Somos Karen y James dos compañeros de trabajo, cada uno casados con hijos cada una, pero nos conocimos como compañeros de trabajo, nuestros hogares son estables… y entre recocha con los compañeros de la oficina hablamos de temas que… y tú lo has confirmado; hacen que llegues mojada a casa, tu panty oliendo a placer oliendo a sexo.
Anhelamos y tú me lo demuestras quieres tener una aventura, yo igual. Y no soy la persona de tus fantasías, pero yo te puedo ayudar a cumplirlas, más bien diría a compartirlas, porque las hemos hablado con amigos y me ponen muy cachondo.
Este es mi primer relato y por el momento es una fantasía, pero si tu después de leerlo quieres intentarlo, aquí estaré dispuesto a que sea eso, solo una aventura y al día siguiente los mismos compañeros, por cierto, ese día me dedicaré a escribirlo como sucedió.
Tenemos la oficina perfecta para satisfacer nuestros deseos, cuerpo a cuerpo, admirándolos de cómo se conectan desde el universo para danzar en medio de notas musicales de sexo, una tarde de un buen vino que agudizara nuestros sentidos para vibrar de pasión.
Desde el primer momento que te vi y hable contigo te he admirado por ser una bella mujer, varias veces te lo he dicho y te lo he hecho sentir. Pues sí, estás mamacita, tu cuerpo es perfecto, tus labios me encantan, hablas y los miro moverse en cámara lenta, tienen vida y me dicen bésame no te arrepentirás, tenemos la oficina perfecta para saciarnos de placer, pues te he imaginado cogiendo y todo aquí está diseñado para tu cuerpo, tu escritorio, la sala de espera de los clientes, el baño… cada rincón. Esta placentera fantasía la imagino así.
Tu poniendo un buen seguro a la puerta y cortina de la oficina, que por cierto está ubicada en el centro de un municipio capital de un departamento. Terminamos una sofocante jornada, pero acompañada de un buen vino cabernet Sauvignon frio, después del seguro decides sentarte en la silla larga de aluminio que está en la sala de espera. Empiezas a sacar tu ropa hasta quedar en ropa interior, yo estoy en mi oficina terminando de hacer un poco de orden, el movimiento de tus dedos sobre tu clítoris te hace expulsar un gemido que entra por mis oídos para llegar a mi pene, mi corazón empieza a bombear más sangre, se me pone muy duro, pues en tus movimientos haces que suene el aluminio de la silla. No aguanto más y salgo en bóxer para ahorrar tiempo, te veo con las piernas abiertas sobre la silla larga, en medio están tus dedos esparciendo los fluidos que empiezan a calentar tu vagina.
Eso para mí fue una invitación a saborearla, pero después de probar esos labios que me enloquecen, tocar esos senos que se alcanzan a salir de mi mano, uffff… es el momento de saborearlos sabiendo que el camino es hacia tu vagina que cada segundo va más caliente. Abro un poco más tus piernas pues en poco llegare con mi lengua hasta tu interior. Pero antes, la deseo chupar, disfrutar… de arriba a abajo, de derecha a izquierda y en todas las formas posibles de mover mi lengua y mis labios. Que rico sabe, tiene mucho deseo.
Que buen momento para introducir un dedo chupando tu clítoris ya excitado, nos ponemos muy arrechos, tanto que nos toca poner música para que nuestros gemidos no salgan.
En ese cambio de posición quedamos parados y jalo de tus nalgas para que llegues a mis labios, que beso nos damos, y, no aguantas más decides empujarme sobre tu silla, estiro las piernas encima de tu escritorio, tú te abres para encajar tu vagina en mi pene, tendrás todo el control para ir buscando un clímax que haga temblar todo tu cuerpo. Te mueves delicioso encaja muy bien tu vagina en mi pene, están a la medida, cabalgas y cabalgas, apretar tus nalgas hacia mi te vuelve loquita pues así estas llegando hasta el fondo y sobando tu clítoris. Me tienes listo, pero quiero que tengas un orgasmo primero.
Estas cerca, pues tus movimientos hacen que ponga mis manos en tus senos para terminar en tus pezones, ¡¡¡tengo aliento para decirte dale por favor dale!!! quiero que mojes toda mi cadera que escurra tu liquido en mis testículos, y siii, estás teniendo un orgasmo del carajo, toco tus piernas y me repeles, solo quieres mi pene adentro. Terminas unos segundos después, y te recuestas en mi pecho para besarnos, es una pausa, es un buen momento para una mutua mirada, de por cierto pícara es un agradecimiento.
Que bien seria ahora que tu puedas coger mis nalgas, volvemos a la silla de aluminio, tus piernas bien arriba me permiten quedar empinado y meterte mi pene hasta el fondo, allí lo dejo un rato para sentir en las todas tus terminaciones, entra y sale a medida que tus gemidos me hacen mover, son tan armoniosos y excitantes que hacen que te pregunte ¿quieres que acabe ya?, a lo que respondes, no espera un momento. El mejor no que he escuchado en meses. Bajo el ritmo, pero seguro será una explosión de semen. Que por cierto no te gusta el olor del cloro, así que recíbelo adentro. Y, en cuatro, seguro te encantaría, me lo has dicho que es donde más lo disfrutas.
Es el momento de ir a mi oficina y recostar tus antebrazos en mi escritorio de cuero, ves una copa llena de vino y te la tomas hasta la mitad, acercas la otra mitad a mis labios y de inmediato mis dedos vuelven a excitar tu vagina, esta grandota, te penetro fuertemente, aumentando el ritmo y dejándolo que se conecte con tus nalgas, las cojo y aumentamos los quejidos y la frecuencia, mis testículos chocan, vamos, vamos, estamos en sincronía, somos un solo movimiento. Empiezas a empujar tan fuerte que ya no aguanto más, pero me dices que estas cerca, suficiente para templar mis pantorrillas y sentir el placer de que lleguemos a un orgasmo, ese momento llega en nada, explotamos, fue un choque de una galaxia, energía que termina bien adentro, la fuerza de tu vagina me lo expulsa, ahora si a terminar por donde todo comenzó un buen beso. Es el momento de ir por agua bien fría, nuestra ropa y un hasta mañana, sales tu primero… por favor… cierra bien…
Le enviare el enlace de este relato y les comentaré con la segunda parte si sucede en la realidad o simplemente desde la búsqueda de otra aventura.