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Viaje 5 estrellas en Didi
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Esta historia es cortita, pero estuvo muy sabrosa. Iba saliendo de una pedita con unas amigas, en el bar había conocido a un chico con el que estuve toda la noche echándonos miradas, invitándonos tragos y restregándonos al bailar. Por azares del destino y de mi peda, no me lo pude llevar a mi casa y me tuve que ir sola, borracha y muy pero muy caliente.

Saliendo del bar pedí mi transporte y, mientras esperaba, me tocó ver como una de mis amigas se aventaba un faje intenso con un vato, y el show solo me hizo excitarme más y arrepentirme de irme sola a mi casa. Mientras los veía besarse y tocarse, discretamente acariciaba mis pezones (Gracias a Dios decidí usar una blusa de tela delgada ese día) y la verdad, disfrutaba mucho del show, incluso pensé en pedirles un trío.

Mis fantasías se vieron suspendidas por la llegada de mi didi, me despedí con un abrazo y pude sentir la verga patada del ligue de mi amiga, se me antojó muchísimo y me re pegue un poco… y subí a la unidad

"Otro día me lo como" pensé.

-Servicio para Cris?- pregunta el chofer

-Buenas noches, está haciendo calor verdad?- dije mientras me acomodaba en el asiento trasero. El chofer asintió, le pico a su celular y arrancó el coche.

Inmediatamente sonó mi celular: era mi amiga, la que acababa de dejar a medio palo en la calle. En mi borrachera, conteste con el altavoz.

Pendeja, por qué te fuiste? Este vato dice que te lo sabroseaste y que lo dejaste prendido que nos lo cojamos las dos- grita mi amiga al teléfono.

Si ya estaba prendido, no te hagas… la neta a mi también me dejaron a mil. Y no quiero llegar a mi casa solita…- dije en tono de puchero

Si quieres vente a mi departamento, chingue su madre- dijo mi amiga emocionada y borracha- pero nosotros vamos a empezar ya, me urge una cogida.

Y en el acto, escuchaba besos, lengüetazos y gemidos fuertes… casi todos de mi amiga, pero eran los del vato los que me estaban enloqueciendo. Me excita muchísimo un hombre que gime durante el sexo, que demuestre lo bien que la está pasando; y está chico gemía muy rico, se le entrecortaba el aire, se le aceleraba la respiración y trataba de ahogar pequeños gritos. Sea lo que fuere que estaba haciendo mi amiga, estaba funcionando… y en mi también. Sentí clarito como se me mojaba la vagina y se empapaba mi ropa interior, sentía los pezones duros y el roce de la tela me daba shocks de electricidad.

Lo divertido empezó, cuando, en mi borrachera, olvidé dónde estaba y dejé que la calentura se apoderara de mi. Mis manos se fueron directo a liberar mis tetas de la blusa y metí dos dedos al bra para pellizcar y sobar mis pezones. Me estaba dejando llevar por mi juego, con una mano desabroche mi pantalón y metí dos dedos en mi calzón, mi celular estaba en mis piernas y seguía escuchando gemidos. Iban llegando a la casa de mi amiga y no habían podido ni bajar del coche, tenían que estar cogiendo ya; en ese momento, con dos de mis dedos acariciando mi clítoris, mi amiga soltó un gemido que me hizo volver a la realidad, abrí los ojos y me encontré con la mirada del chofer, me veía fijamente e íbamos a 10 km/hr. Por un momento me apene, no lo voy a negar… pero estaba tan caliente que no me importó, siempre me ha gustado tener público.

Te gusta?- dije entre gemidos, mientras se escuchaban los de mi amiga, además de los golpes por la culeada que estaba recibiendo. El chofer solo pudo asentir, sin despegar los ojos de mi. Me quite la blusa y saque mis tetas del bra, chupe mis dedos llenos de mis fluidos y jugué con mis pezones y mis tetas mientras miraba fijamente al chofer.

Quieres verme terminar?- dije mientras me abría por completo de piernas, otra vez solo pudo asentir, y casi al mismo tiempo escuchamos como mi amiga explotaba en un ruidoso orgasmo. Escucharla me hizo tener uno pequeño, no lo suficiente para que se me quitara la excitación pero si para estar al borde y necesitar que me penetraran.

Si encuentras un motel ahorita, te dejo hacer conmigo lo que quieras, soy tu puta por este momento… y salgo gratis- le dije entre suspiros al chofer, y me estire entre los asientos para tocar su verga, que ya estaba parada y se sentía muy apretada en sus pantalones. Tocarlo fue despertarlo, en chinga puso el coche en marcha y se metió al primer motel de mala muerte que vimos. Estaba extasiada y moría por comerme esa verga nueva, seguí dedeandome mientras pagaba la habitación y nos daban las llaves y abrían el portón. Pude ver de reojo la cara del encargado que claramente me vio masturbándome en la parte de atrás de un coche que obvio era un servicio, supongo que supo lo que estaba pasando. Le sonreí y guiñe el ojo y mientras avanzaba el coche le grite: Puedes venir a ver si quieres!

Ya en la habitación, el chofer bajó de coche, abrió la puerta trasera y se me aventó, me toco todo el cuerpo con hambre, apretaba mis tetas, pellizcaba mis pezones y se los metía a la boca mientras acariciaba mi clítoris, sentí cómo mordía mi pezón izquierdo mientras metía el tercer dedo en mi vagina y fue la primera vez en esa noche en la que grite de placer, sus enormes dedos eran justo lo que necesitaba en ese momento y el placer de sentirlos dentro solo hizo que se me hiciera agua la boca pensando en su verga. Me tomo de las manos y me jalo para bajar del coche, fuimos dejando mi ropa tirada entre el coche y la entrada del cuarto, mis calzones quedando justo en la puerta, que dejamos abierta por la prisa.

Me aventó a la cama y se arrodilló frente a mi, puso su cabeza entre mis muslos y sin reparos pasó su lengua desde mi clítoris hasta la vagina, chupando fuerte, succionando, metiendo la lengua. Mientras yo me pellizcaba los pezones, que para este momento ya estaban hinchados y grandes. Cuando sentí que iba a terminar lo jale del cabello para besarlo, no quería venirme todavía, quería esperar a que me la metiera en todos lados. Mientras nos besábamos se fue quitando la ropa, quedando en bóxer velozmente, e incluso encima de la ropa podía ver que la tenía grandota, gruesa y deliciosa. Ahora me toco a mi arrancarle la ropa y meterme su verga a la boca, ni con mis mejores esfuerzos me cupo toda por lo que me apoyé de mi mano para poder chuparla y tocarla toda. El chofer solo empujaba mi cabeza mientras empujaba con la pelvis, cogiéndose mi boca salvajemente, y no le importó que tuviera arcadas o que me lloraran los ojos, me obligo a metérmela toda y a disfrutarlo.

Cuando ya tuvo suficiente de mi boca me jalo de cabello haciéndome que me pusiera de pie, me abrió las piernas, metió dos dedos en mi vagina y me dedeo tan fuerte y tan rápido que no pude evitar venirme a gritos, mojando por completo su mano, mordiendo su cuello y jalando su cabello. Al calmarse mis gemidos me empujó sobre la cama, boca abajo y, sin avisar, me penetro duro y siguió cogiéndome así, mientras me tenía sometida agarrándome del cuello. Sus embestidas eran constantes y con cada una me llenaba más y más, me faltaba el aire y no podía gritar pero no me importaba, yo daba vueltas en un mundo de placer donde yo era una puta y este hombre me iba a llenar de leche cada agujero del cuerpo. Tuve otro orgasmo intenso y sentí como él también tenía uno, sentí como me llenaba de semen calientito todo el culo.

Sígueme cogiendo, quiero que me llenes cada hoyo de lechita- dije con voz entrecortada. Parece que la indicación actuó como viagra porque me dio la vuelta y me volvió a meter la verga, llena de leche, en la vagina que, si de por si ya estaba hinchada, con esa vergota sentí que me iba a romper, entro con mucha dificultad y yo gritaba como perra con cada centímetro que entraba, me retorcía para sentir cada roce. -Cógeme, dime que soy una puta barata- dije entre gemidos. -Eres una puta, eres mi putita, mi putita caliente y barata. Ahora cállate y disfruta perra- me decía al oído, la última frase la acompañó con una cachetada que me hizo tener otro orgasmo. Y mientras yo gritaba y me retorcía, este hombre me cabalgaba, me la metía cada vez más y seguía jugando con mi clítoris, cada vez más hinchada y sensible. -Me encantan estás putitas fresonas, siempre están bien ricas y aflojan luego luego, ve nomás que rica- escuche que decía y de golpe abrí los ojos. Pude ver cómo tenía un celular en la mano y me grababa mientras me cogía… había quedado mi cara de puta en el teléfono de un desconocido, y yo solo pude guiñar un ojo, chuparme un dedo y seguir en lo mío. Quien sea que va a ver ese video, que lo disfrute tanto como yo disfrute hacerlo.

Sentí como me volvía a llenar de leche "mañana me preocupo por la pastilla y las pruebas" pensé, pero si lengua en mis labios, limpiando su semen, me hizo olvidar todos los riesgos. Vi que su erección había bajado y lo acosté boca abajo, era mi turno de un oral, además… si lograba despertarlo otro rato, podía tener un palo más y lo necesitaba. Chupe su enorme verga y sentí cómo crecía en mi boca, la mezcla de sabores era deliciosa y el tamaño y la textura me tendrían chupándola todo el día; cuando la sentí totalmente despierta la saque de mi boca, me puse sobre él y me la metí, soltando ambos un gemido mientras lo hacía "nos vamos a venir los dos juntos" pensé y solo la idea ya me tenía a mil. Comencé a cabalgarlo lento, saboreando el roce, la presión de su verga dentro de mi, de sus manos en mis tetas. Aumentaba la velocidad mientras él se movía a mi ritmo, habíamos llegado al punto del unísono y, tal y como lo había pensado, los dos explotamos en orgasmos y gemidos al mismo tiempo.

Me deje caer sobre él y solo pude reír y decir:

Excelente servicio, cinco estrellas.

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