Me había casado hace 8 meses con Isidora, vivíamos juntos hace como 2 años. Isidora tiene 30 años, misma edad que la mía. Ella ya era una mujer que vivía de sus ahorros que llegó a juntar cuando trabaja en una multinacional con un cargo de directora, según lo que me contó, había sido con mucho esfuerzo y trabajo duro, le gustaba pagar todas las cosas con mucho dinero en efectivo, nunca usaba tarjetas. Isidora, que la llamaré Isi en el relato para abreviar su nombre, tal como le dicen sus amistades. Isi, es una mujer con un cuerpo encantador, bien menuda con una pequeña cintura, tenía curvas perfectas, con unas tetas bien paraditas y redondas, ayudadas por sus siliconas y operaciones, una colita hecha a mano, glúteos tonificados por sus ejercicios en el gym. Se vestía con ropas muy glamorosas, de marcas exclusivas y de lujo, entre ellas Gucci, Louis Vuitton, Chanel y Hermes. Siempre usaba unos jeans o calzas pero siempre ajustadas, como si su trasero explotara por lo apretado que eran, además unos escotes o blusas que marcaban sus senos grandiosos, lo acompañaban siempre unos tacos altos muy estilosos. Por lo rica que era y es Isi, con su cuerpo a medidas, su boca con unos labios bien gruesos, que te calientan sólo en mirarlos, una cara bien estirada para su edad y una nariz muy bonita entre todos sus atributos, unos ojos café y pelo oscuro, a pesar de una piel blanca pero muy sensual y sexi. Muchos hombres la miraban con deseos e inclusos amigos me decían que se vestía como una puta muy rica.
Con Isi, nos fuimos de vacaciones a la playa, a un lugar que queda a 5 horas de vuelo de nuestra casa. Viajamos un sábado en la mañana y nos devolvíamos un jueves en la tarde, puesto que yo tenía que hacer una presentación muy importante a la gerencia el viernes. Como ella no trabajaba, aceptó y disfrutamos esos días de amor. El sexo que teníamos era muy normal, ella siempre fue una princesa, no le gustaba los sexos orales ni tampoco recibirlos, menos sexo anal y tampoco me dejaba chupar sus pezones, podía sólo tocarlos con las manos suavemente y tocar su cola con la misma intención, jamás nalguear sus glúteos ni tampoco apretones, si hacíamos sexo vaginal en todas las posiciones y con muchos besos bucales de todo tipo. Cabe mencionar que estos últimos eran exquisitos y calentones.
Esa semana de vacaciones hicimos mucho sexo, tenía una ropa íntima muy sensual: tangas, colaless e hilos dentales de todos los tipos y modelos. Era un miércoles y la cabaña que arrendamos le faltaba sal, queríamos preparar unos ricas papas fritas para la hora de almuerzo. Así que Isi decidió ir a pedir sal al dueño del lugar que vivía en la cabaña colindante en el mismo condominio. Se arregló, se maquilló, se puso unos jeans celestes muy apretados y ajustados y una blusa con escote de color blanco, además llevaba unas tangas negras, tacos altos a pesar de que estábamos en la playa. Se puso mucho labial, lo que se veían muy corneteros, como una puta y zorra. Sale en búsqueda de sal, justos antes toma sus lentes de sol de marca Gucci y me dice: "Amor, voy por la sal, me demoro 5 minutos y cuando vuelva hacemos el amor".
Caminando y moviendo el poto de lado a lado, llega a la puerta de Felipe, dueño de las cabañas, yo los veo desde la ventana. Abre la puerta Felipe cuando toca el timbre mi esposa, le queda mirando de arriba a abajo. Le dice algo que no escucho por lo lejos y por la ventana que me limita el audio. Felipe le pasa unos billetes que lo cuenta Isi al frente de él y se los guarda, Isi se levanta la blusa y le muestra las tetas, Felipe se las toca con las manos, y después con su boca se las empieza a chupar. Mi señora mira de lado a lado, observa que nadie los observa y saca una risa picarona. Él continúa chupándole las tetas, se detiene, le dice algo y ella le responde, Felipe le entrega otro dinero en efectivo que Isi los guarda nuevamente en su cartera. Él le da la pasada al interior de la casa, mi mujer antes de entrar se detiene en la puerta y se agacha sacando su poto hacia afuera, luciendo lo apretado que le quedan esos jeans, le mueve la cola a Felipe y él la da una nalgada bien fuerte que se escucha hasta donde estaba. Ambos entran y cierran la puerta de entrada.
Me da un escalofrío, quedo tembloroso, reacciono y salgo rápido, corro para no perderme ninguna escena, busco una ventana que no tenga cortinas y por suerte la encuentro. Me asomo, sin que nadie me pueda ver, atisbo a mi mujer arrodillada, todavía con toda la ropa puesta del torso hacia los pies, sin embargo la parte delantera ya no estaba, tampoco tenía sus lentes de sol, tenía sus hermosas tetas al aire mientras le chupaba la verga de Felipe, se la comía con muchas ganas, mientras que él estaba sentado muy cómodo en un sillón grande. Ella le succionaba toda la verga una y otra vez, mientras que él exclamaba y gozaba, le decía a ella que era muy puta. Seguía chupando la verga grandota de Felipe que claramente era más grande que la mía. Ella era una experta chupando con sus labios carnosos, mientras las manos le agarraba las bolas. Habrán pasado 15 minutos, en esa misma posición, hasta que él le dice que está a punto de irse, mientras que ella lo tenía en su boca su verga, acaba en la boca de mi mujer, y le tira el resto del semen en las tetas, ella para no perder ningún resto se la come de nuevo, aspira todo para no dejar nada y se traga hasta el último residuo de leche. Mi mujer le sonríe y le dice a Felipe que estuvo muy rico. Felipe le dice a mi mujer que mañana jueves en la noche nos vemos para que sigas con tu trabajo, ella asiente con su cabeza y se despiden con un pequeño beso en la boca.
Corro para que no se dé cuenta Isi que había presenciado toda la escena, llego antes que ella. Me hago el tonto cuando entra, ella ya estaba de nuevo ya maquillada y arreglada, me dice que Felipe no tenía sal para convidarnos y dijo que fuésemos a comprarla al centro. Yo le pregunto por sus lentes de sol, ella se hace la tonta y dice que había salido sin ellos, y se me acerca y me dice que hagamos el amor. Yo tontamente acepto, como la tenía bien paradita y dura, hicimos el amor. Pasó el día y noche, sin preguntarle nada sobre lo acontecido. Llegó el jueves y nos teníamos que tomar el vuelo, nos venían a buscar en unos 15 minutos, estábamos todo listo con los bolsos armados. Sabía que Isidora me tenía que decir algo, porque había escuchado el día anterior que tenía que terminar un trabajo pendiente con Felipe, hasta que la mentirosa y puta de mi mujer me dice: "Amor no encuentro la identificación personal para viajar, creo que se me quedó en el lugar donde compramos", continúa su excusa, "no voy a poder viajar contigo hoy, anda amor que me quedaré hasta mañana, tu tienes que ir a trabajar, yo me quedaré acá". Yo no dije ninguna palabra, justo en ese momento ingresa Felipe a la cabaña para despedirse, le entrega los lentes que había dejado en su cabaña en el día que le realizó la mamada. Ella dice que tonta soy cómo los dejé allá, él se ríe y le abraza por la cintura, mientras que le agarra el poto. Él cree que no vi nada, pero fue todo lo contrario, ella le da un beso muy cerca de la boca como señal de agradecimiento. En ese instante llaman a la puerta y era el taxi que nos llevaría al aeropuerto, mi mujer me dice que me vaya. Felipe barzamente, me dice tranquilo amigo que cuidaré muy bien a tu señora, yo me subo al taxi, me despido y veo que ella le frota con su cola el regazo de él, mientras que él la abraza, ambos se despiden de mi.
Cuando el taxi ya iba en movimiento, veo a la distancia cómo él le pasa más dinero en efectivo a mi mujer, ella le da un beso en la boca apasionadamente. Veo como él se la lleva a su cabaña. Le pido al taxista que me deje allí, me bajo con mi bolso y me devuelvo caminando. Llego hasta la cabaña de Felipe, una vez más por la misma ventana del otro día, observo como Isidora está al medio de living y alrededor en los sillones estaban un grupo de 8 hombres sentados esperando algún show. Felipe anuncia por un micrófono que comience la despedida de soltero, comienza a sonar una música por los parlantes y veo como mi mujer empieza a bailar como puta al frente de todos ellos, quitándose la ropa muy sensualmente. Luego, baila en el regazo de cada hombre que estaba allí. Uno de ellos grita que la puta nos chupe la verga de todos para eso le pagamos. Entonces, Isi se arrodilla y empieza a bajar la cremilla del pantalón de cada uno y empieza a darle un mamón a cada uno. Mamones que duraban varios minutos, luego los hombres le penetran analmente se van turnando uno cada uno, mi mujer grita y grita. Mientras que le dan como maraca, ella pide que le den más fuerte, que le gusta que le den duro. Cada hombre tenía una verga con forma y tamaño distinta, algunos grandes y otras más pequeñas, pero Isi se las comía todas, gozaba de una manera increíble. Hacía el amor con cada uno de ellos, en todas las posiciones, a ella le encantaba estar arriba de cada polla saltando, abrazaba a cada chico como si fuese su pareja, le daba besos en el cuello a cada uno para mostrar lo contenta que estaba. Yo como un espectador encubierto, escuchaba ese galopeo que le daban, ese sonido que se produce entre la verga y las nalgas cuando la estaban penetrando, esas ricas grandotas tetas plásticas rebotaban, más de alguno la manoseaban por casa rincón para comprobar la hermosura de su cuerpo, así fue como lo hacía con cada hombre y pasaba el tiempo.
Hasta que llega Felipe y les dice ahora le tiramos toda la leche a esta puta. Así es como mi mujer termina comiéndose todas las vergas, como puta que es. Todo eso pasó toda la noche, le dieron como caja cada uno de los amigos de Felipe.
Después que vi a mi esposa muy feliz cubierta de semen, hui del lugar y me apresuré a tomar otro vuelo, llego antes a nuestro hogar ese mismo viernes, obviamente me perdí mi presentación. Unas horas después, llega mi mujer del viaje, como si nada haya pasado hace sus habituales rutinas. Me pasa el monto de lo gastado en el viaje con sus billetes ganados como puta.
Tiempo después termino con Isidora y nos divorciamos, no pude soportar que mi mujer era una puta, que está hasta el día de hoy está en páginas de acompañantes.