Estaba recien divorciada con un niño pequeño y me enfoque en trabajar, la verdad no salía mucho, me sentía algo fea por mi divorcio, a penas tenía 25 años, estaba joven y hermosa, aun lo soy, pero en ese momento mi autoestima estaba por el piso, trabajaba en una panadería y todos los días debía pasar por varias tiendas antes de llegar, un día necesitaba saldo y decidí recargar en una pequeña tienda, el señor era alto, delgado, de piel blanca y ojos oscuros, el se rapa a su cabello y se veía mayor que yo. Yo soy muy bajito tipo 1,60 delgada de grandes pechos y culito mas normalito, de cabello castaño siempre largo y ojos grandes y oscuros decorando el pastel con una boca voluptuosa que a los hombres siempre le gustaba.
En fin, mi celular tenía algo dañado en la señal que iba y venía así que no sabía si la recarga había sido hecha y yo ya debia irme, por lo que el hombre como excusa me dio su celular, luego de montar en el autobús me llegó un mensaje del hombre preguntando por mi recarga y momentos después me aviso el teléfono con un mensaje que efectivamente la recarga fue hecha. Eso dio pie a muchos mensajes que empezaron a subir de tono, eso me ponía muy caliente y me mojaba por lo que siempre terminaba tocando el coño.
A las dos semanas de pláticas rápidas en su local y de mensajes constantes de texto decidimos dar por terminada la ansiedad ambos queríamos comernos, siempre he sido una mujer muy caliente, pero con el reciente divorcio me conformaba con ver videos porno y mis dedos, ese día me fui en bus hasta una parada, luego el paso por mi en su carro pues yo vivía muy lejos, ya en su carro comenzamos a platicar normalmente y nunca me tocó así que no sabía si el hombre en fin si quería o sería una decepción, pero oh sorpresa no era una decepción, el hombre me invitó una copa de vino, tenía un lindo apartamento de dos habitaciones y ya sabía que era casado, y por más que me decía que su esposa sabía que yo existía pues no le creí quien hace eso?
—pensé que no vendrías —me dijo Eduardo (nombre ficticio).
—¿por qué no lo haría? — fue mi turno de preguntar.
Estaba algo nerviosa, era madre de un niño pequeño así que mi cuerpo no era tan firme como años antes, el vino estaba delicioso así que me tomé la copa casi tan rápido como cuando me la dieron, él se levantó para servir más y lo seguí a la cocina, charlamos en el mesón y luego lo vi acercarse y besarme de manera despacio, yo le calculaba unos 38 años o los 40 años la verdad no le había preguntado, ese solo beso me puso muy caliente, era buen besado así que volví a buscar sus labios y sus manos fueron a mis caderas, tenía un jeans puesto y una camisa sencilla de tirantes, acarició mi cuerpo dándose su tiempo en desnudarme, nos sentamos en el sofá y la sesión de besos continuó, cuando me tenía bien desesperada por su verga decidio que era hora de irnos a su cuarto, tenía una bonita cama grande, su cuarto era lindo con fotos de su esposa y todo, cerca de su cama había una especie de saquito de tela con muchos condones, eso me sorprendió mucho, pero no dije nada.
—tanta ropa estorba —me dijo quitando mi camisa.
Mi corazón lria rápidamente y mi vagina palpitaba y bota a sus jugos por la sola espera y caricias suaves y furtivas, el hombre sabía lo que hacía y eso me gustan, me recostó en la cama y me quitó el pantalón de Jeans dejándolo tirado en el piso, vio mis pequeños cachete ros de encaje y el hombre literal gruñó como un león al verme con mis pantis y mi sostén me los quito y se dio un festín primero con mis senos los chupo y los mordió bien rico que me tenían gimiendo como una puta, sus manos se colaron en mis pantys y llegó a mi intimidad sepando mis pliegues húmedos.
—sabía que te gustaba zorrita —eso me hizo gemie pues nadie me había llamado así cuando teníamos sexo y eso me prendió aún más—verdad que eres mi puta? —me pregunto.
—Si, lo soy metemelo —esta muy desesperada y el decoro quedó en la sala.
—primero quiero probar esa cuquita linda.
Y acto seguido bajo mis pantis y bebió de mi como si tuviera sed, lamio, mordió y chupo de mi rajita y yo solo podía gemir y jadear, solo de recordarlo me mojo de nuevo. Metió dos de sus dedos de golpe en mi vagina
—que estrechita eres, si así apretás mis dedos estrangularas mi verga niña rica —el hombre volvió a pegar su boca de mi y mordió mi clitoris y lo succión lo que me hizo ver estrella y tener mi primer orgasmo.
—Ahh, Ahh… Así si si si —estaba enloquecida de placer.
NO me dejó en paz siguió y siguió bebiendon mis jugos hasta provocarme un nuevo orgasmo allí decidió que era hora de darle de comer a mi cuquita y busco un preservativos mientras yo volvía a la tierra de los vivos, momentos después fui ensartada por una gran verga y madre del amor hermoso que verga tan grande y venda se esta comiendo mi cuquita.
—¿vas a aguantar todo? ¿Te vas a comer mi verga niña?
—dámelo todo papi —lo amarre con mis piernas en su cintura para que no se escapara y me lo metiera más hondo y comencé a moverme como una serpiente para tener más movientos mientras el veía como me movía debajo de él buscando mi placer, mi clitoris rodaba con su pelvis lo que nos tenía jadeando a ambos.
—mi niña caliente y bien zorra. Te gusta que te cojan duro ¿verdad aquí esta tu paoi y te dará lo que quieres.
Levnto mi pierna derecha y lo sentí aún más hondo lo que me hizo gritar más fuerte. Empezó a martillearme bien rico a buen ritmo dentro fuera dentro fuera y luego movimientos circulares lo que me hacía clavar mis uñas en su espalda y seguir gimiendo como perra el hombre se apoyo de sus manos y se separó un poco y sin dejar de darme verga me cacheteo fuerte.
—Eres mi puta, dilo —demandó tajante
Mi corazón se aceleró y una parte de mi quería apartarlo pero otra parte estaba chorreando de jugos encima de su verga por sus palabras y por su golpe.
—dilo — volvió a golpear mi mejilla —di que eres mi puta, eres mi zorrita que le encanta comerse mi verga.
Y me seguía dando duro sin cesar, me di cuenta que lo ponía caliente que fuera su zorrita y quise serlo en verdad
—si, ppi soy tu zorrita cogeme duro —me convertí en una mujer que no había conocido.
—ponte en cuatro puta —me saco la verga de mi cuquita y está se contrajo no queriendo que se fuera.
Obama did ci como una niña buena queriendo más verga. Me dio dos nalgadas antes de meterme de nuevo si verga en mi coño húmedo y necesitado.
—como un guante con miel caliente, así se siente esa cuca niña— me dijo al oído mientras lo sentía más grande y más hondo y yo gemi como perra.
Masajeo mis senos y los pellizco, acarició mi espalda con una mano y con la otra dibujo círculos en mi clitoris endurecido como una perla lo que me hizo empujar mi culo hacia atrás.
—Así niña, así muévete para papi— y vaya que me moví, entre y salí de él como si fuera un tierking— Me voy a venir niña, sigue moviéndote así de rico.
Y lo seguí haciendo porque estaba yo también a punto de llegar a mi orgasmo, sentí una mano colarse entre mis piernas y llegar a mi cuquita de nuevo mientras apretaba mi cadera para el moverse y encontrar su liberación y pellizco mi clitoris lo que me catapultó a un exquisito orgasmo que casi me hace desmayar desplomandome en la cama, sentía mi vagina palpitar alrededor de su pene y su pene latía aún en mi interior.
El se salió y fue a botar el preservativos y volvió a la cama, reviso las nalgadas y mi cara y como soy de piel morena casi no tenía nada salvo una pequeña marca roja, me acuno y acarició mi cabello y eso me hizo sentir reconfortado recuperando un poco la autoestima que necesitaba.
Luego de eso nos bañamos y le hice un rico oral en el baño que lo hizo acabar en mi boca y yrague todo como la niña buena que era para él. Luego nos vestimos y me llevó a mi casa, luego de eso nos vimos otras veces por casi un año, otro día les cuento otras de nuestras aventuras.
Besos