Mi nombre es Micaela y me gustaría contarles una experiencia que viví junto a una amiga cuando ambas teníamos 18 años.
Durante las vacaciones de verano de ese año ambas íbamos a un club a pasar la tarde ya que este contaba entre sus instalaciones con ciertas piscinas públicas abiertas para todo el mundo. Allí nosotras nos hicimos amigas de uno de los cuidadores/seguridad del lugar y no porque nosotras lo quisiéramos sino que fue porque este hombre se nos acercaba a hablarnos siempre que nos veía tomando un poco de sol cerca de una de las piscina. Así fue digamos como nosotras iniciamos una relación con este guardia.
Él tenía un inconveniente cada vez que se acercaba a nosotras, no podía quedarse mucho tiempo conversando ya que como estaba de guardia debía ir a recorrer todo el lugar para ver que no suceda nada así que nos invitaba a que lo acompañemos en su recorrido y nosotras lo hacíamos. Debido a eso pudimos entrar en ciertos lugares a lo cuales no podíamos acceder y eso a nosotras nos encantaba porque por primera vez en nuestra vida estábamos haciendo algo incorrecto y eso nos llenaba de emoción y de algarabía.
Un día este guardia nos hizo entrar a la cancha de basket y junto con el nos pusimos a tirar un par de pelotas al aro, luego de eso nos llevó al vestuario local y allí nos quedamos por un buen rato. Ahí hicimos un par de locuras como por ejemplo besarnos entre nosotras y lo hicimos porque el nos incitó a hacerlo y nos pareció divertido hacer aquello. Además, luego nos dimos unos besos con el pero ni esto ni besarnos entre nosotras fue lo más fuerte que hicimos en ese momento ya que le practicamos sexo oral a nuestro amigo.
Después de besarnos entre nosotros tuvo la idea de que nosotras le practiquemos sexo oral así que se bajo el cierre del pantalón y del saco su poronga. Entonces nosotras estando en un estado de exaltación y de algarabía nos agachamos y desde ambos lados le empezamos a besar conjuntamente todo el tronco hasta llegar a la punta. Allí yo empecé a tragar primero, luego dejé que ella lo haga, después me tocó nuevamente a mi y así estuvimos por varios minutos tragando y lamiendo. Cuando el consideró acabar nos coloco a las dos juntas y nos eyaculo sobre nuestro cuerpo.
Al día siguiente nos volvió a meter allí, en el vestuario de la cancha de basket que se encontraba cerrada al público y lo primero que hicimos estando allí dentro, solos y lejos de la gente fue besarnos entre nosotros porque así lo quiso el ya que nos agarro a las dos y busco nuestras bocas apenas haber entrado. Entonces se besaba primero con una, luego con la otra y así estuvimos por un ratito hasta que decidió que se la volvamos a chupar, por lo tanto, nos volvimos a agachar y entre las dos le empezamos a lamer la poronga. Esto luego prosiguió de otra manera muy distinta a la del día anterior.
El había traído preservativos por lo cual quería garcharnos así que luego de la mamada que le practicamos nos hizo poner en cuatro patas sobre la banca de madera y lo primero que hizo al ponernos en esa posición fue chuparnos el culo y el coño para dejarlo mojadito y lubricadito. Entonces luego de hacer eso se subia a la banqueta, colocaba su pene en la entrada de nuestras cuevas y empezaba a darle. A ambas nos tomó de la cintura para embestirnos pero había momentos en los que se emocionaba y nos terminaba agarrando del cabello. Así estuvimos un rato hasta que nos volvió a juntar y a eyacularnos nuevamente sobre nuestro cuerpo.
Los siguientes días fueron más calmados ya que lo único que hacíamos era practicarle sexo oral pero un día volvimos a tener acción y de la buena ya que el le había contado a su compañero las cosas que hacíamos así que luego de haber terminado sus turnos nos llevaron allí y digamos que nos hicieron de todo. Primero nos despojaron de nuestras bikinis así que nos dejaron desnudas, entonces nos empezaron a meter mano por todo nuestro cuerpo tocando e introduciendo sus dedos por nuestros orificios. Luego ambas se las chupamos a los dos por igual ya que nos intercambiaron en un momento. Después de eso nos follaron primero de pie, luego sobre la banqueta y por último tirados en el piso con nosotras brincando. Esa faena sexual terminó con ellos eyaculando sobre nuestros rostros.
Así fue como nosotras dos pasamos nuestras vacaciones de verano.