Soy Patricia, Patty como me dicen todos mis amigos, una niña bien, hija de familia, fresita, con novio oficial pero también con muchísimos amigos, soy muy guapa, de piel blanca, mido 1.60, tengo unas pompis paraditas, abultadas y muy bien torneadas además de grandes, piernas muy bien formadas, ya que hago bastante ejercicio, cintura de avispa y caderona, ojos grandes, verdes olivo, boca pequeña roja y carnosa y unas bubis regulares de tamaño, pero bien paraditas y duras. Pelo negro, lacio, aunque frecuentemente me lo pinto o a veces me lo enchino.
Este relato describe brevemente mi relación con Rogelio, que bien podría decir, mi primera vez que, como una niña decente, hice cosas que nunca imagine.
Lo había visto varias veces, cerca de mi casa. Se nos quedaba mirando como tratando de encontrar la forma de abordarnos, pensé que le gustaba mi madre que es con quien normalmente salgo a hacer compras a un centro comercial cercano a nuestra casa, siempre íbamos en horas poco concurridas, aunque me daba la impresión de que me veía a mí, pero mi madre era más de su edad.
Un día nos ayudó con una bolsa que se nos rompió, muy amable el tipo. Se presentó etc. etc. etc. Aunque note que mi madre, solo por educación le dio las gracias, pero no le agrado.
Muy moreno, como de mi estatura, con un físico muy trabajado con pesas (demasiados músculos para mí gusto). Unos 45 o 50 años.
Cierto día, para ir a la uni, el maldito Uber no llego, así que camine a buscar un taxi al sitio cercano. Al ser la hora pico, tampoco había taxis, hoy que tenía prisa todo se complica pensé, mientras esperaba en el sitio una camioneta se detuvo, era él, ¿me dijo para dónde vas?? ¿Te llevo? Nunca me había subido en el auto de un desconocido, pero esta vez por la prisa acepte, me inspiro confianza el tipo.
Me llamo Rogelio, me dijo, te acuerdas?? ¡Pregunto!! muy agradable en su trato conmigo, todo un caballero de muy buena charla y que busco el más mínimo pretexto para halagarme durante el trayecto, siguiendo mis indicaciones me llevó hasta la puerta de la uni y me dio una tarjeta donde venía su número de celular diciendo, mañana paso a la misma hora por ahí y si quieres te llevo. ¿O dime a qué hora y te vuelvo a dar el Ray??, le sonreí agradecida.
Mi padre me daba lo suficiente para tomar un Uber o taxi de ida y regreso a la uni, pero pensé que podía ahorrarme esos pesos si este señor me volvía a llevar, así que le mande un whatsapp diciéndole, Hola soy Patty, ¿mañana a qué hora pasa por ahí???
Después de ese segundo viaje, nuevamente se ofreció a llevarme todos los días que quisiera e incluso a traerme de regreso, me dijo que era divorciado y trabajaba como arquitecto independiente, así que tenía tiempo de sobra. Nuevamente le di las gracias y le sonreí amistosamente.
Esa tarde estuve pensando en todo lo que podía ahorrarme si ese señor me llevaba y traía, no es que me faltara el dinero para transportarme, como dije, mi padre me lo proporcionaba (y aun lo hace) pero siempre es bueno tener algo extra, aunque dude un poco, preferí ahorrarme ese dinero.
Me fue un poco extraño que accediera a llevarme y a traerme de regreso con cierta frecuencia, aunque me dejaba a unas cuadras de mi casa porque me dijo que no se vería bien si mis padres lo veían, en especial mi madre.
A los pocos días ya me había convencido de pasar a comer durante el regreso a algún restaurante o tomar un helado o algo. El primer restaurante al que me llevo fue la Tecla, a lo mejor alguien lo conoce, ahí en la Roma.
Me trataba o trata como una reina, se aprendió mi horario y los días que salía más temprano, me dijo que podíamos ver una película en el cine o su casa, ya no me daré muchas vueltas, me encantaba como me trataba y los cumplidos sobre mis ojos, sobre mis labios etc., me tenían en las nubes, así que empecé a ir a su casa, al principio nada paso, pero poco a poco se iba acercando más y más, me tomaba de la cintura o me abrazaba, yo a veces le quitaba el brazo.
Un día pasamos a comer y me sirvieron vino tinto, solo un par de copas y de ahí fuimos a su casa a ver una película, yo estaba mareada y como que veía todo borroso, como en sueños, no estaba acostumbrada a tomar y me pego fuerte, no sé en qué momento empezó a tocarme, pero él me estaba besando el cuello mientras sobaba mis senos, uff ningún chico me había tocado así, desabrocho mi blusa y beso mis senos (no uso brasier, no lo necesito) recuerdo claramente que oí como dijo:
Rogelio: Que ricas chichitas tienes Patty están bien duras y paraditas, las tienes bien ricas.
En mi mente pensé, sobre la palabra chichitas y lo catalogué como un vulgar cualquiera.
Me alzo la falda y sentí sus dedos acariciarme morbosamente por toda mi intimidad haciéndome enloquecer, trate de rechazarlo, pero un dedo se coló dentro mientras otro presionaba mi clítoris venciendo toda resistencia por parte mía, me bajo mi panty, me recostó sobre el sillón y me beso, lamio, mordió mis labios vaginales, hasta hacerme estallar como nunca antes lo había hecho (Yo ya no era virgen, aunque nada digno de relatar había pasado), aun entre nubes, por el efecto del vino y del orgasmo vi cómo se ponía un condón, se colocó entre mis piernas y empezó a intentar penetrarme en la posición del misionero:
Rogelio: Uff relájate nena que estas demasiado apretada y no entra.
Yo no decía nada, estaba aún mareada, note como con sus dedos separaba mis labios vaginales que a estas alturas escurrían por la excitación, coloco su glande en el centro y empujo fuertemente ayudado con sus dedos que trataban de abrirme, pronto sentí un dolor agudo, su glande se estaba abriendo paso dentro de mí, me pareció sentir sus venas hinchadas rozando mi vagina, instantes después, sentí sus testículos pegados a mi cuerpo, estaba totalmente dentro, primero despacio, empezó el bamboleo, el cual poco a poco fue incrementando la velocidad hasta que al fin, me embestía furioso lastimándome un poco, pero produciéndome mucho placer. Sentía como su pene entraba y salía casi completamente de mí y yo solo podía jadear y me tapaba la boca para no gritar:
Rogelio: Que rica estas mamacitas, que chiches tan ricas tienes Patty me encantas, que suavecita tienes la piel, me encanta el color de tu piel, que ricos penzoncitos gueritos y rozaditos tienes, que panochita tan apretada tienes.
Frases que repetía como tonto mientras me bombeaba y apretaba mis senos con sus manos,
Se salía de repente y se quedaba tenso, tiempo después entendí que era para no venirse. Mis piernas las abría lo más que podía, se las ponía en los hombros, me las pegaba a la cara, me volteaba de lado, pero básicamente nunca cambio de la posición de misionero, finalmente gruño explotando y dejando todo su semen dentro de su condón.
Se recostó sobre mí, aun dentro, mordiendo y acariciando mis senos con lujuria.
Cuando se salió, reaccioné:
Patty: Que hiciste menso, porque me cogiste, no deberías haberlo hecho.
Rogelio: No te enojes nena, perdóname, es que estas bien sabrosa, tienes un cuerpo de diosa y no pude aguantarme, para compensarte puedo comprarte algo, te gustan mucho los perfumes, ¿no quieres que te compre uno?? El que tú quieras:
Patty: Llévame a mi casa.
Solo dije, estaba bastante molesta y angustiada de lo que acababa de pasar, él era mucho mayor que yo y obviamente a mí me gustaban los chicos de mi edad, no los ancianos como este.
Toda esa tarde y noche me la pase pensando y mortificándome de como había sido tan estúpida como para dejarme coger por un individuo tan viejo, ya había tenido relaciones con chicos, así que tampoco era como para suicidarme, además la forma en que el me había acariciado me fascino, no era brusco para usar las manos y su pene, era casi el más grande que había visto hasta ese momento, creo que un chico con el que estuve lo tenía ligeramente más largo, pero el de Rogelio era más grueso, mucho más, aunque en lo largo era difícil comparar, con el chico solo estuve un instante, un breve momento de calentura y fue malo como casi todas mis previas y pocas experiencias, Rogelio en cambio, lo había movido de una manera magistral, pensé, bueno, palo dado ni dios lo quita, así que igual le digo que me compre el perfume, me dije a mi misma.
Le pedí un Coco de Chanel el cual me llevo a comprarlo con singular alegría al palacio de Hierro de Polanco, aunque me dijo, pero vamos a mi casa de nuevo. Obviamente me imagine a que, y claro, me volvió a coger, pero ahora si estaba yo totalmente consiente de que eso pasaría, si ya me lo hizo una vez, qué más da otra vez, pensé.
Volvió a cogerme de forma similar, estaba calientísimo, desde que nos bajamos del carro iba manoseándome las nalgas, ya adentro se tomó su tiempo para desnudarme, me acaricio y beso todo el cuerpo diciéndome lo hermosa que era, que era una niña con cuerpo de diosa, me cogió sin muchas variantes, pero esta vez lo disfrute completamente ya que estaba totalmente consiente de que estábamos haciendo.
Así empezamos a tener relaciones frecuentemente, a cambio yo recibía regalos.
Rogelio: Oye nena, deberías de depilarte totalmente tu panochita, te verías aún más hermosa.
Dijo un día.
Patty: Hay, como crees que voy a hacer eso, me vas a pagar el tratamiento para la depilación??
Creo que imaginaran que contesto, solo les diré que fue vergonzoso ese tratamiento, me sentí ultrajada. En fin.
Poco tiempo después, me entrego unos anticonceptivos para que me los tomara y él dejara de usar el condón, según por qué el condón era molesto y no le dejaba disfrutarme bien. La verdad es que a mí tampoco me gustaba mucho y quería saber que se sentía realmente el roce de la piel.
La primera vez que me lo hizo sin condón, fue sumamente excitante para mí, no podía dejar de morderme los labios, era la primera vez que un hombre me tocaba así, el roce de su pene entrando en mi vagina por primera vez sin un condón me lleno de morbo, el tocaba mi útero sin nada entre su pene y mis entrañas, no sé si era mi excitación, pero el roce de la piel era increíble, me nublaba la visión en cada embestida que me daba, me hizo venir abundantemente, mis piernas temblaban aun cuando él se vino, por primera vez un hombre depositaba su semen dentro de mí, me sentí sumamente excitada y contenta al sentir un ligero calorcito en mi útero, era la tibieza de su venida, me llene de morbo cuando momentos después note su semen saliendo de mi vagina y resbalando por mis piernas.
Como preámbulo a la penetración, siempre me desnudaba y luego hacía que le tomara la verga con sus manos y se la jalara hasta que tomaba bastante dureza, entre tanto el metía sus dedos en mi vagina o se concentraba el sobarme el clítoris, a veces me lo torturaba con su lengua durante largos periodos, solo después de esos momentos de jugueteo me la metía, un día, me empujó la cabeza hacia su verga:
Patty: Nooo, que haces, no quiero.
Rogelio: Anda nena, tómala con la boca, tantito. Suplico
Patty: Ya te dije que no quiero.
Rogelio: Dale un besito, ándale.
Patty: nooo.
La verdad es que se le veía apetecible, una verga gorda plagada por venas hinchadas era difícil de ignorar y por eso accedí después de decir no
Rogelio: Lamela nena, métetela en la boca.
Deje de lamerla para preguntar.
Patty: Que me vas a comprar si lo hago??
Rogelio: Lo que quieras nena, ya sabes que si te cumplo, pero métetela toda.
Por decirlo de manera elegante, negociamos el regalo a cambio de que lo haría como él quisiera. A partir de ese momento pase a mamársela en cada sesión que teníamos. Me daba un poco de asquito al principio, pero también me llenaba de morbo y era más fuerte este último.
Me guiaba indicándome como le gustaba que se la chupara, lamiéndole los testículos primero, luego que se la recorriera con la lengua desde el nacimiento hasta su hinchada cabeza (decía que era el método pantene porque iba de la raíz a la punta) se la rodeaba con la lengua con mucho tacto, recorría sus venas hinchadas a todo lo largo de su tronco con la punta de mi lengua y después me decía que la engullera, primero el glande, succionándolo suavemente y después que la dejara resbalar entre mis labios hasta mi garganta, siempre tratando de que entrara más y más dentro de mi boca, quería que me la comiera toda, lo cual era imposible o por lo menos así lo creía yo al principio. su verga parada mide unos 17 centímetros, demasiado grande para mí en esos tiempos, ahora me parece muy pequeña.
Me quedaba fascinada viéndola, sobre todo esas hinchadas venas y ese glande rojo con forma de un capullo
Rogelio: Mas adentro nena, más adentro, cómetela toda nena, déjala entrar toda nena, Que rico mamas verga, se ve que te encanta mamar verga Patty!! (¿Porque todos dicen eso???)
Eran parte de las frases que siempre repetía.
Patty: No me cabe, está muy grande, vas a hacer que me vomite, ya me llega muy adentro, lloriqueaba yo, siempre que me forzaba e iba un poco más adentro de donde yo me sentía cómoda.
Normalmente se la chupaba en el sofá de su sala, pero empezó a preferir ir a su recamara, ya que ahí tiene un espejo muy grande, la primera vez no supe porque, pero él se sentó en la orilla de la cama y me indico que separara las piernas sin doblar las rodillas y me inclinara a chupársela, ya después noté que así tiene una vista completa por el reflejo del espejo de mi ano, mi vagina, mis senos colgando y finalmente de su verga desapareciendo en mi boca.
Poco a poco, debido a la presión que ejercían sus manos sobre mi cabeza, en una de esas sesiones, su verga acabo por deslizarse totalmente dentro de mi boca, tocando el fondo de mi garganta con su glande.
Rogelio: Ya te la comiste toda nena, ya vez como si podías. Así, aguántala nena, no la saques, mamas bien rico
Decía el menso forzándome con sus manos en mi cabeza durante unos segundos a tenerla toda entera en la boca, mientras notaba sus testículos en mi barbilla.
Patty: Si serás menso, vas a hacer que me vomite. Dije yo indignada en cuanto pude liberarme.
No le importo, me tomo de la cabeza de nuevo y empujo nuevamente hasta hacerme tragarla completamente, forzándome a quedarme pegada a él unos segundos, seguí mamándosela con verdadero placer por un buen rato y el aprovechaba de vez en cuando para tratar de metérmela completa y retenerme ahí.
A partir de ese día, siempre que me hacia mamársela, era comérmela completa y el me mantenía unos segundos con su verga totalmente dentro (o me mantiene, porque lo sigo viendo, aunque ya no son solo unos segundos los que permanece su verga completamente dentro de mi boca)
Estoy segura que Rogelio lo que más disfruta es que le haga sexo oral y le fascina mirar el reflejo de mis partes más íntimas en ese espejo que le muestra todo sin tapujos, siempre me pide que separe mucho mis pies quedando mis piernas como una V muy abierta, le gusta ver sus manos sobando mis senos y como su verga entra dentro de mi boca hasta desaparecer por completo quedando solamente a la vista sus testículos pegados a mi barbilla.
Otro de los tabúes que me hizo romper, yo lo provoque, después de unas 3 semanas de no verlo, se me hizo fácil no tomarme las pastillas y el me regaño, me dijo que podía embarazarme, se veía un tanto molesto conmigo, como nunca lo había estado y me recriminaba de no tomarmelas.
Patty: no te enojes, porque no te pones un condón y ya con eso lo solucionamos.
Rogelio: Patricia, para eso te compro las pastillas, para que te las tomes y podamos coger bien.
Nunca me había llamado Patricia, siempre nena o Patty
Patty: Y si te sales antes de venirte?? Pregunte un tanto sumisa
Rogelio: Como crees, mejor me masturbo.
Patty: Hay que grosero eres.
Rogelio: Patricia, hay de dos, o te lo hago por atrás o me vengo en tu boca, tu escoge
¿Me quede fría, cogerme por atrás??? Mi ano era virgen, hasta el momento no había permitido que nadie entrara por ahí, ni siquiera un dedo, venirse en mi boca, guacala, seguro me vomitaba.
Rogelio: Entonces?? ¿Por el culo o por la boca??
Dijo presionándome y poniéndome una de sus manos en mi cabeza, era evidente que quería venirse en mi boca, rápidamente evalué y sentí que no podría contener el asco de sentir el semen derramándose en mi garganta así que opte por la otra opción.
Patty: Por atrás pues.
Me miro un tanto sorprendido:
Rogelio: Segura?
Solo afirme con la cabeza, entonces el me instruyo que me pusiera en cuatro, con las rodillas muy separadas y apoyándome con los codos, me miro un instante en esa posición.
Rogelio: Que rico se te ve el chiquito, nunca había visto uno que se viera casi rosita
Patty: Que es chiquito??
Rogelio: Tu culo nena, es tu ano.
Empezó a sobarme mi entrada trasera, saco algo de su buro que creo que era algo como vaporub porque se sentía muy una sensación de calor, pero no olía, el sobresalto fue cuando empezó a untarlo con sus dedos en la entrada, una sensación de calor increíble me invadió y proteste débilmente.
Patty: Noo, que haces? ¿qué me estas untando?, se siente feo.
Rogelio: Es para que te relajes y no te duela, dijo mientras sus dedos recorrían mi entrada posterior
Patty: Me va a doler?? pregunte gimoteando débilmente
Rogelio: Poquito, pero te va a encantar.
Patty: Hay mejor no.
Rogelio: Nada te chingas porque ya quedamos.
Dijo mientras sentí como me hundió uno de sus dedos en mi ano e hizo círculos como tratando de abrirme mi colita, era una sensación muy extraña y dolorosa además, era la primera vez que tenía un invasor ahí, sentí lo áspero de su yema sobándome por dentro y la sensación de calor de algo que me estaba untando, después metió otro dedo, si con uno me sentí invadida y rellena, con dos fue terrible, sentía como que mi piel se ajustaba totalmente a sus dedos y no quedaba un solo espacio, me dio miedo que pudiera romperme cuando empezó a empujarlos hasta el tope de su mano y sacarlos completamente solo para volver a meterlos.
Después de un buen rato de estar metiendo y sacando sus dedos dijo:
Rogelio: Ya estas lista nena, ya lo tienes bien abierto, me voy a comer tu chiquito Patty, ahí te va
Planto sus palmas en mis nalgas separándolas y sentí su glande rozando mi entrada primero, después presionando. Un dolor agudo se presentó al tratar de forzar el paso
Patty: No no no espera me duele mucho grite. Mientras me le escapaba recostándome en la cama
Trato de seguirme, pero tuvo que aflojar la presión, yo me cubrí con una mano mi colita hasta que paso el dolor y entonces me jalo de la cintura para volverá a la pose original y volvió a la carga con sus dedos, solo uno primero, después dos y luego tres, no tardo mucho y lo intento de nuevo pero esta vez me agarro de las caderas para evitar cualquier escape, sentí de nuevo su glande rozando y después empezó a empujarlo lo cual volvió a generar ese terrible dolor:
Patty: Hay ya no ya no, espera.
Grite con apremio tratando de escapar y moviéndome como loca para que me soltara, él se detuvo, espero un momento a que pasara mi dolor y empezó de nuevo con sus dedos, esta vez se tomó su tiempo antes de intentarlo de nuevo, por tercera vez, se repitieron mis gritos y pataleos en cuanto sentí dolor
Rogelio: Ya Patricia, te vas a dejar coger por el culo o ya lo dejamos aquí.
Patty: Mejor ya no, no creí que doliera tanto
Pero me ignoro y lo intento de nuevo, empezó otra vez con los dedos, untándome mucho de ese líquido caliente y viscoso, me tomo de nuevo con sus manos, esta vez me tomo más firmemente de las caderas evitando mi huida, huy que dolor tan fuerte sentí cuando su glande entro, solo la pura cabeza había entrado y literalmente me arranco las lágrimas, a pesar de mis pataleos y suplicas no la saco se quedó ahí estático con su glande dentro de mí, el dolor fue cediendo y al poco de que deje de lloriquear, el empezó a empujar más y más, suavemente, sentí su grueso pene resbalar por mi colita, aunque sentí dolor conforme iba abriéndose paso en mi intestino, no fue para nada comparable como cuando rompió el anillito de entrada, al poco sentí sus testículos pegados a mis nalgas, su verga había desaparecido dentro de mi ano.
Rogelio: Ya te la comiste toda Patty, me la estas ahorcado bien cañón nena, está muy justo, ¿nunca te la habían metido por aquí verdad??
Patty: No y no va a volver a pasar, duele mucho, dije sollozando, realmente me había dolido y eso que lo hizo muy suavemente.
Empezó a moverse en círculos con su cadera sin sacarla ni un centímetro y eso pareció transformar poco a poco mi dolor en placer, uff, que rico se sentía.
Rogelio: Así suavecito nena, relájate y déjala salir poco a poco.
Dijo mientras la sacaba suavemente, cuando casi había salido la volvió a meter toda, muy despacio, repitiéndolo muchas veces, mi intestino se iba cerrando conforme su verga se retiraba, solo para abrirse de nuevo cuando la empujaba dentro de mí, en ningún momento lo hizo brusco ni rápido, respiraba profundamente como intentando aguantarse de algo y a mí me invadían unas sensaciones extrañas nunca antes experimentadas, muy placenteras aunque también dolorosas, nunca me había sentido así de llena. Me daba la impresión de que no podía ni cerrar la boca y que además en cualquier momento, la punta de su verga saldría por mi vagina, tonterías que se me venían a la mente mientras me sodomizaban por primera vez.
Rogelio: Esta muy apretada Patty, nunca me lo habían apretado tanto, que sabrosa estas nenas. Que rico tienes el chiquito
Fue lo último que dijo antes de venirse, sus corros de semen se regaron muy profundamente, tan profundo como largo era su pene, esos chorritos a presión los sentí muy claramente en mi interior, no se salió, ni me soltó las caderas, espero a que se le bajara dentro y yo fui sintiendo como ese invasor fue perdiendo su dureza y abandonando mi intestino poco a poco. Se dejó caer en la cama agotado, una sensación de vacío se sentía en mi ano, lo sentía abierto y expuesto. Me temblaban las piernas y creo que hasta temperatura me dio, lleve mi mano hacia atrás y palpe mi ano abierto completamente, por un momento pensé que se me iba a quedar abierto para siempre, afortunadamente no.
Rogelio: Me exprimiste como nunca lo habían hecho, tu chiquito es la funda exacta de mi pito.
Yo estaba sin fuerzas y también, me deje caer boca abajo hasta recuperarme del esfuerzo experimentado.
Patty: Me dolió mucho dije, tienes que compensarlo.
Rogelio: si claro, tienes que lavarte la cara y pintarte porque se te escurrieron las lágrimas.
La semana fue terrible, me ardió unos 3 días de forma horrible
En nuestra siguiente cita, me hizo comérmela completa hasta que sus testículos chocaron con mi barbilla, tuvimos sexo vaginal en la posición de misionero y cerramos con una dolorosa y placentera sesión de sexo anal, donde nuevamente me puso en 4, el preámbulo fue una larga sesión de dedos entrando y saliendo tanto de mi vagina como de mi ano, cuando los juntaba a través de mis dos orificios y tallaba sus yemas separadas por mi piel que separa ano de útero me hacía enloquecer. Yo ya no quería tener sexo anal, pero el insistió mucho.
Rogelio: Ya se te abrió y para que no se te cierre de nuevo hay que hacerlo seguido, así te iras acostumbrando y te dolerá cada vez menos
Patty: Es que duele mucho, dije, pero al final termine accediendo a cambio de una promesa de regalo
Esto marco mi inicio en el sexo anal, adoptándolo como una práctica regular con Rogelio y después con otros chicos (Y la mayoría de ellos son altamente bruscos por no decir salvajes comparados con Rogelio).
Pero él tenía un objetivo que no había olvidado y que siempre traía a colación cuando se la estaba chupando.
Rogelio: Patty, cuando vas a dejar que me venga en tu boca??
Patty: Hay que no, ya te dije que no y no es no.
Decía yo muy segura que no iba a permitir que eso sucediera.
Rogelio: Ándale nena y te compro lo que quieras.
Patty: No, eso si no, me voy a vomitar, me da asco.
Sin embargo, su insistencia provoco que mi mente empezaba a fantasear en saber que sensaciones nuevas podría experimentar, ¿a qué sabría su semen?? Cosas así se me venían a la mente, ¿y si dejaba que se viniera y luego escupía pensé mientras se la chupaba con glotonería?
Rogelio: Entonces nena?? Ya casi me voy a venir, la chupas como una diosa nena, ándale.
Juraría que no fui yo quien inconscientemente respondió.
Patty: venga pues, pero solo esta vez.
Me tomo de la cabeza y empezó literalmente a cogerme por la boca,
Rogelio: Aprieta los labios nena, apriétalos.
Obedecí apretando los labios lo más que pude, su verga iba y venía por mi boca hasta llegar a mi garganta, sentí que se le hinchaba, señal de que estaba por venirse y el empujo lo más adentro que pudo, sosteniendo fuertemente mi cabeza para que no me arrepintiera, mientras se venía a chorros, tan rápido fue que olvide escupir y trague para menguar la sensación de asco y ahogo.
Rogelio: Que rico me la chupaste nena, ¿te los tragaste?? Pregunto incrédulo.
Me sentí un poco avergonzada y asentí con la cabeza. Ya que podía hacer. Me moría del asco y una sensación de algo viscoso y medio amargo había inundado mi boca.
Eso de que solo esta vez, se quedó en el olvido, lo difícil fue que se viniera en mi boca la primera vez, ya que, a partir de ahí, fue parte de nuestro ritual sexual y él trataba de venirse en mi boca cuantas veces podía, al principio yo, trataba de correr al sanitario a escupir, pero la mayoría de las veces acababa tragándolo, el asco se convirtió en gula y empecé a saborear ese néctar, me empezó a fascinar y ahora es práctica que adopte con muchos de mis amigos, al grado de buscar uno diferente cada semana para experimentar sabor.
Esto que describo con Rogelio, paso hace relativamente poco, aunque sigo viendo a Rogelio mínimo un par de veces por mes, nos alejamos o yo me aleje de él, mi padre me compró una auto para moverme, así que ya no requería mucho de chofer, también influyo que se molestó un poco cuando él me propuso que me fuera a vivir a su casa, cosa que no acepte, como dije, a mi me gustan los chicos de mi edad, es verdad que antes de él, el sexo fue relativamente malo, puro chico inexperto y Rogelio ya tenía mucha experiencia, pero ahora los chicos que me rodean ya están más experimentados, más grandes y muy bien desarrollados sobre todo de ahí, ahora tengo que repartir mi tiempo con algunos otros chicos que se han convertido en mis amigos cariñosos y Rogelio paso a segundo término, pero aún me obsequia regalos y bueno, yo lo complazco lo más que puedo.