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Desperté a eso de las 6 de la mañana, luego de haber follado en la madrugada y haberlo hecho una segunda vez, mi hermana como yo, acabamos exhaustos. Sin embargo no podía consumar el sueño, estaba nervioso, y emocionado por todo lo ocurrido, no cabía en mi la idea de lograr tenerla como mujer. Sólo me quedé viéndola a mi lado, desnuda y con su leve respiración. Quería follarla y abrazarla a partes iguales, decirle que haría todo para cuidarla. Mi alarma de las 7 am la despertó, me miró.

-Hola- me dijo en voz tenue, pero con una pequeña sonrisa en los labios, se acercó y me besó.

-Hola, ¿has dormido bien?

-He quedado cansada, y seguro voy a necesitar dormir más, pero debo ir a preparar el desayuno a Luz (su hija).

-¿Te gustaría hablar de todo lo ocurrido?

-Por supuesto, pero no ahora. Ya tendremos tiempo- Me besó de forma tierna nuevamente, se levantó rápido y se cambió. Quería en serio quitarle su pijama una vez mas y follarla, quedarnos en la habitación todo el tiempo, pero era necesario que se fuera.

-Entonces te veré mas tarde.

Salió apurada de la habitación, me quedé mirando el techo un tiempo antes de quedar dormido. Al cabo de unas horas desperté por los golpes en mi puerta. Ella entró, miré al reloj, había dormido hasta mas de medio día.

-Vaya noche, ¿no crees?- comenzó a decirme.

-Honestamente no se que pensar.

-Oh, entiendo…- lucía un poco incómoda.

-Mira, no me malentiendas, sin duda ha sido algo que he querido que ocurriera, me ha encantado y tú me encantas, es simplemente que no sé si debería sentirme de otra manera.

-¿A qué te refieres?

-Pues como es obvio, somos hermanos, claramente es algo que en general es mal visto. Dicho esto, es claro que fuera de aquí, donde podamos ser vistos por quien nos conozca. Quiero esto, quiero estar junto a ti, porqué no es sólo un amor de hermanos el que siento; como mujer te amo, ¿estar enamorado de ti es malo?

-No podría decir si eso es malo, sin duda es inusual, y mucho, claro que puede verse mal para la mayoría, pero creo comprender tu sentir, yo me siento atraída igual por ti, te quiero como hermano, pero te veo como una pareja sin dudas, estás si lo necesito, me cuidas y quieres lo mejor siempre para mí.

-¿Significa que vamos a continuar dejando que esto pase?

-Sin duda quiero que sea así, si estás de acuerdo, claro- se comenzó a acercar mas.

-No dudes ni por un segundo que lo quiero también, quiero ser tuyo, y que tú de mí.

-¿Si? ¿Que implica eso? – me dijo con su tono juguetón, llegando hasta mi cama y subiendo encima mío.

-Que voy a tratarte como lo haría con mi pareja, al menos dentro de esta habitación por ahora.

Comenzamos a besarnos, nada de besos tiernos esta vez, fue pasional desde el primer momento, su lengua y la mía, su cuerpo contra el mío, mis manos jugaban recorriendo desde su espalda baja hasta sus nalgas, era obvio que mi pene estaba durísimo y con ganas ya de salir de mi ropa interior, ella lo notaba y comenzó a frotarse en el de forma rítmica, lo que podríamos llamar “fallar” o “caldear” aquí en Mexico. Fui hacia su cuello, besándolo mientras escuchaba ruidos de placer de su parte, siempre cuidando no dejar rastros, es decir un chupeton, una de mis manos quitaron el botón de sus jeans, y al poco tiempo ella ayudó a quitárselos completamente, dijo adios a su blusa al instante siguiente, llevaba puesto un bikini negro con esa especie de encaje transparente por enfrente y que si mirabas detenidamente podrías ver esa hermosa vagina, mis dedos índice y medio comenzaron a frotar por encima de su bikini, la quería bien mojada, bien excitada antes de follarla, sólo escuchaba gemidos entre el beso que nos dábamos nuevamente. Se detuvo abruptamente. Antes de poder preguntar que ocurría me susurró al oído “quiero ser yo quien te pruebe esta vez”.

Bajó hasta mi pene, me quitó los boxers y comenzó por frotar con su mano desde la base hasta la cabeza.

-Sin duda no está nada mal, ¿quién iba a decir que tenías todo esto? Y mas aún ¿quien iba a decir que todo esto me iba a llenar de placer?

No me dio tiempo a decir algo, pues ya había metido la cabeza y parte del tronco en su boca, hizo un movimiento doble, con su mano lo frotaba mientras lo recorría con su boca de igual manera. Si soy honesto, las mamadas nunca fueron algo con lo que sintiera un gran placer, quizás porqué cuando las había recibido de mi ex novia no sabía mucho sobre eso, o porqué era mucha mas mi excitacion de penetrar, pero algo ese día fue diferente, quizás era esa mirada suya hacía mí mientras lo hacía, tan sensual, como dejando claro que estaba disfrutando de comerse mi pene, quizás es que era mi hermana y ese morbo lo aumentaba de manera inmensa, no sé lo que era, pero me encantaba, por un instante dejé de pensar en penetrarla y sólo quedarme ahí mientras recibía la mamada de mi vida, y dada por mi hermana mayor. Dejó el movimiento con la mano para meter aun mas mi pene, notaba lo profundo que llegaba, hasta su garganta, y ella ni se inmutaba, no había gestos de asco, no había arcadas, sin duda sabía como hacerlo.

-Quiero que termines, quiero probarlo.- Me dijo.

Fue mas rápida, fue mas fuerte el como lo hacía, con su lengua jugueteaba un poco en la punta.

-Estoy a punto…- apenas y pude decir, fue mas rápida y no me contuve, su boca y parte de su cara terminaron regadas con mi semen.

-Que rico, mi amor.- soltó luego de haber comido lo que deposité en su boca.- Quiero mas, quiero todo de ti, de este pene que ahora sólo va a ser para mí.- sus palabras me excitaban profundamente, esa especie de dominación, de dar por hecho que ahora le pertenecía me gustaba como no tienen idea. Yo quería ser suyo, llevarla a lo mas alto de placer si eso quería y que me dejara mas que satisfecho a mí también.

Era hora de que la follara, después de tan delicioso acto, sentía que la forma de concluir ese momento era hacerla mía nuevamente, sin embargo sólo se levantó y comenzó a vestirse.

-¿Pasa algo?.- dije un poco serio.

-No, pero ahora no es el momento. Debo hacer un par de cosas y preparar la comida para Luz.

-Bueno, habría estado bien hacerlo bien.

-Claro que si, sólo que ya llegará el momento, mientras espero haberte dado suficiente para calmar tus ansias.

-Por supuesto.- dije sonriendo.

Se fue otra vez, dejándome solo en esa habitación, la única testigo de nuestro secreto, en serio una emoción gigante no cabía en mí, hace un día no me imaginaba llegar a tanto, lo deseaba con todo mi ser, pero en serio que siendo realista lucía como algo casi imposible. Quería contarle al mundo en ese momento, que supieran que mujer tenía ahora, y todo lo que hacíamos, pero obvio me contuve, pues sería contraproducente y por el bien de lo que estaba ocurriendo entre los dos me debía quedar con eso para mí, al menos por un tiempo.

La tarde fue de lo mas relajada, comimos juntos, ella, su hija y yo de lo mas normal, me puse a leer algo de Bukowski, luego jugar un poco para sólo distraerme, sin duda era difícil concentrarme en otra cosa que no fuera ella, toda ella. Se hacía de noche, eran casi las 8 cuando recibo un WhatsApp con su nombre.

-He hecho algo que seguro te va a gustar.

-¿Si? ¿Y qué es? – pregunté.

-Dejé ir a Luz a una pijamada con la hija de la vecina, eso nos dará tiempo para nosotros.

-No puedo esperar para eso.

A eso de las nueve la escuchó regresar de llevar a su hija con su amiga. Yo estaba sentado en la sala viendo algo en la tele, no le prestaba atención sólo escuchaba como mi corazón latía con fuerza, tenía nervios, pero de esos que te ocurren cuando sabes que algo importante va a pasarte. Entra y me levanto rápidamente, la tomo de la cintura hacia mí y comenzamos a besarnos sin más, sin decir palabra y esperando que ella esperara con ansias tanto como yo ese momento. La traigo hacía el sillón y se pone de rodillas encima de mi, sentándose sobre mi pene, y viéndome de frente mientras seguíamos comiéndonos el uno al otro. No aguanté mucho y le quité la blusa y el pantalón, ella hizo lo propio con mi playera y mi short, esta vez la dejé en lencería, me excitaba tanto verla así que sólo hice un poco a un lado su ropa interior antes de que tomara mi pene en su mano y lo guiara hasta la entrada de su vagina, frotó mi glande contra ella unos segundos y súbitamente se sentó hasta tenerlo dentro.

-¡Dios! Ya quería tenerte dentro, moría de ganas.

Comenzó a dar sentones, mientras con ambas manos la tomaba del culo y se lo apretaba, estaba en extasis de esta forma, ella cabalgaba de forma frenética y gemía mucho mas que la noche anterior, era claro que no quería que la oyeran la primera vez y ahora estando solos no se iba a contener, gemidos tan ricos, que me ponían aun mas caliente, que me hacían sentir que lo disfrutaba igual que yo. Se sentía super mojada y notaba como se estremecía por los orgasmos que nuestro momento le estaban provocando, menos mas que las mujeres pueden continuar aun cuando tienen orgasmos, de lo contrario todo eso hubiera sido mucho mas breve. Luego de lo que parecieron horas de placer (al final habrán sido unos 30 minutos) me tomó de la mano y me dijo que subiéramos. Mientras recorríamos la escalera pude ver ese culo perfecto resaltado por su bikini, me encantaba verla en lencería, en serio que si. No lo dude ni un poco, la empujé contra la cama y la acomodé de tal forma que su culo diera al aire y comencé a follarla de perrito, era hermoso ver esos pechos de adelante hacia atrás, el efecto de sus nalgas rebotando contra mi vientre, escucharla gemir de placer mientras me decía “soy tu puta” “cógeme que quiero toda tu verga” “dale mas a tu puta” eso sin duda le daba un plus al momento.

-Tú, tú eres mi perra, tú eres mía.

-¡Si! ¡Si! ¡Si! Yo soy tu perra… aaaah aaah.- decía entre sus gemidos. La nalgueé, quizás un poco brusco, pero a ella le encantaba y pedía mas, la tomé por su cabello un rato para traerla mas hacía mí, no resistí mas y la llené nuevamente con mi leche. Ella lo notó y fue mas que suficiente para llevarla a que también tuviera un orgasmo más. Sin duda había sido agotador, pero mucho más placentero lo había sido. Nos tumbamos un rato sobre la cama, se acurrucó. Nos besamos un poco mas, esta vez un poco mas tierno.

-Te amo, te amo tanto.- me dijo.

-Yo te amo, y sea a donde sea que esto nos lleve, lo voy a disfrutar a tu lado.

-¿Listo para la segunda parte, mi amor?.- me preguntó.

-Para ti, siempre.

Esa noche follamos como animales, no había más, sólo ella y yo, y hubiera querido que fuera así siempre.

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