomen agitarse. Haciendo círculos seguía rodando su ingle, ya sin untar ungüento, mis dedos iban comiendo centímetros hacia su vagina, podía verla estaba húmeda, sus labios cerraditos, y temblando.

Le pregunte: ¿Wendy te dormiste? … sonriendo ella me respondió… no, solo que me siento a gusto, continua ¿sí?… mi corazón se aceleró a máxima velocidad su carita hermosa sonrojada y perdida en el éxtasis de lo que estaba sintiendo su cuerpo no quería que parara. Mis manos siguieron haciendo círculos mientras poco a poco hacia su calzón a un lado. Hasta ese momento que pude ver como aparecían los hermosos labios cerraditos de su vagina que estaba húmeda, era rosita por dentro y blanquita y pura por fuera. Podía ver su monte de venus lleno de pelitos, su cara lo decía todo quería que le viera, su cuerpo estaba tan excitado que su mente se encontraba en la luz producida por la lámpara de la habitación.

Viendo su hermosa cara le dije: ¿continuo?…

Ella con su voz cortada y ardiente respondió: sí. Un quejido salió de su boca, desplace su panty con un poco de pena, mientras ella ponía un poco de resistencia pero dejando su cuerpo fluir, tapo su entrepierna tibiamente mientras dejaba su pierna caer en mi hombro, acercándome poco a poco desplazando mis dedos por toda la dimensión de su pierna, sintiendo su piel erizada y ardiente hasta llegar a su entre pierna, ella movió lentamente sus manos, dejándome a merced su hermosa vagina.

Mi mente se fue al cielo, no podía dejar de ver su belleza de pies a cabeza, su piel erizada, su vagina soltando el jugo de la vida, sin pensarlo, me puse frente su entre pierna, desplace mi lengua de abajo hasta arriba, despacito cm a cm podía escuchar los jugos de sus labios abriéndose, sentir sus músculos contraerse, los dedos de sus pies cerrándose, y su respiración agitada, soltando murmullos de excitación. Una y otra vez bajaba mi lengua, de un lado a otro su vagina estaba caliente y deliciosa, su sabor era el, de una cerveza bien helada, el de un chocolate natural, la lluvia en un verano asoleado.

Abandone su monte de venus, y empece a bajar a sus hermosas piernas blancas perfectas, con uno que otro vellito transparente como su mirada, besando hasta llegar a los dedos de sus pies, los meti en mi boca uno por uno iba chupando sus hermosos pies, uno a uno, podía sentir la química entre mi boca y su cuerpo, realmente estábamos conectados, tome su otro pie, bese lentamente desde la planta, subiendo a sus muslos cm a cm, degustando de su suave piel, su piel sonrojada al pasar de mis labios hasta llegar a su entre pierna, donde bese sus labios cerrados y carnoso, chupaba lentamente mientras con mis dedos, mostraba su redondito clítoris, lo acariciaba con las yemas de mis dedos, mientras mis labios y sus labios se besaban, un rico sabor salía de sus jugos, tome su clítoris oculto entre su vello púbico y empecé a besarlo, lo tomaba con mi boca, mientras mi lengua lo rodeaba. Podía ver su cara estaba extasiada y apenada, mordía sus labios, pujaba solo en su abdomen, su respiración forzaba y excitada. Se veía hermosa, su pelo negro colgando en el aire, sus manos amarradas en sus hermosos senos.

-¿Te gusta?- Excitado le pregunte.

Ella voltio a verme y respondió: – se siente bien, mientras mordía sus labios. Su voz cortada, llegaba a mis oídos, fuera de control empecé a chupar sus carnosos labios, los rodeaba con mi lengua. Mi pene estaba duro, dolía debajo de mi pans, quite mi pans y mi bóxer, dejándolo libre.

La tome en mis brazos y la deje caer en el sillón ella estaba realmente entregada podía ver como no le importaba donde la tocara, retire su playerita, y sostén, un enorme sostén c, sus senos suavecitos y redondos, las aureolas de sus pezones eran grandes y color cafecito claros, y sus pezones duros como el metal. Con mi boca empecé a rodear sus hermosos pechos, despacito empezaba a succionar, ella se estremecía, me encaba sentir su cuerpo, sentir como movía sus músculos de un lado a otro, su respiración agitada, me tenía tan excitado, mi pene rosaba su vagina, mientras comía todo de ella, el sabor de su piel estaba en mi lengua. Después de varios minutos de comer sus pezones baje a su vientre, bese su vientre, poco a poco me desplace pasando y rosando el bello negro de su entre pierna.

Tome su vagina y empecé a masturbarla, metiendo mi dedo poco a poquito, salía mojado de tan húmeda vagina, estaba realmente apretadita esa vagina, mi lengua comía su clítoris, mientras mi dedo medio entraba y salía de su vagina, ella no dejaba de retorcer sus músculos, comenzaba a jadear de placer, el sonido de mi lengua en su vagina inundaba el lugar, era un hermoso momento mi corazón latía a mil por hora, saque mi dedo, y cuando me disponía a meter mi pene, me paro y me dijo con su voz cortada:

-Despacito porfa es mi primera vez. Mmm ha.

Mi mente se nublo en ese momento, ella estaba diciendo que era virgen y que yo sería el primero, sin palabras le respondí: -eres realmente hermosa, que honor y placer ser el primero, claro que te voy a cuidar como la reina que eres Wendy.

Me lance sobre ella, nos cuerpos se unieron en uno, nos conectamos en cuerpo y en alma, poco a poco mi pene entro en su apretada y húmeda vagina, un quejido de dolor salió de su boca, cuando sentí su himen romperse, como si fuera una oblea en mi boca, la fricción de su vagina, provocaba un placer inigualable, lento y sin fuerza lo desplazaba en la profundidad de su cuerpo.

Ella no paraba de pujar su corazón estaba acelerado, su respiración parecía que daba el último suspiro de su vida, estaba tan excitada que sus ojos se pintaban de blanco. Sus manos rodearon mi cuello llevándome a ella mientras con sus hermosos muslos se afianzaban en mis caderas, me dio un beso que me hizo ver el cielo, su aliento era el aroma de los dioses, se aferraba a mis labios pareciendo querer arrancarlos, mientras mi pene entraba y salía de su vagina. Todo era hermoso en ese momento bese su cuello, mientras ella con tanta pasión apretaba mi pene con su vagina, sentí que me iba a venir, era una presión inigualable la que sentía en mi cuerpo.

-Ahhh, que rico se siente… Mordiendo sus labios me decía.

Su piel estaba sudada, bañaba mis caderas con sus piernas, mientras yo miraba su hermoso rostro, me encantaba ver como cerraba y abría sus ojos perdidos, su boca pujaba y mordía sus labios, sus pechos se movían de un lado a otro, su vagina se miraba enrojecida, y húmeda. Después de menear mis caderas con mi pene en su interior, yo estaba extasiado, mis piernas temblaban, sentía el corazón explotar, mis manos en sus caderas, sintiendo su hermosa y suave piel, me hacían sentir increíble, pude tocar el cielo, el cielo estaba en mis manos, el semen de mi pene salió hirviendo incubándose en el interior de tan húmeda, mientras ella jadeaba de placer. Me tomo de los hombros, me acerco a ella no quería soltarme, quería todo mi semen en su interior, dándome un beso increíble se me colgó en los hombros, la tome me acosté en el sillón y la subí en mi sin sacar mi pene de ella, ella se recostó en mi pecho con todo su cuerpo rozando al mío.

Moviéndose de un lado a otro rozándome, pude sentir como mi pene se volvía a parar, se puso tan duro en su interior, que ella empezó a subir y bajar mientras sus senos rebotaban en su pecho, podía verla, estaba extasiada, subía y bajaba con tal fervor que podía sentir como sus nalgas pegaban mis piernas. Subía y bajaba, mientras sus jadeos cada vez eran más intensos. Con mis manos en sus pechos acariciándolos. Con sus pezones en mis manos, ella se vino dejo caer su cuerpo sobre mi jadeando de placer.

-Ahhh, ahh ahhh… ella jadeaba sobre mi pecho toda húmeda, mientras yo sin venirme daba mi última envestida, moviendo subiendo y bajando mi pene con todo el peso de su vagina, ella toda agotada, no dejaba de jadear mientras yo la sentía mojar mi vello púbico, nuestros jugos agitados se frotaban y hacían un hermoso sonido, subía y bajaba, subía y bajaba, mientras ella jadeaba apretándome con sus piernas y brazos.

Una embestida que la dejaba a mi merced recostada de mi pecho, de arriba abajo me vine dentro de ella, nuestros jugos se unieron, ella jadeo hasta al final rendida en mi pecho, agotada, sudando, sus piernas en mi alrededor, temblando de pies a cabeza, respirando tan fuerte en mi pecho, su aliento cálido, sus brazos caídos en el sillón, era una escena de pasión de telenovela. Un culto al amor, un culto a la entrega y el deseo. Un día que parecía igual se había vuelto en el mejor día de mi vida.

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