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Mi marido nos coge a las dos
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Tiempo de lectura: 5 minutos

—Marce, hoy a la tarde me llamo Ivana. Me preguntó algo y te juro que me quedé helada.  Todavía no lo puedo creer. Le dije a mi marido cuando estaba preparando la cena.

—De Ivana puedo esperar cualquier cosa. Contame.

—Primero me conto boludeces, después me dijo que nos invitaban a cenar el sábado. Hasta ahí, todo bien. Pero después… “Y si tienen ganas, después podemos ir a un club swinger, ¿qué te parece Ceci?”

—Ah bueno… Se volvió loquita. ¿Qué opinas? Me preguntó.

—A mi Tito no me toca ni con una caña de pescar, ni en pedo. Y un club swinger… Sinceramente no me interesa.

—Entonces no se habla más. Dijo Marce sin dudar.

—¿Te gustaría verme con otro hombre? Pregunte sabiendo la respuesta.

—Sabes que no. ¿A vos te gustaría verme con otra mujer? Me preguntó.

—Espero que no salgas corriendo: Me gustaría verte coger con otro tipo a una mina, yo tener algo con la mina y que me cojas como vos me coges mientras la otra pareja mira.

—Salieron a correr los ratones… ¿Te va hacerlo con Ivana?

—Si… me encantaría tenerla chupándome la concha cuando vos me das por el culo.

—Me gusta la idea. Llamala con el altavoz, decile que estas sola y tirale la idea. A ver que te dice.

—Dale.

Ceci fue a buscar su celular y lo puso sobre la mesa.

—Hola Ivana, estoy con el altavoz porque estoy revisando el correo.

—Hola Ceci, no hay problema.

—Sobre lo que me dijiste hoy, ¿podes hablar?

—Si, pongo el altavoz, estoy con Tito.

—Lo de ir al club swinger, no me va. Y lo que te voy a decir, tengo que hablarlo con Marce. Si quieren, podemos hacer algo los cuatro, pero… yo no quiero hacer nada con Tito. Con vos, no tengo problema, y tampoco que Marce haga algo con vos. Mi morbo es verlo coger a otra mina, y que nuestros hombres nos cojan a las dos al mismo tiempo.

—Yo no tengo problema. Dijo Tito de inmediato.

—Entonces, vos y yo, Marce y yo, no hay problema.

—Exacto.

—No tengo problema. Si Marce quiere, avísame.

—Mañana te mando un mensaje.

—Dale, me gusta la idea de estar con vos. Dijo Ivana.

—Me too. Besos a los dos.

—Besito.

Corte y con Marce nos miramos y nos sonreímos.

—Te cuento que voy a llevar mi “juguetito”, porque me pienso hacer tremenda paja mirando como la coges. Dije.

—Viciosa.

El sábado fuimos a la casa de ellos, y las dos estaban vestidas para el infarto. Ceci, con una mini y una camisa casi transparente. Ella no es muy alta, pero tiene buen cuerpo, sobre todo un culo espectacular. Ivana, con un vestido mini. Ella es más alta que Ceci, pero anda floja de lolas, y su culo no es muy grande.

Ni bien entramos, Ceci le dio un tremendo beso a Ivana, empezando a subir la temperatura de todos. Durante la cena, necesité pasar al baño e Ivana me guio. Como no nos veían nuestras parejas, la hice entrar y tomándola del cuello, la hice poner de espaldas contra la pared.

—No hay mucho tiempo. Sacate la tanga. Le dije sin soltarle el cuello.

Ella se excito de inmediato y se sacó la tanga.

—Ponetela en la boca y date vuelta.

Ella lo hizo y le separe las piernas para meterle dos dedos en la concha. A pesar de tener la tanga en la boca, pude escuchar claramente su gemido de placer.

—Te voy a dar el gusto de cogerte bien cogida Ivana. Por esta conchita estrecha que tenes y por este culito hermoso.

Dije y le metí los dos dedos en el culo. Ella se quejó de dolor pero saco su culo hacia afuera para que entren totalmente. Los metí y saque varias veces y la solte para orinar.

—No puede ser cierto, que tremenda pija que tenes. La quiero ya mismo.

Todavía me quedaba algo de orina y quise probarla. La hice poner de rodillas y abrir la boca.

—¿Tenes sed? Le pregunté sonriendo.

—No seas desgraciado. Me dijo sin correrse.

Metí mi pija en su boca y termine de orinar allí. La muy puta se tragó todo.

—Enjuagate la boca y volvé a la mesa. Sin la tanga.

Ella lo hizo y yo me demore un par de minutos. Ya estaba disfrutando lo que iba a venir. Cuando me senté Ceci me miró sonriendo, sabía perfectamente que algo había pasado. Terminamos de cenar y nos sentamos en unos sillones a tomar café.

—Por lo que me dijo Ceci, Ivana va a hacer servicio completo Tito.

—Sí, pero mi morbo es ver como la coges. Vos dirás si participo o no. Dijo Tito sorprendiéndome.

—Bueno, no hay problema.

Me puse de pie, y me saque toda la ropa. Tito miró asombrado el tamaño de mi pija, casi de 18cm., y gruesa. Él se desvistió y su pija era de unos 12cm. Las dos se quitaron toda la ropa y Ceci le dijo a Ivana que me la chupe, se puso de rodillas y me comenzó a chupar. Ceci, sentada a mi lado, separo las piernas y se tocaba mirándolo a Tito.

Ivana me chupaba metiéndose toda mi pija en la boca, la besaba, la lamía. Con una mano me masturbaba y con la otra acariciaba las tetas de Ceci. Tito miraba a Ceci y a Ivana.

—¿Te gusta lo que ves Tito? Le preguntó Ceci.

—Me encanta. Contestó.

Ceci fue hasta su bolso y busco su consolador simil pija, y se volvió a sentar. Era casi del tamaño de mi pija. Se lo pasaba por los labios de la vagina y tomándola de los pelos a Ivana manejaba el ritmo con que me chupaba.

—Chupame. Le dijo Ceci a Tito, que se acercó y se puso de rodillas entre las piernas de mi mujer.

La empezó a chupar y ella a gemir. Le acerco el consolador a Ivana, que se puso a chuparlo mientras me masturbaba. Tito chupaba y la miraba a Ivana como chupaba mi pija y el consolador.

—Me parece que se porque Tito quería ir al club swinger. Dijo Ceci, y le puso el consolador junto a su boca.

Tito lo miró y empezó a chuparlo.

—No me equivoquen, al buen Tito le gusta la tranca también. Dijo Ceci con cara de hija de puta.

Tito e Ivana chupaban y se miraban. Me levanté y la hice poner como perrito a Ivana en el sillón, me puse detrás y se la metí con todo en la concha. Dio un grito de placer y ella se empezó a mover con todo. Cecilia miraba y se masturbaba con dos dedos mientras hacía que Tito chupe el consolador.

—Mira como le está agrandando la concha Tito, es un animal cuando se calienta. Dijo Ceci.

Yo le daba con todo en la concha, Ivana gemía como loca, no paraba de gozar. Ceci nos hizo acomodar para que Ivana le chupe la concha mientras yo la cogía.

—Así Ivana, siempre te lo quisiste coger a Marce, ahora te das el gusto, y yo, que me la chupes. Y vos Tito, chupame las tetas.

Ceci se estaba dando una panzada de placer y poder. Ella era la que los manejaba a su gusto. Así estuvimos hasta que tuvo un par de orgasmos.

—Es hora que sientas como coge mi macho. Dijo Ceci y se levantó. Hizo que Tito le de a chupar su pija a Ivana y me dijo que se la meta en el culo a ella.

Escupí en su orto y la fui metiendo lentamente. Ivana se quejaba de dolor pero no se movía. Cuando la metí por completo, le empecé a dar con todo. Ivana gritaba de dolor y placer, Tito miraba y le cogía la boca extasiado por como Marce le rompía el culo a la mujer.

—Así mi amor, abrí bien ese culo, pero no se te ocurra acabarle. Dijo Ceci masturbándose con el consolador en la concha.

Tito no tardó en acabar en la boca de Ivana y se sentó a mirar. Ivana tuvo un orgasmo y Marce salió de su culo, y le puso la pija en la boca para que la chupe. Ivana, casi sin aliento la chupo por un par de minutos.

—Sentate amor. Dije.

Marce se sentó en el sillón y lo monte de frente. Que placer sentir esa pija en mi concha. Ivana y Tito nos miraban coger como animales, yo saltaba en su pija enterrándomela hasta el fondo.

—No te das idea lo que gozo con este hijo de puta, para que tengo que buscar un macho en un club swinger si tengo al mejor. Dijo Ceci mirando a Ivana.

—Te envidio. Dijo Ivana.

—Metele dos dedos en el culo a Tito y chupale la pija. Dije.

Ivana lo hizo poner de rodillas en el sillón, a la par de Marce y tras meterle los dedos en el culo, se la comenzó a chupar. Yo no podía creerlo. Sin que le diga nada, le metió un tercer dedo y el gimió de placer. No tardó mucho en acabar en la boca de Ivana que lo miró con enojo.

—Ahora sí, putita, todo para mí. Dije.

Me levanté, le di la espalda a Marce y me metí su pija en mi culo. Puse a Ivana a chuparme la concha mientras yo subía y bajaba con la pija de mi marido en el culo. Estaba loca de placer. Le di el consolador a Tito para que se lo meta en el culo a Ivana. Ella gimió y me chupaba como loca. No tardé mucho en acabar y junto conmigo, Marce me llenó el culo de leche. Me levante y se la chupe dejándola totalmente limpia. Mientras lo hacía, Ivana tuvo un orgasmo con el consolador en el culo.

Quedé destruida, Ivana trajo cerveza y nos tomamos un par.

—¿Satisfecha? Le pregunté a Ivana.

—Muy satisfecha. Es un animal tu marido.

—Me gustó esto de jugar con Ivana. Le dije a Marce.

—A mí también. Dijo él.

Nos fuimos para casa, y le dije a Marce.

—Esto recién empieza mi amor. La próxima, sin Tito.

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