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Mi madre, es mi esclava: probando mi suerte
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi madre, mi esclava: probando mí nuevo juguete.

Habían pasado unos días desde que acompañé a mi madre a una sesión de terapia psicológica y descubrí que de alguna manera el psicólogo la estaba manipulando para usarla a una muñeca sexual viviente.

Mantuve eso como mi secreto pero empeze a investigar un poco más está extraña situación.

Empece por revisar discretamente los gastos de mi madre, pude ver cómo maquillando un poco los gastos en la casa ella había comprado varias prendas íntimas muy reveladoras y demasiado pequeñas que seguramente serían del gusto de su psicólogo.

Esto explicaba porque se demoraba tanto esos largos viajes de compras.

Después empecé a revisar con detenimiento mi habitación y pude localizar el pequeño escondite donde mi madre guardaba su "colección secreta", una pequeña caja de madera oculta en un falso fondo de mi closet debajo de libros que ya casi nunca usaba.

Cuando abrí la caja encontré bastantes prendas diminutas, tangas y brasieres que solo eran unos triángulos que cubrían solo lo "apropiado" al parecer aquel loquero la había tenido bajo trance por mucho mucho tiempo y nadie se había dado cuenta.

Guarde nuevamente aquella caja y mirando al techo de mi habitación empecé a meditar sobre mis siguientes acciones.

Al siguiente día, una de las usuales discusiones que sostenían mis padres me despertó temprano, algo me decía que el loquero era culpable del aumento en esos conflictos.

Espere hasta que mi padre se hubiera ido para bajar a tomar el desayuno

—Ángel tú levantándote temprano, pensé que a estas horas estarías aún dormido— dijo mi madre al verme bajar de mi habitación

—Me despertó su pequeña discusión— respondí a mi madre.

—Lamento eso— respondió mi madre avergonzada—es que a veces tu padre es muy necio—

Si no fuera consciente de la bizarra situación actual la actitud de mi madre no me hubiera importado pero era evidente que el psicólogo era el causante de todas sus discusiones desde hace varios meses.

—¿Tienes algún inconveniente en que desayune en mi habitación?— pregunté tranquilamente a mi madre

—Está bien solo no se te olvide bajar los platos que uses, cuando termines — respondió mi madre sin darle mayor importancia.

—Está bien— respondí y me dirigí a la cocina.

Tomé un tazón de cereal y regresé a mi habitación donde comí en completo silencio pensando cada una de mis opciones en esta extraña situación.

Enfrentar al loquero estaba fuera de discusión si logró convertir a mí madre en su esclava sexual tal vez a mi me volvería su eunuco o cosas peores.

Hablarlo con mi padre, últimamente ha estado tan distante que creo que esto no le importaría en lo más mínimo.

Ir con alguna autoridad, terminaría en algún psiquiátrico si me iba bien.

Aprovechar está situación y satisfacer una de mis fantasías favoritas,. Si esa era la solución correcta.

No tenía idea alguna de cuál era el propósito de ese psicólogo si solo era usar a mi madre hasta que se aburriera de ella y buscará una "paciente" más joven y con más dinero, o hacer que se separara de mi padre y convertirse en su nuevo esposo, sea cual sea su plan debía aprovechar ese momento que tal vez no se repetiría.

Me dispuse a poner manos a la obra para conseguir mi deseo, primero empecé buscar "cow girls" en mi tablet, primero porque eso llamaría la atención de mi madre y segundo si tengo e decir aquella frase tan estúpida no será sin una buena razón.

Cuando localice la imagen más escandalosa baje a dejar el plato vacío a la cocina donde busque dejar mi tablet al alcance de su vista mientras estaba fingiendo tomar un poco de agua

—¿Qué carajos estás viendo Angel?— dijo mi madre al descubrir la escandalosa imagen de una chica de generoso busto vestida con un biquini diminuto que simulaba el patrón de una típica vaca lechera

Era ahora o nunca mientras mi madre estaba completamente distraída así que decidí aprovechar.

— Bueno mamá solo se trata de Valeria la princesa bobina— respondió fingiendo nervios lo mejor que podía.

En ese momento ví como mi madre quedaba quieta con la espalda totalmente recta frente a mi tablet.

Espere un momento y después me acerque para verla más directamente, mi madre tenía la mirada completamente perdida viendo hacia la nada en ese momento mi excitación se multiplicó por mil pero me contuve, quería estar 100% seguro de que mi madre no estaba jugando conmigo o que el trance se disipará si hacía algo indebido.

—¿Vaca tetona me escuchas?— le dije casi susurrando en su oído si algo salí mal tendría tiempo de retirarme

—Si amo a sus órdenes— me respondió con la misma voz que usará con el psicólogo

—¿Sabes quién soy?— en ese momento sujete firmemente sus hombros para ver su reacción

—Si eres mi amo estoy a tus órdenes— me respondió mi madre sin dudar un poco.

—¡Bien vaca! ¿sabes quién realmente soy?— en ese momento baje lentamente mis manos de sus hombros y suavemente apreté sus pechos por encima de su ropa.

—Si eres Ángel mi hijo y también eres mi amo— respondió mi madre sin importarle donde tuviera mis manos en ese momento.

—¿Harás todo lo que yo te ordene vaca?— mientras decía eso empecé a jugar con sus grandes pechos haciendo círculos con ellos

—Soy totalmente obediente a ti— respondió con un gran sonrojó en su rostro—Haré cualquier cosa que mi amo me ordene—

—Me gustó lo de hijo y amo— respondí lleno de excitación — en adelante me llamarás así entendido vaca—

—Si mi hijo y amo como órdenes— fue la respuesta de mi madre.

—Bien, quiero que te quites la playera y el brasier y quedes con las tetas al aire— ordene a la que alguna vez fuera mi madre.

—Si, mi hijo y amo— respondió mi madre.

Enseguida mi madre se quitó la playera y el brasier dejando a mi merced esas tetas enormes que siempre desee, comencé a moverlas a mi antojo, pellizcando sus pezones hasta que empezaron a ponerse duros como piedras.

—Vaya mamá, tus pezones se han puesto duros— le dije sin dejar de apretarlos — te gusta que juegue con ellos ¿Verdad?

—Si…me…gusta— respondió con una sinceridad impropia de ella.

Habiendo comprobado que estaba en un trance profundo empecé a darle órdenes más complicadas y sugerentes.

—¡Vaca! — le ordene con firmeza y deseo—ponte la ropa interior más sexy y provocativa que tengas para tu amo—

—Si mi hijo y amo entendido— respondió mi madre

Mi madre se fue con las tetas al aire hacia mi habitación pasaron cerca de 10 minutos cuando volvió a bajar.

Ahora traía puesta una micro tanga de color rojo con una pezonera del mismo color unas medias a medio muslo y unas botas de tacón alto a juego sus labios pintados de color rojo y bien maquillada.

—¡Excelente mi vaca! te ves muy bien— dije con gran deseo en mi voz—date una vuelta quiero contemplarte por completo—

Mi madre empezó a dar una vuelta para que pudiera apreciar mejor toda su anatomía de inmediato note la pequeña mancha de humedad en su tanga

—¿Ya estás mojada vaca?— pregunté tranquilamente mientras me animaba y acariciaba su entrepierna.

—Si mi hijo y amo—me respondió si dudar—me excita demasiado ser obediente y acatar órdenes—

—Bien ya que te gusta tanto ser obediente quiero que te pongas de rodillas y me hagas una paja rusa— dije mientras me sacaba el pene de entre los pantalones.

—Si mi hijo y amo—respondió mi madre

Enseguida mi madre se arrodilló ante mí y comenzó a dar pequeños besos en mi verga y la empezó a lamer como si fuera una paleta mientras con sus manos pellizcaba sus pezones después puso mi verga entre sus tetas y comenzó a masturbarme, mientras mi verga aparecía y desaparecía entre sus tetas ella le daba pequeños besitos en la punta.

Ese loquero debió darle mucha experiencia ya que mi madre siempre le negó esos placeres a mi padre por considerarlos muy obscenos

—Eres una experta chupando vergas— le dije mientras le acariciaba suavemente la cabeza.

—Si mi hijo y amo adoro chupar vergas— me respondió ella sin dejar un momento su labor

Ya no resistí mucho y me vine en su boca.

—Vaca tragate todo— ordene víctima de un inusitado placer— y limpias con tu lengua lo que haya caído al piso—

—Si, mi hijo y amo— respondió sin duda alguna.

Comenzó a limpiar con glotonería el semen que había caído en sus pechos para después inclinarse y empezar a lamer con su lengua el semen que había caído en el piso

—Terminé mi hijo y amo— respondió mi madre cuando se levantó del piso.

Si esto era un sueño no quería despertar jamás, mi madre era el objeto de mi deseo imposible y ahora estaba a mi completa disposición.

—¿Cuando estás en este estado recuerdas algo de lo que haces?— pregunté con curiosidad

—¡No amo! Mi mente está totalmente en blanco— respondió mi madre—está esclava no piensa solo obedece—

Cuando dijo esas palabras algo se apoderó de mí, mi erección se recuperó casi inmediatamente. Y sin meditar mis acciones arroje a esa voluptuosa hembra frente a mi al sofá, arranque los diminutos trozos de tela que la cubrían y sin más ceremonia la penetre.

Su vagina estaba tan húmeda debido a la excitación que mi penetración, simplemente se deslizó sin oposición alguna.

—¡Esto te gusta verdad vaca!— dije ya sin tapujos.

— Si me encanta cuando mi amo me toma fuertemente— me respondió la mujer que alguna vez consideré mi madre.

Durante este coito incestuoso mi mente se llenó de nuevas órdenes que tuve que darle a mi nueva hembra para que pudiera satisfacerme como era debido.

—¡En adelante dejarás que haga lo que yo quiera tú debes ser una vaca consentidora amorosa y sumisa con tu hijo y amo— le dije aumentando el ritmo de la penetración

—Si mi hijo y amo entiendo y obedezco— me respondió ella sin dejar de sonreír y gemir.

— Cuando estemos solos quiero que solo uses tangas pezoneras, tacones medias o pantimedias— le dije completamente poseído por el deseó.

—Si mi hijo y amo entiendo y obedezco— me respondió

— Cuando llegue tu marido quiero que actúes con normalidad, ¡pero sabes bien quien es tu amó!— no tenía intenciones de arruinar la relación de mis padres pero no compartiría a mi hembra con alguien que no la atendió como era debido.

—Si mi hijo y amo entendido— respondió mi hembra.

—Dejó de ser divertido lo de hijo y amo solo dime amo— ya no tenía sentido en mi mente que me llamara hijo cuando era evidente que era algo más.

—Sí amo— respondió mi hembra

—Sobre las sesiones de terapia vas a cancelar las citas— dije mientras sentía que faltaba poco para que me viniera— ya no la necesitas más, desde ahora me tienes a mi—

—Sí, amo— respondió mi hembra.

Mi resistencia había llegado a su límite y no me contuve vacíe todo el contenido de mis testículos en la vagina de la hembra que había deseado por tanto tiempo.

Mire el reloj en la pared y apenas tendría tiempo de arreglarme y salir rumbo a la escuela, no quería que llamarán a mi padre e informarán sobre mi ausencia.

Eso podría arruinar mi futura diversión…

Salí tranquilamente de mi madre dejando un poco de mi semen sobre su vello público, simplemente subí a mi habitación para tomar una ducha rápida, me cambié de ropa y preparé mis libros para irme.

Cuando bajé pude ver qué mi hembra seguía en el sofá con una estúpida sonrisa en su rostro mirando a la nada, era evidente que sin una nueva instrucción ellas se quedarían en ese lugar todo el día.

—¡Muy bien Vaca tetona, pon atención!— dije mientras me dirigía a la puerta.

— Si mi amo, lo escucho y obedezco— respondió mi hembra poniéndose de pie.

— Cuando despiertes limpiarlas todo el desastre que hiciste— le dije mientras veía la escena que habíamos hecho.

— Si amo, como usted ordene— me respondió.

Salí de mi casa y a través de la puerta dije. "Princesa bobina" para sacar a mi hembra de su transe.

Me hubiera gustado ver su rostro cuando se vio a sí misma desnuda en medio de nuestra sala pero se me estaba haciendo tarde para ir a la escuela

Había sido un día bastante productivo para mí juguete nuevo que es mi madre pero aún quería saber hasta dónde podía llegar con ella, por lo que aprovecharé que mi padre estará ausente unos días la próxima semana y disfrutaré de mi esclava lo más posible.

Continuará…

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