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Mi secretaria me pide que la coja, me sacrifique y lo hice
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Florencia es mi secretaria desde hace 10 meses, 28 años, habla 3 idiomas, casada, alta, elegante, y por lo que se puede apreciar un muy buen cuerpo. Yo soy el Gerente General de una importante empresa y con ella tengo una relación muy cordial, como con el resto del personal.

-Mike, voy a traerme un café, ¿quiere uno?

-Dale Flor, te agradezco.

Yo siempre le pedía a mis empleados que no me digan Sr., y con algunos directamente me tuteaba, como con los gerentes, y mi secretaria, aunque ella no lo hacía. Ella era muy reservada sobre su vida privada, rara vez se sentaba a almorzar conmigo y los otros gerentes en el bar de enfrente. Un mediodía yo estaba solo y ella entro al bar.

-Ven Flor, estoy solo y abandonado.

-¿Qué paso Jefe, echó a todo el mundo?

-No, vine tarde a almorzar, lo mismo que vos.

-Si, estaba terminando unas carpetas que me va a pedir a la tarde.

-Contame como te sentís trabajando, si estas cómoda, si tuviste inconvenientes con alguien o alguno tuvo actitudes incorrectas.

-Me siento muy bien trabajando. Estoy contenta. Ud. no molesta para nada, es un gusto trabajar a su lado, y con el resto, muy bien, todo el mundo respetuoso, cordial.

-Me alegro. La semana que viene se vence tu contrato… Le indique a personal que te ofrezcan pasar a planta. Quedar efectiva. Seguramente te van a llamar para preguntarte si te interesa.

-Claro que me interesa. Gracias Jefe, me saca un motivo de stress importante.

-Me alegro. ¿Tu marido cómo anda?

-Y… ahí andamos, con líos de pareja, como todas las parejas, lo debe saber bien.

-No, soy soltero Flor. Ya pase a la categoría viejo solterón.

-Yo no lo llamaría viejo, no se su edad, pero no es un viejo para nada.

-42 años.

-Ahhh está hecho mierda entonces, le daba 60. Dijo riéndose con todo.

-Flor, otra broma de esas, y te paso a mantenimiento. Dije siguiendo su broma.

-No aparenta 42 ni en broma, ahora en serio. Y pensé que era casado…

-No, no me llegó el turno.

Dos semanas después, el gerente financiero hizo una fiesta en una quinta por su cumpleaños. Obviamente fui un rato, para cumplir. Menuda sorpresa me lleve al ver a Flor, con un vestido impactante, súper entallado y con un escote impresionante. Todos los hombres la miraban sin poder creer que la joven elegante pero muy recatada estaba enfundada en ese vestido, que no solo marcaba todas sus curvas, sino que mostraba bastante de las redondeces de sus pechos.

-Hola Mike, me dijo dándome un beso en la mejilla, algo que nunca había hecho en la oficina.

-Hola Flor. Tenés a todos los hombres locos mirándote.

-Y a varias mujeres odiándome también… ¿Le gusta cómo me queda?

-Te queda espectacular, sumado a que sos hermosa. Coctail explosivo. Solo que sos casada…

-Claro, pequeño detalle. Dijo y me guiño un ojo.

Todos se pusieron a bailar y ella lo hacía con otras dos chicas, las dos de contaduría. En varios momentos cruzamos miradas y ella sonreía seductora.

Como era viernes, y siempre me encontraba con amigos para tomar una copa en un bar me fui temprano, luego de saludar.

Estaba en la barra del bar charlando con dos de ellos, cuando escuche la voz de Florencia.

-Tenés que tener más cuidado cuando manejas. No te fijas que te sigue un auto.

-No, tenés razón. Entonces no es una sorpresa que estés con tu amiga aquí.

-Para vos puede ser, para nosotras, no. ¿Molestamos, quieres que nos vayamos?

-No, por favor. Frank, Ben, les presento a Flor mi secretaria… y a…

-Gigí. Dijo Flor.

Flor no fue muy disimulada para dejar a Gigí con mis amigos y ella ponerse en medio dándoles la espalda.

-¿Querés tomar algo?

-Lo que vos estés tomando.

-Whisky.

-Será Whisky entonces. Dijo sonriendo.

-Pensé que mi secretaria Florencia era una mujer recatada, felizmente casada…

-Felizmente casada, mmm. Recatada, sí, pero a veces me suelto.

-¿Tu marido?

-Supongo que poniéndome los cuernos con una nueva… por eso me decidí a seguirte.

-¿Querés que hable con tu marido?

-No, quiero que me lleves a la cama.

-¿Y porque habría de hacerlo? Tengo por norma no intimar con personal de mi empresa. Menos con mi secretaria. Dije serio.

-Me importan un cuerno tus normas, y si querés, estas a tiempo de no dejarme efectiva. No me importa hoy. Me importa que me siento mujer, hermosa, y que te gustas mucho. Y hoy fue la primera vez que en una reunión no me miran como la mina del jefe, sino como la secretaria del GG. Intocable, si el GG no la toca, menos nosotros, eran las caras. Y me sentí muy mujer, deseada, respetada. Todo lo contrario que con mi pareja.

No habían pasado cinco minutos que Gigí se iba con mi amigo Ben, mientras hablaba con Flor.

-Flor, no creo que yendo a la cama conmigo soluciones tus problemas con tu esposo, o pareja. Tampoco creo que sea la forma de vengarte de la infidelidad de él. Y no creo que sea la forma que realmente te gustaría llegar a la cama con un hombre. Creo que sos una mujer inteligente, que el lunes va a lamentar su proceder de hoy si vamos a la cama.

-Parece que ni para lograr que un tipo me coja sirvo. Dijo con los ojos llenos de lágrimas.

-Conmigo, de esa forma, no vas a lograr nada. Dije mirándola a los ojos.

-Perdoname, me fui a la mierda. Pero no doy más, si vieras las minas que se coge, lo querés matar. Y conmigo, nada. Pero lo que me gustas, fue en serio. No solo sos lindo, me encantan tus modos, lo respetuoso que sos, que sos GG, pero también te das tiempo para ser un compañero.

-Tranquila. Te propongo olvidar todo lo que hablamos desde que llegaste. Y charlemos…

-Dale.

-Me sorprendiste con ese vestido.

-Me lo puse para seducirte, quería que me veas como mujer, no como tu secretaria.

-Lo lograste, te lo aseguro. Estás impactante.

-Gracias. ¿Por qué seguís soltero?

-Porque ninguna no me enamore de ninguna mujer.

-Chistoso. Dale, Contame.

-Porque con ninguna sentí lo que quiero sentir con una mujer.

-Y eso es…

-Amiga, compañera, cómplice, independiente, divertida, amante.

-Pedís mucho. Te va a ser muy difícil encontrar una mujer así.

-Por eso estoy soltero.

-¿Y físicamente, como te gustan las mujeres?

-Menos gordas… Vos serías un buen ejemplo de cómo me gustan.

-Parece que se empieza a derretir el tempano… dijo sonriendo.

-¿Vainilla o duro?

-¿Perdón? Pregunto sorprendida Flor.

-El sexo, ¿vainilla o duro?

-Depende el hombre, o la actitud del hombre.

-¿Dominante o sumisa?

-Depende del hombre.

-Tenés unos hermosos pechos, podría pasar un buen rato besándolos y chupándolos.

-Mmm, interesante…

-Pero creo que si te mordiera los pezones…

-No seas malo…

-Aunque con vos me gustaría algo que nunca hice, me parece que te gustaría.

-Mike, esta conversación… ¿Qué es eso que harías?

-Atarte las piernas levantadas a tus brazos, y me dedicaría a besarte las tetas, chuparte el clítoris, la concha y el culo claro. Jugaría un buen rato con mi lengua en todos lados.

-Mike, basta…

-Acaso nunca te metieron la lengua en el culo, te lo dilataron lentamente, haciéndote desear que te penetren con todo.

-No, no. Basta.

-Y morderte el clítoris, mientras mis dedos juegan en tu concha, le imagino muy mojada…

-Lo que estás haciendo es… sos un hijo de puta.

-¿Qué pasa? ¿Acaso estas excitada?

-Sabes que sí.

Pague y salimos del bar. Subimos al auto, y ella no pregunto dónde íbamos. Manejé derecho a mi departamento. Ni bien cerramos la puerta nos estábamos besando y quitándonos la ropa. Fuimos a mi dormitorio y le dije:

-No tengo sogas, vas a tener que sostenerte vos las piernas.

Y le levante las piernas y le empecé a chupar la concha, morder el clítoris y chuparlo. Ella gemía con todo. Cuando le metí los dedos en la concha tuvo un tremendo orgasmo.

-Ahora, ese orto hermoso que tenés. Dije mirándola a los ojos.

-Cógeme, ya me tenés demasiado loca, cógeme.

-Te quiero súper loca, no demasiado loca.

Y me puse a jugar con mi lengua en su orto. Ella se retorcía de placer, sostenía las piernas con una mano y con la otra se masturbaba la concha.

-Meteme un dedo, la pija, quiero que me rompas el culo desgraciado.

-No, hasta aquí llegue.

Dije y me acosté al lado de ella.

-Mike, no me podes dejar así, estoy explotando de calentura, me tenes como querías, súper loca. Dijo.

-Entonces, cógeme Flor. Descarga tu calentura.

Se puso a chuparme la pija con todo, lamía, besaba y succionaba sin parar, no buscaba mi placer, ella gozaba chupando. Y de pronto, me montó, subiendo y bajando como loca, gimiendo y apretándose las tetas, o clavando sus uñas en mi pecho. Era una desquiciada cogiéndome con todo.

-Sos un hijo de puta, ya en el bar estaba re caliente, ahora, súper loca, galopándote con todo. Dijo

Tuvo varios orgasmos hasta que acabe en su concha. Ella dio un grito de placer y acabo nuevamente conmigo.

Se tiró a mi lado y nos besamos.

-Me hiciste gozar como loca, gracias. Hace mucho que no gozaba así.

-Sos una tremenda mujer, dentro y fuera de la cama.

-Eso es un lindo cumplido. Pero con vos es todo más fácil… hiciste que me suelte, aunque no me anime a metérmela en el culo. No me vas a creer, pero es virgen de pija y dedos. Por vos de lengua no, jajaja.

-Cuando quieras, lo estrenamos.

-Ahora…

Y lo segundos después estábamos besándonos y tocándonos con todo. El saber los dos que iba a ser por el culo nos excitaba más. Busque una crema y fui metiéndole dedos mientras estaba en cuatro patas. No paraba de gemir y decir que quería sentir mi pija en el culo.

Se la metí suavemente, ella movía sus caderas para recibirla toda. Fue un polvo tremendo, acabe en su culo y cuando la saque ella la chupo para dejarla bien limpia.

Cerca de las cuatro de la mañana se fue a su casa.

El domingo, me mandó un mensaje: “Fue hermoso, sos hermoso. Quizás alguna vez nuestros caminos se crucen. Un beso”.

Mi respuesta fue: “Mañana, 08:30 es tu horario de entrada. Se puntual”.

No contesto nada.

El lunes, 08:25 entraba a mi oficina.

-Buen día Mike.

-Buen día Flor. En personal te esperan para firmar tu incorporación. Si querés, claro. Dije mirándola a los ojos.

-Gracias. Si, quiero incorporarme como personal efectivo.

-Bien… ¿Todo bien en tu casa?

-Todo muy bien.

-Me alegro.

Fui el amante de Flor por casi un año, hasta que dejó al marido. A partir de allí, somos pareja.

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