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Aventuras de una ninfómana (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Hola, déjame que me presente. Me llamo Maka y tengo 36 años en la actualidad.

Trabajo con responsable de marketing en una gran multinacional estadunidense con sede en Madrid. En mi tiempo libre me gusta ir con regularidad al gimnasio asique tengo un cuerpo delgado pero atlético el cual me esfuerzo en mantener.

Mido 1.64, pelo negro largo, ojos verdes, boquita pequeña de labios carnosos, culo generoso y respingón y unas grandes y firmes tetas que me regaló mi marido por nuestro primer aniversario años atrás… También tengo un pequeño secreto y es que soy adicta al sexo.

Lo que más me ha gustado siempre es sentirme deseada y ponérsela dura a los desconocidos… bueno a cualquier tío la verdad. Vamos, lo que se llama una calientapollas lo único que la mayoría de las veces también me encargo de bajarle el calentón al rabo de turno.

Vivo en Madrid y aquí es donde comenzaron mis aventuras sexuales hace un par de años atrás cuando llevaba unos 8 de casada. Solo os voy a relatar unas cuantas de ellas; de las que tengo mejor recuerdo o las que me llevaron a ser la guarra promiscua en la que me he convertido a día de hoy. Cuando por un momento me paro a recordar todo lo que he vivido y como se dieron las cosas me percato que eso de que la realidad supera a la ficción en mi caso es totalmente cierto.

Todo comenzó en una noche de sábado en la que salí a divertirme con unas amigas ya que mi marido estaba de viaje por trabajo. Por aquel entonces ya me ponía muchísimo calentar al personal en las discotecas, claro que eso solo lo hacía cuando salía sin mi pareja por obvias razones. Él debido a que es responsable del departamento de ventas en mi misma empresa viaja bastante y es en esas ausencias que mi lado oscuro despierta.

Llegada la hora me preparé para salir con un vestido de licra blanco de esos que se pegan al cuerpo y que se componen de una minifalda ajustada que solo te tapa el culo y la espalda al aire. Por delante la tela llega hasta el cuello con un gran escote en V hasta el ombligo, por supuesto no llevo ropa interior de ningún tipo. Vamos que mis pechos se mueven libres bajo la escasa tela y se marcan mis pezones en cuanto se me ponen duros. Por supuesto las bragas también estaban descartadas de ante mano.

Llegamos a la discoteca cerca de las 2 de la mañana ya con un ligero puntillo adquirido en los locales de copas cercanos de la zona de Huertas. Salimos a la pista con nuestros mojitos en la mano y las 3 comenzamos a bailar. Poco tiempo pasa cuando ya hay varios tíos bailando a nuestro alrededor, la música suena estridente y empieza a hacer demasiado calor. 

Pasa un rato y mis amigas deciden que ya han tenido suficiente y se largan a la barra a por otra copa antes de preguntarme si no quiero ir con ellas, yo declino su invitación y prefiero continuar bailando ya que cerca hay un pibón de tío que no deja de mirarme y sonreírme y así se lo digo a Juani.

– Vamos que si desapareces no te buscamos ¿no?

– Nah, ese morenazo de enfrente no me saca los ojos de encima asi que tal vez incluso triunfe, ya me entiendes.

Juani es mi mejor amiga y ella sabe perfectamente que siempre he fantaseado con tirarme a un desconocido en algún garito y está claro que esta puede ser mi noche. Me despido de ambas y continuo meneando el trasero en la pista de baile al ritmo de la música y terminándome mi copa.

Pocos minutos después puedo sentir con el morenazo de antes se coloca a mi espalda y comienza a bailar restregando su cuerpo contra el mío sin reparo ninguno. Después de un par de canciones noto como posa sus manos en mis caderas y pega completamente su gran cuerpo contra mí. Me saca unos centímetros de altura y puedo notar con claridad su erección frotándose en mi trasero.

– Hola preciosa, me llamo Lucas y ¿tu? se presenta hablándome al oído y afianzando sus manos en mis caderas.

– Hola, soy Maka, es un placer. Le contesto coqueteándole y le sonrío a la vez que meneo lentamente mi trasero para profundizar el contacto.

– Joder, como me estás poniendo Maka. Me comenta con voz ronca por la excitación y dándome la vuelta para quedar frente a frente.

Sus manos viajan automáticamente hacia mi culo y se quedan allí masajeando y estrujando a su voluntad mientras que seguimos bailando en medio de la pista.

No hablamos mucho más, solo algún comentario tribal a la vez que seguimos el ritmo de la música. 

Su boca comienza un asalto sin cuartel y su lengua se enreda con la mía a la vez que una de sus manos sube hasta mi pecho el cual magrea hasta ponerme el pezón duro como una piedra. Yo gimo en el beso y noto como su otra mano se pierde bajo mi falda entrando por atrás. Puedo sentir dos de sus dedos pasando entre mis labios húmedos por lo cachonda que me ha puesto.

– Joder que traviesa eres, no llevas ni bragas y ya estás choreando… quieres que te meta el rabo ¿eh? putita.

-¿Este rabo? Le susurro contra sus labios a la vez que aprieto su erección por encima del vaquero ajustado que lleva puesto.

Él se limita a resoplar y a llevarme hacia el fondo de la discoteca que está bastante más oscuro y donde hay varios sillones que están ocupados.

Me acorrala contra una columna al lado de los sillones y comienza a devórame el cuello a la vez que me saca ambas tetas del vestido y pasa a magreármelas y chupármelas sin pudor alguno. Yo no puedo parar de gemir no solo por sus caricias si no por el espectáculo que estamos dado ya que un par de parejas de los sofás nos están mirando con disimulo.

Importándome una mierda eso, es más, excitándome le desabrocho la bragueta y después de maniobrar con la ropa interior saco su duro miembro fuera y vaya polla… hmmm quiero que me folle ya… Se la empiezo a menear cuando me da la vuelta y me hace abrir las piernas.

– Que pedazo de culo que tienes zorra.- Declara a la vez que me da una nalgada con algo de fuerza y eso hace que casi me corra del gusto.

– Ven aquí que te la voy a meter hasta el fondo.

Y vaya que si lo hace, restriega un par de veces su falo contra mi coño húmedo y pasa a buscar mi caliente vagina donde se hunde de una sola embestida fuerte y profunda.

– Aaahh siii fóllame cabrón.

Él se limita a gruñir algo, afianza sus manos en mis caderas y comienza a embestirme con fuerza. Yo estoy algo inclinada para que me la pueda meter mejor y con las tetas aún fuera del vestido. Las puedo notar cómo se bambolean a cada arremetida del animal que me está rompiendo el coño. Joder que polvo más bueno… estoy pensado esto y que estoy por correrme cuando noto una mano tocándome un pecho y tirando del pezón. Abro los ojos y veo a un tío de más o menos la edad de Lucas pero mucho menos agraciado que me está metiendo mano a la vez que se toca la polla por encima del pantalón.

– Joder Lucas, tienes un radar para las calentonas.

Ok, es su amigo… pues por mi bien, que cojones.

Las parejas sentadas después de esto parecen demasiado escandalizadas o cachondas y se largan. Genial, Lucas me la saca y sin guárdasela siquiera me lleva a uno de los sofás con su amigo detrás.

– Vamos nena que ahora me la vas a montar, eh zorrita.- Me dice dándome otra palmada en el culo.

Cuando se sienta me fijo bien en él y su puta madre, es un polvazo y me está esperando con esa deliciosa polla en alto, se ha desabrochado por completo los pantalones y ahora puedo admirar sus grandes y oscuras bolas.

Me subo a horcajadas sobre él y antes de empalarme con su verga veo como su amigo se sienta al lado sin quitar la mano de su entrepierna.

Siento que en cuanto me la meta me voy a correr y así lo hago gimiendo y apretando la polla de Lucas con los espasmos de mi orgasmo. Esto parece encenderle y comienza a embestir hacia arriba con salvajismo.

Puedo notar como mi falda se ha resbalado hacia mi cintura con el movimiento asique ahora tengo el culo al aire y cualquiera puede observar como el rabo de Lucas duro y completamente empapado por mis fluidos entra y sale de mi coño con velocidad. Su amigo se ha inclinado hacia nosotros y después de hacerme chupar un par de sus dedos el muy bastardo los lleva hasta mi trasero y comienza a meterme uno por culo a la vez que Lucas me abre los glúteos con ambas manos y sigue fallándome con fuerza. Joder creo que ahora mismo dejaría que me follase toda la discoteca… quiero mas… Comienzo a gemir como una perra en celo y me inclino más hacia Lucas para que su amigo pueda abrirme mejor el trasero lo que aprovecha para chuparme las tetas.

– Vamos córrete otra vez puta… o necesitas que te la meta por el culo para hacerlo, ¿eh? ¿Quieres mi polla en tu trasero o la de Oscar, hmmm?- Me pregunta al oído después de metérmela hasta los huevos y dejarme ahí clavada y temblando de excitación.

– ¿Que tal las dos por turnos? eh? -Vuelve a gruñir y puedo ver en su mirada que me va a follar hasta destrozarme y eso solo hace ponerme más cachonda si se puede.

Oscar mientras tanto no ha perdido el tiempo y ya tiene tres de sus dedos hundidos en mi trasero.

– Hmmm siii, vamos fállame el culo o tu amigo me da igual pero meterme algo ya joder…

– Hija de puta te voy a destrozar tu puto trasero.

Y así lo hace. Saca su hinchada polla de mi dilatado coño y me la va metiendo de a poco por el culo a la vez que me besa con pasión. Cuando la termina de meter y me acostumbro a su jodido grosor comienzo a subir y bajar a un ritmo primero lento y acompasado y poco después rápido y errático.

Estoy empezando a convulsionar de placer y a perder la poca razón que me queda cuando hace que me levante de sobre él y que me vuelva a empalar con su verga pero esta vez dándole la espalda y de frente a todo aquél que llevaba ya un rato disfrutando de nuestro sexo en vivo.

Y menudo espectáculo, no me reconozco. Tengo las tetas fuera rebotando con ambos pezones erguidos a cada jodida embestida de mi amante. La falda a modo de cinturón, las piernas completamente abiertas y con los dedos de Oscar hundiéndose en mi chorreante coño… Joder me vuelvo a correr y ahí veo como Oscar se saca su polla más pequeña que la de Lucas pero más gruesa y se abalanza sobre mi hundiéndola de golpe en mi coño. Doy un grito de placer al notar cómo me llenan por completo. Tengo los dos agujeros abiertos y llenos y no puedo evitar que un hilo de saliva escura por la comisura de mis labios cuando Oscar empieza a follarme magreándome las tetas a la vez que Lucas me rompe el culo.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, solo sé que cuando Oscar me la saco y se corrió encima de mi coño y poco después Lucas se vaciaba en mi trasero estrujándome las tetas y mordiéndome un hombro tuve el mayor orgasmo que he sentido en mi puta vida… y recordar que soy una zorra ninfómana.

Al final terminaron echándonos de la discoteca y amenazando con llamar a la policía por escándalo público.

Esa fue mi primera aventura extramatrimonial, las siguientes que vendrían y las que verdaderamente me convirtieron en lo que soy hoy no estarían totalmente bajo mi control y fueron por culpa de esta noche en concreto. En fin yo misma me lo busqué pero por hoy ya estoy lo suficientemente caliente como para contaros más aventuras, eso será en la siguiente parte ahora voy a ver si mi marido quiere metérmela en algún lado. Espero que os haya gustado… nos vemos. Hmmmm…

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