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Mi vida con mi hermana
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Empezaré a contar mi historia dando el contexto de como ha surgido esta relación que llevo con mi hermana desde hace años.

Yo era un chico de 18 años (actualmente de 25), cursaba mi último año de preparatoria en Mexico, no solía ser el mas popular con las mujeres, aunque nunca me he considerado feo como tal, mis problemas de autoestima han jugado un papel fundamenta a la hora de relacionarme con el sexo opuesto. Ya había tenido una novia antes lo que de cierta forma ayudó con confianza en mi mismo, aun así seguía siendo hasta cierto punto, reservado a la hora de relacionarme en general, contaba con algunos amigos y muy de vez en cuando convivir con mujeres. Por el físico soy delgado, de estatura promedio, unos 1.70 que me ayudan a verme atlético, a veces suelen comentar que soy bien parecido, pero no tomo mucho en cuenta eso.

La relación que llevaba con mi hermana mayor había sido siempre cordial, pues ella me lleva 8 años de diferencia, por lo que obvio muchos de nuestros intereses no se relacionaban en realidad, ella una madre soltera que aún vive en casa de nuestros padres, que trabaja mas que nada para darle una buena vida a su hija. Siempre desde niño recordaba que hacían comentarios positivos sobre su físico, por no decir sucios algunos, sobre lo bonita que era, la bonita figura que siempre ha tenido, que está super buena en palabras de algunos mas. Con su 1.58 m de estatura luce genial, es mas bien un poco delgada, como yo, pero no necesita mucho mas, pues en proporciones siempre ha tenido un culo bastante bueno, siempre redondo y de un volumen considerable de manera natural, con un busto regular, no diría que se consideraría la mas tetona de la calle, pero aun con esas siempre ha sabido lucir muy guapa, de rasgos lindos en la cara, siempre con una sonrisa discreta, una nariz que aunque un poco larga, le ayuda a resaltar de buena forma, cabello negro y casi siempre lo ha lucido largo, sin duda muchos han deseado tenerla.

Yo desde hacía años había notado todas esas cualidades en mi hermana, y pensaba que si podía un día tener a alguien parecida a ella como pareja sería de lo mas feliz, siempre pensaba en lo atractiva que me parecía, pero no había empezado a verla como algo mas en realidad, y hasta cierto punto me hubiera parecido raro en un inicio pensar en alguna forma sexo afectiva con ella, pues como dije, todo era cordial entre nosotros. Ella al ser la mayor, siempre buscaba protegerme de ciertas cosas, se preocupaba porque yo estuviera bien y procuraba por ciertas cosas cuando mis padres no estaban, pues vivían muchas veces ocupados e incluso había meses en los que no los veía, así que de cierta forma sólo éramos ella, su hija y yo en casa casi todo el año.

Recuerdo el momento que mi visión hacía ella cambió, pues fue a los 16 que ocurrió algo que me dejó marcado, yo llegaba de la escuela mas temprano de lo habitual, al notar que no había nadie en casa, sólo subí a mi cuarto y me recosté para descansar, al poco rato me habré quedado dormido y me despertó el sonido de la música en otra habitación de la casa, decidí sólo mirar por mi puerta (que daba directamente a la puerta de dónde ella dormía) y mi corazón empezó a latir como loco al verla, estaba ella ahí frente al espejo, probándose lencería que seguro había ido a comprar ese mismo día, si no ¿por que más se la estaría probando una a una? Ademas de que aún contaban con etiquetas algunas prendas. Quizás pensando que yo aún no llegaría a casa y con su hija en la escuela, creyó que la casa estaría completamente sola y no vio motivo a cerrar su puerta. En ese momento yo miraba por un pequeño espacio de mi puerta entreabierta y dudo que haya notado que me encontraba justo ahí. Pasaban los minutos mientras la veía, el como cambiaba de un bikini negro con encaje que le lucía hermoso a una tanga rosa y blanco que iba a juego con el sostén y por el cual se notaban los pezones, verla también desnuda mientras las cambiaba era de lo mejor, con una vagina bien depilada y super antojable, con esos pechos que aun no sufrían ni el efecto del embarazo ni el de la edad, ese culo tan redondito que al agacharse me volvió loco ¿por qué estaba viendo así a mi hermana? ¿No se supone que eso era malo? Pues bien, no me importó en lo mas mínimo y sólo no podía dejar de ver, terminó por probarse la que fue la prenda que mas me gustó, un cachetero que le dieron un levantón extra a ese culo, de esos que son a media nalga de encaje, de color blanco y que sin duda en una posición sexual se vería aun mas rico. Si bien es cierto que ella desnuda se veía bastante sensual, hay algo que me ocurre y es que me prende a full el ver a mujeres en lencería y ella era lo mas sensual que había visto en mi vida. No pude mas y ese día terminé matándome a pajas imaginando a mi hermana en lencería y el como hubiera dado mi vida por poder follar con ella, luego de un tiempo no pude deshacerme de esa imagen suya, y cada que tenía la oportunidad la veía de forma sexual, sin perder ese cariño que tenía hacía ella, claro.

Luego de meses se me fue haciendo costumbre tratarla un poco mas cariñosa y caballerosa, abriéndole las puertas, jalando la silla para que se sentara, abrazándola mas para tener la oportunidad de tener su cuerpo pegado al mío, aun cuando había capas de ropa de por medio, acompañándola cuando tenía que ir a algún lugar y no quería ir sola, había ocasiones en que incluso le tomaba de la mano y ella entrelazaba sus dedos con los míos sin mas y demás detalles que sabía yo, pues me lo contó, a ella le gustaban en un hombre. Tenía claro que la idea de enamorarla, o algo similar como el generar atracción hacía mí, era una locura, ¿cómo alguien así de atractiva se fijaría en mí? y eso sin tomar el hecho de que es ella mayor que yo por una cantidad considerable de años, que como prioridad tiene a su hija (pues no llegó a tener tener mas parejas, que sepamos, luego de dejarse del tipo quien la embarazó), y la mas importante, que soy su hermano. Aun así seguía con mis atenciones y detalles, que ella aceptaba y no dudaba ella en notar, pues siempre me lo agradecía y me contaba que era un amor de persona con ella, haciendo que también tuviera mas muestras de afecto hacía mi como mas abrazos y besos, aunque siempre mas tiernos que románticos obvio.

Pasó un año desde aquel día que la vi desnuda y durante ese periodo pasaron ciertas cosas, logré verla en ropa interior un par de veces mas, me metía a su cuarto cuarto cuando podía a oler su rompa interior usada y pajearme, aunque nuestra relación como hermanos mejoró un montón cada vez salíamos mas a tomar algo, a caminar a algún lugar, o al cine, entre mas cosas, nos contábamos cosas que nos parecían relevantes y claramente el cariño que había ahí se incrementó. Sin embargo yo perdía de poco a poco que algo mas pudiera surgir de todo eso.

Durante las vacaciones de semana santa, la pasaba en casa, pues realmente no había gran cosa que hacer y no valía del todo la pena ir a algún lugar turístico si era sólo una semana a mi parecer, una de aquellas tardes en las que estábamos solos ella y yo, pues mis padres aún con ser época vacacional no estaban en casa, y su hija en casa de alguna amistad jugando, me la pasé en mi habitación, ese día en particular rechacé una invitación de mi hermana para ir a comer, pues me sentía un tanto resfriado, y eran mas mis ganas de ver algo en Netflix y sólo estar recostado. Así pasé un par de horas hasta que tocan a mi puerta.

-¿Cómo sigues?- preguntaba mi hermana.

-Pues no he mejorado del todo, la verdad- le dije.

-¿Quieres que te traiga algo de comer, corazón?- Últimamente había usado esa expresión conmigo, sonaba un poco raro, pero no en el mal sentido si soy sincero.

-Pues no, creo que sólo prefiero estar aquí sin más.

-Podemos quedarnos entonces viendo una película el resto de la tarde, si es lo que te gustaría.

-Claro, adelante, podemos buscar que ver.

Al final nos decidimos por una comedia romántica dónde salía Ashton Kutcher, pues era uno de los actores favoritos de ella, con todo eso, se recostó en uno de los lados de mi cama para estar cómoda decidió acercarse un poco mas y acurrucarse poniendo su cabeza en mi pecho y yo con un brazo por detrás abrazándola, si bien era cierto que ya la abrazaba aun más, nunca había estado de esa forma tan tierna, si pudiera decirlo así, con ella, mi corazón empezaba a latir mas de los nervios de estar de aquella forma y quería hacer algo mas al respecto ¿esta podría ser mi oportunidad de lograr algo con mi hermana? Lo dudé y saqué esa idea, seguro que ella querría sólo estar cómoda y disfrutar una película por la tarde, ¿no?.

Conforme pasaba la película me decía ll lindo que era Ashton y sobre lo lindo que trataba a su pareja en la película, que muchas veces le parecía que yo podía ser así de atento con ella. Tomó mi mano y la entrelazó con la suya, volteó a verme y sólo se comenzó a acercar. Su cara terminó a centímetros de la mía.

-Oye- me dijo.

-¿Qu… Qué pasa?- era evidente que estaba nervioso por ese acercamiento.

Se acercó lo suficiente para besarme, un beso pequeño, mas bien dulce, pero un beso al fin, uno que obvio no le das a tu hermano sin mas, supongo, se apartó y sonrió un poco, con la mano tomé su barbilla y la acerqué de nuevo, otro beso tierno, esta vez de mi parte hacía ella, luego otro y otro, hasta que simplemente pasamos a estar comiéndonos mutuamente, sentía su lengua con la mía, ese sabor tan dulce de sus labios y la mezcla de nuestra saliva, un beso mas pasional y mas caliente que uno tierno, no podía parar, era evidente mi exitacion, pues mi pene estaba duro a mas no poder, con mis manos empecé a buscar sus pechos y su culo, jugué un poco con eso, apretando y sintiendo esos pezones que se ponían duros, comencé a desabrochar su pantalón, ella me paró en seco y se apartó.

-¿Qué carajo estamos haciendo?- me preguntó con una mirada de preocupación bastante evidente.

-Yo… yo no lo sé, pero se sintió bien- le dije, un tanto apenado.

Sólo vi una mirada extraña en su rostro, salió rápido del cuarto y se fue al suyo. Quise ir tras ella, pero era seguro que no quería mas que estar sola y no hubiera querido presionarla a nada, por mas que me haya encantado lo que sucedió, ya era algo con mi hermana ¿no?, ya había surgido algo mas que sólo hermandad.

No dejaba de pensar en lo que sucedió y en lo que debería hacer ¿debía preguntarle sobre como se sentía? ¿Debía darle su espacio? Quizás ya no querría que me acercara a ella de ninguna forma o limitar lo mayor posible nuestras interacciones, ¿qué carajo debía hacer?. Llegó la noche y luego la madrugada, no había sido capaz de dormir pensando en todo eso. A las 2 am aproximadamente escucho mi celular vibrar, era una notificación de WhatsApp con su nombre, me estremezco del miedo a lo que podría decirme su mensaje, una sola pregunta “¿estás despierto?” Contesté lo mas rápido que pude afirmando que era así.

-No puedo creer lo qué pasó- me escribió.

-Yo no puedo dejar de pensar en lo que ha pasado por la tarde.

-Ya sé, no entiendo que me llevó a besarte en primer lugar- me decía.

-¿Quieres hablarlo?- le pregunté.

-Si, no, no sé que debo hacer.

-Ni yo, pero podría ser menos incómodo si lo hablamos bien, o eso pienso.

-Es posible.

En menos de un minuto escuchó un leve golpe en mi puerta, como alguien que avisa que entrará, pero sin que quiera que los demás sepan que ha entrado. En ese momento no tenía mucho miedo en ese aspecto, pues la única persona que estaba ademas de ella y yo, era su hija, quién seguro ya estaría mas que dormida. No esperó a que le dijera que podía entrar, sólo lo hizo un poco apurada, aunque notaba cierta incertidumbre en su rostro, un segundo después noté que llevaba sólo su pijama, solía usar de aquellas que es una especie de short muy corto y una playera de tirantes muy delgada. Solía usarlas, pero casi siempre debajo de una de esas batas para dormir, por lo que era poco habitual verla usarla de esa forma. Se acercó a mi cama y se sentó en la silla próxima a esta, la vi con algunas lagrimas cayendo por su rostro.

-¿Que es lo que pasa?- le pregunté.

-Es… es s s so sólo…- apenas podía hablar por estar llorando.

-Oye, oye, tranquila, mira, si es algo muy difícil para ti esta situación, podemos olvidarla, hacer cómo que nada ha ocurrido y seguir adelante.

De repente la veo acercarse a mí de forma apresurada a abrazarme.

-Es sólo que… desde hace semanas he querido hacerlo, he empezado a verte de una forma que no es propia de dos hermanos, me encanta tu forma de tratarme, lo lindo que eres y lo atractivo que me pareces- Sus palabras me dejaron conmocionado, claro que quería gustarle, es simplemente que no lo esperaba- Si quería besarte, si quería llegar a dónde ambos quisiéramos, pero por una parte me siento mal, se supone que debo cuidarte, eres mi hermano menor y esto que pasa puede salir mal…

-Ya veo, eso es cierto.

-Sin embargo, lo deseo y te deseo a ti, quiero que me tomes entre tus brazos y me cuides, que siento que estoy segura si estás, estoy segura que no es una mera atracción física, sentimentalmente me atraes, no sólo es ese cariño que tengo por ser tú mi hermano.

Yo no sabía que hacer, quería abrazarla y decirle que todo estaba bien, que no llegaría hasta donde ella no quisiera y que ella era la mujer mas hermosa que podría tener en mi vida. Sólo la besé, como antes, de forma tierna, la tomé con los brazos y nos quedamos estáticos unos cuentos segundos en ese momento, sólo ella y yo, abrazados, la miré nuevamente y de nuevo otro beso, esta vez no paramos, cada vez se ponía mas intenso, su lengua y la mía, sentir esa respiración en la cara, la tome con el brazo derecho por la cintura y mientras mi mano izquierda recorría su culo de forma suave al inicio, luego de forma mas pasional, apretando y sintiendo esa perfección.

La jalé hacia mi cama, y le fui quitando ambas piezas del pijama, dios, la lencería que había debajo ya me tenía a full de exitacion, ahora aun mas mientras la besaba y recorría su cuerpo con mis manos, traía puesto un cachetero negro, similar al que usó la vez que la encontré cambiándose, dudo que lo supiera y que mas bien era coincidencia, pero si quería que yo me prendiera, había atinado con la elección de ropa ese día, su sostén, mas bien delgado un par de triángulos semi transparentes que me dejaban ver sus pezones, lo quité con un movimiento rápido y comencé a besar esas tetas tan lindas, jugando con sus pezones, mientras una ella apretada por mi mano, la otra recibía caricias de mi lengua y uno que otro mordisco nada brusco. Sólo podía escuchar sus gemidos que aunque ella quisiera contener, le eran difíciles, nunca me imaginé que terminaría de esa forma con mi hermana. Continué con el cachetero, por mucho que me hubiera gustado ponerla en cuatro en ese instante mientras lo lucía, decidí sólo quitarlo.

-Antes de que pase algo más, sólo quiero probarte- le dije. Sólo asintió jadeando.

Comencé besando las piernas y las zonas mas próximas a su vagina, quería tomarme mi tiempo y crear un poco de expectativa, nunca viene mal la verdad, mas siendo la primera vez con alguien nuevo. Llegue a su clitoris, comencé a chuparlo, tratando de no ser brusco, bajé un poco y con mi lengua comencé a jugar entre sus labios y la entrada a lo mas profundo, podía escuchar sus gemidos, sus palabras entrecortadas que me decían “sigue, así así” sentí como su mano presionaba su cabeza contra su entrepierna y no quería detenerme, continué por varios minutos y llegó un momento que no se contuvo y soltó un gemido fuerte mientras su cuerpo se estremecía, a mi boca llegaron sus jugos, si bien no era un novato en el ámbito oral, el sabor de sus fluidos se me hicieron un tanto extraños, no en el mal sentido, sólo era lo poco a estar acostumbrado a ese sabor.

-Quiero tenerte dentro de mí- me dijo con apenas fuerza para decirlo luego de ese orgasmo- Dame y hazme tuya de una vez.

No lo dudé ni un instante, me quite la ropa y entré a la cama con ella, estando en la posición del misionero fui de poco a poco en un inicio, noté una leve cara de dolor que al poco rato cuando se fue acostumbrando pasó a ser placer, cada vez iba mas rápido, subí su pierna derecha sobre mi hombro para poder llegar aun mas adentro de ella, luego la otra pierna, podía penetrarla lo mas posible y veía como le gustaba, yo estaba en el paraíso, sentir su sexo con el mío, verla ahí toda hermosa gozando de forma notable tanto como yo, quise que no acabara. Cambiamos de posición para que me montara, y vaya si lo hizo, lo hacía como una poseída por algún ente de la lujuria, lo hacía con firmeza y de forma tan enérgica que apenas podía aguantar las ganas de venirme dentro de ella, ¡Carajo! Era verdad, lo había hecho todo sin pensar que no se me ocurrió usar protección, bueno en ese momento no podía matar esa magia momentánea, apenas podía pensar por el placer de tenerla en esa forma siguió y en un punto sólo pude decir que iba a terminar, mi sorpresa se incrementó al notar que en vez de quitarse se aferró mas a mí.

-Ese no es ningún problema, mi amor, hazlo que no hay nada de que preocuparse, lléname de ti- decía mientras jadeaba.

No pude aguantar mas, pareciera que tenía atorada la leche de todo un super mercado dentro de mis bolas, porqué era la primera vez que sentí que terminé de forma masiva, en ese momento ella tuvo ese estremecimiento nuevamente, sus jugos y los míos, juntos. Terminamos agotados y acostados en mi cama, antes de ser víctima del sueño la miré.

-¿Qué va a pasar ahora?- me dijo de una forma mas bien coqueta. La besé y sólo sonreí.

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