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En el mercado de frutas
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi esposa se llama Rita. Llevamos ocho años de casados. Yo siempre he sido muy fanático del sexo y me gusta mucho el voyerismo, mi esposa es muy recatada y no le gusta para nada llamar la atención Yo he sido el que le he enseñado todo lo que sabe de sexo y aunque en la cama no es muy ardiente, lo hace bien.

No es muy alta, mide 1.58 m, es morena, más o menos gordita, pero tiene unas buenos senos y aunque no tiene el rabo que yo quisiera, tampoco esta tan mal.

Hace poco se compró unos jeans, que son bastante apretados, o sea que se le nota su cuquita, bien rica y su culito bien apretadito, y a mí me encanta verla con ese pantalón. Ella aunque no lo acepte también le gusta esos jeans y se siente a gusto con él. Cierto día, se levanto muy temprano y dejo a los niños en el apartamento, y me dijo que tenia que ir a una plaza de mercado que queda cerca de la casa. Yo salía para el trabajo, le dije que la acercaba. Ella se puso el jean que me gusta y se puso una blusa mas o menos ajustada de color amarillo. A mi me sorprendió que no se pusiera una chaqueta o saco, ya que no le gusta que se le noten mucho los senos en la blusa, sin embargo yo no le dije nada.

Se terminó de arreglar y salimos. En el trayecto a la plaza, le toque las piernas por encima del Jean, y me acerque a su cuquita, pero ella se molestó y me dijo que no le gusta que le meta las manos así.

La deje cerca de a la plaza y se bajo del auto y se despidió, sin imaginar lo que iría a ocurrir allí.

En la plaza se acostumbra a llevar un canasto o bolsa para cargar lo que uno compre, y existen muchos chicos que le dicen a la gente que le ayudan a cargar por una moneda, pues bien mi esposa por lo sensual como se veía obviamente se le acercaron muchos chicos a pedirle que le llevaban la bolsa del mercado. Ella les dijo a varios que no, y siguió por toda la plaza, buscando lo que iba a llevar. Más adelante otro tipo se le acercó y le dijo que le llevaba la bolsa, pero ella lo rechazo, pero el tipo siguió insistiendo durante un rato y ella para no aguantarlo más, acepto que le cargara la bolsa.

Durante un buen rato estuvo andando por toda la plaza, que es bastante grande, y no lograba conseguir todo, así que el tipo que le estaba cargando la bolsa, le dijo:

– Oiga seño; si Ud. quiere, yo le puedo decir donde hay un sitio aquí cerca donde puede comprar de todo y es más barato- mi esposa le dijo:

-¿y que es más barato?

-pues como por la mitad- le dijo el tipo.

Rita lo dudo un momento, pero el final le dijo:

-y es muy lejos?

-¡no patrona, si quiere yo la llevo!

-Vamos pues!- dijo mi mujer convencida.

Salieron de la plaza, y se encaminaron a una casa, grande como de tres pisos, de la que está saliendo mucha gente. Cabe anotar que el barrio donde queda la plaza, no es muy agradable que digamos, ya que por allí, viven todos los coteros o vendedores de la plaza, y por obvias razones no es muy bueno.

Cuando Rita entro, vio una cantidad de personas que se arremolinaba en los puestos de venta. No sin grandes empujones mi mujer logro acercarse a dichos vendedores, y al instante se le acercaron varios tipos que ofrecían muchos productos, y se le pegaban bastante, y no falto el que le rozara la cola, muy disimuladamente, no sin que ella se diera cuenta. El tipo que le estaba cargando la bolsa, se quedó un poco atrás y un amigo se le acercó y le dijo:

– Y qué?

– bien, hermano, por ahí traigo una «vaquita”, vamos a ver cómo nos va- Dijo el tipo, con unos ojos de lujuria, que se le salían de orbita.

Mientras tanto mi esposa, compraba todo lo que le ofrecían, ya que al precio que le daban, se iba a ahorrar una gran cantidad de dinero.

El tipo de la bolsa, se acercó a mi esposa y le dijo:

-Seño, vamos allí a un puesto donde consigue la mejor carne de toda la ciudad-

-De verdad?- dijo Rita, -Vamos ya- Se encaminaron como pudieron por medio de toda l gente, y mi esposa ya se sentía asfixiada de tanta gente, que disimuladamente, le tocaban su culito.

Llegaron a un puesto que lo atendía un tipo un poco grande, de aspecto grotesco, que apenas vio a mi esposa, paso saliva, de una manera descarada.

Rita no lo noto, y se puso a observar la cantidad de tipos de carne que tenía para la venta.

A un gesto del vendedor, una mujer se le acerco a Rita y le ofreció un canasto lleno de uvas, pero ella no quería comprar, sin embargo la marchanta, le dio una uva para que la probara.

Ella la tomo y se la comió y aunque le pareció un poco ácida, decidió comprarlas.

Casi al instante, mi mujer, sintió un mareo, y casi sentía que las piernas se le doblaban y como mucho sueño, mas sin embargo era consiente de todo lo que ocurría a su alrededor.

El tipo de la bolsa, le guiño el ojo al tendero, que al instante le dijo a mi esposa:

-Si quiere, en el segundo piso tengo más carne que le puedo mostrar- Rita casi inconsciente de lo que decía le respondió:

-Bueno vamos- Al instante entre el tendero y el tipo de la bolsa, la llevaron por una escalera que quedaba separada del puesto de carne, y era más al fondo, la subieron a un cuarto donde habían varios costales, bastante húmedo Al llegar a la puerta, el tendero le dijo a Rita que tenía que quitarse los zapatos ya que no se podía entrar con ellos. Mi inocente esposa, sin protestar, se quitó las botas, y fue cuando ellos se dieron cuenta que ya la tenían totalmente dominada.

El tipo de la bolsa, le dijo al tendero que el traía la cámara que mientras tanto fuera «preparando» a Rita.

Así que el tendero, se le acerco por detrás a mi mujer y le dijo que para poder mostrarle toda la » carne», tenía que quitarse el pantalón.

El mismo tipo le ayudo despuntándole el botón, del Jean, y comenzó a bajárselo. Rita con la mirada en fija en el piso se dejo quitar el pantalón y cuando el tendero vio el culito, redondito con una tanga que se metía por las nalgas a mi mujer, se sobo su paquete que ya había crecido bastante Rita, quedo solo con la tanga, y el tipo también le saco la blusa, y solo quedo con el brassier y la tanguita que además era transparente y dejaba ver los vellitos que salían de su cuevita El tendero ubico a Rita encima de una colcha que había allí, y le pidió que se recostara, a lo que ella accedió sin ningún problema, Su cuerpo quedo recostado sobre la colcha, mientras que el tendero ya se había despojado del pantalón y solo quedaba en interiores.

Luego se arrodillo, y comenzó a tocarle el vientre y los senos por encima del brassier, y luego la volteo quedando el culito con un solo hilo que lo cubría y pronto le desabrocho el brassier y cuando volvió a colocarla boca arriba quedaron expuesto su ricas teticas que solo yo había tocado, ahora estaban ahí paraditas con sus pezones rosaditos y pidiendo a gritos que las tocaran.

El tendero ni corto ni perezoso; comenzó a acariciarlos y luego los cogió con la boca y empezó a succionar como un bebe. Mi mujer comenzó a soltar pequeños gemidos y su cuerpo se empezó a mover.

El tendero pronto bajo su boca y se enfilo hacia la cuquita de Rita, y con sus manos le empezó a bajar lentamente la tanguita, hasta que se la quitó por completo. Allí estaba mi esposa totalmente desnuda frente a este maloliente hombre que se disponía a hacerle todo lo que quisiera.

Ahí en ese momento llego el tipo de la bolsa y al verla recostada dijo:

-Uy hermano esta buena esa vieja, sipote «huevo» que nos vamos a echar- Y al instante le saco una foto.

El tendero le abrió con sus brazos las piernas a Rita que solo lo miraba sin decir nada y le dijo

-Mamita vas a ver que es una comida de chochita bien rica- y procedió a acercar su cara contar la panochita de mi mujer y con la lengua comenzó a chuparle sus labios vaginales y con los dedos empezó a penetrarle la vaginita suavemente. Mi esposa cerro los ojos y empezó a disfrutar de la mamaba de cuquita que le estaban haciendo, mientras el otro tipo se acercaba por todos los lados y sacaba fotos a granel.

Después de largo rato de estar chupándole el clítoris a Mi mujer, el tendero le acerco su pene a la boca y le dijo: – vas a chuparme la verga oíste- Rita no dijo nada sino solamente abrió su boca y sus labios comenzaron a chupar ese glande, mientras el tipo le hundía más ese pene que era como de 20 cm. Mientras que el otro tipo le hundía tres dedos en su vagina y comenzaba un mete y saca con los dedos que a Rita le encantaba porque sus gemidos empezaron a aumentar y se empezaba a notar que estaba disfrutando de lo que le estaban haciendo. Luego de que Rita le chupo la pija al tendero, ella ya estaba bastante excitada, y el tendero se dio cuenta de ello.

El tendero se separó de ella y se colocó entre las piernas de mi mujer y empezó a acercarle su pene a su vagina, y comenzó a rozarlo y solo la punta del pene empezó a meterlo poquito entre los labios vaginales de Rita y se tomó todo tiempo el tiempo del mundo. Mientras esto ocurría; el tipo de las bolsas, se dedicó a tomar fotos de lo que el tendero se disponía a hacer.

Esa vagina que había sido solo mía, se preparaba para ser penetrada por un pene más grueso que el mío. El tipo le puso las piernas sobre sus hombros y empezó poco a penetrar la vagina, y con mucha lentitud lo fue hundiendo poco a poco hasta que ya sus bolas tocaban la vulva, o sea que todos los 20 cm de carne, como lo había prometido; estaban dentro de mi esposa.

Cuando ya estaba todo adentro, volvió a sacarlo todo y volvió a embestir esa vagina que ya se encontraba dilatada y bien encharcada, mientras el otro tipo sacaba mas fotos del momento.

Mientras mi esposa lo tomaba por la espalda, y el Cuadro que se veía era impresionante: El tipo encima de Rita, con sus piernas bien arriba. Y metiendo y sacando su pene de manera veloz ,mientras que el otro tipo se acercaba se sacaba su pene y se lo ponía en la boca a mi esposa, que además de gemir, de manera sensual, se dedicó a chupar la otra pija del tipo, después el tendero, le bajo las piernas, y ella se las coloco en la espalda, mientras las embestidas eran más fuertes y el sudor le escurría al tipo, y cuando ya se iba a correr, lo hundió más al fondo de la cuquita de mi mujer y soltó toda la leche que, yo creo que le llego hasta la matriz de ella

-Ahhg que rico- dijo mi esposa aferrada con sus brazos al tipo.

Lugo de esto, el tendero se levantó de ella y cayó al lado, extenuado; mientras que el otro tipo quería ocupar su lugar y se acercó rápido y volteo a Rita y la coloco a cuatro patas y también comenzó a colocar su pene en la entrada de la vagina y sin hacer esfuerzo entro todo ese pedazo de carne, en la vagina llena de semen de mi mujer y comenzó a cabalgarla de manera rápida y fuerte y en menos de 10 minutos se corrió en ella, y ella solo decía:

-siii asi, mas, mas, ag- Cuando saco su pene de la vagina de ella, el tendero se quedó viendo el culito tan rico que tenía y ya con la verga parada otra vez, se le acerco y con los mismos jugos que salían de su vagina, comenzó a untarlo en el anito pequeñito que se veía, y comenzó a frotar un dedo, y ella decía asito que duele- más el tendero se ubico detrás de ella y poco a poco comenzó a penetrar su anito que a mí, no me dejaba poseer.

– No por favor por ahí duele mucho, no mas no mas- pedía ella pero sin poderse mover ya que este tipo la tenia apretada contra él.

Poco a poco, todo ese pené empezó a entrar en la cola de mi esposa y de un momento a otro sus testículos tocaron sus labios vaginales. Ya todo su miembro había entrado en esa cola tan deliciosa

-sácalo, por favaaag – alcanzo a decir Rita mientras era penetrada por el anito, y mientras el tendero comenzaba el mete y saca, los gritos de Rita se convertían en jadeos de placer y fue ahí cuando el otro tipo le puso su pené en la boca, y ella sin querer empezó a chupar aquella verga El tendero llego y dio un fuerte empujón a la cola y mi esposa dijo

-Uhh, que… rico…- llegando a un fuerte orgasmo, que era el tercero Cuando ya acabaron, se vistieron pronto y la vistieron a ella, y la bajaron al primer piso, y le dieron un vaso con un líquido espeso que ella tomo sin respirar, y pasados unos minutos, ella estaba como volviendo en si, y pregunto

-Que… paso

-Seño, se desmayo, y la trajimos aquí afuera para que se reanimara- le dijo cínicamente el tipo que le entregaba las bolsas Rita sentía un dolor en su cuquita y en su culito, pero no pensó en nada y simplemente tomo sus bolsas y se fue caminando hasta la casa.

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