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Mi suegro me coge por el culo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Conocí a mi suegro unos tres meses antes de casarme. Mi esposo me llevó a su casa, para presentarme a su familia. Tuvimos un almuerzo agradable y el señor Marcelo me cayó muy bien. Mi suegra no tanto, pero luego nos hicimos buenas amigas.

Me casé. Pasaron unos meses y en el primer verano de casados, mi esposo coordinó con sus papás un viaje a Máncora, una playa al norte de Perú. No me gusta mucho la playa pues me quemo horrible y la piel se me hace puré, pero hay hoteles muy bonitos allí e igual podía bajar al mar muy temprano a la mañana o al final de la tarde.

Nos hospedamos en un apartamento con dos habitaciones y servicios comunes, una salita y una pequeña cocina, todo frente a la piscina del hotel. Mis suegros en una habitación, mi esposo y yo en la otra.

Desde la primera vez que vi a mi suegro en ropa de baño quedé impactada. Se notaba con claridad el tamaño grande de su miembro. Resaltaba hasta con descaro. No pude dejar de mirarlo, según yo con discreción.

El segundo día que estuvimos en el hotel, fuimos todos muy temprano a la playa. Más de una vez miré (seguía pensando con discreción) el miembro de mi suegro. A las 10am volví al hotel para evitar quemarme.

Entré a mi habitación y como no había nadie, me acosté en la cama sacándome la parte de arriba del bikini. Me puse a ver tv y me quedé un poco dormida, con los senos al aire.

Sentí que abrieron la puerta y me desperté de mi somnolencia. Antes de poder colocarme la parte superior de la ropa de baño, mi suegro entró a la habitación y me vio así. Me puse de pie y casi instintivamente miré hacia abajo y su paquete resaltaba ya brutalmente. Casi podría decir que me di cuenta como se le iba erectando debajo de la ropa de baño.

Levanté la mirada y quedé pegada a su mirada. Me dijo “que rica puta eres. ¿Crees que no me di cuenta como me mirabas?”

Me quedé sin respuesta. Y en esa indecisión el ganó. Se bajó la ropa de baño y pude ver su pene erecto, duro, largo, grueso, mucho más grande que el de mi esposo (muchas veces he pensado, ¿Por qué no lo heredó?).

Me empujo sobre la cama. Me senté sobre ella y agachándome un poco empecé a chupársela. Estaba salada y con arena, pero se sentía bien hacérselo. Ambos sabíamos que no teníamos mucho tiempo y tras un par de minutos con su verga en mi boca, me dijo “ponte como la perra que eres”.

Entendí y no proteste por el trato. Me puse en 4 patas al borde de la cama. Sentí como con sus dedos untaba saliva en mi coño, la verdad que no lo necesitaba.

Me la empujó completa en mi coñito, en una sola metida rápida y sin pausas sentí como me llenó hasta el fondo. Gemí instintivamente, felizmente la tv estaba prendida y ahogó mis gemidos. La sacaba y la metía toda, sentía que me ardía todo por la arena del mar, pero igual lo disfrutaba todo, ardor incluido.

Me empujó sobre la cama y quede boca abajo sobre ella. Se montó encima de mí y pensé que me la metería por el culo, pero no lo hizo. Estando así, sobre mí, siguió dándome por el coño, con su pene grueso y delicioso.

Se levantó y me acomodó de costado. Sentí como untaba mi culito con saliva. Llegaba lo que ya quería, sentir su verga en mi culito. Tras tanto tiempo solo sintiendo el pene pequeño de mi esposo, sentí uno grande desgarrarme por atrás era algo por lo que moría en ese momento, caliente pensaba que si no era mi suegro, hubiese sido cualquiera. Que estaba harta y aburrida del pene pequeño y el sexo soso con mi esposo.

Sentí su verga entrar en mi culito. En ese momento sólo quería que mi esposo me viera así. Enculada. Que viera como su papá o cualquier hombre me daba el placer que él no me podía dar. Me sentía puta cogiendo con mi suegro, pero quería más, quería humillar a mi esposo por tener el pene tan pequeño.

Mi suegro me decía que era una puta. Muy puta. La más puta. Que su hijo iba a ser siempre un cornudo. Que era ingeniero para nada, que al final solo era un puto cornudo. Disfrutaba mi culo, pero sentí que más disfrutaba poseer a la esposa de su hijo y eso me excitaba aún más.

Me aceleré y en mi orgasmo mi suegro llegó también. Pero se contuvo. Sacó su verga chorreando y me la puso en la boca y terminó de eyacular en mi boca. Fue la primera vez que sentía el sabor de mi culo mezclado con semen. Me sentí demasiado puta.

Desde ese momento fui también mujer de mi suegro. Me cogía cada vez que él quería. Ni mi suegra ni mi esposo sospecharon nunca. Fueron varios años así, hasta que se casó el hermano menor de mi esposo. No me consta, pero sospecho, la nueva nuera fue el nuevo juguete del suegro.

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