Aún pegado a la ventana seguía sin poder creer lo que estaba viendo, el cuerpo perfecto de mi suegra cubierto de semen. Ella arrodillada frente a mas de 10 pollas y con sus manos esparcía la leche por sus pechos, su cara y lo que podía recolectar lo llevaba a su boca para dar sorbos a esa espesa leche.
Me pegué lo más que pude a la ventana para poder escuchar un poco de la conversación que tenía con los hombres.
(Susana) – Pero miren como me han dejado las tetas y la cara, toda llena de su rica lechita mis amores, puedo ver que se la estaban guardando para mí, estaba muy espesa y sabrosa.
(Macho) – Ya sabes que toda mi leche es tuya, pero mira que nos tuviste una semana sin saber de ti y ya tenia mis huevos a punto de explotar.
(Susana) – Lo sé mis amores y les pido una disculpa, el idiota de mi marido estuvo toda la semana en la casa y no podía escaparme en lo absoluto. Por cierto, mira la hora ya tengo que irme así que por favor denme toda la leche que aun tienen guardada para irme feliz.
Todos procedieron a ponerse de pie y rodearon a Susana para darle su buena ración de leche, sin pensarlo decidí sacar mi celular y empezar a grabar por la pequeña ventana todo lo que estaba pasando.
(Macho) – Abre tu boquita que aquí viene toda mi leche y mas vale que te la tragues toda zorrita.
(Susana) – ¡Siiii! Denle toda su leche a esta esposa infiel, mi boca mis tetas y mi vagina piden a gritos por semen fresco.
Todos los hombres empezaron a hacer ruidos donde estaban a punto de venirse y sin previo aviso pude ver como salían los primeros chorros de leche, los cuales caían por toda su cara y boca. Susana se dedicaba a abrir la boca y sacar su lengua para recolectar la mayor cantidad de leche posible mientras jugaba con sus tetas.
Fueron varios minutos de ver como chorros y chorros de esperma caían por el cuerpo de Susana, hasta que quedo cubierta de pies a cabeza y con la boca llena. Una vez tenía todo lo que quería procedió a enseñarle a sus machos su boca llena de leche y hacer gárgaras, para después con un movimiento tragar toda la leche que había en su boca
(Susana) ¡Glup! Gracias por toda esa lechita, pero miren la hora tengo que irme antes de que el pendejo de mi marido llame a mi celular, pero nos vemos pronto para que me den más raciones.
De pronto todos empezaron a levantarse y vestirse, supongo que la reunión había concluido. Para mi sorpresa Susana no se limpio con agua o toallas, simplemente se restregó el semen por todo su cuerpo y el exceso procedía a recolectarlo y meterlo a su boca.
Al ver que todos estaban listos para salir me di prisa a el auto con mi polla durísima y con el mejor video porno de la historia en mi celular.
No pasaron unos cuantos minutos cuando Susana salió de esa casa y subió a su auto con una seguridad y una sonrisa de mejilla a mejilla. No podía creer lo que había visto pero en mi celular estaba las pruebas de que esto no era un sueño.
Tomé unos segundos para tomar el aire y esperar a que mi suegra diera marcha al auto, en cuanto Susana encendió su auto y dio vuelta decidí llamarla.
(Alberto) – Hola, Susana ¿Como vas con las compras? Tu hija me envió al supermercado y quería saber si ya venias de vuelta o si aún te alcanzo para ayudarte a subir el mandado.
(Susana) – Alberto, no te preocupes me quede platicando con una amiga y me invito a tomar un café, apenas vengo saliendo de su casa ¿Podrías hacerme el favor de tu ir por el mandado y te pago cuando vuelvas a la casa?
(Alberto) – Claro, cuenta con ello. Mándame la lista por mensaje y te veo en la casa para que me ayudes a bajar el mandado. Espero hayas disfrutado de tu café se que te gusta mucho con leche de almendra.
(Susana) – Tu sabes que a mi la leche me encanta y si es en mi café aún más.
Esa contestación me puso los pelos de punta y no dejaba de recordar como tragaba toda esa leche, y ella por supuesto aun jugando con su faceta de zorrita.
(Alberto) – Lo sé, tú puedes tomar 3 litros de leche de almendra diario sin problema, te dejo y te veo en la casa entonces.
(Susana) – Gracias, Alberto. Eres un amor, no cabe duda de que mi hija se gano la lotería contigo, vete con mucho cuidado.
Durante el transcurso al supermercado y la compra de la despensa no podía quitarme de la cabeza a mi suegra, ver su cuerpo de esa forma y recordarlo hacia que mi polla se pusiera dura en un segundo. En mi mente formulaba planes y maneras de hacer que mi suegra hiciera lo mismo conmigo y tenia todas las herramientas para lograrlo.
Había terminado de hacer las compras y me dirigía a mi auto cuando recibo un mensaje de mi novia.
(Laura) – Amor, mi madre llego a casa y me conto que te ofreciste a ir por las compras tu solo, aquí te espero que tengo ganas de que me llenes de leche.
(Alberto) – No fue nada, llego en un momento con las compras y con la polla a punto de explotar así que prepárate.
Me respondió con una foto de ella con su madre en la cocina y una nota de audio.
En la foto se podía ver perfectamente la cara de mi novia mirando de frente al móvil y su mama en el fondo cocinando con esos leggins negros pegados que hacían que a más de uno se le pusiera tiesa la polla. Procedí a escuchar la nota de voz.
(Laura) – Amor, mi madre se puso a cocinar un poco de carne para mi padre, dice que si puedes darte prisa con el mandado ya que necesita algunos ingredientes de la lista.
(Susana) – Venga, Laura que yo no he dicho eso. Alberto tomate tu tiempo y aquí te esperamos para preparar la cena.
Me di prisa en echar todo al auto y manejé rápido a la casa de mi novia. En cuanto llegue me recibieron ambas y mi suegro para ayudarme a bajar el mandado. Perdimos un par de minutos hablando un tiempo en la sala cuando Laura me dijo al oído.
(Laura) – Voy a subir a mi habitación te espero desnuda y lista para recibir tu polla que me muero de ganas, espero no hayas olvidado los condones.
Después de traer todo el día la polla a punto de explotar, esperé un par de minutos a que mi novia subiera y procedí a seguirla listo para darle toda mi leche.
Abrí la puerta y pude ver como mi novia estaba de rodillas desnuda y con una mirada tan caliente que no espere ni un segundo y me desvestí al instante y me acerque a ella.
(Alberto) – Ahora si putita, me has dejado caliente antes y con las bolas llenas de leche. Ahora no te salvas así que métela todita en tu boca.
Mi polla estaba a centímetros de su boca, dura, venosa y chorreando pre-semen.
(Laura) – Justo como me gusta con la polla dura y jugosa.
Laura empezó a darle besos a mi verga sobre la punta despacio y lento, podía ver como sus labios formaban hilos con su saliva y mi líquido, no tardo mucho tiempo en sacar su lengua y dar lengüetazos de arriba abajo. Pasaba su lengua por toda mi polla hasta llegar a mis huevos llenos de leche.
(Alberto) – Mi vida que rico se siente tu lengua y tus labios, pero es hora de que la sientas en tu garganta así que abre tu boquita.
Como una niña obediente abrió su boca y procedió a meter en su garganta mis 20 centímetros de polla, cosa que no me sorprendía ella practicaba todos los días y era adicta a hacerme sexo oral en cada oportunidad que teníamos.
El sonido que salía de su boca atragantándose con mi verga y su saliva al igual que la sensación tan caliente sobre mi polla hacían que mi verga se pusiera durísima y con la leche a punto de salir.
(Alberto) – Aquí viene tu lechita así que abre tu boquita que te la voy a echar en toda tu cara y boca.
(Laura) – ¡Siiii! Dame toda tu lechita que desde la tarde quiero tragármela toda.
Saque mi polla de su boca y ella siguiendo mis ordenes abrió su boca y saco su lengua mientras me pedía leche.
No podía contenerme más y sentía como toda la leche se iba acumulando y estaba a punto de salir y venirme como nunca lo había hecho.
(Alberto) – No aguanto más putita, aquí te viene toda.
Antes de que saliera el primer chorro de semen, la puerta de la habitación se abrió, al parecer de lo caliente que estaba olvide poner con seguro.
(Susana) – Chicos voy a pedir una pizza, no gustan que pida una para ustedes tamb.
Susana no fue capas de completar la oración, ya que para su sorpresa en cuanto entro tenia frente a ella la cara de su hija recibiendo chorros y chorros de leche caliente.
Yo aún seguía viniéndome y no escuche ni una palabra de lo que Susana dijo mientras tenia el mejor orgasmo de mi vida y sacando toda la calentura que venia acumulando desde la tarde, imaginándome que le estaba dando toda mi leche a mi suegra.
Laura empezó a gritar sorprendida sin dejar de recibir los espesos chorros de leche en su piel.
Continuara.