Ésta es la primera vez que me atrevo a escribir. Probablemente buscando nuevas formas de llegar al placer y que mejor manera de hacerlo que relatando algunas de mis experiencias sexuales las que me hacen excitar y masturbarme cada vez que las recuerdo.
Nunca fui un chico muy sociable, por lo que nunca había tenido novia y menos probado el sexo. Solía masturbarme con material pornográfico o hentai visto en internet pero nada más. Así que entenderán que, aunque nunca había sentido esa experiencia sabía qué hacer o cómo complacer a la mujer con todo lo que por años veía.
Cuando tuve una noviecilla intenté experimentar esa parte. No era muy delgada pero era mayor a mí. La veía únicamente cada semana porque vivía lejos pero cuando me visitaba aprovechaba para besarla e intentar experimentar que se sentía tocarle los senos a una chica. Pasado el tiempo lo intenté. Primero posando mi mano ligeramente sobre uno de ellos, después masajeándolos poco a poco hasta que en un momento los tomaba por encima de la ropa. Sé que le gustaba pues mientras la besaba en una ocasión retiré mis manos creyendo lo contrario y ella inmediatamente llevo sus manos hacia sus pechos. Pasó el tiempo y la relación terminó. Nunca fuimos más allá de eso.
Pero años después conocí a otra mujer. Con ella definitivamente las cosas avanzaron como nunca imaginé. Era una chica robusta, piel morena pero con unas tetas muy grandes. Se enamoró de mi y aceptamos ser pareja.
Al igual que la novia anterior ella me visitaba cada cierto tiempo y cuando la veía no perdía la oportunidad de besarla. Emprendí nuevamente esa búsqueda erótica y poco a poco empecé a tocarle los senos y vaya que me calentaba hacerlo.
Una noche mientras la besaba metí mi mano por debajo de su blusa. Al notar que no hizo el mínimo esfuerzo por quitarla empecé poco a poco a meterla más y más hasta tocar su sostén. Cuánto me calentó esa situación y más cuando ella empezó a meter sus manos debajo de mi playera.
Así pasaron los minutos cuando no resistí más y metí uno de mis dedos por debajo del brasier. Sentí su piel suave y caliente. Con cada beso sentía la necesidad de meter más mis dedos y palpar su seno completamente hasta que al fin toque la punta. Me sorprendí de lo mucho que había avanzado y de lo tanto que me estaba mojando. Ella realmente lo estaba disfrutando.
Esa noche ya era muy tarde y se fue a casa. Tuve que esperar 1 semana para experimentar eso otra vez. Admito que me masturbaba recordando la sensación de los senos de mi novia hasta que llegó aquel día.
Esa tarde continuaba besándola como de costumbre y metiendo mis dedos en sus tetas, sintiendo las puntas hasta que no lo soporté más y le alce su sudadera verde. Me encontré frente a frente con sus pechos con su brasier puesto. Era de color azul. Tenía esos grandes melones frente a mi. Ella parecía sorprendida pero no molesta. Como si fuera por instinto baje su sostén y ¡¡¡Ahí estaban esas 2 grandes y ricas chichis al natural!!! ¡¡¡Frente a mí sin ningún impedimento!!! Tenía que experimentar que se sentía tocarlas, lamerlas, morderlas… y así lo hice. Ella se estaba calentando y metió su mano por debajo de mi pantalón mientras sentía toda mi verga. La besé mientras le desabrochaba el pantalón y le bajaba la tanga hasta tenerla totalmente desnuda. Ahí estaba su vagina, peluda pero escurriendo mucho líquido vaginal. Metí mis dedos en su vagina mientras la recargaba en la pared y la besaba. Vaya que le estaba excitando porque empezó a gemir y ya había sacado mi pene del pantalón y lo frotaba con sus manos de manera deliciosa. Me detuve, baje a su vagina para verla más de cerca, la abrí de piernas y note que estaba ya muy escurrida. No soporte más y empecé a lamerla. Le estaba gustando mucho ya que recargaba mi cabeza sobre su vagina cada vez más con mucha fuerza.
Tenía que hacerlo ya, tenía que metérsela, perder mi virginidad ahora que tenía la oportunidad así que la senté en una mesa y acerque mi pene a su vagina mientras estaba temblando de nerviosismo y excitación:
-¿Estás seguro?- me preguntó con una mirada erótica
-Mas que seguro- contesté y procedí a introducir mi pene en su vagina.
¡¡¡Al fin estaba dentro!!! Costó algo de trabajo al principio pero estaba dentro de ella. Empecé a moverme mientras ella respiraba algo agitada. La besé mientras ella era penetrada. Tras algunos instantes se quitó de mi y se agachó para empezar a chupármela. Estaba sintiéndome muy caliente cuando recibió una llamada de que ya tenía que irse. Eso arruinó el momento. No terminamos como nos hubiera gustado. Nos vestimos y la acompañé a tomar su transporte. No eyacule como quería pero el tiempo me iba a recompensar días más tarde… pero eso se los contaré en otra ocasión.