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Quills: Letras prohibidas
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Trabajé en Colombia en el área de tecnologías informáticas durante 5 años, hasta que mi empresa abrió un concurso de méritos para la apertura de su nueva sede en Nueva Orleans.

Esta empresa es una gran multinacional con sedes en otros países, y entre ellos, gracias al cielo: México.

Al llegar a la ciudad debo decir que me adapté rápidamente a la cultura y ambiente local; soy de la costa atlántica y la arquitectura de esta ciudad se me asemejaba mucho al centro histórico de mi linda Cartagena.

El primer día de trabajo fueron las presentaciones entre el grupo de trabajo; y Liana victoria oriunda de Monterrey México llevaba un hermoso traje azul turquesa que resaltaba su esbelto cuerpo; aunque, detrás de ese refinado vestido se escondía una bestia sexual como ninguna otra que poseyera en mi vida.

Pasó el tiempo y comenzaron las insinuaciones de ella hacia mí. Había días en que me miraba lujuriosamente y me contaba chistes picantes sobre aquello que deseaban las mujeres de los hombres. Y, aunque al principio me daba pena seguirle la corriente por ser introvertido, debo reconocer que esa dinámica entre los dos se fue haciendo más frecuente y divertida, lo cual hacia más ameno el ambiente laboral y sobre todo: aumentaba la tensión sexual entre ambos.

Pasaron los meses y un día la empresa celebró su primer año de apertura en la semidestruida Nueva Orleans, con una ceremonia en el área de eventos del edificio. Iliana trajo ese día como pocas veces un traje corto, lo cual resaltaba más sus caderas. Sabía del gusto que tenía Iliana por los chupitos de tequila; y sabía que ese día con la barra abierta del evento no se privaría de tan delicioso trago mexicano. En un momento de la noche y sin percatarme porque también charlaba con directivos y colegas de la oficina; Iliana se tambaleó, perdió equilibrio con los tacones y cayó al piso con la copa de tequila, dejando entrever entre sus piernas unas bragas negras que a día de hoy creo que eran de Victoria Secret. "No mames pendejo y tráeme otro chupito" -grito Iliana. " -Estás vuelta un desastre y debería llevarte a casa inmediatamente" repliqué con notable molestia.

Subimos al taxi y nada más cerrar la puerta y arrancar comenzó el desenfreno. – "Las regiomontanas somos muy fogosas en México" me dijo con voz suave y agregó: hoy vas a compensar mi falta de marido por un pinche año.

Bajamos del taxi subimos a su habitación en un quinto piso; aunque el modesto edificio contaba con ascensor y no había sido tan afectado por el huracán Katrina, debo decir que fue un suplicio cargar con Iliana borracha y meterla en la cama.

Al acomodarse en la cama me dijo en un susurro: – "crees que lo del taxi era en broma, subete a la cama", – "Iliana no creo que… le respondí. -" -"Hablas mucho pendejo, son todos los colombianos tan aburridos o tu eres la excepción" …

Sin pensarlo y como un acto reflejo me subí a la cama; le arranqué el vestido y le quité el brasier, le chupé los senos con pasión- "los tienes duro mi vida"- le dije – "no hables pendejo y baja tu lengua que necesito estar lubricadita como una perra en celo" Gritó en el acto. Fui bajando la lengua por el ombligo y debo decir que aunque era de contextura gruesa, no se le notaban para nada las molestos gordos que tanto odian las mujeres.

Acto seguido y con desesperación bajé sus bragas de " Victoria secret" con torpesa y vi que tenía el coño depilado -"esta depiladito para ti mi vida y espera a ver lo que te espera detras". Empecé a lamerle el clítoris en un movimiento descendente y notaba como los flujos vaginales fluían directo hacia mi lengua y después a mi garganta. Y, aunque debo confesar que fue la primera vez que probé flujo vaginal, ya que siempre tuve prejuicios sobre ésta práctica, me importó un carajo el sabor y el olor de su flujo dentro de mí.

Enseguida y con sorpresiva determinación Iliana me dijo – "sabes una cosa: con tequila el coño sabe más rico me aconsejo mi prima mayor; tengo una botella de don julio 70 en la repisa de la cocina", a lo que inmediatamente procedí. Empecé por regarle el tequila en las tetas y a darle chupones; luego le pasé por la vagina y metí la lengua hasta donde pude -"Dale puto y haz lo que el pendejo de Hernando nunca se atrevió en Monterrey". Debo confesar que el salado del tequila, con la viscosidad del flujo no me agradó del todo a pesar de que mi mente volaba en piloto automático.

Inmediatamente le dí media vuelta y le abrí las nalgas, humedeciendo mi boca con tequila le introduje toda la lengua en su culo de puta -"dale mi vida y métela hasta que no puedas más" gimió soltando vulgaridades a todo pulmón; se lo lamí y podía sentir con mi lengua la textura de su cavidad anal; y, aunque en un momento pensé en lo asqueroso que sería su culo sucio por mis prejuicios, ya mi mente andaba volando por Plutón.

En el acto me dijo que la penetrara por la vagina a lo que yo le dije que iba por el premio mayor y que su culo era lo que quería. Con la ayuda del tequila y bastante saliva le lubrique su pequeño culito, lo que permitió que mi glande entrara fácilmente, aunque no evito cierto quejido de mi putita -"De seguro pendejo que así te culeas a las criadas de tu casa" crepito en un extasis de placer a lo que yo respondí -"En trío con una criada y una prima"- , este comentario la excito más porque sentí un corrientazo desde su base del cuello hasta las caderas.

De repente y de manera casi inconsciente por el frenesí del momento, sentí como mi verga estaba toda dentro de ella. Fueron 30 minutos de mete y saca hasta que en un momento y ya evidentemente cansada me dijo -" sabes una cosa: porque no acabas dentro de mi puto culo" , a lo que yo obedientemente y sumiso realicé con una gran descarga de mi leche caliente; en ese instante sentí como mi glande se dilataba por la presión y su cavidad anal se ponía cada vez mas caliente y llena de mi preciado liquido.

Lo que pasó a continuación fue lo que más me desconcertó de esa noche surreal: al sacar mi verga y recostarme en la cama, por el evidente cansancio de la noche y del "jala jala" me dijo – "una última cosita putito: quería una corrida en mi boca pero como me acabaste en mi culito quiero explusarlo por mi culo hacia tu boca y luego me lo pasas a la mía" al instante sentí un fogonazo de placer en mi estomago que fue subiendo hasta mi pecho y pensé -"esta maricada no pasa ni en el porno" soltando después una carcajada.

En el acto se puso en cuclillas sobre mi cara y aunque podía ver su semen brotando de entre sus nalgas y muslos, sabía que mi provisión de esperma estaba casi toda dentro de su culo -" abre malparido que te lo voy a pasar" me dijo entre gemidos; y mientras esperaba su descarga en mi boca le iba lamiendo y tragando el semen visible afuera. Fue a los 20 segundos cuando vi su ano dilatarse y el semen salio de a poco con un color blancuzco y rojo; supongo que sería sangre por la penetración; fueron tres expulsadas y lo contuve con un rostro de extrema perversión.

Instintivamente y como una perra en celo que es me dijo- "pásamelo a la boca que quiero probar tu semilla en mi lengua y garganta" a lo que yo ni corto ni perezoso tomé todo mi semen contenido en mi boca (al recordarlo me siento bastante afeminado) y se lo pasé de una sola bocanada. Se lo tragó en un éxtasis de placer a lo que yo la besé diciéndole que quería compartir mi semilla con ella.

Al lunes siguiente y con el domingo de por medio para salir a trotar, y asimilar el carnaval de río que habia sido la cama de aliena esa noche me dijo desde su cubículo -"sabes mi putito: para la próxima debemos aumentar la dosis de chupitos".

POR FIN.

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