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Cogiendo a la amante de mi mujer
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Tiempo de lectura: 11 minutos

-Hola Julio. ¿Cómo estás? Me sorprendió tu llamado. Dijo Luz mientras se sentaba en la mesa del bar donde la había citado.

-Bien, bueno, no tan bien. Por eso te pedí hablar. Vos sos abogada, especialista en divorcios controversiales. Preferí hablar aquí que ir a tu estudio.

-Ups, ¿tengo que hablar como amiga tuya, amiga del matrimonio, o como profesional?

-Necesito tu opinión profesional.

-¿Es sobre vos y Mariana? Sabes que soy amiga de ella.

-Lo sé. Y sé que no me representarías en una demanda de divorcio.

-¿Qué cagada te mandaste?

-Ninguna. Te lo aseguro. Tengo una pregunta concreta para empezar: ¿Se considera infidelidad cuando una persona tiene relaciones sexuales con otra persona fuera del matrimonio?

-Sí, claro. Toda relación sexual con otra persona fuera del matrimonio es infidelidad.

-Supongamos que hay pruebas concretas que yo tengo relaciones sexuales con otro hombre. ¿Sería infidelidad?

-Ehhh, Julio que pregunta, nunca tuve un caso así. Sí, yo considero que es un hecho de infidelidad. ¿Acaso vos…?

-No, nada que ver. Fue una pregunta testigo. ¿Y en el caso de dos mujeres? ¿Una mujer casada teniendo encuentros reiterados con otra mujer?

-¿Reiterados? La misma respuesta, no tuve un caso así, pero creo que sí, que es infidelidad. Lo que pasa es que con todo este tema de la liberación de la mujer… es todo un tema… te repito, para mí sí, pero…

-Entiendo. ¿Entonces podemos decir que es mucho más contundente si una mujer se acuesta con otro hombre que si lo hace con una mujer?

-Ehh, Dios, que pregunta. Técnicamente, tendría que ser igual, pero…

-Entiendo…

-Julio, ¿me vas a decir que pasa?

-Solo si me das tu palabra que en caso de un juicio de divorcio, no vas a ser abogada de Mariana.

-Te lo aseguro. Soy amiga de los dos, no podría representar a uno. Aunque dicen que los abogados no tenemos principios, yo sí. Y uno es no tomar parte en divorcios donde soy amiga de la pareja.

-Hace tiempo, por ciertos detalles, me di cuenta que Mariana escondía algo. Detalles insignificantes, pero para mí…

-Si, sos un tipo super detallista, un excelente analista.

-Como la cerradura de casa es biométrica, revisé los registros de aperturas y cierres de la puerta de acceso a la casa. Encontre que los jueves, alrededor de las 15Hs. se abría la puerta de casa, y nuevamente a las 17. Las dos veces, desde el interior. Como tenemos una cámara de seguridad que toma la puerta, la revise, y encontré que hace tres semanas, entraba una chica, de unos 25 años. Y se fue a las 17. La semana siguiente lo mismo.

A esa chica, no la conozco. Nunca la ví. Casi de 1,70, muy linda, un cuerpo hermoso, una bella mujer.

La semana siguiente, lo mismo. Para la tercera semana, puse cámaras espía conectadas a una compu que escondí en el garaje, una en el living, otra en mi dormitorio. Y…

-Y las viste. ¿guardaste los archivos?

-Si, los guardé por supuesto.

-¿Queres contarme?

-Si… ni bien entro la chica, se besaron con todo en el living, y subieron al dormitorio. Se quitaron la ropa, y se tiraron en la cama, nuestra cama matrimonial. Lo que siguió, fue tremendo. Las dos besándose, acariciándose, tocándose. Hicieron un 69, y como las cámaras también grababan sonido, pude escuchar los gemidos de las dos. Eran dos gatas en celo. Mariana salió de cuadro, y volvió con un consolador en la mano y un arnes, que también tenía un consolador puesto. La hizo poner en cuatro patas y la cogió como perrito. Supongo que por la concha. Después de un rato, le dio el consolador a la chica, que seguía en cuatro patas, y se salió de la concha.

Al parecer se le metió el consolador del arnés por el culo, y por el movimiento que hizo la chica, se metió el consolador que le dio Mariana por la concha.

Un rato después la chica debe haber tenido un orgasmo, porque Mariana se sacó el arnés, se puso en cuatro patas y se metió el consolador que le dio la chica en la concha, mientras ella le chupaba el culo. Minutos más tarde, en medio de un grito de placer, terminaron. Se acostaron las dos, y se besaron.

Más tarde, tuvieron otra vez sexo.

-Wow. Que fuerte. ¿Volviste a tener sexo con Mariana? ¿Cómo fue?

-Eso es lo fuerte. Desde que empezaron esos “detalles” que te comenté, nuestro sexo fue cada vez mejor. Ella está mucho más caliente. Y lo hacemos por lo menos cuatro veces por semana y el jueves, día que se encuentra con la chica, es tremendo lo caliente que está.

-Entonces, saliste ganando…

-Luz, no me jodas…

-Perdón. Tenés todo guardado supongo.

-Si, por supuesto.

-¿Qué pensas hacer?

-No lo sé. Por tercera vez te digo que nunca le fui infiel, nunca estuve con otra mujer.

Para mí, no es necesario el contacto físico para que una persona sea infiel. Si hay un sentimiento, un deseo no solo sexual por otra persona, hay infidelidad. Pero… si solo es sacarse una calentura, aprovechar una oportunidad por calentura, no hay infidelidad. Y aplica tanto para el hombre como para la mujer, te lo dejo bien en claro.

-A ver si entiendo: ¿Vos te bancarías que Mariana este con un tipo solo por calentura, o con esta mina, si solo es por placer sexual?

-Si. No tengo problemas. Obviamente que preferiría que fuera con una mina, y no me preguntes por qué, pero supongo que por una cuestión de ego.

-Wow. Flor de problema tendría si te representara en un juicio de divorcio.

-Ahora ¿Cómo profesional y como amiga, qué me aconsejas hacer?

-Es la pregunta que no quería que me hagas, la puta madre. Es muy difícil aconsejarte algo.

-Te lo pido por favor, dame un consejo.

-Julio, siempre y no solo en tu caso aconsejo lo mismo. Sentarse a charlar, pero con honestidad, no escondiendo sentimientos. Siendo francos los dos. Es el mejor y más saludable camino.

-Vos sos amigo de los dos. Por eso obvie preguntarte si sabías algo de lo que te conté. Pero como amiga y abogada, quiero pedirte que estés presente en esa charla, digamos como una moderadora, no como una mediadora. Te aseguro que no voy a ponerme en una postura agresiva, quiero charlar, entender.

-¿Lo decís honestamente, que queres charlar, entender?

-Te aseguro que sí. Yo a Mariana la amo. Y me parece una locura tirar a la mierda nuestro matrimonio si podemos hablar con sinceridad.

-Es jodido lo que me pedís. Mariana puede no querer que esté presente. Pero me resulta muy sincero lo que me decís. ¿le vas a decir que tenes todo grabado?

-No, no quiero humillarla. Tiene que salir de ella reconocer lo que esta haciendo.

-Bien. Entonces, sí.

El jueves siguiente, casi a la hora que habitualmente se iba la chica de nuestra casa, entramos con Luz, y nos quedamos sentados en el living. Yo me serví un whisky y nos quedamos en silencio. Minutos después, aparecieron Mariana y la chica desde nuestro dormitorio, las dos vestidas como para ir al gimnasio. La cara de Mariana fue de sorpresa y horror.

-Hola Mariana. Tenemos que hablar. Le pedí a Luz, que por ser nuestra amiga y por ser abogada, sirva de moderadora de nuestra charla, para que sea de manera tranquila, un dialogo entre personas adultas. Si queres, despedí a tu amiga y charlamos.

-Eh… si, claro.

Se despidieron con un beso en la mejilla y Mariana se sentó a charlar.

-Mariana, Julio me pidió que esté presente para evitar roces. Él quiere dialogar, charlar, entender. Si te parece, él va a hablar primero.

-Sí, claro. Dijo Mariana.

-Te pido que seas honesta. Es muy claro que vos y esa chica tienen algo. Por las cámaras, y las cerraduras comprobé que todos los jueves se encuentran aquí. ¿Qué hay entre Uds.?

-Julio, perdoname, te juro que te amo, te amo con todo mi corazón y mi mente. Con Gina solo es sexo.

-Te quiero creer y entender. ¿Queres contarme?

-Todo empezó hace cosa de tres meses, por curiosidad entre en una página porno para ver como era el sexo entre mujeres, porque escuche a dos chicas en el gimnasio hablando. Y vi uno, dos videos y te reconozco que me calentó. Una semana después, al salir del gimnasio, Gina me dijo de tomar un café. Fuimos y me dijo que le gustaba, que quería tener algo conmigo. No te lo voy a negar, me excite, por los videos y por la propuesta. Tengo 35 años, ella 24, y sentirme deseada y por una mujer, me calentó. Vinimos a casa. Lo que sigue, creo que lo sabes.

-Sí, lo sé.

-Pero te juro Julio, es solo sexo. Ni la quiero ni mucho menos la amo. Ella lo sabe. Y aunque no lo creas, pensaba decírtelo. Porque sabía que te estaba siendo infiel o algo parecido, no sé.

-Si Mariana, eso también es infidelidad. No solo acosarse con hombres es infidelidad. Dijo Luz.

-Dios, que boluda que fui. Te voy a perder por una calentura, por hacerme la open Mind. Solo me queda pedirte perdón Julio. Entiendo lo que estás pensando y pasando. Es lo mismo supongo que si vos estuvieses con otra chica.

-Sí. Lo mismo. Te vuelvo a preguntar, y te vuelvo a pedir honestidad: ¿Hay algo más que sexo? ¿Estás insatisfecha con nuestras relaciones sexuales? ¿Estás mal como pareja? ¿Queres divorciarte?

-No, por Dios, no. Te juro que te amo, y con todo mi corazón. Ni loca quiero divorciarme. Y te juro que nunca más me voy a encontrar con Gina o con ninguna otra mina. Julio, si es necesario te piso perdón de rodillas.

-No, Mariana, no es necesario.

-Julio, creo que Mariana es honesta y sincera con lo que dice. Ahora todo está en tus manos. Dijo Luz.

-¿Vos que pensas Luz de que tenga encuentros con Gina u otras mujeres?

-Te lo voy a responder como mujer: Se está dando en muchas mujeres, descubrir una nueva sexualidad, la bisexualidad, no es mi caso, hasta ahora. Te diría que es algo natural.

-Entiendo, y por favor, respondan las dos: ¿Qué pasaría a la inversa, si yo me viese y tuviese sexo con otro hombre?

-Julio, no, no puede ser, vos sos muy hombre, no creo poder soportar saber que tenes sexo con otro hombre. Dijo Mariana.

-Sos un tramposo Julio. Dijo Luz.

-¿Entonces estás de acuerdo que hay una doble vara? ¿En un caso es genial, toda la onda y en el otro caso, terrible? Dije.

-Si. Tenes razón. Pensalo Mariana, las dos son relaciones homosexuales. Dijo Luz

-Pero es distinto…

-Quédate tranquila, no es de mi interés, por ahora. Dije sonriendo para meter un poco de distención.

Mariana, ¿Hay alguna otra cosa que deba saber?

-No Julio, te lo juro. Nada.

-Luz, gracias. Creo que no necesitamos más de tu intervención. Dije.

-Mariana, ¿vos queres decir algo más y que me quede?

-No Luz. Solamente agradecerte por haber estado aquí.

-Fue un placer y Julio, admiro tu carácter y tu cerebro. Si hubiera muchos hombres como vos, te aseguro que muchas más parejas se salvarían. No sé que va a pasar con Uds. Pero tu actitud de hablar, no es nada habitual. Mariana, tómalo en cuenta. Tenes un marido que esta fuera de los cánones normales. Ojo, no lo pierdas boluda.

-Tenes razón, lástima que lo descubrí estando a punto de perderlo. Dijo Mariana.

Cuando Luz se fue, me serví otro whisky, y uno para Mariana.

-Bueno, ¿Por qué no me dijiste nada antes?

-¿Qué te iba a decir, tengo ganas de acostarme con una mina? ¿Me calienta una mina? Me moría de vergüenza, como ahora.

-Mariana, yo creo que solo hay infidelidad, cuando hay un sentimiento de por medio, cuando por ejemplo, si tuviera una amante, sintiera algo por ella. Pero si es solo sexo, pues es eso, sexo. No te voy a negar que si me decís que tenes ganas de hacerlo con otro hombre, pues mi ego se vería herido. ¿Vos te bancarías que estuviera con otra mujer?

-Ni loca, te lo dije, te tiro un jarrón por la cabeza mínimo. No podría soportarlo mi ego. Que otra mujer te goce, no por favor.

-¿Y por qué desde que estas con Gina, nuestro sexo cada vez es mejor, sobre todo los jueves?

-Ehh… no lo sé…

-Dijimos que íbamos a ser honestos y sinceros.

-Julio… me da vergüenza, en serio…

-¿Acaso tenes otra fantasía?

-Ehh…Julio…

-Bueno, te dejo tranquila. Ahora, ¿Qué queres hacer? Con nuestra pareja dijo.

-Quiero seguir con vos, ser tu mujer, ni loca quiero perderte, te lo dije, estoy arrepentida y quiero, necesito que me perdones.

-No te voy a mentir, te amo, como el primer día, y no me molesta que te veas con Gina, solo me jode y mucho, que no seas franca, honesta. Aún ahora, no lo sos. Tenes fantasías que no queres decir. Eso me hace dudar de seguir o no. Es mi realidad. Entonces, con dudas no quiero seguir. Una pena Mariana.

-Es que… Julio… amor… tengo dos fantasías: una que me rompas el culo, nunca te deje, y la otra… lo hable con Gina… es… que me cojas mientras la cojo a ella, y que nos cojas a las dos… por todos lados…

-Mmm, que interesante. Tu amiga no está nada mal. Sería un placer cogerla. Podemos armar algo… Pero… en la forma que yo quiera… como yo quiera…

-Ehh, ¿y cómo es eso?

-Sorpresa. Ahora, todo depende de vos, y tus decisiones. Mañana a la noche, salimos a cenar los tres, después venimos a casa. Si todo se hace como yo quiero… seguimos. Si vos no queres… pues se termina todo. Dije.

-Julio, por favor, no me dejes…

-Ya te dije. Vos ahora tenes la decisión.

Cenamos y aunque ella quiso que hagamos el amor, no lo hicimos.

Al día siguiente estaba trabajando cuando me llego un mensaje de Mariana. “Salimos a cenar los tres. Y todo como vos digas. Te amo”. Aproveche el almuerzo para hacer unas compras. Y como llegue antes a casa, conecte la cámara de video que había instalado en nuestro cuarto, al smart, para ver todo lo que la cámara tomaba.

Yo para salir a cenar me vestí de un elegante sport. Mariana, con una mini y una blusa escotada, que permitía ver las redondeces de sus pechos. Pasamos a buscar a Gina, y estaba vestida para el infarto, una mini realmente mini, una camisa casi transparente que permitía ver el corpiño de encaje negro que tenía. Las dos estaban hermosas.

Cuando llegamos al restaurant, hice que Gina se siente junto a mí y Mariana frente a mí. Ni bien nos sentamos, le dije al oído a Gina:

-Quiero hacerle mierda la cabeza, si te digo algo al oído, reíte, como si te estuviera diciendo guarradas. Si estas de acuerdo asentí con la cabeza.

No solo asintió con la cabeza. También me dijo al oído.

-Sos un hijo de puta, te sigo.

Varias veces, le dije algo o hice que le decía algo al oído y Gina se reía y la miraba a Mariana, que se moría por saber que le decía. Incluso, en varias oportunidades acaricie la pierna de Gina por debajo de la mesa y ella se lo hizo notar a Mariana, incluso cuando fui más arriba y le acaricie la concha.

-Tu marido es un desgraciado, me está acariciando la pierna y uff, ahora ahí mismo.

-Julio, por favor, estamos en un restaurant, por favor compórtate. Dijo Mariana casi en un ataque de celos.

-Muy buenas piernas, y te aseguro que ya está mojada su tanga. Dije mirándola a los ojos.

Cuando terminamos de cenar, estoy seguro que Mariana estaba a full con su excitación. Llegamos a casa, y le pedí que me sirva un whisky.

-Nunca vi dos mujeres pasándola bien, vamos a nuestro cuarto, quiero verlas. Dije.

Me saque la ropa, solo me deje el bóxer y me acosté. Ellas se quedaron paradas a los pies de la cama y como Mariana estaba cohibida, fue Gina la que empezó a desnudarla y besarla. En minutos estaban las dos desnudas y a los besos en la cama. Hicieron un 69 y las dos tuvieron sus orgasmos chupándose las conchas.

-Es mi turno. Dije.

Del cajón de mi mesa de luz, tome dos juegos de esposas que había comprado esa mañana y esposé las muñecas de Mariana al espaldar de la cama.

-Gina, fijate en el segundo cajón del placar. Ahí guarda Mariana sus juguetes. Dije y Mariana abrió los ojos con todo.

Gina fue y saco el arnés con consolador y un consolador y los puso junto a Mariana. La mire y me sonreí. Me acosté y le pedí a Gina que se ponga de rodillas sobre mi boca, mirándome. Comencé a chupar su concha, su clítoris y su culo.

-Gina, que hermosa concha que tenes, y que sabrosa. Dije.

-Desgraciado, si que chupas bien la concha, me vas a sacar un orgasmo en cualquier momento.

Seguí chupando y Marina nos miraba tironeando de las esposas e insultándonos. Le saque un par de orgasmos y le dije:

-No puede ver, contale Gina.

-Mariana, este hijo de puta me está sacando orgasmos sin parar, ahora su lengua está en mi orto, y el muy hijo de puta me la está metiendo todo lo que puede y puede… Ahh, Julio, me estas matando. Ahora vuelve a mi concha, Julio, no!!! Me está metiendo dos dedos en el culo Mariana, es un cerdo hijo de puta, me chupa la concha y me mete dedos por el culo.

-Pues si te molesta, metete el consolador. Le dije.

-Me está volviendo loca, te lo aseguro, y verte a vos, ahí, que morbo, mira como me chupa tu marido, mira como

-me meto el consolador por su pedido…

-Julio, por favor, soltame, ya basta, soy tu mujer carajo.

-Si, pero yo estoy disfrutando a tu amiguita. Ah, te voy a poner algo en la tele así te entretenés. Dije y prendí el smart.

Marina miro y dio un grito. En la pantalla estábamos los tres. Y podía ver como Gina se metía el consolador en el culo.

-Lo estoy grabando, como su encuentro anterior, me parece genial para subirlo a internet. Dije.

-Ni se te ocurra desgraciado. ¿Cómo que tenes nuestro encuentro anterior?

-Marina, Marina… no soy tan tonto y lo sabes.

Luego de un rato de chuparle la concha a Gina, la hice poner en cuatro patas y se la metí por el culo, en lugar del consolador.

-Mmm, que hermoso culo que te estabas comiendo Marina, está bien cerrado. Dije.

-Y su pija es mejor que el consolador Marina, que hermosa pija tiene, me está volviendo muy loca.

-Te juro que te agarro y te destrozo Julio, no doy más, soltame guacho. Si esta es tu venganza, ya está, es suficiente. Dijo Marina.

-No es venganza, es mostrarte lo que te perdiste…

Bombee un rato en el culo de Gina y tuvo un tremendo orgasmo. Me acosté con la cabeza hacia la cámara y le di las llaves de las esposas a Gina para que la suelte.

Cuando estuvo libre, Mariana de un salto me montó y metió mi pija en su concha. Dio un grito de placer y se puso a cabalgarme con todo. Gina le chupaba las tetas y le acariciaba el clítoris.

-Mirate Mariana, mirate la cara de placer que tenes, mirate como estás gozando. Le dije.

Ella se miró en el Smart y su excitación era tremenda. Estuvo varios minutos subiendo y bajando hasta que tuvo orgasmo genial.

-Ahora, las quiero en un 69, Gina abajo, y vos Mariana, mirando el smart.

Lo hicieron y me puse atrás de Mariana. Gina comenzó a chupar mis bolas y la concha de Marina, alternadamente. Acerque mi pija al culo de Marina y ella se separó con todo sus cachetes. La fui metiendo de a poco.

-Mira la cara de puta satisfecha que tenes mi amor. Mira tu cara de placer por como te la meto por el culo.

-Hijo de puta, esto si que no lo esperaba guacho.

La estuve bombeando por un rato. Todo el tiempo ella gritaba de placer, me insultaba y me pedía que le dé con todo. Acabe en su culo y cuando la saqué, la metí en la boca de Gina, que chupaba gustosa y la dejaba bien limpia. Se pusieron de rodillas y se dieron un beso tremendo compartiendo el esperma que Gina había juntado con su boca.

Fueron al baño y vinieron corriendo a la cama. Las dos me besaron. Primero Gina. Después Marina.

-Te amo Julio. Me cumpliste las dos fantasías. Sos un tremendo marido. Te amo, por favor. No me dejes.

-Ni loco te dejo. Y me encanta como te transformaste en una tremenda hembra.

Las dos fueron a buscar un par de cervezas bien heladas.

-¿Cuánto hace que sabías? Me preguntó Marina.

-Un par de semanas.

-¿En serio tenes grabado nuestro encuentro anterior?

-Si. Porque si negabas todo, te lo iba a mostrar.

-Entiendo. Que boluda que fui.

-Mariana, tremendo marido tenes. Espero que me inviten otra vez. Dijo Gina.

-Gina, ahora Julio decide.

-Mariana, ya te dije: no tengo problemas en que te veas con Gina, y tampoco en que nos encontremos los tres si quieren.

-¿Vos te vas a encontrar con otras mujeres?

-Mmm, no, no lo necesito. Y no te enojes Gina, lo de recién fue para ponerla muy loca a Mariana. Espero tener oportunidad de cogerte bien la próxima vez.

-Me di cuenta, y yo espero con ansias esa próxima vez.

-No tengo problemas, pero no me esposen… Dijo Marina.

-¿Vemos el video de recién? Dije.

-Hijo de puta, ponelo. Dijo Marina.

Esa noche lo hicimos una vez más, y fue tremendo. Quedamos en seguir encontrándonos cada tanto. Mi mujer y nuestra amante.

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